la casa del nigromante (en curso)

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1. Alexander-Mortem,

buenas noches chicos, yo soy alex-mortem, el nigromante, bienbenidos a mi casa.

en este foro se subirán historias de terror, tanto de pájinas de internet como de mi propia autoría, yo les diré cuales son las mías, para no tenér malos entendidos.

para mi primér publicación, les traigo una de mis historias faboritas, espero que les guste.

el nigromante presenta?

El Chatroom...

Drak se ha unido a la sala 28.

*Drak:* Me parece que me he equivocado de sala.

*Sara15:* ¿Quién eres?

*Drak:* No te preocupes, ya me voy.

*Sara15:* ¡No! La verdad es que últimamente nadie quiere unirse a esta sala.

*Drak:* Ya lo veo, estás tu sola.

*Sara15:* ¿Te importa charlar un poco?

*Drak:* Si ni siquiera te conozco…

*Sara15:* Es por pasar el rato, pareces alguien agradable.

*Drak:* ¿Tú que sabes de mí?

*Sara15:* He leído tu descripción…

*Drak:* Ah, claro, no caí en eso jajaja.

CoolGuyPOP se ha unido a la sala.

*Drak:* Parece que alguien más se ha unido.

*CoolGuyPOP:* ¡Hola!

*Sara15:* Hola…

*CoolGuyPOP:* ¿Qué hacéis aquí? ¿Por qué no estáis en la sala 17?

*Drak:* ¿Qué ocurre?

*CoolGuyPOP:* ¿No os habéis enterado de lo que ocurre en esa sala?…

*Sara15:* No, pero estamos muy bien aquí, si quieres puedes irte tú allá.

*CoolGuyPOP:* Como queráis…

CoolGuyPOP ha abandonado la sala.

*Drak:* ¿Nos vamos a la sala 17?

*Sara15:* Prefiero quedarme aquí más tranquila, si viene alguien pues
converso y tal…

*Drak:* Bueno, veré que es lo que pasa.

*Drak:* Nos vemos Sara.

Drak se ha unido a la sala 17.

*MrJones122:* ¿Pero el jueves o el viernes?

*S7venteen:* El viernes mejor, el jueves me viene muy mal, vienen mis
tíos a comer.

*Chicoexplosivo11:* ¿Chicas guapas, estais ahí?

*Victorc4000:* A mí me gusta más el tomate, está más sabroso.

*Skrufassss:* Ayudaaaaaaaaaaaaaa!

*MrJones122:* Pues perfecto, a mí también me va mejor el viernes.

*Drak:* Joder, cuanta gente. Oye, me han comentado que aquí ocurre algo…

*Skrufassss:* Socorrrrrooooooooooooooooo!

Urkin ha expulsado a Skrufasssss.

*Chicoexplosivo11:* ¿Alguna chica por aquí? Tengo 15 años, rubio…

*Victorc4000:* Nadie te hace caso, chicoexplosivo…

*Grotesque:* ¿Alguien ha oído hablar de SFTSmile?

*MrJones122:* Por fín han expulsado al Skrufas ese, de nuevo hay que dar
las gracias a la administración…

*S7venteen:* Tengo unas ganas de que llegue el jueves… la película tiene
pinta de estar interesante.

*Victorc4000:* ¿Alguien ha visto la película “El Resplandor”? Es una
obra maestra.

*Drak:* ¿Nadie va a responder a Grotesque? Al pobre nadie le hace caso.

*Chicoexplosivo11:* ¿No hay ninguna chica jovencita? Joo…

*Grotesque:* ¿Alguien ha oído hablar de SFTSmile?

*MrJones122:* Coño Urkin, expulsa a Grotesque, qué pesado…

*Drak:* No, no he oído hablar de él.

*S7venteen:* ¿Quién coño es Grotesque? ¿Y que es eso de SFTSmile?

*Victorc4000:* Stanley Kubrick es un maestro del cine. Me encantó su
última película… esa que se llamaba Ojos bien cerrados, o no me acuerdo
bien…

*Grotesque:* Venga tíos, seguro que os interesará… No me expulséis.

*MrJones122:* Bueno, cuéntanos pues.

*Drak:* No hay nada mejor que hacer ¿es una historia o algo?

*Chicoexplosivo11:* ¡Que venga alguna chica joder!

*Drak:* En la sala 28 hay una chica que se llama Sara, ves allí si
quieres pero déjanos en paz, coño.

*MrJones122:* Urkin coño, ¿no expulsas a nadie?

*Victorc4000:* Cuenta lo de SFTSmile, ¿no? Parece que no hay mucho
cinéfilo por aquí…

*Urkin:* Nadie me dice a quien expulso. Chicoexplosivo11, si buscas
relaciones amorosas esta no es la sala adecuada. Ve a la /sala 2.

*S7venteen:* Aún espero la respuesta, Grotesque…

*Chicoexplosivo11:* Pues me voy, adiós.

Chicoexplosivo11 ha abandonado la sala.

*MrJones122:* Por fin se ha largado.

*Grotesque:* Ahora que nadie interrumpe comenzaré con el tema.

*Drak:* Venga pues.

*Victorc4000:* De aquí a poco me tengo que ir, date prisa.

*Grotesque:* SFTSmile es el nombre de usuario de una persona que murió
mientras chateaba en estos chatrooms.

*S7venteen:* Si pretendes empezar a contarnos historias estúpidas mejor
déjalo. ¿Alguien tiene la PlayStation 3?

*Grotesque:* No es ninguna historia estúpida. Ocurrió.

*S7venteen:* Urkin, ¿qué piensas?

*Urkin:* Dejad de citarme, tengo trabajo que hacer.

*MrJones122:* Déjalo que cuente su historia, al fin y al cabo solo
pretende entretener.

*Victorc4000:* ¿Tu no querías que lo expulsaran?

*Grotesque:* Nadie supo de qué murió. No habían rastros de sangre en la
habitación en la que falleció. La gente piensa que murió de un infarto.

*S7venteen:* Déjame que lo busque en Google, a ver si es verdad o si te
lo estás inventando…

*Grotesque:* Búscalo.

*Drak:* Esto se pone interesante; voy a buscarlo yo también.

*MrJones122:* Pues lo buscaré yo también.

*Victorc4000:* A ver que dice…

*S7venteen:* ¿Qué cojones? Me sale un mensaje raro…

*Drak:* Sí, son letras juntas sin sentido… ¿sabías eso, Grotesque?

*Grotesque:* Nadie quiere que sepáis quien es. En ningún lugar lograréis
encontrar la respuesta. Solo yo lo sé todo.

*Victorc4000:* Whatafac.

*Victorc4000:* Hay un botón debajo del mensaje raro que dice “Stop”. ¿A
qué se refiere?

*Drak:* Sí, yo también lo tengo.

*Grotesque:* A eso iba ahora. Ni se os ocurra pulsar ese botón. NO LO
HAGÁIS.

*MrJones122:* ¿Qué ocurre? ¿Es un virus?

*S7venteen:* Todo esto es una estupidez.

*Grotesque:* Es algo mucho peor. Estáis bajo vuestra propia decisión,
pero ya os aviso, no lo hagáis.

*S7venteen:* Le acabo de dar.

*Grotesque:* Gilipollas.

*Urkin:* Grotesque, vale que quieras contar historias de terror, pero
olvídate de insultos.

*Victorc4000:* ¿Qué ocurre S7ven, es un virus?

*S7venteen:* Qué virus ni qué niña muerta, no ocurre nada… me aparece
una pantalla en blanco y nada más.

*Grotesque:* Urkin, en esto no te metas, tú haz tu trabajo. y S7venteen,
te arrepentirás de lo que has hecho.

*Grotesque:* ¿Alguien de vosotros ha intentado unirse a este chat con el
nombre de SFTSmile? Es una cosa imposible. Vosotros lo veréis extraño,
pero a mí me parece completamente normal.

*Urkin:* Entre mi trabajo también está expulsar usuarios como tú.

*Victorc4000:* ¡Es verdad, no se puede unirse con ese nombre!

*S7venteen:* Este tío nos está vacilando. Expúlsalo!

*MrJones122:* Sí, yo también me estoy cansando del tío este. Lo del
nombre será por algún error de la página, no sé que le ves de extraño.

*Grotesque:* Os arrepentiréis.

Urkin ha expulsado a Grotesque.

* MrJones122:* Por fín se ha ido. Ya me empezaba a cansar.

*S7venteen:* Bien Urkin, bien.

*S7venteen:* Un momento, me tengo que ir a mear. Ahora vuelvo.

*Drak:* Perdón por no comentar este tiempo, había ido a por algo de comer.

*Victorc4000:* ¿A nadie le parece raro lo del nombre? No hay manera, no.

*Drak:* La verdad es que es raro. Ya lo he probado pero no se puede. Me
sale un mensaje de error.

*MrJones122:* ¿De qué hablamos ahora?

*Victorc4000:* No sé, yo quería hablar de películas, ¿alguien se apunta?

*CoolGuyPOP:* ¡Heeeey!

*Victorc4000:* ¿Tú quien coño eres?

*CoolGuyPOP: * Si he estado aquí todo el rato, solo que no he
conversado, trollface.

*Drak:* Ah, si eres el de antes. ¿Qué era lo interesante que decías que
había aquí?

*CoolGuyPOP:* ¿Quién coño eres tú?

*MrJones122:* Estoy empezando a echar en falta las estupideces de
Grotesque jajaja.

*Drak:* Soy el de antes, el de la sala 28, ¿Que no te acuerdas?

*Victorc4000:* Pero si solo hay 25 salas, no puedes haber estado ahí.

*CoolGuyPOP:* y que yo recuerde nunca he hablado contigo, eh. Puede que
te hayas confunido de nombre de usuario, la verdad es que hay mucha
gente “Cool” por aquí, heh.

*Drak:* No solo estaba yo, también estaba una chica.

*Victorc4000:* Imposible.

*MrJones122:* ¿No creéis que S7venteen está tardando mucho?

*Victorc4000:* Sí que tarda, hace poco menos de 10 minutos que no dice nada.

*CoolGuyPOP: * Bueno… ¿Qué os contáis?

*Drak:* Su nombre era Sara15. Lo recuerdo, aun tengo guardada la
conversación. Un momento…

*Victorc4000:* Voy a enviar un zumbido a S7ven…

*Drak:* Coño, pues no la tengo, no.

*CoolGuyPOP: * Qué soso está el ambiente, ¿no?

*MrJones122:* Yo veo buen ambiente, ten en cuenta que hay 25 salas
diferentes, ves al que quieras. A esta sala la llamaremos “La Sala de
los Aburridos”.

*Victorc4000:* Se habrá quedado dormido. ¿Cuántos quedamos entonces?

*Drak:* Cuantos menos seamos mejor, así podemos mantener una
conversación lógica sin que venga ningún troll a cambiar el tema jajaja.

*Drak:* ¿Sabías tú CoolGuyPOP lo de SFTSmile?

*CoolGuyPOP:* ¿Lo qué?

SFTSmile se ha unido a la sala 17.

*Drak:* ¿Qué coño?

*Victorc4000:* ¡Ostia, alguien haciéndose pasar por el tío de la
historia! ¡Qué original!

*Drak:* Pero si nadie podía unirse con ese nombre…

*CoolGuyPOP: * En serio tíos, no me entero de nada.

*Drak:* ¿No decías que habías estado todo el tiempo con nosotros?

*CoolGuyPOP:* Sí bueno, en una pestaña de Internet, todo el rato
estaba en otra página.

*MrJones122:* No le deis importancia, solo es un troll.

*MrJones122:* Le he enviado un MP a S7venteen. Parece que no está
disponible…

*SFTSmile:* S7venteen está muerto.

*CoolGuyPOP:* ¿Sabéis en qué página estaba?

*MrJones122:* No nos interesa saberlo, CoolGuy.

*Victorc4000:* Ya, claro, más muerto que la mojama. Urkin, expulsa a
este tío.

*Victorc4000:* Un mensaje solo y ya te queremos expulsar, felicidades
SFTSmile.

*Urkin:* Dejad de citarme, ya estaba aquí. ¿Qué ocurre?

*Drak:* No ocurre nada, tranquilo.

*MrJones122:* No es la primera vez que S7venteen se va por un momento y
regresa horas después. Solo es cuestión de tiempo.

*Drak:* ¿Por qué tantas ansias de que regrese, Jones?

*MrJones122:* Necesito decirle una cosa.

*CoolGuyPOP: * Nadie me hace caso D.

*Urkin:* SFTSmile, necesitas verificar tu edad, es obligatorio en este foro.

*Victorc4000:* Es un niñato, seguro. Y pretende que le tomemos en serio.

*CoolGuyPOP: * Esto parece interesante, ¿quién es SFTSmile?

*Drak:* Es una historia que nos contó un usuario llamado Grotesque. Un
momento, que ahora te hago un copiar y pegar.

*Victorc4000:* En serio, ¿nadie cree que desde que se unió Grotesque
esto ha dejado de ser divertido?

*Drak:* SFTSmile es el nombre de usuario de una persona que murió
mientras chateaba en estos chatrooms. Nadie supo de qué murió. No
habían rastros de sangre en la habitación en la que falleció. La gente
piensa que murió de un infarto.

*CoolGuyPOP: * Coño… ¿Y eso es verdad?

*Drak:* Supongo que no.

*Drak:* También dijo que nadie puede unirse al chat con ese nombre.
Compruébalo tú mismo.

*Drak:* @Victorc4000 La verdad es que Grotesque le dio un poco de
curiosidad y emoción a esto, que ya de por sí es bastante aburrido jajaja.

*MrJones122:* ¿A nadie le está dando un poco de mal rollo todo este asunto?

*Victorc4000:* Yo sigo queriendo saber si esto tiene más historia, la
verdad es que una película de esto estaría bastante bien.

*CoolGuyPOP: * En serio, estoy grabando toda esta conversación con
Camtasia, me estoy partiendo el culo con vuestros comentarios x’D.

*Drak:* Pues no sé que le ves de gracioso…

*Urkin:* SFTSmile, necesitas verificar tu edad, se te será expulsado si
no cumples la norma.

*MrJones122:* Uuu, vamos a tener que preparar una cuenta atrás para el
señor Smile… ¿no os parece?

SFTSmile ha expulsado a Urkim.

*MrJones122:* PERO QUÉ COJONES!

*Victorc4000:* ¡El puto SFTSmile tiene el control del chat!

*Drak:* Ahora si que estoy asustado. Me largo de aquí.

*CoolGuyPOP: * En serio, ¿esto es algún juego? Jajaja.

*MrJones122:* No coño, esto va en serio. Debe de ser alguna broma.

*MrJones122:* Urkin coño, vuelve ya.

*Drak:* ¡NO Se ME CIERRA LA PÁGINA!

*Drak:* ¡NO Se ME CIERRA!

*MrJones122:* Ostia puta es verdad, no se cierra.

*Drak:* PUTA MIERDA NO ME VA EL MOUSE, NO FUNCIONA EL CLICK!

*Victorc4000:* ¡NOS HAN HACKEADO!

*Victorc4000:* Voy a parar el ordenador D:

*CoolGuyPOP: * SFTSmile, en serio, deja ya de hacer gilipolleces.

*Drak:* ¡NO Se ME PARA EL ORDENADOR! Le doy al botón y se apaga, pero el
ordenador sigue encendidoooo!

*Victorc4000:* MIERDA NO Se ME PARA!

*MrJones122:* ¿QUÉ COÑO ESTÁ PASANDO?

*MrJones122:* ¡LA PUTA PANTALLA TAMPOCO Se APAGA!

*SFTSmile:* No os dejaré huir. Debéis seguir en el chat.

*CoolGuyPOP:* Esto no tiene gracia. No sé que coño pasa.

*MrJones122:* ¡VETE A LA MIERDA!

*Victorc4000:* ¡¡¡Por qué cojones no puedo abrir otras páginas!

*Victorc4000:* ¿SEGUIR EN EL CHAT? Anda tus cojones. Nos has hackeado
gilipollas.

*CoolGuyPOP: * Te denunciaré.

*Victorc4000:* Eso no arregla nada, CoolGuy.

*Drak:* ¿y QUE COÑO HACEMOS AHORA Smile?

*Victorc4000:* Eso, eso, que hacemos.

*SFTSmile:* Haced todo lo que os diga.

*Drak:* YA CLARO…

*MrJones122:* Sí, ahora me desnudo, me hago una foto y la cuelgo aquí no
te jodes…

*Victorc4000:* Me acaba de aparecer una barra debajo del chat.

*Drak:* A mí también…

*MrJones122:* y a mí… ¿Eso también lo controlas tú Smile? Puto hacker
de mierda.

*SFTSmile:* Esa es la barra de vida que acabo de incluir en vuestros
sistemas informáticos. Si seguís mis instrucciones y no utilizáis la
mentira en ningún caso, no os ocurrirá nada.

*Drak:* HACKER DE MIERDA!

*MrJones122:* ¿No nos ocurrirá nada? Si no seguimos tus instrucciones
¿Qué ocurre eh?

*SFTSmile:* Moriréis.

*Victorc4000:* ¿Acaso sabes donde vivo? ¿Tienes armas suficientes para
entrar y matarme, gilipollas?

*MrJones122: * Vale que seas un hacker, pero de eso a que seas un asesino…

*Drak:* De todas maneras me sigue dando miedo.

*CoolGuyPOP: * ¿Moriremos? XD Ya me haces gracia y todo.

*SFTSmile:* Primero de todo decidme vuestro nombre y edad.

*Victorc4000:* No pienso darte mi edad gilipollas de mierda.

*MrJones122: * Marc, 18 años.

*CoolGuyPOP: * Eric, 25 años.

*Drak:* Yo tampoco pienso decírtela.

*Victorc4000:* EH ME HA BAJADO LA BARRA QUE COÑO HAS HECHO GILIPOLLAS.

*MrJones122: * Creo que debes de decirla o te bajará más aún.

*Drak:* ¡¡¡A mí también me ha bajado!

