Cultura del saber: Concurso numero seis

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1. zefir,

Concurso número 6: el frío en todas sus formas.

¡Hola a todos!
Hace mucho tiempo que no organizamos un concurso. Les propongo que volvamos a ellos, de manera un poco menos formal, sin evaluar las contribuciones. Nos leemos mutuamente los unos a los otros y discutimos en el hilo principal de cultura del saber. ¡Si están listos, vamos!
Para este sexto concurso, vamos a explorar el tema del frío en todas sus formas. También, he elegido consignas un poco más chifladas, alocadas, para darle un poco de sabor. Hay varias consignas posibles, deberán elegir la que más los inspire y decirnos, cuando envíen su participación, cuál consigna eligieron. ¡No duden en animar a sus amigos y conocidos a participar en este concurso hablando de este tema tan apasionante!

Pequeña anécdota sobre el frío para ponernos en el ambiente:
El cero absoluto es la temperatura más baja posible en la escala de temperatura termodinámica. Es igual a -273,15 grados Celsius o 0 kelvins. A este punto, ya no hay movimiento atómico, lo que significa que ya no hay calor y que hace mucho frío. Sin embargo, es imposible alcanzarlo porque no hay manera de quitar toda la energía cinética (la energía de movimiento) de los átomos de un sistema. Investigadores de todo el mundo están tratando de acercarse a él y un equipo alemán logró batir el récord alcanzando 38 picokelvins, es decir, 38 trillones de grados por encima del cero absoluto. Para alcanzar esta temperatura increíblemente fría, los investigadores usaron lentes de ondas de materia, que son dispositivos que pueden manipular partículas de materia a través de campos electromagnéticos. Usaron estas lentes para reducir aún más la energía de movimiento interno de una cosa muy complicada llamada "condensado de Bose-Einstein", que es un estado de la materia obtenido al enfriar una gran cantidad de partículas (como átomos) a una temperatura muy baja. Estas partículas entonces se comportan de manera similar y actúan como una sola entidad.
Podrán pensar en eso durante el verano y ver si siempre hace tanto calor. Bueno, lograron alcanzar esta temperatura durante solo 2 segundos, ¡pero igual!

Las consignas que pueden elegir:

  1. Escribir un monólogo de 5 minutos en el estilo de un oso polar explicando por qué ama el frío.
  2. Redactar una lista de 10 cosas que no se pueden hacer cuando hace mucho frío, utilizando las palabras "congelado", "mano", "escarcha", "rosa" y "pelo".
  3. Redactar una carta de agradecimiento a la nieve, agradeciéndole todas las maravillas que trae durante el invierno.
  4. Escribir un cuento sobre un personaje que tiene que sobrevivir en un mundo donde siempre hace mucho frío.

Buena suerte a todos, esperando con ansias poder leer vuestras creaciones. Les recuerdo que este concurso no será juzgado y que simplemente todos disfrutaremos leyéndonos mutuamente y discutiendo sobre ello en el hilo principal de la cultura del saber.
Tienen hasta la medianoche del 26 de enero para proponer algo, así que sin dudarlo, a vuestros teclados.

Zefir

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2. azul_sinestesia,

Hola.
He tomado la idea número cuatro. se me ocurrió escribir sobre la experiencia de una persona que vive en otro planeta y se da cuenta de un descubrimiento.
Bueno... esto se me ocurrió escribir con el teclado.

Hoy me he enterado que han descubierto un nuevo planeta en la galaxia. Dicen que es un planeta azul, y no es blanco como este.
Me pregunto que será lo que lo hace lucir de ese color, porque veo las fotografías y su color es muy llamativo, no como aquí que todo parece estar blanco con un ligero color rosa claro al medio día y con un ligero color morado por las mañanas y las tardes, eso dicen que es por los rayos de nuestra estrella proveedora, pero a saber.
Me pregunto que tipo de vida estará, porque la temperatura es muy cálida y si nosotros lo podremos soportar.
Porque si el termómetro llega a estar un poco cálido y seguro la civilización se acaba, porque las montañas en un abrir y cerrar de ojos se derriten, ni pensarlo…
Pero si hubiera visto la noticia completa, estoy seguro que habría conocido las características de ese lugar, pero mamá de nuevo me ha mandado a conseguir algas verdes para la cena de hoy… estas visitas de mamá que no dejan de venir los días terceros de la desemana

