Este hilo está pensado para que alguien saque trapos sucios, que es lo que os mola realmente.
Venga, un post larguito, os voy a complacer, que yo vendí cupones.
en primer lugar... Eso de que se cobra una miseria es discutible. Depende de tus ventas. A más ventas, más ganas. simple, fácil y medido con una complejísima regla matemática de la cual siempre me olvido. había un Excel por ahí para calcular las comisiones y demás movidas.
en lo personal yo lo pasé mal vendiendo. No me gustaba, simple y llanamente. Y cuando tienes que vender, si no crees en el producto que vendes, es, como mínimo, difícil.
Me daban ataques de ansiedad de pensar que me iba a pasar la vida en el kiosko de las narices. No pillé la venta en una buena época, supongo que si tuviera que vender ahora, aunque no me haría ninguna gracia, me lo tomaría mejor y con otra mentalidad. La agencia en la que estuve no ayudó mucho. para mi gusto, había un par de personas en puestos importantes cuya actitud era mejorable, y sumado a mi poca paciencia, que no me gustaba y demás... Un caos demasiado caótico.
Cuidado, hay gente que disfruta con el trabajo y gana lo suyo. Cómo lo haga para vender más y demás son cosas discutibles en las cuales no me voy a meter.
Tampoco me voy a meter en temas de si la once contrata más videntes o contrata más ciegos, entramos en política y en lodazales en los que me da mucha pereza meterme.
Ciertamente, el dinero de los cupones va a la ONCE y se destina a cosas como el material que recibes como adaptaciones por puesto de estudio, perros guías, en fin, es una de las principales fuentes de ingresos de la ONCE. Por mucho que no me guste venderlo, ayuda muchísimo.
Cuando vendía escribí esto, necesitaba soltar mierda.
Como algunos saben, he comenzado la noble profesión de vender papeles con números impresos, que más tarde pueden ser o bien canjeados por dinero, o bien arrojados a la basura porque pese a haber ayudado a los topos, no te ha tocado un céntimo.
Además de lo que se conoce como cupón, un ciego, un d'esto, un eso de la once... También cambio euros (o fracciones de ellos) por rascas. Son un invento muy famoso. Seguro que has tenido que verlos alguna vez. Se los pides a tu vendedor favorito (o más cercano) y lo rascas para ver si tienes suerte y te cambia el día o el mes. Y oye, tocan. Hace unos días me tiré dos horas haciendo el idiota con uno que cuesta 10 euros, pensando si jugármelo o no, porque me quedaba uno y... Y vino uno, me vio hacer el gilipollas con el rasca y dijo... "Anda trae, que ese tiene que dar suerte". Y la dio. 1000 euros que se llevó.
Pero no vengo a hacer publicidad de los cupones. Ya sabeis que teneis que comprarlos, si no no os tocarán. que eso de que no tocan es un cuento chino. Que si soys de los que teneis mala suerte y no dais una con los numeritos, os podeis jugar un SuperONCE, que tiene premio si no acertais ninguno.
Vengo a contar cosas, con la esperanza de que a alguien le sirva de algo. Y de que alguien me regale un poco más de paciencia para la próxima navidad y mi próximo cumpleaños, que me va a hacer falta. Y ya si alguien se ríe, porque mirado desde la perspectiva que gana uno cuando está tirado en el sofá y no está imitando a un muñeco de exposición tiene cierta gracia, eso que se lleva.
Las monedas, para el ciego
Meditaba yo sobre qué iba a cenar cuando volviese a casa, porque me había olvidado de sacar algo del congelador, cuando llegó a mis orejitas un fragmento de conversación similar a lo siguiente.
-... Ahora le suelto las monedas estas al ciego y listo, que estoy harto de tenerlas en la cartera y no me las quito de encima.
Y así fue. Vino un señor, y amablemente compró un "rasca de las cartas" por un euro. Euro que me soltó en moneditas de 10 y 5 céntimos.
Y le tocó.
Y acabó con la cartera llena,... Con monedas de 5, 10 y 20 céntimos, porque mi madre me enseñó de chico que hay que dar lo que se recibe, que es de buena educación. Mientras se alejaba, oí que le decía al otro.
-Será cabrón el ciego...
¿cual si no?
Viene un señor.
-Buenos días, amigo. Dame un rasca.
-Buenos días. ¿Cuál quiere?
-Pues un rasca de rascar, ¿cuál si no?
-Pues tengo rascas de 50 céntimos, de un euro, de dos, de cinco, de diez...
-Sí sí, un rasca para hoy, de esos de rascar.
Y uno, que siempre mira por la economía mutua (la suya y la del cliente) echa mano al mega, el rasca más caro, más grande (ergo hay que rascar más) y que más premios tiene.
-Nononono, que eso es muy caro. Dame uno de 50 céntimos.
-Genial. Mucha suerte. -y se va felizmente. Yo que pensaba que quería rascar...
¿Me da un d'esto?
He terminado de exponer. El día ha empezado bien, incluso me ha dado tiempo a tomarme un café y una tostada en el bar del frente. Y no he tenido que ir a liquidar porque soy la hostia y ayer entregué más premios que dinero recaudé. Además me han chivado de que este fin de semana abre la piscina de la urbanización.
-¡Buenos días! Hoy se te ve mejor que la semana pasada. Tienes mejor cara y todo. ¿Me das uno d'estos?
-Buenos días, claro que sí. ¿Cuál quiere?
-Uno d'estos. -El señor comienza a golpear con el dedito el cristal, pensando que el sonido me ayudará a saber cuál "d'estos" quiere. el problema es que estoy dentro de un kiosko de cristal, plástico y metal. Si golpeas una parte, retumba en todo el kiosko. Es imposible saber dónde estás golpeando.
-Perdone, no le veo, soy ciego.
-Sí sí, ya lo sé, te vi cruzar antes. Quiero... -Hace una pausa, probablemente pensando cómo expresarse correctamente.- Uno d'estos.
Y vuelve a dar golpes al cristal. Joder, a este paso le va a hacer un agujero.
Uno, que es novato y no ha caído todavía en un truco tan sencillo como ir echando mano a cada producto expuesto a ver si así da con la tecla (a veces no funciona por alguna razón que todavía no he pillado) vuelve a insistir.
-Vale. Un cupón para hoy, un rasca...
-Coño, ¡Un d'esto! ¿No oyes que estoy dando golpes en el cristal?
"¿Hostia, quiere un cristal? Tendré que mandarlo a la cristalería más cercana, no puedo venderle un cacho de kiosko, a ver cómo se lo explico educadamente." otra pausa.
-... Uno de esos que acaba en 5 para hoy, aquí tienes los tres euros.
Vaya. Quería un cupón después de todo. qué cosas.