*CoolGuyPOP: ¡A MI Se ME HA QUEDADO A LA MITAD! QUE COÑO.

*SFTSmile:* Datos de MrJones122 correctos. Datos de CoolGuyPOP
incorrectos. Necesarios datos de Drak, CoolGuyPOP y Victorc4000.

*Drak:* Vale coño, me llamo Daniel, tengo 17 años.

*Victorc4000:* Yo me llamo Víctor. ¿Para que coño quieres saber mi edad?
¿EH?

*SFTSmile:* Datos de Drak correctos. Necesarios datos de CoolGuyPOP y
Victorc4000.

*CoolGuyPOP: * ¿DATOS INCORRECTOS? ¡ES MI PUTA EDAD MACHO!

*CoolGuyPOP:* ¡¡¡¡¡¡NO ME LA BAJES MÁS COÑOOOOOOOOO!

*MrJones122: * CoolGuy, algo me dice que nos estás engañando. Di la
verdad, tú no tienes 25.

*Victorc4000:* Tengo 16… ¿Contento?

*CoolGuyPOP:* JODER…. Vale, tengo 11 años.

*Drak:* Al final todo esto será una puta broma de algún maníaco…

*MrJones122: y al final el fan “superguay” del POP del chat es un crío
de menos de 12. Qué guay.

*CoolGuyPOP:* GILIPOLLAS.

*SFTSmile:* Datos de CoolGuyPOP y Victorc4000 correctos. Muchas gracias
por su colaboración.

*Drak:* Yo estoy empezando a tener sueño, eh.

*MrJones122: * Yo también teniendo en cuenta que son más de las 12 de la
noche…

*CoolGuyPOP:* y que será lo próximo SFTSmile?

*SFTSmile:* Si abandonáis el ordenador, quedáis descalificados.

*Drak:* ¿Descalificados?

*CoolGuyPOP:* ¿Qué coño quieres decir?

*MrJones122:* Creo que se refiere a que estaremos muertos.

*Victorc4000:* ¿y si nos quedamos dormidos?

*SFTSmile:* También.

*Victorc4000:* Mierda.

*MrJones122: * Bueno… tú eres nuestro anfitrión, tienes que entretenernos.

*Drak:* ¿Qué debemos hacer ahora?

*CoolGuyPOP:* Yo quiero irme a dormir…

*Victorc4000:* Supongo que esperar a que nos de alguna nueva orden.

*Drak:* Somos 4 en total, teniendo en cuenta de que Urkin ha sido
expulsado y S7venteen sigue sin estar conectado.

*Victorc4000:* ¿De qué hablamos ahora?

*Victorc4000:* Al fin y al cabo lo único que podemos hacer es chatear.

*SFTSmile:* [LINK.

*Victorc4000:* ¿Qué es ese link?

*MrJones122: * Es una foto de un tío muerto…

*CoolGuyPOP:* QUE ASCO.

*Drak:* ¿Alguien sabe quien es ese?

*CoolGuyPOP:* EN SERIO TÍO, ESTÁS ENFERMO.

*MrJones122: * No…

*Drak:* ¿No qué?

*Victorc4000:* ¿Quién es, SFTSmile?

*MrJones122: * No puede ser…

*Drak:* ¿Sabes quien es?

*MrJones122: * Es s7venteen.

*Drak:* ¿Cómo lo sabes?

*CoolGuyPOP:* AAAAAAA ME QUIERO IR DE AQUIIII!

*MrJones122: * Él y yo éramos amigos…

*Victorc4000:* No puede ser, no puede ser…

*Victorc4000:* Voy a llamar a la policía HIJO DE PUTA.

*Drak:* Creo que si seguimos diciendo en el chat todo lo que haremos,
nos bajará cada vez más la barra.

*Victorc4000:* ¿Qué coño quieres decir?

*Drak:* No digas que vas a llamar a la policía, simplemente llámala sin
que SFTSmile lo sepa.

*CoolGuyPOP:* Qué imbécil eres Victor.

*MrJones122: * ¿y tu no vives con tus padres CoolGuy, no se lo has
comentado, eh?

*CoolGuyPOP:* Ellos han salido a cenar toda la noche, estoy solo.

*Drak:* Que putada que todos vivamos solos…

*Drak:* ¿Me equivoco?

*Victorc4000:* Te equivocas, yo soy menor, vivo con mis padres pero se
han ido a hacer unos recados.

*Drak:* ¿A estas horas?

*Victorc4000:* Sí, aunque también es raro…

*CoolGuyPOP:* ¿Alguien está en casa acompañado?

*Victorc4000:* No…

*Drak:* No.

*MrJones122: * No.

*Victorc4000:* Creo que esto es una especie de reunión sorpresa…

*Drak:* ¿Una casualidad?

*Victorc4000:* No, esto debía pasar. SFTSmile lo tenía todo planeado.

*Victorc4000:* Parece que SFTSmile no solo controla nuestros
ordenadores, parece que también nuestras casas…

*Drak:* ¿¡QUÉ?!

*Victorc4000:* Los teléfonos no funcionan.

*Drak:* Por qué me tiene que pasar esto a mí…

*MrJones122: * Tengo muchas dudas. Esto debe tener relación con algo…

*CoolGuyPOP:* Es verdad, a mí tampoco me funcionan. Vale, quien no se

tome esto en serio ya es idiota.

*Victorc4000:* Mira quien habla, el que al principio se tomaba en broma
la situación.

*Drak:* ¿Qué dudas?

*MrJones122:* He estado repasando las conversaciones del chat.

*MrJones122: * El usuario Skrufassss estuvo gritando socorro y ayuda
hasta que Urkin lo expulsó.

*Victorc4000:* Es verdad, nadie le hacía caso… Creo que SFTSmile ya
estaba en acción en ese momento.

*MrJones122: *No quería que estuviese en la reunión… al igual que Urkin,
el administrador…

*MrJones122: *Grotesque seguro que tiene relación con esto. Debía de ser
amigo de SFTSmile.

*Drak:* Seguro.

*Victorc4000:* ¿y ese que se llamaba chicoexplosivo o algo así?

*MrJones122: * Ese solo buscaba rollo, no creo que tuviese relación con
el tema.

*SFTSmile:* Mostradme vuestras contraseñas.

*Victorc4000:* Pero si ya tienes nuestro control… ¿acaso no te cuesta
tener nuestras contraseñas?

*CoolGuyPOP:* ABCDEFG123.

*Drak:* CoolGuyPOP, ¿no tienes en cuenta el peligro de mostrar tu
contraseña?

*CoolGuyPOP:* Ya tengo bastante jodida la barra, ¿sabes?

*MrJones122: * 221SENOJRM.

*Victorc4000:* Bueno, que mas da ya… 456321432.

*Drak:* ¿Qué será lo próximo? ¿Nuestra dirección para ir a visitarnos?

*Drak:* Está bien… danielabellan123.

*Victorc4000:* Ahora supongo que nos felicitarás, ¿no?

*SFTSmile:* Muchas gracias por vuestra colaboración.

*Victorc4000:* De nada hijo de puta.

*Drak:* Si nos leyera alguien se estaría partiendo el culo…

*MrJones122: * Además de que nos hackearía.

*CoolGuyPOP:* Mi descripción ha desaparecido.

*Victorc4000:* Lógicamente.

*Drak:* La mía también.

*MrJones122: * El efecto hacker ha comenzado, parece.

*Victorc4000:* Jodeer…

*Victorc4000:* Sí, parece que nos ha borrado a todos la descripción.

*Drak:* ¿Para qué cojones quieres borrarnos la descripción?

*Grotesque:* Habéis caído en la trampa de lobo.

*MrJones122:* DE DONDE COÑO HAS APARECIDO CABRÓN.

*Drak:* ¿Tú tienes algo que ver con esto?

*Victorc4000:* El muy hijo de puta nos ha estado espiando sin decir nada.

*CoolGuyPOP:* PIDE AYUDA, NO NOS FUNCIONA NADA.

*Grotesque:* Yo sobreviví a la anterior reunión de SFTSmile.

*Drak:* ¿De que estás hablando?

*Grotesque:* No es la primera reunión que crea. Cada 1 año y 3 meses
vuelve SFTSmile y reúne a 5 personas para jugar a su diabólico juego con
ellos. Yo fui el único sobreviviente de la anterior reunión.

*CoolGuyPOP:* ¡GROTESQUE NO ESTABA EN LA LISTA DE CONECTADOS!

*Victorc4000:* ¿QUÉ? ¿5? ¡Pero si solo somos 4!

*Grotesque:* Uno de los 5 pulsó el botón prohibido.

*Victorc4000:* ¿Qué MIERDA DICES?

*Drak:* Creo que se refiere a S7venteen; el pulsó ese botón que decía
“Error”…

*MrJones122: * Ahora todo tiene sentido…

*CoolGuyPOP:* No, ahora NADA tiene sentido, joder.

*Grotesque:* Mi trabajo es avisar a los próximos invitados de la reunión
que SFTSmile volverá.

*Grotesque:* Mucha suerte en la reunión de las risas.

Grotesque ha abandonado la sala.

*Drak:* Gracias…

*CoolGuyPOP:* La puta madre que te parió.

*Victorc4000:* Osea que solo uno sobrevive…

*MrJones122:* Me pido la victoria.

*Drak:* Ja Ja Ja…

*Victorc4000:* ¿¡POR QUE COÑO NO NOS DIJISTE ESTO ANTES?!

*CoolGuyPOP:* ¿Pero como coño se supone que nos mata? ¿Entra en nuestra
habitación de la nada y ya?

*CoolGuyPOP:* Eh… mi barra ha desaparecido…

*MrJones122:* CoolGuy, has desaparecido de la lista de conectados…

*CoolGuyPOP:* alguien ha entrado en mi casa.

*MrJones122:* ¿Es coña no?

*CoolGuyPOP:* Mierda, voy a mirar quien es.

*Victorc4000:* Serán sus padres, al fin y al cabo solo tiene 11 años.

*Drak:* CORRE, ESCONDETE, CORRE!

*Victorc4000:* ¿En serio Drak? xD.

*Drak:* No sé vosotros, pero ya mató a S7venteen.

*MrJones122:* Eso será un montaje… ¿Seguís creyendo que SFTSmile es un
asesino? ¿Y que nos matará?

*Drak:* ¿CoolGuy? ¿Estás ahí?

*Victorc4000:* Tranquilízate Drak, no “matará” a un crío…

*Drak:* MIERDA COOLGUY VA A MORIR.

*Victorc4000:* Ya no está en la lista de conectados, ¿le han expulsado
en secreto o se ha desconectado él mismo?

*Drak:* NO QUIERO MORIR JODER.

*Drak:* NADIE NOS LEE JODER.

*Victorc4000:* Tranquilízate Drak, estás paranoico.

*CoolGuyPOP:* 7 7y4s fdgdf.

*Drak:* ¿Qué dices? ¿Estás ahí?

*MrJones122:* Parece que alguien se ha quedado dormido encima de un teclado.

*Victorc4000:* … ¿En serio?

*Drak:* Oh mierda, está muerto, está muerto!

*Victorc4000:* Pero tío, ¿vas en serio o solo quieres asustarnos?

*SFTSmile:* Solo quedáis 3. CoolGuyPOP ha sido descalificado.

*Drak:* HIJO DE PUTAAAAAAAAAAAAAA!

*MrJones122:* ¿Está muerto? ¿Ah si? Pues enséñanos una foto, anda.

*Victorc4000:* Eso, eso, queremos una foto.

*MrJones122:* Eso me huele a farsa total.

*Drak:* Espero que sea una broma joder.

*Victorc4000:* ¿A qué esperas SFTSmile?

*MrJones122:* Este nos está intentando asustar durante todo este tiempo.
Es un hacker, pero no un puñetero asesino.

*Victorc4000:* Vengaaaa…

*Drak:* Si nos hackea puede saber nuestra dirección… y nuestros datos
personales…

*MrJones122:* Este tío nos vacila.

*Victorc4000:* Te pillamos, SFTS, eres un mentiroso.

*Drak:* Sí ¡mentiroso! ¡Cabrón!

*SFTSmile:* [LINK.

*MrJones122:* ….

*Victorc4000:* No pienso entrar.

*Drak:*
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!

*MrJones122:* Qué hay dentro Drak…

*Victorc4000:* No, por favor…

*MrJones122:* QUÉ HAY DENTRO.

*Drak:* Dios mío ayúdame…

*MrJones122:* QUÉ COÑO HAY DENTRO.

*Victorc4000:* No… NO… ¡No! No, JODER No, JODER No, JODER Noooo!

*MrJones122:* Decidme que no es él.

*Drak:* Sí!

*Drak:* Y tiene el chat delante de él.

*MrJones122:* ¿Pero está…

*Drak:* Muerto.

*Victorc4000:* Es decir, no puedo acceder a ninguna otra página, ni
apagar el ordenador, ni llamar a nadie… ¡¡¡paso de ti, SFTSmile!!!

*Drak:* Qué vas a hacer.

*Victorc4000:* No pienso decirlo, de eso se trataba.

*MrJones122:* Dios, si esto va en serio…

*Drak:* No abandones el ordenador…

*MrJones122:* No lo hagas… dios mío…

*Drak:* ¡MORIRÁS! ¡TÚ No! ¡OTRO MÁS NO JODEEEER!

*Drak:* ¡VÍCTOR! ¡VÍCTOR!

*MrJones122:* Otro más no…

*Drak:* ¡NO PUEDO ENVIARLE ZUMBIDOS! VÍCTOR!

*Victorc4000:* Coño tranquilo, aun no he hecho nada.

*Drak:* Según contaba esa leyenda si abandonas el PC mueres, ¡NO LO
HAGAS JODER QUE EL TÍO ESTE VA EN SERIO Y NOS MATARÁ!

*MrJones122:* Ahora ya si que estoy loco.

*Victorc4000:* Estáis paranoicos total.

*Victorc4000:* Mirad, tengo una idea.

*Drak:* ¿Qué idea?

*Victorc4000:* Al fin y al cabo ya me da igual…

*MrJones122:* Dios…

*Victorc4000:* Este mensaje va para ti SFTSmile.

*MrJones122:* Cuidado con la barra Víctor…

*Victorc4000:* Hacemos un trato. Drak, Jones y yo seguimos sin creerte.

*Drak:* Oye, yo.

*Victorc4000:* Calla.

*Victorc4000:* Para que definitivamente te creamos debes enseñarnos tu
rostro. Y nada de máscaras.

*MrJones122:* Eso. Buena idea.

*Drak:* Me parece buena idea.

*Victorc4000:* ¿Aceptas?

*MrJones122:* Venga…

*SFTSmile:* Yo tengo una idea mejor. Os mostraré una grabación.

*Drak:* Perfecto.

*MrJones122:* Esto me da mala espina.

*Victorc4000:* Más que perfecto.

*Drak:* ¿Cuándo nos la mostrarás?

*SFTSmile:* Solo debéis esperar.

*Victorc4000:* ¿Y qué hacemos de mientras?

*SFTSmile:* Esperar.

*MrJones122:* Oye, esto pasará a ser noticia en los periódicos…

*Drak:* Sí, una vez estemos todos muertos…

*Victorc4000:* “Cinco chavales asesinados delante de un ordenador”. Y al
día siguiente nadie nos recordará…

*MrJones122:* Menuda putada.

*MrJones122:* SFTS es nuestro anfitrión y nosotros sus invitados ,¿no?

*Victorc4000:* Supongo…

*MrJones122:* Pues debería mantenernos ocupados o entretenernos con algo
¿me equivoco?

*Drak:* Yo ya tengo sueño…

*MrJones122:* ¿Nos estás leyendo, SFTSmile?

*Victorc4000:* ¿Qué pretendes?

*MrJones122:* Al fin y al cabo estamos hablando con un asesino en serie
que puede matarnos cuando le venga en gana.

*SFTDrak:* Oye, ¿ a vosotros también se os ha puesto la pantalla en rojo?

*MrJones122:* Coño, tu nombre ha cambiado.

*SFTDrak:* Ostia, es verdad.

*VictorSmile:* Nos está cambiando el nombre.

*SFTSm122:* Solo pretende jugar con nosotros, tranquilos.

*SFTSmile:* ¡Miradme, soy un asesino!

*SFTSmile:* Menuda parida es esta…

*SFTSmile:* Os preguntaréis porqué os hago esto.

*SFTSmile:* LOL. Esto mola.

*SFTSmile:* ¿Por qué?

*SFTSmile:* ¿Para divertirnos, eh?

*SFTSmile:* Ahora vosotros sois el asesino.

*SFTSmile:* Dime donde vives y te mato.

*SFTSmile:* ¿Perdón?

*SFTSmile:* No te entiendo…

*SFTSmile:* Hay una razón para todo. Vosotros estáis reunidos en este
chat por una razón.

*SFTSmile:* Interesante…

*SFTSmile:* ¿Qué razón?

*SFTSmile:* Todos vivís en el mismo piso.

*SFTSmile:* Javier en el 1º 3ª, Daniel en el 6º 1ª y Marc en el 2º 4ª.

*SFTSmile:* Ostia…

*SFTSmile:* Vale, ¿y qué dices que debemos hacer?

*SFTSmile:* Mataros entre vosotros.

*SFTSmile:* Y una puta mierda, yo no mato a nadie. Excepto a ti, gilipollas.

*SFTSmile:* ¿En serio? No, no voy a hacerlo.

*SFTSmile:* Yo tampoco.

*SFTSmile:* Un momento, ¿ya podemos salir de nuestras casas?

*SFTSmile:* Sí. Pero no hagáis tonterías.

*SFTSmile:* Estoy dentro del piso. Cumplid mis reglas y todo saldrá bien.

*SFTSmile:* Todas las puertas del bloque de pisos están cerradas excepto
vuestras tres. Cualquiera puede entrar en vuestro piso sin ninguna
llave. Los demás pisos están desocupados, ya me encargué de ellos.

*SFTSmile:* ¿Estás dentro de nuestro piso? ¿Dónde?

*SFTSmile: * Yo no me muevo de mi piso.

*Victorc4000:* Yo tampoco.