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3. James_Potter,

Hola, querido diario.
Finalmente llegamos, hoy finalmente fue el día en el que la nave enviada por Elon Musk al planeta alfjsljaljsdiz aterrizó.
Estamos muy felices, aunque con mucho frío. Al menos se ve que mis compañeros están buscando aquellas provisiones que nos otorgaron los jefes y no haciendo de las suyas como yo, que en este momento escribo en este cuaderno de 180 páginas.
Hay tantas cosas que intento pensar, hay... Tanto.
¿Qué pasará? ¿Será que aremos un gran descubrimiento? o seremos comidos por monstruos indescriptibles como los enviados al planeta lzxsaoilkj el año pasado.
Con estos 10 grados bajo 0, mejor ayudo a traer las cosas, que sino quedaré como una decoración del gélido paisaje ante mí.
Adiós, diario. Gracias por mantener los conjelados pensamientos de este astronauta. Gracias a ti también, apreciado lector. Espero que esto sea la primera de muchas entradas y que puedas disfrutar de estas.

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Última edición por James_Potter, 15.01.2023 05:52:02

4. tinishion,

¡Holi! estaba entre varias consignas pero finalmente me decidí por la número 4.
Mi cuento se llama... para romper el hielo:
Siempre es invierno. Estoy tan acostumbrada al frío que construí un palacio de hielo en el que vivo sola. Es enorme y en cada habitación guardo secretos, miedos, sueños. Todos ellos están a salvo, acurrucados como gatitos entre gruesas paredes de hielo, infranqueables puertas de hielo con complicadas ceraduras de hielo y ventanas de hielo que nunca se abren.
La Tina que sonríe es la única que tiene permitido acercarse a las ventanas. Feliz, como siempre, saluda con la mano a las demás personas sonrientes que miran afuera desde sus propios palacios.
Todas las mañanas les muestra su desayuno sin dejar de sonreír. El mejor desayuno de todos los tiempos, que se hizo para ella sola.
A mediodía se pone a cantar una alegre canción que habla sobre estar tan feliz que nadie puede detenerla. Todos escuchan desde sus ventanas y aplauden cortésmente, sonriendo también.
A media tarde, aún sonriendo, les habla del libro que está leyendo. Es increíble. ¡Todos tienen que leerlo!
Después de cenar me aseguro de cerrar bien todas las puertas donde se esconden todas las Tinas, para que ninguna pueda despertar a la Tina que sonríe, que, como todas las noches, les desea dulces sueños a todas las demás y se acuesta en su cama, siempre tan confortable y calentita para luchar contra el frío, que a veces intenta entrar por los resquicios de las puertas del palacio de hielo.
Pero una noche olvido cerrar una, solo una... y mientras la Tina que sonríe duerme, tan cansada de estar feliz todo el tiempo que ni escucha, la Tina que tiene miedo abre silenciosamente la puerta del oscuro cuarto de hielo en el que está escondida.
Sigilosamente se acerca a la durmiente Tina que sonríe y empieza a susurrar en su oído. Le cuenta que en su cuarto hace frío, mucho frío. Le cuenta que hay monstruos que la persiguen. Le cuenta que necesita ayuda... que se siente sola, que nadie se acerca a ella para preguntarle si está bien. Solo los monstruos que con cada rugido la vuelven más y más pequeña.
La tina que sonríe empieza a agitarse en su cama confortable y calentita. Las mantas se caen y la dejan al descubierto, temblando de frío. Ahora es asaltada por pesadillas de monstruos que la persiguen a ella y grita en sueños pidiendo ayuda. Pero si todos viven en sus palacios de hielo, a salvo del frío, quién querría salir a ayudarla, quién la escucharía? ¿Quién se molestaría en preguntarse qué le pasa? Ya no sonríe. Se fusionó con la Tina que tiene miedo y ahora somos una sola, que lucha desesperadamente contra los monstruos.
De repente se escucha un fuerte crujido que viene de la puerta principal. Unos pasos apresurados lo siguen, alguien corre hacia la cama que ya no es confortable y calentita.
Me despierta, sacudiéndome con suavidad. Me susurra que todo va a estar bien, que era solo un sueño, que los monstruos solo están dentro de mi cabeza. Abro los ojos y, sonriendo, me abraza. Pero hay algo diferente en su sonrisa. Algo que hace que mi palacio de hielo empiece a... ¿Derretirse?
Asombrada, miro a mi alrededor. Todas las puertas que clausuraban las diferentes habitaciones donde se escondían mis miedos, mis secretos, mis sueños... se derriten, dejándolos salir. Se acercan y también me abrazan, fusionándose conmigo. Los dejo abrazarme. Ahora no estoy tan sola.
Todo mi palacio se convirtió en un enorme charco de agua. Todo ese hielo que junté para protegerme del mismo frío ya no está... pero no me importa. Ahora no tengo frío. Parpadeo rápidamente, encandilada por la luz de un sol que hacía mucho, mucho tiempo que no sentía en mi cara, y miro a mi salvador, agradecida.
Sos vos... ahora extendés una mano, ofreciéndome una taza. La agarro con cuidado y tomo un sorbo. Chocolate caliente, tan dulce y suave...
Con tu brazo alrededor de mis hombros y tomando este delicioso chocolate caliente me siento en casa... casi había olvidado la sensación de compartir una sonrisa de verdad con alguien. Una sonrisa que, por primera vez en mucho tiempo, no es solo la máscara que les muestro a todos. Es más grande y más luminosa.
Ya no tengo mi palacio de hielo, pero tampoco lo necesito. Prefiero tus abrazos... Porque no hay nada mejor que un abrazo para romper el hielo.