*Drak:* Ya nos ha vuelto nuestro nombre ¿qué pasa?

*MrJones122:* Queda una cosa pendiente contigo, SFTSmile.

*Victorc4000:* ¿Qué cosa dices?

*MrJones122:* Queríamos verte el rostro, ¿recuerdas?

*Drak:* Cierto. Muéstralo, venga.

*SFTSmile: * [LINK.

*Drak:* Es un link a YouTube, ¡por fin podemos ir a un lugar externo! El
vídeo es en directo, parece.

*SFTSmile:* Os he bloqueado las demás páginas. Solo podéis acceder a ese
enlace.

*Drak:* OSTIA PUTA.

*Victorc4000:* ESTÁ EN NUESTRO PORTAL.

*MrJones122:* Con tu capucha no se te ve la cara. Muéstrala.

*Drak:* ES UNA CHICA!

*Drak:* OSTIA PUTA SUJETA LA CABEZA DE UN TÍO.

*MrJones122:* Creo que voy a vomitar…

*MrJones122:* Coño, es una tía, es verdad.

*Drak:* Ostia… ahora todo tiene sentido…

*MrJones122:* Drak, acaba de decir tu nombre…

*Drak:* Es ella…

*MrJones122:* ¡¿Quién coño es, Drak?!

*Drak:* … SARA 15… FiveTeen…

*MrJones122:* ¿Quién coño es?!

*Drak:* Joder… Hablé con ella al principio…

*MrJones122:* Oye, hay alguien detrás de ella…

*Drak:* Es verdad…

*Drak:* Oye… ¿Dónde está Javier?

*MrJones122:* Ostia Drak ¿lo estás viendo? ¡Le está intentando matar!

*Drak:* COÑO, ÉL ES JAVIER!

*Drak:* OH MIERDA!

*MrJones122:* dfh dfghr657.

*Drak:* MRJONES!

*Drak:* EEEEEEEHHHH!

*MrJones122:* acabo de vomitar…

*Drak:* ¡LE HA MATADO! ¡SARA HA MATADO A JAVIER, JODER! ¿QUE NO VES EL
VIDEO?

*MrJones122:* Mierda, viene hacia mí… Me lo voy a cargar.

*Drak:* No, JONES, NO…

*Drak:* Ostia, la página se ha ido, ¡solo está el chat!

*Drak:* Jones…

Drak envía zumbido a MrJones122.

Drak envía zumbido a MrJones122.

Drak envía zumbido a MrJones122.

*Drak:* Jones…

*Drak:* DIOS.. NO.

5 horas mas tarde...

Chicoexplosivo11 se ha unido a la sala.

*Chicoexplosivo11:* Ostia santa madre de Dios, ¿qué coño ha pasado aquí?

*Chicoexplosivo11:* ¿No hay nadie?

*Chicoexplosivo11:* ¿Hay alguna chica guapa por aquí?

Sara15 se ha unido a la sala.

*Chicoexplosivo11:* Hola Sara, ¿Cuántos años tienes guapa?

Masacre en Alcobendas.

Ha habido una masacre en un complejo de apartamentos en Alcobendas,
Madrid. Se descubrió el sorprendente número de cinco víctimas, entre la
mayoría jóvenes. Dos cadáveres fueron encontrados en la portería del
edificio; uno de ellos decapitado y el otro desmembrado. Las otras tres
víctimas se localizaban en pisos diferentes: los tres varones fueron
encontrados en sus cuartos de habitación, masacrados delante de sus
ordenadores, utilizando la misma página: The Chatroom.

Los habitantes de la calle están atemorizados por el suceso y aseguran
no haber oído ningún grito en el interior del edificio. Sucedió por la
noche, pero no se sabe la hora exacta. La página nombrada anteriormente
ha sido confiscada como prueba del crimen por la policía.

Hay rumores que hablan sobre un pacto suicida que se hizo en el chat,
mientras que otros hacen referencia a una leyenda urbana de la página. Y
aunque se desconoce al culpable, lo más curioso de todo es que cada
quince meses se encuentra un suceso parecido en algún rincón de Madrid,
desde el primer incidente registrado en la Calle de la Sonrisa. Se
seguirá investigando el caso.

si as yegado asta aquí y no te gustó la historia, te pido que no te desanimes, esta es mi faborita, pero es la mas lebe que tengo, te pido que te quedes, si esta no te gustó, quisá las otras si lo agan.

saludos y asta pronto, se despide, el nigromante

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2. leon_trotsky,

tremendoooo bro. sigue poniendo historias! me gustó mucho esta... adema´s que la leí a plena madrugada y solo. nada mal, eh?

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3. pia_gc ,

yo también, leída sola a las 7 de la mañana

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4. tyrion-lannister,

Yo lo estaba leyendo pero tanto asterisco asterisco asterisco me atarantó el oído un poco y degé inconclusa la lectura. puede que luego le de una releída. Solo como consejo, si quieres dar a entender que el * es cuando habla un jugador, puedes usar el signo guion largo que se suele usar en los libros para el mismo efecto. lo puedes encontrar con el comando incert 4 en jaws, si usas otro lector pues ni idea. Lo incertas y ya después para hacerlo mas fácil solo lo copias y lo vas pegando donde quieres ponerlo. vendría a ser algo como el equivalente de pulsar shift mas, (comando en mi teclado para el asterisco) solo que pulsando control v. Espero no se tome a mal este comentario. Es solo una breve sugerencia para facilitar la lectura ya que en lo personal, no estoy acostumbrado a leer con asteriscos y tanto uso de dicho signo me confundió un poco..

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5. Alexander-Mortem,

primero que nada, para tirion, agradesco mucho tu sugerencia amigo, me disculpo, berás, la historia no es mía, yo solo la descargué, quité los enlaces y pegué aquí, y yo uso nvda, pero nunca me berbalisó los signos, poreso no tenía ni idea, espero que esta historia te guste y puedas leerda, aclaradas las cosas.

hola chicos, yo soy alex-mortem, el nigromante, bienbenidos a mi casa.

sin mas por agregár.

el nigromante precenta?

Huésped...

Ya van, aproximadamente, unos cuatro meses transcurridos desde aquél
fatídico día en donde comenzó a desatarse el infierno en mi vida.
Créanme, sé que puedo y tiendo a exagerar un poco las cosas pero el
vocabulario humano no ha encontrado ninguna otra palabra que describa mi
horrenda situación. Lo que me pasó hace dos meses atrás será una prueba
irrefutable de que, hay cosas que ni las altas ciencias o las más
extraordinarios filosofías puedan describir y saber acertadamente.

Mi casa está a veinte kilómetros afuera de la ciudad. Se encontraba
perdida entre un mar de árboles; un bosque lúgubre y desolado que no
hacia nada más que perder a los desafortunados que llegaban y no sabían
marcharse. Compré esa casa humilde porque, tenía que conseguir un lugar
en dónde vivir, que sea económico (y que no haya tenido que invertir
mucho dinero en remodelaciones) y que puedo trasladarme teniendo una
vista hermosa. Obviamente, conseguí esa casa.

La casa era increíblemente hermosa. Una casa de tres pisos con una
fachada de miles de tejas compiladas entre sí. Color blanco; aunque muy
desgastado con una cochera enorme que parecía más o menos un camino de
cincuenta metros y un patio increíblemente grande con árboles enormes y
arbustos hacia los lados. Tenía también un taller de herramientas al
lado izquierdo y un rió más allá del patio que, más o menos, a unos
cuántos kilómetros se perdía para encontrarse con el mar de Portugal.
Por dentro, después de la puerta se encontraba, del lado derecho, la
sala; con una chimenea grande que se perdía hacia la cocina. Del lado
izquierda se encontraba la oficina principal, en donde podía hacer mi
trabajo de escritor sin ser interrumpido. En el frente estaban las
escaleras. Me dí un pequeño susto cuando al subir por las escaleras se
escuchaba un crujido lúgubre que me hacía pensar que las escaleras no
habían sido usadas en mucho tiempo; después de todo, pensé que
terminarían rompiéndose y yo cayese para romperme un brazo o una pierna.
En la parte de arriba eran 6 habitaciones, todas con un sentido de la
madera un muy excesivo. Caminando por las escaleras más arriba me
encontré con el ático, muy oscuro y tenebroso para mi gusto. Quien era
experto, hubiese podido decir que la casa era del siglo XVII, pero se
confundía también con el siglo IX.

Los propietarios anteriores no habían mencionado el terrible suceso que
se apoderó de esa casa, cuatro años atrás. Un terrible asesinato en
donde una secta satánica había masacrado, sí, masacrado a seis de sus
miembros, cortándoles las manos y los pies y obligándolos a comérselos
como viles caníbales. Ellos murieron desangrados. Como un completo
escéptico y viniendo del seno de una familia generalizada al partido
comunista y por obvias razones atea, pensé que no habría ninguna
consecuencia en esto. Siempre fui un escéptico ante los hechos
paranormales, infernales y teologales; de hecho, siempre rechacé toda
idea de esta índole.

La mudanza fue un complejo suceso, ya que yo venía de la ciudad y,
técnicamente vivíamos al otro lado de donde habíamos comprado la casa.
Así que tuvimos que conseguir camiones extras para llevar toda la
inmobiliaria hacia la nueva propiedad. Recuerdo que gasté más de lo que
había planeado gastar esa tarde y nos tomó, cuatro o seis horas de
camino, más o menos.

Una vez que ordené las cosas a mi gusto, en donde deseaba colocarlas,
decidí ir hacia la tienda más cercana para comprar algo de mi cena. Nada
codicioso si es que recordamos que no deseaba gastar más dinero del que
yo tenía. Subí por las escaleras para apagar las luces de los cuartos
que había prendido para hacerme compañía, y después bajé rodeando un
poco algunas cajas que no había abierto todavía.

Encendí mi auto y manejé colina abajo para encontrar una tienda que se
llamaba «Mark’s Shop». Compré mi cena: unos panes, queso, lechuga,
tomates y cebolla para prepararme unos deliciosos sándwiches. Encendí de
nuevo mi auto y manejé de regreso a mi casa. Hubiese sido un transcurso
normal de no ser porque cuando estacioné mi auto frente a mi casa, noté
una fuente de luz muy tenue dentro de la casa. Después de colocar las
llaves en la puerta y abrirla, me percaté de que todas las luces estaban
encendidas; sin embargo, parecía que hubiesen estado encendidas por 3
días, ya que su luz no iluminaba muy bien.

Lejos de asustarme, estaba confundido. Según yo, había apagado todas las
luces pero no estaba consiente de lo que estaba siendo. Creí, por un
momento, que las había apagado pero, como ya dije antes, pude haberme
equivocado y dejarlas prendidas. Digo, no había muchas personas
alrededor y un signo de luz en aquella casa podía ser señal de que un
nuevo inquilino poseía la casa; podía hacer amigos y tener vecinos de
los que yo pensaba tener, así que no le di mucha importancia al asunto y
me dirigí a preparar mi cena.

Después de cenar, apagué todas las luces de la parte baja de la casa.
Subí las escaleras y me dirigí al baño para lavarme los dientes. Cuando
terminé, abrí el agua fría del lavabo y coloqué mis manos en ella, para
después colocar rápidamente el agua fría en mi rostro. Después de cerrar
los ojos y abrirlos, noté a través del espejo que daba reflejo a mi
cuarto, y éste a la sala, noté algo muy peculiar: las luces de la parte
baja de la casa estaban completamente encendidas. Sentí un golpe de
pánico y confusión golpear mi corazón y adrenalina siendo expulsada de
mi cuerpo a cada momento en que mi mente pensaba: “yo estoy seguro que
apagué las luces.” Lejos de pensar que era un fantasma, en realidad
pensé que era un ladrón; digo, acababa de mudarme y todavía la puerta y
la casa necesitaban un tipo de seguridad extra, así que era fácilmente
entrar.

Me quedé inmóvil por unos momentos. Sentía perfectamente que algo o
alguien estaba dentro de la casa. Esperé el tiempo que creí necesario
para salir del baño hacia mi cuarto y agarrar un bate de béisbol para
salir del cuarto e investigar. Me dirigí hacia abajo recorriendo la
sala; corriendo la oficina, la cocina, el patio, las cinco demás
habitaciones sólo para saber que no había absolutamente nadie en la
casa. Algo me dijo, una intuición que está demás contar que algo se
encontraba en el ático; sin embargo, no tenía el valor o las agallas
para subir allá arriba a altas horas de la noche, así que simplemente
dejé ir el pensamiento y me dirigí a mi dormitorio para dormir.

* * * * * *

Me desperté la mañana siguiente un poco cansado y con un frío
penetrante; podía hasta inhalar aire para luego exhalarlo y ver el
aliento congelándose. Supuse pues, que como era una casa vieja y
necesitaba remodelaciones, no tenía un sistema de calefacción; cosa que
terminé descartando cuando vi en mi oficina una pequeña puerto que
conducía al sótano. La abrí y vi hacia dentro. Podía ver como la
oscuridad se aliaba con el olor putrefacto de las cañerías y el olor
nauseabundo y mohoso de las paredes. Con mi carente sentido de
imaginación, supuse que fue, anteriormente, un laboratorio. En efecto,
se podía ver cristales y botellas rotas, así que, decidí que cualquier
cosa que llegase a necesitar después de un tiempo (como el árbol de
Navidad [no era cristiano, era ateo pero eso no me impedía decorar mi
casa con algunos objetos, ¿no?], pelotas y cosas que, bien podía poner
en la casa pero me harían quitar mucho espacio) podía colocarlos allí
temporalmente.

Recuerdo ese día como una labor sin fines, colocando cuadros por aquí,
sillas y mesas por acá, escritorios acullá. Lo que más se me complicó
fue colocar el piano en la oficina; sin embargo, quedaría perfecto si
añadiese mi Biblioteca Personal, con la cual contaba más de 7,000 libros
que mi padre había heredado de su padre y yo del mío. Me enorgullecía
poder llamarme un bibliófilo junto con mi padre que, ambos ejercíamos la
profesión de escritor. En Nueva York soñaba con ser escritor como mi
padre; sin embargo, tenía que estar pensando diariamente con la
interminable preguntar del millón: “¿y cómo subsistiré?”

Terminé de arreglar toda la casa y, las cosas que iban a ser objeto de
celebraciones por año, las coloqué en el sótano. Hubiese podido comenzar
a trabajar con algún libro, ya que tenía múltiples ideas de cómo
comenzar; mi primera idea sería: una historia de romance. Sin embargo,
algo no satisfacía mis órdenes y me sentía incómodo con el simple hecho
de que, sólo había visto una sola vez el ático y tenía esa enorme e
incorruptible curiosidad de qué es lo que había allí arriba.

Me dirigí pues, arriba al ático para saber el por qué de mi curiosidad.
Llevé conmigo mismo el bate de béisbol que había portado ayer por la
noche porque pensé que, si alguien había entrado ayer por la noche,
debía de estar allí. Un vagabundo, quizá. Coloqué la llave en el
picaporte mientras mi corazón iba latiendo a mil por hora y mi cuerpo
expulsaba adrenalina cada vez que iba abriendo lentamente la puerta.
Llegó un momento de fortalecimiento y abrí al puerta de un solo golpe
para, lo que fuese que estaba esperándome allí dentro se llevara un buen
susto. Sin embargo, mis nervios fueron en vano al solo ver unas sillas,
mesas, botellas de licor que, vagamente identifiqué como Whiskey y una
estantería vieja. Dejé exhalar una risita nerviosa como diciendo: “¡Ay,
qué loco estaba, sólo esto!”, además era comprensible porque ayer fue de
noche y no podía ver más de lo que mis ojos ofrecían; después sentí en
mi rostro una corriente de aire muy fría que me hizo arrugar la cara
para protegerme del frío que sentí en ese momento.

Me alejé, hundido en mis pensamientos y una sonrisa un poco sarcástica,
cerrando la puerta. Bajé por las escaleras y de repente, pude jurar que
escuché una risa gutural en la oficina. Rápidamente bajé, a toda prisa,
para encontrarme cara a cara con el intruso. Entré a la oficina con la
adrenalina al límite y mi bate de béisbol preparado para el ataque, pero
no encontré a nadie allí. Observé por todos lados pero no pude encontrar
el origen de aquella risa. Después, escuché un ruido como de golpe en la
cocina; corrí rápidamente hacia ella sólo para encontrarme que la
ventana estaba abierta, chocando una contra otra. Supuse que, quien
quiera que fuera, habría salido corriendo por la ventana y no se había
molestado en cerrarla; quizá para que yo no sospechara que no había
entrado nadie.

“Tranquilo, no pasa nada —me decía a mí mismo—. Te estás volviendo
paranoico, no es nada.” Sin embargo, no podía dejar de mirar el patio,
tuve la mirada puesta en un solo objeto, pero estaba hundido en mis
pensamientos, tratando de tranquilizarme a cada momento; pero no dejaba
de pensar que estaba mal.

Calló la tarde, como de costumbre me encontraba yo en mi oficina,
escribiendo un poco sobre una novela juvenil que titulé: “Punto de
encuentro: el cielo”. Había estado pensando en algunas buenas ideas
como: la historia de un chico que trataba de encontrar su propósito en
la vida y se daba cuenta, a través de múltiples experiencias con el amor
y la amistad que, no importaba qué es lo que tenías, sino a quiénes
tienes en tu vida; y que cuando moría, encontraría todas esas personas
que tanto amó en la vida, en el cielo. Eran, aproximadamente, como las
4:37 p.m. cuando mi estómago gruñó. Decidí que era hora como almorzar
así que me dirigí a la cocina para prepararme una sopa de lentejas, una
torta y pedir algo de comida china. Después de una espera un poco
razonable, el buen hombre llegó entregándome el paquete. Le di 10€,
preparé mi comida a mi gusto y me dirigí a mi oficina para seguir con mi
historia comiendo. Mi hambre se desvaneció cuando pude leer en el papel,
escrito con tinta roja que después pude identificar como sangre… Sí,
¡sangre! Por el color rojo ennegrecido las palabras: «In nomine dei
nostri Sathanas Luceri excelsi».

* * * * * *

Fui a la Biblioteca Nacional de Portugal la mañana siguiente para
llevarme prestados algunos libros. Me encontraba un poco confuso e
intrigado por aquella rara nota. Al parecer estaba escrita en latín con
tinta sangrienta. Hasta este punto, no sabía en qué confiar: si en mis
creencias o en lo que yo pensaba que podía ser creíble si alguien
quisiera asustarme, pero ¿quién?

Me llevé algunos libros de ocultismo, esoterismo, satanismo y magia /
negra y blanca. Me llevé libros de autores reconocidos como Paracelso,
Tritemius, IlermesTrismegisto, Boreilus y Papus. Conduje de vuelta a
casa con más de treinta libros en manos, así que, planeando un poco mi
vida, pensé que sería bueno retrasarme un poco en mi novela para ponerme
investigar qué clase de broma juvenil podía ser descubierta o qué clase
de brujería me estaban haciendo; fuese lo que fuese, la novela podía
esperar.

Hasta este momento, no sabía qué pensar. Si mis creencias de que, Dios y
el Diablo no existían era cierto, o que la magia blanca y negra, Dios y
el Diablo, los ángeles y los demonios sí existían. Me gustaba creer en
lo primero, pero más vale prevenir que lamentar.

Llegué a mi casa y lo primero que hice fue: prepararme un café y abrir
el primer libro que, supuse, me iba a dar pistas sobre el mensaje que
había encontrado en los papeles. El primer libro que cogí se llamaba
«Bajo los cimientos del infierno: Todo sobre el satanismo y la
demonología» de un tal Aleister Crowley. Había escuchado hablar de él
alguna vez en mi juventud. Tal sería el caso del satanista más grande en
la historia de la humanidad; sin embargo, sus libros como «El Libro de
la Ley» y «Tratado de la Magia» suponían un lenguaje para iniciados en
las artes esotéricas, cosa que yo en realidad no era, no sabía y ni
deseaba saberlo.

No encontré nada interesante ni servible cuando terminé la primera
parte, que se llamaba “Satanismo”. Todo era acerca de la historia del
satanismo y su gran importancia en el mundo; sin embargo, todo cobró
sentido cuando llegué a la parte número dos que se titulaba
“Demonología”. Un repaso de los demonios según algunas religiones, e
inclusive, mencionaba los setenta y dos demonios según Salomón. Allí
encontré muchísimo al respecto, y leí con mucha determinación.

“Los demonios tienen el poder de poseer objetos y personas. Sin embargo,
cuando hay un suceso extremadamente violento o una invocación (o tal es
el caso de una evocación), los demonios pueden quedarse donde suelen ser
llamados como presencias en vez de objetos poseídos.

En este caso, si una persona llama a un demonio por medio de un rito,
sea de invocación o de evocación, la energía negativo quedará para
siempre en ese lugar; también si se han hechos asesinatos. El lugar
puede, únicamente, ser “limpiado” por un sacerdote o un pastor, evocando
el nombre del Señor Jesucristo.

Tales lugares suelen tener más actividad al presentarse en épocas donde
el demonio (o la legión de demonios) fueron designados. Cada demonio —y
su legión— tienen su propio mes para mostrar actividad. Mientras se está
en el mes designado para mostrar caos, destrucción y persuasión, quien
esté en el lugar adecuado, encontrará signos de actividad demoníaca.

Suelen presentarse como manifestaciones corporales (que el demonio se
presente en un cuerpo) o en espíritu. Ruidos extraños, agitaciones,
mensajes, voces, inclusive presencias en sueños y conversaciones en éstas.

Son llamados por medio de rituales. El más clásico es dibujar un
pentagrama invertido y colocar velas negras en cada una de las puntas
(que son cinco puntas = cinco velas) y decir las palabras: In nomine dei
nostri Sathanas Luceri excelsi […]”

¡Bingo! Parecía que había encontrado el eslabón perdido. No sé qué es lo
que me pasó, pero en esos momentos, sentía en mi corazón ser un fiel
creyente de que los demonios, en realidad sí existen. Sin embargo, no
quería creerlo.

Ojeé el libro en búsqueda de una solución, a la cual, encontré que la
mejor solución para una persona no experta en los ámbitos ocultistas
(porque también había soluciones con hechizos y magia) era trayendo a un
Sacerdote para bendecir la cosa en nombre de Dios. Sin embargo, eso
representaba algunos retos un poco difíciles porque 1) no era creyente
2) era comunista también 3) mi hogar quedaba en medio de la nada y 4) no
sabía en dónde había una iglesia.

Parecía que el destino estaba en mí contra ese día porque, tenía sólo
tres días cuando sentía que algo, una presencia completamente
conflictiva podía no sólo hacerme daño sino arruinar mi vida. Además,
mi sentido común cada vez me decía que era un tonto por creer que esto
era verdad. Sin embargo, ¿qué podía perder? Si esto era producto de mi
mente, podía cesar cuando yo deseaba. Y si esto era cierto, con esto
terminaría para siempre y podría regresar a mi vida normal. Además, si
esto terminaba con el sacerdote, podía creer como que esto nunca sucedió
y olvidarme del tema lo más rápido posible para sentir vergüenza de mi
mismo. Rápidamente pensé: “¿Y si no cesa, qué haré?” Había gastado todo
mi dinero y mis ahorros en esta casa. No podía salirme como si nada y
creer que, un toque de buena suerte resolvería mis problemas en un
santiamén. Eso no era posible. Aunque fuese un optimista y tuviese un
gran don para la esperanza, no creería eso… Realmente, no lo creería.

Después de pensarlo por un momento, llegué a la desafortunada decisión
de que, era hora de llamar a un experto. Así que, preparé mis cosas para
partir en la mañana hacia mi directorio telefónico más cercano y
resolver el problema de raíz.

A la mañana siguiente, como a las 12:30 p.m. salí de mi casa para ir en
búsqueda de alguna iglesia. No me importaba si era católica o cristiana,
sólo deseaba encontrar respuestas a mis incógnitas. Planeaba estar en
esa casa mucho tiempo… Mucho tiempo, y no iba a dejar que un espíritu
fanfarrón iba a estropearlo. Además, no era como si en realidad creyese
en eso. Para mí, todo en este mundo tenía una explicación; un poco de mi
filosofía de vida. Podía ser un problema psicológico que yo tenía, ya
que también había tenido una infancia un poco dura, o en realidad era lo
que me temía que podía llegar a ser. Pero, si hay algo que aprendí en
mis clases de filosofía en la Universidad era que, todo era posible.

Encontré una iglesia católica. Entré para encontrarme boquiabierto al
ver cuán precioso era la estructura. Yo era ateo hasta los huesos; sin
embargo, el acomodo religioso me había asombrado. Era una cantidad
enorme de pilares que en todas ellas había un santo. En el altar, se
podía observar el Cristo crucificado de más de cinco metros de alto y
tres de ancho. A Dios Padre arriba de Cristo crucificado, con las manos
abiertas expulsando un tipo de rayos solares (algo que identifiqué como:
luz divina) y el Espíritu Santo entre los dos. Me quedé sentado por unos
minutos hasta que un hombre viejo, delgado con una camisa de franela
roja pasó en medio del altar, arrodillándose para posteriormente limpiar
la mesa donde estaba la Santa Biblia. Fui con él para preguntarle si
podía ver al padre.

—Claro jovencito —dijo el señor muy amablemente—. Él está dentro —hizo
una señal hacia una puerta que conducía a un tipo de oficina con sillas
de espera—. Ve hacía allí y espéralo. Él saldrá de su labor en pocos
minutos y podrás verle.

—Muchas gracias, señor —Dije yo, estrechándole la mano para entrar a la
puerta.

Me dirigí hacia la puerta, pasé la puerta y fui todo derecho hacia las
sillas y me senté para esperar al sacerdote. Después de unos ocho o
nueve minutos, salió el en una camisa de vestir con mangas cortas,
fajado, pantalones de vestir, negros y me dijo que pasara a su oficina
con una sonrisa muy sincera.

—Soy el Sacerdote: Christian Roberspierre—dijo él con un tono
extranjero. Tuve la ligera idea de que venía de Francia; eso y porque
había una figura de la Torre Eiffel en miniatura en su escritorio—. En
qué puedo ayudarte, señor.

—Mi nombre es John Volton, mucho gusto —dije, estrechándole mi mano al
sacerdote como una expresión de educación—. Verá, he tenido una especie
de problemas, anteriormente. Me mudé de casa a una que está dentro del
bosque, por la carretera. Todo iba bien hasta que empecé a notar un poco
de situaciones horrendas. Obviamente, usted debe de saber esto mejor que
nadie cuando me refiero a ‘situaciones horrendas’ —hice énfasis en esas
últimas palabras—. Risas macabras, he sentido que alguien me observa;
inclusive, encontré una nota escrita con sangre que decía «In nomine
deinostriSathanasLuceriexcelsi»

El sacerdote se me quedó viendo con un rostro de asombro. Un rostro de
indiferencia y de temor a la vez. Algo me dijo, muy dentro de mí mismo,
que algo no andaba bien. Simplemente, decidí terminar con un “—realmente
no sé qué hacer.”

Él puso sus manos en su barbilla y dejó escapar una exhalación; un
suspiro y luego me dijo.

—Mire, estos temas deben de ser tratado con extrema cautela. Estos seres
[los demonios] son extremadamente peligrosos y no hay lugar para
negociar… ¿Si me entiende? Déjeme ver qué es lo que puedo hacer. Pero
antes debo decirle que no tiente al demonio, con esto me refiero a que:
no intente hablar con él, no lo atraiga más a usted: no juegue a la
Ouija, deshágase de todos los libros de satanismo, ocultismo o
esoterismo que usted posea y espere mi respuesta. Yo le llamaré mañana.

Su respuesta me dejó tranquilo, porque sabía que había puesto la
situación en manos de un experto. Una vez terminada la conversación, me
paré para estrecharle la mano y él también lo hizo. Me dijo que me
acompañaba hasta la puerta de salida pero algo no estaba bien en ese
momento, lo sabía porque lo sentía. De pronto sentí un enorme dolor en
el estómago; un dolor tan agudo que me hizo gritar. Sentía un líquido
emanar de mi estómago que estaba yéndose hacia mi esófago y salir por mi
boca… Había vomitado sangre. El sacerdote preocupado por mi estado,
gritó al hombre de franela para llamar a una ambulancia. Mientras
llamaban, el sacerdote se quedó conmigo diciéndome que esperara, que ya
venía la ayuda en camino; sin embargo, yo sólo podía ver mis ojos
entrecerrándose y dejándome ir. Escuché una voz que me decía furiosa:
«Cometiste un grave error»; estaba demasiado “inconsciente” como para
escuchar algo más. Al final, me desmayé.

* * * * * *

Desperté en el hospital, a altas horas de la noche. Mi querido amigo Tom
estaba en una de las sillas al lado de mi cama. Tom fue mi amigo desde
la Secundaria hasta la Universidad y él me había ayudado a mudarme de
casa. Tom era el típico chico que tu madre nunca aprobaría en una
amistad, y mucho menos como una relación amorosa. Fue el mariscal de
campo de la Universidad, fuerte y fornido pero con un gran sentido del
humor, extrovertido y carismática; siempre siendo un caballero. Tenía
pelo corto negro, cejas increíblemente notables como a kilómetros de
distancia. Siempre vestido de una sudadera de «Pull & Bear» negra y
pantalones azul marino con tenis «Nike». Tom me dijo que había tenido un
derrame interno, un efecto de estar estresado y furioso por mucho
tiempo. Pero algo me dijo que no fue así, sentí que fue esa cosa lo que
me había provocado vomitar sangre; aún así, calmé mis estados de ánimo
agresivos para cuando el sacerdote fuese a bendecir mi casa.

Entró el doctor, interrumpiendo nuestra charla, diciéndome que, dentro
de unas horas podían darme de alta, ya que el derrame no fue demasiado
maligno como para recurrir a una operación. Me dijeron que estaba sano
ahora. Tom insistió en quedarse hasta que me dieran de alta, aunque yo
le dije que no era necesario, él insistió.

Cuando estábamos saliendo del hospital, le pedí a Tom si podía quedarse
conmigo esta noche. Él pensó que era una buena idea, ya que era de noche
y su casa quedaba, más o menos, a dos horas de camino; sin embargo, el
real motivo de mi súplica fue porque no quería estar solo… No en esa
casa en la noche… No con “él”.

Llegamos a casa como a las 3:15 a.m. y dejé pasar a Tom a mi humilde
morada. Él dijo que estaba muy bien pero que le hacían falta unos toques
y estilo: “el John style”, dijo. Después de unos momentos, ofrecí darle
mi cama y yo dormir debajo con un sleepingbag. Él me dijo que no era
necesario ya que había otras cinco habitaciones disponibles pero yo
insistí. Ante mis grandes súplicas, él accedió. “Eso sí, primero un baño
y tú también báñate, que hueles a hospital” —dijo él en tono burlón.

Tom me dijo que me bañara primero, ya que yo era el propietario de la
casa. Discutimos sobre quién debía bañarse primero pero Tom ganó y tuve
que bañarme primero. Me dirigí hacia el baño de mi cuarto. Cuando entré,
me quité los pantalones, la camisa, los calzoncillos y los calcetines y
miré mi rostro en el espejo. Di un tremendo susto, gritando con todo mi
pulso cuando vi a alguien al lado mío. Una figura oscura y repulsiva. No
podía ver sus facciones como su rostro, pero pude notar su nariz. Noté
que parecía de una compostura delgada… Demasiado delgada como para ser
humano, en realidad, parecía ser más esqueleto que ser humano. Me di la
vuelta con el corazón latiendo a mil por segundo; expulsando adrenalina
en cada rincón de mi cuerpo sólo para observar que no había nadie.
Rápidamente me alejé del baño para colocarme en el rincón de éste,
coloqué mis manos en una cruz, cerrándome también los ojos y mis orejas
gritando en mi mente: «¡La, La, La, La, La!» para no escuchar nada ni
ver nada. Sentía una explosión de adrenalina siendo expulsada de mi
cuerpo, un miedo paralizante, un terror que hacía corromper mi cordura;
me di cuenta que estaba sudando por el miedo y tuve unas ganas
incontrolables de vomitar. Estuve así hasta que pude notar que no había
nadie en el baño, después de cerciorarme de que todo estaba bien, abrí
la llave del grifo y me temí a bañar… Eso sí, jamás perdiendo de vista
cada detalle del baño.

Cerré mis ojos para colocarme el shampoo en mi cabello. Pensé, o más
bien, creí que había llegado al climax de mi situación. Pensé que
aquella horrorosa figura iba a aparecerse conmigo en el baño para
asustarme (o hacerme algo más). Sólo pude cerrar los ojos, fruncir el
ceño como con una expresión de lloriqueo y rezar algo de lo que mi tío,
que sí era creyente, me había enseñado. A este punto, ya era un creyente
al cien por ciento. Afortunadamente, eso no pasó; sin embargo, escuché
un golpe suave en la puerta de la casa y posteriormente, escuché a Tom
conversar con alguien.

Cuando terminé de bañarme, me sequé mi cabello y todo mi cuerpo, me
coloqué mi toalla alrededor de mi cadera para proteger mis partes
íntimas de ser vistas por Tom y provocar una “reacción anti-natural
entre los gustos de mi amigo”. Subió Tom las escaleras y entró a mi
habitación diciéndome que “ya había llegado el de mantenimiento para
revisar la caldera” y que ya lo había hecho pasar. La cara de Tom pasó
de indiferencia y sorpresa cuando me escuchó decir que nunca había
llamado a alguien de mantenimiento para revisar la caldera. Nos vimos
nuestros rostros en cuestión de segundos y rápidamente bajamos corriendo
las escaleras para ir al sótano.

Nos dimos un tremendo susto, no porque no encontramos a nadie en el
sótano, sino porque había escrito un mensaje con lo que parecía ser
sangre junto con un pentagrama invertido. Nos asombramos y nos vimos las
caras cuando leímos que el mensaje decía: «No estarán a salvo».

* * * * * *

Tom comenzó a llorar desesperadamente. Me decía constantemente que se
tenía que ir. Pero yo simplemente le repetía el mensaje y le decía:
“¡Está hablando en plural, tú también estás implicado!”. Él simplemente
lloriqueaba y sollozaba, pidiendo clemencia, repitiendo «Oh, Dios» una y
otra vez.

—No te preocupes, llamaré al sacerdote Christian. Él sabrá qué hacer, no
te preocupes —le dije a Tom, pero él seguía aturdido—. Sé que te
parecerá extraño pero, quise que estuvieses conmigo esta noche porque
hay una presencia que me está hostigando —Traté de decírselo de la mejor
manera posible. En serio, traté.

—¡Qué bueno que me lo dices ahora!—Me dijo Tom con un tono sarcástico
expresándose en sus labios.

—Si te lo decía antes, no ibas a querer acompañarme —dije yo, claramente
tratando de aligerar el ambiente.

—¡Exacto! —dijo Tom. Después, yo fruncí el ceño.

Todo fue un alivio cuando el sacerdote respondió mi llamada al tercer
tono. Rápidamente le expliqué mi situación y él me dijo que rezara todo
lo que podía saberme. Me dijo que él iba en camino y me preguntó en
donde vivía. Le dí mi dirección y terminé colgando el teléfono. Le dije
a Tom lo que teníamos que hacer y comenzamos nuestra tarea. Comenzamos a
rezar.

El ambiente había cambiado a un frío penetrante, increíblemente frío.
Escuchamos pasos arriba de nosotros y después, la puerta que conducía al
sótano abrirse y cerrarse con una furia y una ira increíblemente
descriptibles. Nos asustamos muchísimo. No sabíamos qué hacer, así que
simplemente salimos corriendo como pudimos hacia la oficina. Él,
obviamente iba delante de mí y yo atrás de él porque yo iba en toalla.
Recuerdo que, me hubiese orinado del miedo en ese momento si no fuese
porque tenía que tener una mano en la toalla para que no se cayera, y
porque hubiese mojado mi toalla, cosa que no quería hacer porque habría
de secarme más adelante con esa misma toalla.