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5. Rayo,

Había una vez un mono DE NIEVE, llamado Jak. Vivía en uno de los polos, donde el frío era intenso y constante. se sentía triste, ya que deseaba conocer cosas más allá de su pequeño mundo de hielo y nieve.
Pero con el tiempo, comenzó a conocer a otros animales que también vivían en el polo, aprendió de ellos cómo sobrevivir en ese clima tan difícil y comenzó a apreciar su hogary su naturaleza gélida. se enamoró de la belleza de la blanca nieve y del frío, que antes lo había dejado triste.
Jak descubrió que podía nadar en las aguas heladas y jugar en las dunas de nieve con sus amigos. Descubrió también que podía construir un refugio cálido para pasar la noche y que podía encontrar comida en los glaciares.
Con el tiempo, se dio cuenta de que no necesitaba conocer cosas más allá de su hogar, ya que su hogar era especial y único. aprendió a amar su vida en el polo y se convirtió en un maestro en la supervivencia en el frío.
Y así, Jak vivió feliz en su hogar de nieve y hielo, rodeado de amigos y con un gran amor por el frío que antes lo había dejado triste.

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6. lilly,

esta es mi contribucion.
Gracias nieve por la alegría que pones en mi corazoncito cuando te siento bajo mis pies.
Tu dulce sonido de skruitchskruitch es agradable a mis oídos.
Gracias por estar ahí porque no te vemos caer muy a menudo.
Me haces sentir como una niña otra vez y eso es genial.
Me encanta esta indescriptible sensación de silencio que sueltas a tu alrededor.
Tu blancura inmaculada cuando acabas de caer es realmente hermosa.
Gracias por tu presencia cuando estás allí.
que te quedes el mayor tiempo posible.

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Última edición por lilly, 20.01.2023 20:54:44

7. PabloSolari ,

acá va la mía, haber que sale. ahora estamos viendo a un señor mayor en su casa que nos cuenta su experiencia de como sobrevivió en una expedición a un planeta donde hacía mucho frío.
empezemos: un día como cualquier otro, yo salía de mi casa hacia la agencia espacial. mis superiores me habían comunicado que partiría junto a otros exploradores a un planeta donde las temperaturas son entre 2° y 20° bajo 0. nos subimos a la nave espacial, y despegamos. mis compañeros estaban nerviosos, pero yo permanecía tranquilo: después de 3 aburridos días de viaje, llegamos. apenas se abrió la compuerta de la nave, un frío intenso recorrió nuestros cuerpos y nos paralizamos por unos segundos. cuando ya nos aclimatamos, salimos a explorar, con abrigo hasta los dientes. estuvimos explorando alrededor de 40 minutos. solo hielo, hielo, y más hielo.
regresamos a la nave, y uno de mis compañeros preparó la comida. cenados y calentitos nos fuimos a dormir. a la mañana siguiente, encontramos a un compañero muerto, y tenía una nota en su pecho. moriré, se que moriré. voy a morir de hipotermia. para el que lea esto, dígale a mi esposa que mi fortuna de 2 pesos se la dejo a ella. después de velar a nuestro amigo, se lo comunicamos a nuestros superiores y seguimos con nuestro trabajo. para ese momento, quedábamos yo y 2 compañeros más. mis compañeros empezaron a hablar de la vida, mientras yo me mantenía callado y distanciado. como cualquier día cenamos y nos fuimos a dormir. eran aproximadamente las 2 o 3 de la mañana, cuando me despierto por unos ruidos. los ruidos parecían venir de fuera de la nave, así que me abrigué y salí. afuera, vi a uno de mis compañeros queriendo cazar un animal, pero no lo logró. cuando entramos a la nave, vimos que se estaba congelando la parte de afuera. contactamos a nuestros superiores, y nos dijeron que volviésemos de inmediato, antes de que los motores se congelaran. prendimos los motores y propulsores, y nos fuimos de ese planeta, dejando a nuestro compañero y sus recuerdos allí

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8. Aspasia,

Hoola, muy buenas a todes. Elejí la consigna numero 4. ¡Espero les guste!