Nos quedamos allí, unos minutos. Todo parecía tan calmado ahora, tan
silencioso… Tan cómodamente silencioso que hasta podía decir que
estábamos en un cementerio aquella noche. El silencio se vio cortado
cuando un clacksonse oyó delante de nosotros: había llegado el sacerdote
Christian.

Salimos para recibir al sacerdote Christian, quien ni corto ni perezoso
comenzó a reírse porque yo sólo estaba en toalla. Me reí sarcásticamente
hasta que él rompió el hielo.

—¿Me trajiste aquí por una broma o era en serio tu llamada? —Dijo él,
ahora con una cara un tanto enojada porque no sabía si era una broma, o
era en serio.

Yo sólo le expliqué lo que había pasado. Se me quedó mirando de una
manera un poco extraña e incómoda. Pasaron unos minutos de silencio
hasta que nos dijo que entráramos. Cuando entramos me dijo que me
vistiera y que no me preocupara, que todo estaría bien y que ahora
contaba con las bendiciones de Dios.

Me cambié y después bajé con Tom; obviamente no iba a subir allá arriba
solo. Nos sentamos en el sofá de la sala y comenzó a hablar el sacerdote
diciéndonos que, desde que entró a la casa, ha sentido una presencia muy
furiosa, muy negativa, muy peligrosa. Ninguna de sus palabras nos
asustó, ya que sabíamos que no era nada amigable. Nos dijo que tenía que
llamar a una colega suya; su nombre era Nancy y era vidente. Me pidió mi
teléfono, presionó algunos números y llamó a la vidente. Tom y yo
permanecimos en silencio.

Después de una hora, más o menos, había llegado la vidente. Era Nancy.
Salimos para recibirla. Nancy era una señora ya anciana con anteojos
enormes en sus ojos. Cabello chino blanco, con piel arrugada, un sweater
verde desgastado y unos dientes amarillos. Saludamos y el sacerdote le
explicó todo lo que nosotros le habíamos comentado (y yo anteriormente)
a Nancy. Ella, nos miró muy amigablemente y dijo cuando el sacerdote
terminó de hablar: “Bueno, ¿y si entramos ahora, hijitos?”

Ella cuando entró, se quedó parada un momento, inhaló y exhaló
profundamente y nos dijo que había una presencia muy fuerte en esta
casa. Nos dijo que era extremadamente peligrosa, muy oscuras y está
furioso. No nos sorprendió a Tom y a mí, ya que sabíamos lo que nos
había hecho —en especial a mí—. Nuestros pelos se erizaron; un miedo y
un frío nos recorrieron el cuerpo a mí y a Tom cuando Nancy nos dijo que
el nombre del demonio era «Belcebú»… “¿Dónde había escuchado o visto ese
nombre?” —pensé yo—. Tarde que temprano, recordé que lo había visto en
el libro de AleisterCrowley, que se me había olvidado devolver cuanto
antes, según las indicaciones del sacerdote Christian.

Cuando Nancy dijo el nombre del demonio, escuchamos pasos en las
escaleras que estaban oscuras por la falta de luz. Estábamos los cuatro
individuos en la sala que estaba con luz. Fuimos a revisar qué era… El
bate de béisbol que estaba seguro que lo había dejado en mi habitación
se encontraba tirado en el primer escalón de las escaleras. Se escuchó
una risa macabra, gutural y lúgubre provenir de mi habitación, después
se escuchó cómo mi puerta se azotaba violentamente; pensando yo que se
iba a romper.

El miedo se incrementó cuando las luces de toda la casa, menos de la
parte de arriba (porque no estaban prendidas) comenzaron a tintinear.
Sentía, de nuevo, la expulsión de adrenalina, pero esta vez yendo hasta
el límite. Sentí mareos que me hacían perder el equilibrio… Quería
llorar, en serio, quería hacerlo. Comencé a gritar cuando las luces
estallaron, dejándonos a nosotros cuatro en la oscuras. Mis bellos se
erizaron completamente cuando se escuchó un grito… Tom había gritado tan
fuerte que pensé que sus cuerdas vocales se habían desgarrado. Gritó al
lado mío de una manera que sólo pude colocar mis manos en mis oídos para
aligerar los gritos que retumbaban en mi mente. El sacerdote iluminó la
sala con una linterna que él tenía; justamente faltaba Tom. Pegué un
enorme grito cuando encontramos el cuerpo de Tom tirado a un lado de
nosotros, ensangrentado con la cabeza irreconocible porque estaba
completamente abierta, dejando al descubierto el cerebro, los ojos y la
nariz. Moscas salían de su cabeza, miles de moscas salían.

Comencé a llorar, a gritar y a suplicar a Dios. Me acompañaban Nancy y
el sacerdote Christian conmigo en mis súplicas. Por un momento sentí que
Dios nos había abandonado. El sacerdote dijo que ahora su alma estaba
con Dios, pero yo estaba furioso porque esa cosa había asesinado a mi
mejor amigo, a mi compañero… A mi hermano y Dios no había impedido eso.
Pero ahora, no había nada qué hacer.

Nancy dijo que teníamos que salir de la casa, antes de que algo malo
ocurriese. Era una buena idea; sin embargo, la conversación se vio
interrumpida porque escuchamos unos pasos en las escaleras, como si
alguien estuviese bajando por ellas. Rápidamente nos dirigimos a la
puerta trasera para salir al patio y después rodeamos la casa.

Fuimos al auto, abrimos las puertas y encendimos el auto para salir de
aquella maldita casa. Como el camino para salir de la cochera hacia el
bosque era de unos cincuenta metros, pensé que acelerar era una buena
idea. El sacerdote aceleró de una manera tan brusca y rápida que pensé
que él había leído mis pensamientos. Nos fuimos de allí pero, más
adelante vimos una figura con cuernos y ojos de fuego, rodeamos su
figura para ganar más tiempo pero el auto se volcó. En una facción de
segundos, vi como Nancy era despegada del asiento de pasajero y su
cuerpo salía volando rompiendo la ventana. Sabía que habíamos perdido a
otro compañero más; otro compañero víctima de aquella cosa. El sacerdote
Christian y yo salimos corriendo lo más que pudimos, pero estábamos
aturdidos. Nuestro corazón, en vez de bombear sangre, bombeaba
adrenalina que nuestro cuerpo expulsaba más tarde; víctimas del miedo,
corrimos lo más que pudimos a través de la maleza de la Madre
Naturaleza. Estaba oscuro y no podía ver nada ni a nadie. Sólo éramos el
sacerdote y yo.

Los dos nos detuvimos en un río que estaba cerca de allí. Tomamos aire
ya que habíamos corrido sin saber orientarnos. Corrimos dejando que el
miedo nos guiara hacia nuestro destino pero parece que nos había
traicionado, porque no sabíamos en dónde estábamos. A este punto, yo
estaba exhausto, sudando, con adrenalina dentro y fuera de mi cuerpo;
además estaba sangrando. Me había descalabrado. El sacerdote Christian
tampoco se veía bien. Tenía un pedazo de vidrio en su pierna derecha,
pero parecía que la adrenalina estaba jugando el papel de anestesia, ya
que no sentía nada.

Mirando hacia los lados en búsqueda de algún auto o de personal pero no
vimos nada.

—Parece que estamos perdidos —dijo el sacerdote—. Afortunadamente,
siempre llevo un… ¡No puede ser, el mapa se quedó en el auto!

Era caso perdido…

El sacerdote me explicó que lo más razonable era dividirnos. Al
principio dije que no pero después me dijo que estaba amaneciendo y que,
uno de los dos habría de encontrar el camino a casa, y que después que
estuviésemos —alguno de los dos— a salvo, mandara ayuda para rescatar al
otro. Parecía razonable. Además, por la claridad del cielo, debían de
ser las 6:30 a.m., así que el plan no me sonó malo después de todo.

Nos turnamos. El sacerdote fue hacia el frente y yo hacia atrás. Antes
de partir, le dije al sacerdote: «Si usted se salva, rece mucho por mí,
por favor». Él soltó una sonrisa. Sus ojos parecían tener una pisca de
esperanza, humildad y alegría. Rió un poco, no para demostrar sarcasmo,
sino para demostrar que, la esperanza era todo lo que él tenía en ese
momento. «Y si tú te salvas, haz lo mismo por mí» dijo él. Sonreí.
Asentí con la cabeza y comencé a caminar hacia mi destino.

Caminé, aproximadamente, unos seis metros cuando escuché un grito
desgarrador. El grito era del sacerdote. Rápidamente, la adrenalina
reemplazó la sangre de mi cuerpo y comenzó a expulsarla, dominado por el
miedo. Comencé a correr. Lo que se me hizo extraño es que no estaba
cansando. Ni el más mínimo. Estaba sudando tanto, que tenía que quitarme
el sudor. Sentía que alguien iba detrás de mí, sentía que esa cosa, ese
demonio estaba respirándome en el cuello; y mientras más sentía eso, más
rápido iba, a pesar de que estaba seguro de que ese era mi límite.

Mi corazón estalló de alegría cuando llegué a la tienda de «Mark’s
Shop». Entré por la puerta. Mi ropa estaba completamente rota, llena de
espinas, yo estaba sangrando. La reacción de la que estaba atendiendo
fue de sorpresa. Le pedí que me prestara su teléfono, ella me dijo que
no tenía, pero que afuera había una de monedas. Agarré mis monedas y las
metí para llamar a la policía. Cuando llamé, dije que dos personas
habían muerto: una en mi casa, otra en el bosque y una tercera estaba
extraviada. Me dijeron que iban en camino.

* * * * * *

Llegó la policía y les expliqué todo. Me dieron una manta y me compraron
un chocolate caliente mientras me decían que harían lo que fuese para
encontrar al sacerdote. Me preguntaron qué había pasado, no pude decir
que un demonio había asesinado a dos personas y raptado a una tercera,
porque no me iban a creer; sin embargo, dije que un asesino había matado
a dos personas y secuestrado a una tercera, el sacerdote Christian. Que
estábamos en mi casa y fui a fumar un cigarrillo afuera y cuando entré,
vi el cuerpo de Tom, corrí junto con Nancy pero ella tropezó y fue
tomada por el asesino. Afortunadamente, yo escapé. La policía se quedó
boquiabierta; al principio pensé que no me habían creído. Y de hecho,
así fue.

Un policía, bastante joven, que su placa decía: Mike Robbinson. Llegó
con una cara de confusión, subiéndose el sombrero y rascándose el
cabello como una expresión de “no entiendo nada”. Se me puse enfrente y
me preguntó:

—¿Asesinaron a alguien dentro de tu casa y otra en el bosque? —Asentí
con la cabeza—. No encontraron ningún cuerpo dentro de tu casa, ni mucho
menos en el bosque.

Mi cara fue de horror absoluto. Había visto a mi mejor amigo Tom muerto,
con su rostro desgarrado y sus sesos de fuera. Vi a Nancy volar por la
ventana.

—¿Cómo? —pregunté yo, con asombro, confusión y sin entendimiento—. ¿No
encontraron nada? ¿Están seguros? ¿Ya revisaron por toda la casa?

El oficial asintió con la cabeza. Después me preguntó que si estaba
seguro de lo que había visto y yo dije que sí, después me dijo que no
había nada de qué preocuparse, encontrarían al «maldito» asesino.

Me dijeron que me llamarían para informarme si encontraron al asesino o
al sacerdote. Sin embargo, ya van cuatro meses sin ninguna llamada. Sin
saber nada de los cuerpos, sin saber nada del sacerdote Christian, de
Nancy, la vidente o de mi mejor amigo Tom. Inclusive, sin encontrar,
seguramente, el auto del sacerdote.

¿Qué hay de mí? Pues me mudé de nuevo a la casa de mis padres. Después
de las noticias que les dí, no volví a entrar a esa casa ni acércame al
bosque. Sé que hay algo muy oscuro y peligroso allí; y respeto su lugar.
Algo me dice que, todo lo que el demonio provocó, lo llevó al infierno.
Probablemente, se haya llevado al sacerdote Christian, a Nancy y a Tom
al infierno, porque no se encontraron sus cuerpos. Ni siquiera han
encontrado al sacerdote y ya van cuatro meses sin encontrarlo. Ahora,
supongo que yacen en el infierno para siempre. La casa puede ser un
portal hacia el infierno, y así lo creo ahora. De mí, no hay mucho qué
decir, sólo que después de mi trauma en esa casa, he vuelto a mi oficio,
ser escritor… Pero ahora no escribo sobre novelas románticas, ahora
tengo algo sobre qué escribir… Y ahora he escrito sobre mi experiencia…
Sobre mi verdadero encuentro con el más allá… Sobre mis demonios… Sobre…
Mi huésped.

espero que les gustara la historia.

saludos y asta pronto, se despide, el nigromante

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6. rabiosogurubashi ,

guardando ilo :-)

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7. lunaris,

yo también me guardo esto jajajja

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8. Copito_De_Nieve ,

guardando hilo barra de progreso... 69% el hilo se ha guardado con éxito!
aceptar botón.

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9. el_helado_que_muerde,

me yebo este hilo. :pd buenarda la historia del chat

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10. Alexander-Mortem,

que tan curioso eres?

hola chicos, yo soy el nigromante, bienbenidos a mi casa.

sin mas que agregar.

el nigromante presenta?

La curiosidad de Bruno...

Aquel viejo portón con los barrotes oxidados no iba a detenerlo más,
Bruno sentía la curiosidad desde hace meses; ese edificio abandonado y
semidestruido lo incitaba todos los días cuando iba rumbo al colegio.
Muchos rumores habían respecto a ese enorme inmueble, y algunos
aseguraban haber escuchado extraños quejidos por las noches provenientes
del interior del que alguna vez fue un gran «centro de investigación»
hacía cuarenta y un años atrás. Le faltaban solo dos meses para
graduarse y no quería irse de la ciudad sin saber cómo era el interior
de ese edificio.

Miles de judíos desfilaron por esa misma entrada y cruzaron ese mismo
portón para nunca más salir, o al menos eso es lo que contaban los más
antiguos pobladores del lugar. Miles de almas fueron atormentadas dentro
de esas instalaciones; derrumbados sus muros ahora, producto del último
bombardeo y el pasar insorteable de los años.

Aprovechando la poca luz al amanecer, se deslizó entre los retorcidos y
oxidados fierros y, en cuestión de segundos, ya estaba dentro. Caminó
rápidamente y, una vez dentro del edifico, encendió su linterna y se
dispuso a explorar.

No quedaba nada intacto; después de todo, habían pasado cuatro décadas
desde que dejó de funcionar. La mayoría de las cosas habían sido robadas
o destruidas por el paso del tiempo. Caminó por los pasillos
cautelosamente, leyendo con atención cada uno de los pocos letreros que
aún se mantenían legibles. Avanzó por un largo pasillo y, al llegar al
final, se encontró con un bloqueo causado por el derrumbe de una pared.
Logró divisar un pequeño agujero por el que costosamente entraría, y
—armado de valor y curiosidad— continuó su recorrido a través de aquel
estrecho túnel. Del otro lado solo encontró dos puertas más en ambos
lados y una pared en medio; decepcionado, se disponía a irse cuando
tropezó con un borde levantado de una compuerta que se encontraba en el
piso, de lo que esperaba que fuera un sótano o al menos una bodega. Se
devolvió al derrumbe para buscar algo que lo ayudase a abrir la
compuerta y, después de mucho batallar, logró separar un trozo de
varilla de la estructura. Unos quince minutos después, la compuerta
había cedido y Bruno estaba listo para adentrarse en su nuevo
descubrimiento.

El agua se filtraba por algunas paredes y las mantenía húmedas y
cubiertas de un extraño musgo; el pasillo estaba desordenado, con muchas
sillas y bandejas metálicas tiradas por doquier; algunos restos de lo
que parecían pinzas y otras herramientas también debían ser esquivadas
conforme avanzaba hacia la extraña puerta que se encontraba al final del
pasillo.

Limpió un poco el letrero instalado en la puerta, y la leyenda
indicaba: «Forschungsraum». Abrió la puerta y, aferrándose a la luz de
su linterna, continuó su exploración.

A diferencia del resto del edificio, este cuarto no parecía dañado por
los años; al contrario, era como si el tiempo se hubiese detenido dentro
de ese cuarto, todo se veía nuevo. Caminó despacio, observó varios
círculos pintados en el suelo con extrañas formas dentro y letras
desconocidas alrededor; algunos de ellos tenían runas, otros varios
triángulos. Al lado de una pared un círculo enorme con la Estrella de
David en medio y alrededor muchos pentagramas. Este círculo era
diferente a los otros; además del tamaño considerablemente mayor, era de
color rojo y no estaba tan bien detallado como los demás, que eran
perfectos. Más bien, parecía hecho a mano por alguien con mal de
Párkinson, y la zona donde estaba parecía quemada. Apuntó el haz de luz
hacia la pared y pudo ver que también parecía quemada y estaba
agrietada, y comprobó con horror que habían figuras humanas pintadas con
los brazos levantados, como protegiéndose de algo. Estas figuras le
hicieron recordar las fotos que vio en el libro de su tío de lo que
quedó de las víctimas de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. Era
indudable que algo malo había ocurrido ahí.

Observó al final del enorme cuarto un tanque de vidrio con un líquido
verduzco dentro. Se acercó, limpió un poco el cristal y retrocedió de
inmediato: dentro del tanque había lo que parecía una persona muy
delgada conectada a lo que se asemejaba a un respirador artificial, pero
eso no era posible, el diseño era muy adelantado para la época en la que
fue construido el edifico, y era más extraño aún que el cuerpo estaba
intacto, casi parecía vivo. Se acercó un poco más para mirar con mayor
detenimiento, y el hombre dentro del recipiente abrió los ojos;
horrorizado, dio un salto hacia atrás, pero una mano posada sobre su
hombro le impidió el paso.

Se volteó lentamente y solo consiguió mirar algo enorme con ropa blanca
mientras perdía el conocimiento.

Despertó un tanto adolorido y desorientado. Intentó levantarse, pero no
podía. Observó con detenimiento con el único ojo que podía abrir y se
encontró sujetado a una silla, no podía mover siquiera la cabeza.
Intentó gritar, pero algo dentro de su boca ahogó el rugido.

Delante de él se encontraba un hombre viejo, fácilmente sobrepasaba los
setenta años, apoyado en un bastón metálico con púas en la punta que
apuntalaba al suelo y una mirada siniestra. Y, detrás de él, algo enorme
con forma humanoide, pero que media más de dos metros y tenía una masa
muscular espantosa. Trataba de comunicarse con extraños gemidos que el
viejo parecía entender, ambos reían mientras lo observaban hasta que
notaron que había despertado.

El anciano se acercó lentamente en tanto lo inspeccionaba con sus ojos
vidriosos; tocaba su cara con la fría punta del bastón y las púas
amenazaban con incrustarse en su carne. Después de unos minutos de
silencio, el viejo por fin habló:

—Ciertamente, no esperábamos un voluntario para los ensayos tan pronto…
Todavía faltan algunas cosas que ajustar, otros sujetos con los cuales
experimentar…

Volteó trabajosamente y, mientras se dirigía al tanque con el ser en su
interior, continuó hablando:

—Desde la caída de nuestro imperio, continuamos trabajando, investigando
en este laboratorio que fue de las pocas cosas que sobrevivieron al
bombardeo; aunque muchos de nuestros colegas y sus apuntes perecieron
por el fuego, suficiente información pudo ser rescatada como para
continuar con los estudios. Pude obtener también varios sujetos de
prueba gracias a los mutilados por la explosión de la bomba… bastó con
terminar de amputarles las extremidades restantes y esperar a que
sanasen… ¿sabes? Es mejor si el sujeto de pruebas no tiene ninguna forma
de escapar…

En lo que una macabra sonrisa se dibujaba en sus labios, extraía una
jeringa de su escritorio y la llenaba con el líquido contenido en el
tanque. Acto seguido, introdujo la aguja dentro del ojo cerrado de Bruno
mientras el objeto en su boca apagaba el horripilante grito de dolor.

Despertó violentamente. Al instante en que abrió sus ojos, descubrió que
la hinchazón había desaparecido; se sentía realmente bien y pudo
observar que ya no estaba atado a la camilla, ahora poseía una especie
de grilletes que lo sujetaban a la pared cerca del enorme pentagrama
color rojo.

Nuevamente, apareció el enorme ayudante del anciano trayendo esta vez
una bandeja con comida para Bruno.

No sabía cuánto tiempo llevaba ahí encerrado, dentro de algunos
recuerdos confusos de las veces que despertó durante algunos segundos,
luego de que el anciano le inyectara ese líquido, recordaba unos hombres
discutiendo sobre lo precipitado de los experimentos, y su último
recuerdo fue ver cómo sacaban un torso en una camilla y el desmayarse
cuando el sujeto muerto volteó la cabeza producto de un desnivel en el
piso, pudiendo ver su rostro de desesperación grabado al momento de la
defunción.

Sin mucho apetito, comió lo que su captor le ofreció, más por el miedo a
ser golpeado nuevamente o torturado si no comía que por hambre. Minutos
después de que la mole se marchó con la bandeja y las sobras, llegó el
anciano, trayendo consigo un estetoscopio y una pequeña linterna, la
cual, al apuntarle el haz de luz directo al ojo izquierdo, le provocó un
inmenso dolor y una furia asesina que nunca antes había sentido.

En el rostro del anciano había cierto deje de preocupación, pero, al
preguntarle Bruno por las otras personas que discutían con él sobre lo
apresurado del experimento, su semblante cambió.

Sin decir una sola palabra, el anciano se levantó y se dirigió de nuevo
hacia el estanque, extrajo otra jeringa del extraño líquido, y, de
nuevo, esa sonrisa maquiavélica se dibujó en su rostro. Bruno comenzó a
agitarse, a intentar por todos los medios liberarse de las cadenas, pero
un golpe en su nuca propinado por la enorme mole debilitó al instante
todos sus impulsos; y, mientras lo sujetaba por detrás con una llave y
le impedía cualquier movimiento, podía sentir su fétido aliento penetrar
en sus fosas nasales en tanto el abominable anciano introducía la aguja,
esta vez directo en su vena yugular. Volvió a desmayarse…

En esta ocasión su letargo no duró tanto tiempo, y pudo mantenerse
despierto por más tiempo entre los lapsos de delirio.

Pudo contar ahora a tres extraños personajes, que parecían satisfechos
con el anciano esta vez, pero algo no iba bien: al mirar con más
detenimiento a estos sujetos, pudo descubrir que no eran exactamente
humanos; es más, no parecían sólidos, ya que se distorsionaban levemente
cuando el aire de uno de los ductos de ventilación soplaba a través de
ellos. Poco a poco, fue recobrando la consciencia, y, al intentar
gritarle algunos improperios a sus captores, notó que nuevamente algo
apagaba sus gritos mientras maldecía con toda su alma el instante en el
que había entrado por esa maldita puerta.

El leve sonido que pudo escapar fue suficiente para que los ahí reunidos
voltearan hacia el pobre desdichado, y, con una señal, el más obeso de
todos le indicó al anciano que era momento de proseguir con lo planeado…

Apareció la mole nuevamente y lo levantó con violencia. Soltó las
cadenas de la pared y lo arrastró hacia el lugar donde estaban pintados
los pentagramas y símbolos extraños. Bruno trataba de liberarse con
todas sus fuerzas, pero poco podía hacer en esa condición y contra ese
enorme ser que lo llevaba a rastras. Fue sujetado al piso con sus brazos
y piernas abiertas y, segundos después, el anciano atravesó su pecho con
una enorme aguja conectada a una extensa manguera metálica. El viejo
accionó unas palancas y del techo bajaron lentamente ocho espejos que
reflejaban la imagen un tanto distorsionada. Mientras el anciano
colocaba grandes piedras de colores a su alrededor, una en cada
extremidad y otra grande y citrina sobre su cabeza, la mole fue
depositando a su alrededor varios torsos sin extremidades. La mirada de
estos infelices estaba perdida y no tenían nada cubriéndoles la boca.
Esto fue espantosamente aclarado al momento en que una aguja similar a
la que tenía fue clavada en el pecho del individuo a su izquierda; este
abrió la boca, pero no emitió ningún sonido: no tenía cuerdas vocales ni
tampoco lengua. Se encorvó levemente y, segundos después, quedó inmóvil.
Este procedimiento fue repetido con los otros seis infelices, y, una vez
que todos fueron conectados y amarrados al piso, mole y maestro se
dirigieron al panel con los controles.

—Auf Wiedersehen —le dijo el anciano con una mofa en su rostro, accionó
la última de las palancas y las piedras comenzaron a brillar al tiempo
que la temperatura comenzaba a ascender. Conforme la luz de las piedras
se intensificaba, aparecían siluetas en los espejos: pudo reconocer en
ellos a varios de los sujetos espectrales que vio cuando aún estaba
medio adormecido. Pudo ver claramente sus rostros, deformes y malévolos;
la silueta era humana, pero esos rostros definitivamente no lo eran.
Golpeaban con fuerza los cristales, desde el otro lado, desesperados por
cruzar hacia este mundo. La temperatura seguía subiendo y ampollas
aparecían en sus brazos, su cabello también comenzaba a achicharrarse y
el dolor aumentaba cada segundo. Cuando sus fuerzas comenzaron a
flaquear, y el dolor era tan intenso que le obligaría a gritar de
agonía, el líquido del contenedor comenzó a descender hacia su pecho a
través de la manguera metálica. El dolor se volvió insoportable, lanzó
dos ahogados gritos y perdió el conocimiento. Al instante, una fuerte
descarga eléctrica lo despertó. El anciano caminaba en círculos con
ansiedad y preocupación. El dolor fue disminuyendo hasta que, de pronto,
no sintió nada más y el tiempo se detuvo. Aunque las piedras seguían
brillando y quemando su piel, el dolor había desaparecido por completo,
y, lentamente, los espectros del espejo cruzaron a este plano,
traspasando el vidrio cuan cortina de agua; cayeron pesadamente al piso
y el ritual se detuvo.

Notó en el rostro de satisfacción del anciano que el ritual había sido
un rotundo éxito. Este se acercó de prisa junto con la mole y, uno a
uno, colocaron a los seres en camillas y los sacaron de la habitación
dejando a Bruno amarrado en el piso.

Casi perdía el conocimiento, pero unos golpes provenientes del
contenedor de cristal lo hicieron voltear la cabeza. Dentro del
recipiente, ahora vacío, la criatura convulsionaba, como cuando colocas
un pez en un recipiente sin agua; parecía estarse ahogando, pero aún
tenía el respirador artificial conectado. Comenzó a golpear cada vez con
más fuerza las paredes del recipiente y logró romperlo. Se quitó el
respirador de prisa y saltó afuera de su prisión de cristal. Miró los
torsos en el piso y corrió hacia ellos mientras su brazo expedía una
importante cantidad de sangre, producto de los cortes al romper los
vidrios. Se posó sobre el primero y abrió una enorme boca, con varias
filas de tajantes dientes, y, desmontando su quijada, comenzó a devorar
al primer infeliz. Bastaron cinco de minutos y tres de los sujetos casi
habían desaparecido. Sintió el hedor cerca de sus oídos y, justo cuando
comenzó a sentir el dolor de las garras de la criatura al aferrarse para
comenzar a devorarlo, escuchó una fuerte detonación; de repente, la
mitad de la cabeza de su escuálido pero hambriento depredador había
desaparecido.

Detrás de la humeante arma se encontraba el anciano, quien no podía dar
crédito a lo que había ocurrido y se le veía bastante preocupado. Envió
a la mole a levantar los cuatro torsos restantes y comprobó que yacían
muertos, aunque no podía determinar en ese momento si la criatura los
había eliminado o simplemente no habían soportado el experimento.

Bruno siguió en el piso mientras limpiaban todo el desastre, y, al cabo
de unos minutos, la enorme mole recogió también su cuerpo. Observó con
debilidad cómo lo sacaban de la habitación a rastras y, totalmente
agotado, se desvaneció de nuevo.

Lentamente, abrió los ojos y se encontró en una oscura gruta. Sus ojos
pronto se acostumbraron a la oscuridad, pero su nariz no podía
acostumbrarse al hedor a carne descompuesta que impregnaba el lugar. Se
levantó pesadamente e intentó caminar, pero tropezó con un bulto pesado
y viscoso. Horrorizado, comprendió que era uno de los torsos utilizados
en el experimento, y que el terrible olor provenía de cientos de
cadáveres que habían sido arrojados desde lo que parecía meses. El
zumbido de las moscas le advertía que ese lugar llevaba bastante tiempo
albergando cuerpos. Con gran dificultad, logró desplazarse a través del
mar de carne y alcanzar por fin la tierra firme. Caminó unos minutos
siguiendo la dirección de algo que esperaba que fuese agua que corría
débilmente, y una luz le indicaba la posible entrada de la cueva.
Aceleró el paso, esperanzado; deseaba con toda su alma volver a casa, a
la tranquilidad de su cama. En cuanto saliera, iría corriendo a la
policía; estos horrores debían ser detenidos a como diera lugar. El aire
fresco lo alentaba. Corrió hacia la luz, casi la abrazaba. Podía
escuchar personas del otro lado y, aunque era un solitario, nunca había
estado más feliz de poder estar acompañado.

Aceleró el paso, corrió con todas sus fuerzas, y el dolor fue
insoportable al chocar de frente contra la pared invisible. Se tomó la
nariz e intentó detener el sangrado con una mano, mientras que con la
otra seguía golpeando, pero nadie del otro lado lo escuchaba. Acercó su
rostro a la pared y, cuando su vista por fin se acostumbró a la
claridad, no podía dar crédito a lo que estaba viendo: del otro lado
estaba su familia, felizmente reunida y celebrando una fiesta. ¿El
celebrado? ¡Era Bruno con su traje de graduación! ¡Ese era su cuerpo! Lo
llamaban para la foto familiar y se disculpó un momento para irse a
arreglar al espejo. Al llegar, sonrió con una gran burla y colocó la
mano cerrada mostrando el dedo del medio donde estaba su cara en el
espejo. «Auf Wiedersehen…», dio media vuelta y se fue a celebrar junto
con su familia. Bruno rompió a llorar y una mano huesuda y viscosa se
posó sobre su hombro mientras algo le mordía el cuello. Contempló la
escena nuevamente y rápidamente perdió el conocimiento.

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11. benjamin-burley,

zon muy buenas las historias. me gustaron mucho, para cuando la próxima?

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12. Symbian,

si que son buenas!

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13. benjamin-burley,

si, son buenícimas

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14. ElvisTek,

Muy buena la primera. las otras las leré más tarde

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15. john_bonam,

ea muy bueno esto guardo hilo :-)

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16. Grekko,

¡Vastante interesante!
y ya que todos se llevan el hilo a las últimas participaciones, pues...

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17. bartolomeo ,

jajajajajajaja esa primera historia me hizo reír muchísimo, en serio, además de que estuvo re interesante.

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18. Alexander-Mortem,

doy las gracias a todos los compañeros que están poniendo este hilo en partisipaciones, me alegra saber que halgo que me gusta le gusta a tanta gente, una pregunta, les gusta mi precentación, o debería quitarla, sinmás,

hola chicos, yo soy el nigromante, bienbenidos a mi casa.

preparados para la berdad?

el nigromante precenta?

La verdad de las verdades...

Yo era una persona que buscaba la verdad constantemente. Una persona que
nunca se conformó con la religión que le habían impuesto desde pequeño.
Viajé por muchas religiones, pero ninguna me convenció, ninguna tenía la
verdad que estaba buscando, así que decidí volverme ateo.

Estuve bastante tiempo siendo ateo, ninguna religión me preocupaba y
buscaba todo el sustento de la verdad en la ciencia. Pero, como siempre,
había cosas que la ciencia no podía explicar aún, y eso me intrigaba,
tenía el ansia de saber todo.

Y buscando y buscando, encontré una religión que ya no existe, una
religión que fue practicada hace mucho, pero ya casi no quedan rastros
de ella. El paganismo, la brujería de la naturaleza, o la Wicca, como
muchos la llaman.

Me intrigó tanto que empecé a bajar libros y libros difíciles de
encontrar y me puse a leerlos, pese a que estaban en otros idiomas. Al
final comencé a creer de verdad y empecé a hacer los rituales de brujería.

Para este tipo de religión pagana se necesita un altar, que puede ser
una pequeña mesa de madera en tu cuarto. Debe tener un cuchillo, sal,
tierra, agua, fuego, y algo que simbolice al viento, como puede ser el
incienso.

Todos los días le rezaba a los cuatro elementos y a la naturaleza, y
leía más libros.

Esta religión se basa en el uso de medios naturales, como plantas, para
sus hechizos y curaciones.

Buscando por la web encontré un libro muy extraño, sin nombre, de autor
anónimo, subido como si no tuviera importancia. Cuando comencé a leerlo
me dí cuenta del valor que tenía lo escrito en él.

“Podemos unirnos a la naturaleza y ver lo que no puede ser visto”

Esa era una de las oraciones que más me impactó. ¿Cómo, cómo puedo ver
lo que no puede ser visto? ¿Cómo puedo ver la verdad? Seguí leyendo.

El libro hablaba del poder de los elementos y, sobretodo, del poder de
la mente. El propósito de los dos primeros capítulos era convencerte de
que podías ver más allá de la realidad aparente, podías mezclarte con
las corrientes invisibles y ver a través del manto que ciega a la
humanidad. Mis ansias por saber me hicieron creérmelo.

El tercer capítulo daba las instrucciones a seguir para lograr la
primera comunicación con el más allá.

El poder de la mente es ilimitado, pero está cubierto por un manto que
limita sus capacidades. Los cuatro elementos y el poder de la naturaleza
pueden eliminar ese manto. Entonces, y solo entonces, podrás ver la
verdad de las verdades.

Debes seguir las instrucciones en solitario y en secreto, pues aunque no
sea necesario, es una medida para que no intervengan los pensamientos de
otras personas.

Primero debes preparar el altar como es debido.

Coloca el fuego apuntando hacia el sur. Coloca el Viento y la tierra en
lugares opuestos de la mesa. Y coloca el agua apuntando hacia el norte.
Coloca una planta, ya sea pequeña o grande, en el centro. Y no te
olvides de llevar contigo una taza de sal. El cuchillo a un lado de la
mesa y la madera al otro lado.

Ahora tu altar está completo.

Necesitas estar solo en tu habitación, preferiblemente de noche, cuando
el silencio y la tranquilidad predominen. No debe haber ningún ruido
interruptor.

Siéntate, relájate, respira. Siente el oxígeno entrando en tus pulmones.

Ahora pronuncia siete veces estas palabras.

“Madre Naturaleza, libérame del manto cegador, condúceme hacia la verdad”

Ahora imagina tu alma saliendo de tu cuerpo. Imagina que poco a poco
puedes liberarte de ese cuerpo de carne y hueso y viajar más allá.
Mírate, ahí sentado.

Hice todos los pasos que decía el libro a rajatabla, no me salté ni uno,
y, aunque no funcionó al 100%, no me desesperé, pues en el libro venía
la advertencia de que podía variar el resultado según la persona.

Lo único que sentí fue una gran relajación, sentí mi cuerpo
completamente y me pareció que mis sentidos aumentaban, pues podía oír
desde el viento, hasta el tic-tac del reloj de la cocina.

Completado el ritual, me fui a dormir.

Al siguiente día me sentía raro, tenía mucho sueño, y después de llegar
de clases y almorzar, me tiré en la cama cerrando la puerta para
descansar un rato.

Fue entonces cuando ocurrió el primer sueño.

En el sueño estaba en la misma habitación donde estaba durmiendo, con la
peculiaridad de que podía verme dormir, como si mi verdadero yo
estuviera en otro sitio de la habitación y mi cuerpo estuviera ahí en la
cama. Entonces algo apareció. Una sombra sin forma negra que se movía
por la habitación. La sombra me vio e intentaba, lentamente, alcanzarme
con una de sus extremidades, quería hacerme daño, eso lo tenía claro.

Pero yo no podía hacer nada, no estaba dentro de mi cuerpo, no podía
moverme ni hablar, tenía miedo, mucho miedo.

La sombra cada vez estaba más cerca, y un aura de oscuridad la rodeaba.

Intentaba gritar, pero estaba mudo. Forzaba mis cuerdas vocales a
moverse, pero no querían, no querían emitir ningún sonido. Al final
logré gritar y despertar de aquel terrible sueño.

Tenía miedo incluso despierto, así que abrí la puerta y encendí la luz
enseguida. Observé la habitación en busca de aquella sombra, pero se
había esfumado totalmente.

Jamás se me ocurrió en aquel momento, relacionar aquel sueño con el
ritual del día anterior.

Ese día, por la noche, mientras estaba en el ordenador jugando, un gato
negro con grandes ojos se acercó a mi puerta de cristal y me miró fijamente.

No sé como noté que estaba ahí, pero me giré y lo vi. Entonces volví a
mirar el ordenador para detener el videojuego y poder salir a ver al
gato, pero cuando abrí la puerta ya no estaba.

Ese día volví a intentar el ritual, pero no funcionó por el miedo que tenía.

El sueño de la sombra se repitió constantemente, y cada vez era más
difícil librarme de él. Cada vez le faltaba menos a la sombra para
atraparme. A veces me levantaba a media noche sudando frío, y encendía
la luz para intentar librarme del miedo. Por el día seguía leyendo el
libro, intentando buscar el significado de aquella sombra.

Era un miércoles cuando leí la última página de aquel libro. Al final decía:

“A veces, la verdad puede ser quien te busque, y no tú quien la busque a
ella”

“Nadie ha alcanzado la verdad absoluta, porque para alcanzarla hace
falta morir”

Esas dos frases hicieron que un escalofrío recorriera mi cuerpo. ¿Sería
aquella sombra la verdad que venía a buscarme? ¿Querría matarme la
verdad para que tuviera el conocimiento absoluto? ¿Es posible la verdad
absoluta?

Todas estas preguntas me atormentaban, y ese día no tenía ganas de
dormir, no quería descubrir el significado de la sombra, pero es
imposible dejar de dormir. A las 2:30 de la madrugada, quedé rendido
ante el sueño.

Otra vez estaba allí, en mi habitación, viéndome dormir desde algún otro
punto. Y la sombra apareció otra vez. Cada vez se acercaba más, quería
llevarme, quería hacerme daño. Intentaba gritar, moverme, huir, encender
la luz, pero no podía.

Cada vez estaba más cerca, esta vez casi me iba a tocar, casi me está
atrapando.

Ya no quiero saber la verdad, ya no quiero tener la verdad, pensaba
llorando en mi interior. Ya no buscaré la verdad absoluta, no la quiero,
¡quiero vivir!

¡No quiero morir, no quiero la verdad, aléjate de mi!

Cuando dije estas palabras la sombra se detuvo y una voz grave dijo en
voz baja:

“Sino quieres la verdad, entonces no la busques. No volveré a intentar
quitarte el manto cegador”

“Pero recuerda. Algún día tendrás que aceptarme.

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19. maria_123,

guardo hilo

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20. barren_byron ,

opa, me guardo hilo

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21. asmodeus,

guardo hilo

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22. Sandokannn ,

¡Qué habilidad, Alex!
Guardo hilo, por supuesto!
Con respecto a tu pregunta, me gusta tu presentación actual, aunque obviamente si quisieras cambiarla sos libre de hacerlo.

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23. el-pico_dulce,

guardo hilo

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24. benjamin-burley,

para cuando mas historiaaaaaaaaaaaas xd

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25. goten,

guardo hilo

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26. Alexander-Mortem,

hola chicos, yo soy el nigromante, bienbenidos a mi casa.

respiren profundo.

el nigromante precenta?

Tripas...

Tomen aire.

Tomen tanto aire como puedan. Esta historia debería durar el tiempo que
logren retener el aliento, y después un poco más. Así que escuchen tan
rápido como les sea posible.

Cuando tenía trece años, un amigo mío escuchó hablar del «pegging». Esto
es cuando a un tipo le meten un pito por el culo. Si se estimula la
próstata lo suficientemente fuerte, el rumor dice que se logran
explosivos orgasmos sin manos. A esa edad, este amigo es un pequeño
maníaco sexual. Siempre está buscando una manera mejor de estar al palo.
Se va a comprar una zanahoria y un poco de jalea para llevar a cabo una
pequeña investigación personal. Después se imagina cómo se va a ver la
situación en la caja del supermercado, la zanahoria solitaria y la jalea
moviéndose sobre la cinta de goma. Todos los empleados en fila,
observando. Todos viendo la gran noche que ha planeado.

Entonces mi amigo compra leche y huevos y azúcar y una zanahoria, todos
los ingredientes para una tarta de zanahorias. Y vaselina.

Como si se fuera a casa a meterse una tarta de zanahorias por el culo.

En casa, talla la zanahoria hasta convertirla en una contundente
herramienta. La unta con grasa y se la mete. Entonces, nada. Ningún
orgasmo. Nada pasa, salvo que duele.

Entonces la madre del chico grita que es hora de la cena. Le dice que
baje inmediatamente.

Él se saca la zanahoria y entierra esa cosa resbaladiza y mugrienta
entre la ropa sucia debajo de su cama.

Después de la cena, va a buscar la zanahoria, pero ya no está allí.
Mientras cenaba, su madre juntó toda la ropa sucia para lavarla. De
ninguna manera podía encontrar la zanahoria, cuidadosamente tallada con
un cuchillo de su cocina, todavía brillante de lubricante y apestosa.

Mi amigo espera meses bajo una nube oscura, esperando que sus padres lo
confronten. Y nunca lo hacen. Nunca. Incluso ahora, que ha crecido, esa
zanahoria invisible cuelga sobre cada cena de Navidad, cada fiesta de
cumpleaños. Cada búsqueda de huevos de Pascua con sus hijos, los nietos
de sus padres, esa zanahoria fantasma se cierne sobre ellos. Ese algo
demasiado espantoso para ser nombrado.

Los franceses tienen una frase: «ingenio de escalera». En francés,
/esprit de l’escalier/. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la
respuesta, pero es demasiado tarde. Digamos que usted está en una fiesta
y alguien lo insulta. Bajo presión, con todos mirando, usted dice algo
tonto. Pero cuando se va de la fiesta, cuando baja la escalera,
entonces: la magia. A usted se le ocurre la frase perfecta que debería
haber dicho. La perfecta réplica humillante. Ese es el espíritu de la
escalera.

El problema es que los franceses no tienen una definición para las cosas
estúpidas que uno realmente dice cuando está bajo presión. Esas cosas
estúpidas y desesperadas que uno en verdad piensa o hace.

Algunas bajezas no tienen nombre. De algunas bajezas ni siquiera se
puede hablar.

Mirando atrás, muchos psiquiatras expertos en jóvenes y psicopedagogos
ahora dicen que el último pico en la ola de suicidios adolescentes era
de chicos que trataban de asfixiarse mientras se masturbaban. Sus padres
los encontraban con una toalla alrededor del cuello, atada al ropero de
la habitación; el chico muerto. Esperma por todas partes. Por supuesto,
los padres limpiaban todo. Le ponían pantalones al chico. Hacían que se
viera… mejor. Intencional, al menos. Un típico triste suicidio adolescente.

Otro amigo mío, un chico de la escuela con su hermano mayor en la
Marina, contaba que los tipos en Medio Oriente se masturban distinto a
como lo hacemos nosotros. Su hermano estaba estacionado en un país de
camellos donde los mercados públicos venden lo que podrían ser elegantes
cortapapeles. Cada herramienta es una delgada vara de plata lustrada o
latón, quizá tan larga como una mano, con una gran punta, a veces una
gran bola de metal o el tipo de mango refinado que se puede encontrar en
una espada. Este hermano en la Marina decía que los árabes se ponen al
palo y después se insertan esta vara de metal dentro de todo el largo de
su erección. Y se masturban con la vara adentro, y eso hace que
masturbarse sea mucho mejor. Más intenso.

Es el tipo de hermano mayor que viaja por el mundo y manda a casa dichos
franceses, dichos rusos, útiles sugerencias para masturbarse. Después de
esto, el hermano menor falta a la escuela un día. Me llama esa noche
para pedirme que le lleve los deberes de las próximas semanas. Porque
está en el hospital.

Tiene que compartir la habitación con viejos que se atienden por sus
tripas. Dice que todos tienen que compartir la misma televisión. Su
única privacidad es una cortina. Sus padres no lo visitan. Por teléfono,
dice que sus padres ahora mismo podrían matar al hermano mayor que está
en la Marina.

También dice que el día anterior estaba un poco drogado. En casa, en su
habitación, estaba tirado en la cama, con una vela encendida y hojeando
revistas porno, preparado para masturbarse. Todo esto después de
escuchar la historia del hermano en la Marina. Esa referencia útil
acerca de cómo se masturban los árabes. El chico mira alrededor para
encontrar algo que podría ayudarlo. Un bolígrafo es demasiado grande. Un
lápiz, demasiado grande y duro. Pero cuando la punta de la vela gotea,
se logra una delgada y suave arista de cera. La frota y la moldea entre
las palmas de sus manos. Larga y suave y delgada.

Drogado y caliente, se la introduce más y más profundo en la uretra. Con
un gran resto de cera todavía asomándose, se pone a trabajar.

Aun ahora, dice que los árabes son muy astutos. Que reinventaron por
completo la masturbación. Acostado en la cama, la cosa se pone tan buena
que el chico no puede controlar el camino de la cera. Está a punto de
lograrlo cuando la cera ya no se asoma fuera de su erección.

La delgada vara de cera se ha quedado dentro. Por completo. Tan adentro
que no puede sentir su presencia en la uretra.

Desde abajo, su madre grita que es hora de la cena. Dice que tiene que
bajar de inmediato. El chico de la cera y el chico de la zanahoria son
personas diferentes, pero tienen vidas muy parecidas.

Después de la cena, al chico le empiezan a doler las tripas. Es cera,
así que se imagina que se derretirá adentro y la meará. Ahora le duele
la espalda. Los riñones. No puede pararse derecho.

El chico está hablando por teléfono desde su cama de hospital, y de
fondo se pueden escuchar campanadas y gente gritando. Programas de
juegos en televisión.

Las radiografías muestran la verdad, algo largo y delgado, doblado
dentro de su vejiga. Esta larga y delgada uve dentro suyo está
almacenando todos los minerales de su orina. Se está poniendo más grande
y dura, cubierta con cristales de calcio, y golpea y desgarra las suaves
paredes de su vejiga, obturando la salida de su orina. Sus riñones están
trabados. Lo poco que gotea de su pene está rojo de sangre.

El chico y sus padres, toda la familia mirando las radiografías con el
médico y las enfermeras parados allí, la gran uve de cera brillando para
que todos la vean: tiene que decir la verdad. La forma en que se
masturban los árabes. Lo que le escribió su hermano en la Marina. En el
teléfono, ahora, se pone a llorar.

Pagaron la operación de vejiga con el dinero ahorrado para la
universidad. Un error estúpido, y ahora jamás será abogado.

A lo que me metió en problemas a mí lo llamo «bucear por perlas». Esto
significaba masturbarse bajo el agua, sentado en el fondo de la profunda
piscina de mis padres. Respiraba hondo, con una patada me iba al fondo y
me deshacía de mis shorts. Me quedaba sentado en el fondo dos, tres,
cuatro minutos.

Sólo por masturbarme tenía una gran capacidad pulmonar. Si hubiera
tenido una casa para mí solo, lo habría hecho durante tardes enteras.

Cuando finalmente terminaba de bombear, el esperma colgaba sobre mí en
grandes y gordos globos lechosos.

Después había más buceo, para recolectarla y limpiar cada resto con una
toalla. Por eso se llamaba «bucear por perlas». Aun con el cloro, me
preocupaba mi hermana. O, por Dios, mi madre.

Ese solía ser mi mayor miedo en el mundo: que mi hermana adolescente
virgen pensara que estaba engordando y diera a luz a un bebé de dos
cabezas retardado. Las dos cabezas me mirarían a mí. A mí, el padre y el
tío. Pero, al final, lo que te preocupa nunca es lo que te atrapa.

La mejor parte de bucear por perlas era el tubo para el filtro de la
pileta y la bomba de circulación. La mejor parte era desnudarse y
sentarse allí.

Como dicen los franceses, ¿a quién no le gusta que le chupen el culo? De
todos modos, en un minuto se pasa de ser un chico masturbándose a un
chico que nunca será abogado.

En un minuto estoy acomodado en el fondo de la piscina, y el cielo
ondula, celeste, a través de un metro y medio de agua sobre mi cabeza.
El mundo está silencioso salvo por el latido del corazón en mis oídos.
Los shorts amarillos están alrededor de mi cuello por seguridad, por si
aparece un amigo, un vecino o cualquiera preguntando por qué falté al
entrenamiento de fútbol. Siento la continua chupada del tubo de la
pileta, y estoy meneando mi culo blanco y flaco sobre esa sensación.
Tengo aire suficiente y la pija en la mano. Mis padres se fueron a
trabajar y mi hermana tiene clase de ballet. Se supone que no habrá
nadie en casa durante horas.

Mi mano me lleva casi al punto de acabar, y paro. Nado hacia la
superficie para tomar aire. Vuelvo a bajar y me siento en el fondo. Hago
esto una y otra vez.

Debe ser por esto que las chicas quieren sentarse sobre tu cara. La
succión es como una descarga que nunca se detiene. El corazón late en
los oídos, me quedo abajo hasta que brillantes estrellas de luz se
deslizan alrededor de mis ojos. Mis piernas estiradas, la parte de atrás
de las rodillas rozando fuerte el fondo de concreto. Los dedos de los
pies se vuelven azules, los dedos de los pies y las manos arrugados por
estar tanto tiempo en el agua.

Y después dejo que suceda. Los grandes globos blancos se sueltan. Las
perlas. Entonces necesito aire. Pero cuando intento dar una patada para
elevarme, no puedo. No puedo sacar los pies. Mi culo está atrapado.

Los paramédicos de emergencias dirán que, cada año, cerca de ciento
cincuenta personas se quedan atascadas de este modo, chupadas por la
bomba de circulación. Queda atrapado el cabello, o el trasero, y se
ahoga. Cada año, cantidad de gente se ahoga. La mayoría en Florida.

Solo que la gente no habla del tema. Ni siquiera los franceses hablan
acerca de todo. Con una rodilla arriba y un pie debajo de mi cuerpo,
logro medio incorporarme cuando siento el tirón por detrás. Pateo el
fondo con el pie. Me estoy liberando, pero al no tocar el concreto,
tampoco llego al aire. Todavía pateando bajo el agua, revoleando los
brazos, estoy a medio camino de la superficie, pero no llego más arriba.
Los latidos en mi cabeza son fuertes y rápidos.

Con chispas de luz brillante cruzando ante mis ojos, me doy vuelta para
mirar… pero no tiene sentido. Esta soga gruesa, una especie de serpiente
azul blancuzca trenzada con venas, ha salido del desagüe y está agarrada
a mi culo. Algunas de las venas gotean rojo, sangre roja que parece
negra bajo el agua y se desprende de pequeños rasguños en la pálida piel
de la serpiente. La sangre se disemina, desaparece en el agua, y bajo la
piel delgada azul blancuzca de la serpiente se pueden ver restos de una
comida a medio digerir.

Esa es la única forma en que tiene sentido. Algún horrible monstruo
marino, una serpiente del mar, algo que nunca vio la luz del día, se ha
estado escondiendo en el oscuro fondo del desagüe de la pileta, y quiere
comerme.

Así que la pateo, pateo su piel resbalosa y gomosa y llena de venas,
pero cada vez sale más del desagüe. Ahora quizá sea tan larga como mi
pierna, pero aún me retiene el culo. Con otra patada estoy a unos dos
centímetros de lograr tomar aire. Todavía sintiendo que la serpiente
tira de mi culo, estoy a un centímetro de escapar.

Dentro de la serpiente se pueden ver granos de maíz y maníes. Se puede
ver una brillante bola anaranjada. Es la vitamina para caballos que mi
padre me hace tomar para que gane peso. Para que consiga una beca
gracias al fútbol. Con hierro extra y ácidos grasos omega tres. Ver esa
pastilla me salva la vida.

No es una serpiente. Es mi largo intestino, mi colon, arrancado de mi
cuerpo. Lo que los doctores llaman prolapso. Mis tripas chupadas por el
desagüe.

Los paramédicos dirán que una bomba de agua de piscina larga 360 litros
de agua por minuto. Eso son unos 200 kilos de presión. El gran problema
es que estamos interconectados por dentro. Nuestro ano es solo la parte
final de nuestra boca. Si me suelto, la bomba sigue trabajando,
desenredando mis entrañas hasta llegar a mi boca. Imaginen cagar 200
kilos de mierda y podrán apreciar cómo eso puede destrozarte.

Lo que puedo decir, es que las entrañas no sienten mucho dolor. No de la
misma manera que duele la piel. Los doctores llaman materia fecal a lo
que uno digiere. Más arriba, es chyme, bolsones de una mugre delgada y
corrediza decorada con maíz, maníes y arvejas.

Eso es la sopa de sangre y maíz, mierda y esperma y maníes que flota a
mi alrededor. Aún con mis tripas saliendo del culo, conmigo sosteniendo
lo que queda, aún entonces mi prioridad era volver a ponerme el short.
Dios no permita que mis padres me vean la pija.

Una de mis manos está apretada en un puño alrededor de mi culo; la otra
arranca el short amarillo del cuello, pero ponérmelo es imposible.

Si quieren saber cómo se sienten los intestinos, compren uno de esos
condones de piel de cabra. Saquen y desenrrollen uno. Llénenlo con
mantequilla de maní, cúbranlo con lubricante y sosténganlo bajo el agua.
Después traten de rasgarlo. Traten de abrirlo en dos. Es demasiado duro
y gomoso. Es tan resbaladizo que no se puede sostener. Un condón de piel
de cabra, eso es un intestino común.

Ven contra lo que estoy luchando.

Si me dejo ir por un segundo, me destripo.

Si nado hacia la superficie para buscar una bocanada de aire, me destripo.

Si no nado, me ahogo.

Es una decisión entre morir ya mismo o dentro de un minuto. Lo que mis
padres encontrarán cuando vuelvan del trabajo es un gran feto desnudo,
acurrucado sobre sí mismo. Flotando en el agua sucia de la piscina del
patio. Sostenido por atrás por una gruesa cuerda de venas y tripas
retorcidas. El opuesto de un adolescente que se ahorca cuando se
masturba. Este es el bebé que trajeron del hospital trece años atrás.
Este es el chico para el que deseaban una beca deportiva y un título
universitario. El que los cuidaría cuando fueran viejos. Aquí está el
que encarnaba todas sus esperanzas y sueños. Flotando, desnudo y muerto.
Todo alrededor, grandes lechosas perlas de esperma desperdiciada.

Eso, o mis padres me encontrarán envuelto en una toalla ensangrentada,
desmayado a medio camino entre la piscina y el teléfono de la cocina,
mis desgarradas entrañas todavía colgando de la pierna de mis shorts
amarillos. Algo de lo que ni los franceses hablarían.

Ese hermano mayor en la Marina nos enseñó otra buena frase. Rusa. Cuando
nosotros decimos: «Necesito eso como necesito un agujero en la cabeza»,
los rusos dicen: «Necesito eso como necesito un diente en el culo». /Mne
eto nado kak zuby v zadnitse/. Esas historias sobre cómo los animales
capturados por una trampa se mastican su propia pierna; cualquier coyote
puede decir que un par de mordiscos son mucho mejores que morir.

Mierda… aunque seas ruso, algún día podrías querer esos dientes. De otra
manera, lo que tienes que hacer es retorcerte, dar vueltas. Enganchar un
codo detrás de la rodilla y tirar de esa pierna hasta la cara. Morder tu
propio culo. Uno se queda sin aire y mordería cualquier cosa con tal de
volver a respirar.

No es algo que te gustaría contarle a una chica en la primera cita. No
si quieres besarla antes de ir a dormir. Si les cuento qué gusto tenía,
nunca, nunca volverían a comer calamares.

Es difícil decir qué les disgustó más a mis padres: cómo me metí en el
problema o cómo me salvé. Después del hospital, mi madre dijo: «No
sabías lo que hacías, amor. Estabas en /shock/». Y aprendió a cocinar
huevos pasados por agua.

Toda esa gente asqueada o que me tiene lástima… la necesito como
necesito dientes en el culo.

Hoy en día, la gente me dice que soy demasiado delgado. En las cenas, la
gente se queda silenciosa o se enoja cuando no como la carne asada que
prepararon. La carne asada me mata. El jamón cocido. Todo lo que se
queda en mis entrañas durante más de un par de horas sale siendo todavía
comida. Chauchas o atún en lata, me levanto y me los encuentro allí en
el inodoro.

Después de sufrir una disección radical de los intestinos, la carne no
se digiere muy bien. La mayoría de la gente tiene un metro y medio de
intestino grueso. Yo tengo la suerte de conservar mis quince
centímetros. Así que nunca obtuve una beca deportiva, ni un título. Mis
dos amigos, el chico de la cera y el de la zanahoria, crecieron, se
pusieron grandotes, pero yo nunca llegué a pesar un kilo más de lo que
pesaba cuando tenía trece años. Otro gran problema es que mis padres
pagaron un montón de dinero por esa piscina. Al final, mi padre le dijo
al tipo de la piscina que fue el perro. El perro de la familia se cayó
al agua y se ahogó. El cuerpo muerto quedó atrapado en el desagüe. Aun
cuando el tipo que vino a arreglar la piscina abrió el filtro y sacó un
aguachento resto de intestino con una gran píldora naranja de vitaminas
dentro, mi padre solo dijo: «Ese maldito perro estaba loco». Desde la
ventana de mi pieza en el primer piso podía escuchar a mi papá decir:
«No se podía confiar un segundo en ese perro…».

Después mi hermana tuvo un atraso en su período menstrual.

Aun cuando cambiaron el agua de la pileta, aun después de que vendieron
la casa y nos mudamos a otro estado, aun después del aborto de mi
hermana, ni siquiera entonces mis padres volvieron a mencionarlo.

Esa es nuestra zanahoria invisible.

Ustedes, ahora tomen aire.

Yo todavía no lo hice.

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27. illium,

me guardo el hilo! y opino lo mismo que sando, me gusta tu presentación

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28. benjamin-burley,

muy buena hermano, un poco asquerosa por el tema de los intestinos pero está buena xd

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29. Ronald-Weasley,

Excelente hilo. Derechito a mis suscripciones.

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30. Alexander-Mortem,

hola chicos, yo soy el nigromante, bienbenidos a mi casa.

hoy comienso con los rituales, no me hago responsable de nada de lo que pase si los realisan, es bajo su propia responsabilidád.

el nigromante presenta?

Plegarias...

Frente a una situación desesperada, sea cual sea, la gente se encuentra
rogándole a Dios una respuesta, y, si no es a Dios, a algún ente, objeto
o simplemente esperan que mágicamente todo se solucione para poder
seguir con sus vidas. Sienten que necesitan un soporte externo, algo que
los haga mantener la esperanza aunque sea un día más en un mundo cada
vez más consumido por los problemas que ellos mismos generan. Y, frente
a esta petición, ¿cuáles son las respuestas habituales? Lo mismo de
siempre: sugestión vana que nos hará vivir ilusionados o silencio
desgarrador que nos encerrará en la angustia y nos empujará a cometer
actos de frenético desquicie.

¿No creen que deberíamos tener un verdadero soporte externo?

¿Uno que podamos SENTIR, VER y TOCAR?

Bien, si están de acuerdo conmigo, entonces les sugiero que lean
atentamente lo que detallaré a continuación. Pero les advierto, lo que
decidan hacer con la información que les daré queda bajo su absoluta
responsabilidad, así como las consecuencias que puedan traerles.

El único ente «sobrenatural» del que podemos dar fe de su existencia son
los muertos. Los muertos están en todo el mundo, y están desde
siempre. Las ceremonias rituales a los muertos comenzaron hace más de
sesenta mil años, antes de que el hombre fuese hombre. Con el tiempo, el
culto se desarrolló diversas religiones y creencias, todas dirigidas a
alabar a nuestros antepasados, la mayoría de formas distantes e
indirectas. Tuvimos que avanzar hasta la Edad Media para intentar,
clandestinamente, contactar a los difuntos de manera directa mediante
/mediums/ o la así llamada «magia negra» o «necromancia». El último gran
salto fue con la curiosidad esotérica de los científicos
fenomenológicos, cuando en 1901 el doctor Duncan MacDougall,
estadounidense de Massachusetts, realizó los experimentos que
establecían que el alma humana tenía peso (veintiún gramos). La gente
siente la presencia de los muertos. Cuando dormimos, cuando caminamos
por la calle, cuando tomamos el subterráneo; cada hora de cada día
estamos acompañados por algo que parece confundirse por nuestra
conciencia. Pero a veces lo escuchamos, y entonces sabemos que no
estamos solos. Sí, hay una barrera que nos separa, pero no estamos solos.

Los muertos, todos los muertos, forman un solo ente (me referiré a este
ente de ahora en adelante como «El Ente del Más Allá»). Al igual que se
dice que Dios es el conjunto de todas las cosas, El Ente del Más Allá es
el conjunto de todos aquellos que hicieron posible nuestra existencia,
nuestra historia y nuestro modo de vida. Resumiendo, El Ente del Más
Allá es la parte de Dios más cercana a nosotros.

El ritual que describiré es un ritual de invocación, seguido de un pacto
de sangre. Puede realizarse en cualquier cementerio que disponga de
fosas terrestres, a cualquier hora del día. Sugiero hacerlo rápido y en
una tumba reciente para no llamar mucho la atención.

Se necesitarán los siguientes elementos:

• Incienso (puede ser en flor, pastillas, sahumerios, etcétera)
• Sal gruesa
• Maíz en granos
• Una tarjeta en blanco
• Un bolígrafo o algo para escribir (lápiz no)
• Un envase o recipiente pequeño con tapa
• Vino (una botella)
• Un papel en blanco (A4 o tipo carta)
• Una jeringa hipodérmica
• Un alicate o cortauñas
• Un incinerador o parrilla
• Fósforos o encendedor
• /Concentración/

Lo primero que deben hacer es visitar algún cementerio, panteón o
iglesia en donde haya alguien enterrado. No es necesario que lleven
ningún elemento en este primer recorrido, ni tampoco que sea el mismo
cementerio en donde realizarán el ritual. Pueden llevarle una flor a
alguien si lo desean, pero no es obligatorio. El Ente del Más Allá
notará su presencia y el tiempo para el ritual comenzará a correr.

A partir de la fecha y la hora en la que visitaron aquel lugar, tienen
exactamente una semana para ir al cementerio (esta vez debe tener fosas
comunes) y seleccionar una tumba. En esa tumba se arrodillarán, se
besarán la mano derecha y extenderán el beso hacia el nombre inscrito en
la lápida. Luego, esparcirán la sal a su alrededor haciendo un
semicírculo para purificar el lugar. Una vez hecho esto, cierren los
ojos y tómense su tiempo para concentrase en algún familiar, conocido o
alguna persona que haya muerto. Es recomendable pensar en alguien
fallecido recientemente, puesto que los ancestros antiguos son un poco
más difíciles de contactar. En un momento dado, sentirán la brisa en la
cara, y por más abrigo que lleven sentirán un escalofrío en todo el
cuerpo. Cuando lo sientan, es hora.

Dejen el incienso al pie de la lápida mientras dicen: «Benditos son los
ojos que no ven, pues en la noche ven el día y en la tempestad la
calma». Ahora dejen el maíz por delante del incienso, y digan: «Bendito
es el cuerpo que no siente, pues su cuerpo siente lo superfluo y su alma
siente lo esencial». Por último, abran la botella de vino y vuelquen /la
mitad/ sobre el incienso y el maíz mientras dicen: «Bendita es la tierra
que los contiene, el abrigo cálido para el invierno de los días».
Terminado esto, tapen la botella y anoten en la tarjeta en blanco el
nombre de la lápida, la fecha de nacimiento y muerte y todos los datos
que haya disponibles (últimas palabras, lugares de nacimiento y muerte,
estudios o grados militares, cosas importantes que hizo en el transcurso
de su vida…).

Ahora llenen el recipiente con tierra de la tumba y tápenlo. /La tierra
no debe estar mojada con vino/, de lo contrario, El Ente del Más Allá
interpretará que le retiran la ofrenda y se negará a hacer el trato
(quizá hasta los maldecirá). Vuelvan a cerrar los ojos y otra vez
concéntrense en algún difunto. Si no sienten la brisa y el escalofrío,
levántense y vuelquen el resto del vino sobre la tumba, formando una
equis. Arrojen el recipiente con tierra y váyanse de inmediato del
cementerio sin hacer contacto visual con nadie. No vean a nadie a los
ojos ni a ningún espejo en las siguientes veinticuatro horas, no vuelvan
a entrar a un cementerio en los próximos tres años y /jamás/ intenten de
nuevo el ritual. Si vuelven a sentir la brisa y el escalofrío, significa
que El Ente del Más Allá aceptó sus ofrendas y les tiene cierta
simpatía. Extiendan otro beso hacia la lápida y retírense.

Vuelvan a su casa con la botella de vino, el recipiente y la tarjeta.
Guarden el recipiente y la tarjeta en un lugar seguro, donde procuren no
perderlos. En el papel en blanco tamaño A4, realicen su petición. Deberá
estar escrita en tinta con letra legible y ser lo más objetiva posible,
puesto que El Ente del Más Allá suele valerse de los «vacíos legales»
para que las cosas no resulten como se esperan. Una vez que terminen de
escribir la petición, tomen el alicate y córtense una uña cualquiera de
la mano izquierda. Ahora tomen la jeringa hipodérmica. Vuelvan a
concentrarse en algún difunto, y cuando sientan la brisa y el
escalofrío, digan: «Entrego lo material y recibo lo esencial, esta es la
deuda de los Ancestros». Entiérrense la aguja en alguna vena (les
sugiero la del antebrazo derecho o izquierdo) y llenen la jeringa con su
sangre. Recomiendo que se pongan un algodón con alcohol al sacar la aguja.

Pongan el contenido de la jeringa en la botella de vino. Luego pongan la
uña que cortaron dentro de la botella y tápenla. Digan en voz alta: «La
sed será saciada, rojo con rojo, por siempre y para siempre», y agiten
la botella para mezclar bien todo.

Váyanse a dormir. Después de perder tanta sangre, seguro lo necesitarán.

A partir de la fecha y hora en la cual dejaron las ofrendas en la tumba,
tienen una semana para consumar el pacto de sangre. Deberán volver al
cementerio (o ir a otro que tenga fosas comunes) y seleccionar otra
tumba. Se arrodillarán y extenderán un beso a la lápida como en el
primer ritual. Concéntrense de vuelta en un difunto y esperen a sentir
la brisa y el escalofrío. Cuando lo sientan, digan: «La sed será
saciada, rojo con rojo, por siempre y para siempre», y hagan un pequeño
pozo en la tierra. Allí vuelquen el contenido de la botella y observen
lo que sucede. Lo habitual es que la uña que estaba en la botella se
entierre como si fuera aplastada y sea tragada por la tierra, pero si
esto no sucede, no hay que preocuparse; solo quiere decir que en ese
momento El Ente del Más Allá no tiene mucha sed.

Vuelvan a tapar el pozo con tierra, extiendan un último beso a la lápida
y retírense.

Con la petición que escribieron antes, vayan al incinerador o parrilla
que prepararon y enciendan el fuego. Echen un poco de sal a las llamas
para purificarlas y concéntrense una última vez en alguien difunto,
hasta que sientan la brisa y el escalofrío. Cuando lo sientan,
acérquense al fuego y digan, con actitud convencida: «Hago reclamo de mi
retribución, su deuda, la sed que yo sacié, exigiendo el presente
contrato. ¡Responded mis plegarias!». Arrojen la petición al fuego y
esperen a que el papel termine de consumirse. Por último, y para hacer
válido el contrato, digan: «Ahora su deuda es mi deuda, y cumpliré la
petición hasta que la Hermandad sea sellada con el Alma».

Dentro de tu cabeza oirás una voz difícilmente reconocible, que te dirá:
«La verdad os liberará». Lo más probable es que lo diga en tu idioma,
aunque a veces lo dice en latín: «Veritas vos liberabit».

A partir de ese momento, el pacto está sellado.

Bien, estos son los pasos a seguir para invocar la ayuda de los muertos
(El Ente del Más Allá). Ahora haré algunas aclaraciones, solo para tener
en cuenta antes de tomar decisiones precipitadas:

  1. Una vez realizado, el contrato no se puede deshacer bajo ningún motivo.
  2. Las garantías del contrato son el recipiente de tierra y la tarjeta
  3. con los datos de la primera lápida. Si se hace válido el contrato, el
    interesado deberá mantener esos dos objetos por el resto de su vida. Si
    en algún momento los pierde, se le aplicará el castigo de quienes no
    cumplen el contrato.
  4. Para cumplir con el contrato, el interesado deberá, una vez por año,
  5. realizar una visita a un cementerio y dejar una ofrenda, sea cual sea,
    en una fosa común.
  6. La sangre de la jeringa no tiene por qué ser la del usuario (mientras
  7. la uña sí lo sea), pero debe ser humana y de una persona viva.
  8. Si alguna de las frases detalladas se dice de manera errónea (con
  9. excepción de «Ahora su deuda es mi deuda, y cumpliré la petición hasta
    que la Hermandad sea sellada con el Alma») el contrato no tiene validez,
    y no se aplicará ningún castigo al beneficiario.

Por último detallaré el castigo impuesto por no cumplir el contrato,
extraído de los antiguos manuscritos de Abdul Alhazred y traducidos al
español:

Lo primero que dijo fue: «Benditos son los ojos que no ven, pues en
la noche ven el día y en la tempestad la calma», pues entonces todos
los ojos que verá serán ojos que no ven: fuera de sus cuencas,
chorreantes de sangre, pus y corrupción. Los verá en sus padres y
sus hijos, sus amigos y amigas, la gente que ama y detesta. Los verá
por doquier, y los verá también en su reflejo.

Lo segundo que dijo fue: «Bendito es el cuerpo que no siente, pues
su cuerpo siente lo superfluo y su alma siente lo esencial», pues
entonces su cuerpo no sentirá más que el dolor infinitamente
superfluo del vacío, y lo que verá en sus pares serán sus cuerpos
sin sensación: deformados y malolientes, casi en un estado pétreo de
descuidada descomposición. Los verán caminar por la calle y en su
casa, y en sí mismo verá su esqueleto deformado con los despojos de
su traición.

Lo tercero que se dijo fue: «Bendita es la tierra que los contiene,
el abrigo cálido para el invierno de los días», pues entonces la
tierra será el abrigo de la noche que asolará los días de este
condenado, encontrándolo solo si se lo busca. Entonces su Alma
pertenecerá por siempre a los Ancestros.

بقية في السلام (descansa en paz)


Fe de erratas:* SI NO CUMPLE EL CONTRATO, EL BENEFICIARIO NO FORMARÁ
PARTE DE *EL ENTE DEL MÁS ALLÁ
CUANDO MUERA, Y SU ALMA SE DESVANECERÁ
JUNTO CON SU CUERPO.

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