- Cada segundo, me interno más en este infierno blanco; adormece mis sentidos, parece no tener fin, eterno como los ciclos solares que pasan a mi alrededor.
yo sé que no. Sé que detrás de este desierto helado, hay una zona tropical que se resiste a consolarme con la calidez que lucha por apartar, sin éxito, el hielo por las noches.
Sigo adentrándome, el frío intenta abrumarme, sin embargo después de tanto tiempo es estimulante. Las llamas heladas intentan frenarme, pero solo logran abrir un camino para que pase.
Todavía sigo atravesando el paramo que escarcha mis movimientos y hace arder mi voluntad. Por momentos pienso en rendirme, abandonar la idea de explorar este planeta, dejar de intentar hallar sus secretos, sus tesoros, incluso los monstruos que lo habitan. Y en esos segundos el sol asoma; guiándome a la primavera para volver a esconderse entre las nubes rápidamente.
Dicen que cada persona es un mundo, y aun que te esfuerces en imponer a la Antártida entre nosotros, estoy dispuesta a cruzar todos los estados de la materia, para volver a escuchar tu risa calentando mi alma.

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9. Albert,

Hola, espero que todos estén bien. Es la primera vez que participo aquí, y opté por la consigna número uno. El texto tiene más de setecientas palabras, lo que hace un aproximado de cinco minutos, más o menos. Sin más, los dejo con mi pequeño monólogo de mi oso polar:

Mientras estoy sentado a una distancia prudente, no puedo evitar ver a uno de mis cachorros, totalmente absorto, con su vista fija en aquella pequeña bola de luz en el horizonte: es casi como si su tenue luminosidad, lo tuviese hipnotizado. Sonrío, porque logro hacerme una idea de sus pensamientos, pero, de todas maneras, decido acercarme a él y preguntarle: le hará bien expresar todo aquello que no debe ser más que una tormenta de dudas en su pequeña cabecita.

Mientras me acerco a él, me desvío levemente a la rivera de las aguas heladas que atraviesan nuestro paraje. Un par de zarpazos en las corrientes, y un par de pescados más tarde, me estoy sentando junto a él, mientras dejo caer una de mis presas a sus patitas. Parece que el azote de las aletas y la cola del almuerzo, finalmente, lo hace salir de aquel trance, puesto que, luego de volver su vista al suelo, y tras mostrar una amplia sonrisa, se dispone a comer como si no hubiese un mañana.

—El sol se ve un poco más brillante hoy —le dije, lo que hizo que su atención se volviera al aludido.
—¿Así es como se llama? —preguntó, con sus ojitos cada vez más abiertos en dirección al astro rey, mientras tragaba sus últimos bocados.
—Sí, así es como se llama —respondí con una sonrisa.
—¿Y sabes qué hay allá? —preguntó, un tanto inseguro en cuanto a cómo articular bien su interrogante—. Es decir... ¿Adónde se va cuando ya no lo vemos?
—Pues, la verdad —empecé a explicarle, tras una carcajada de mi parte ante su evidente ansiedad—, no lo sé —reconocí—. Pero sí sé que, mientras más vayas hacia allá, el sol parece acercarse más, y todo bajo su luz, cambia drásticamente.
—¿En verdad? —preguntó, ahora con sus ojitos posados en mí—. Hablas como si hubieses estado allí —me dijo, con una mirada acusadora.
—Estuve allí —le respondí, sin dejar de observar el horizonte, y viendo en mis recuerdos, al mismo tiempo...

Yo era tan solo un cachorro, cuando unos seres que caminaban en dos patas, llegaron y me metieron a una cosa con barrotes metálicos; jaula, era como le llamaban. Nunca habría ido con ellos por mi propia cuenta, pero, justo cuando pretendía huir, algún bicho me picó, tras lo cual empecé a sentir muchísimo sueño. Fue así como me llevaron al sur, camino al horizonte, y fue así como llegué a un lugar que no me gustó para nada. Pasaba solo encerrado, y hacía lo que ahora sé que se llama calor. Extrañaba mucho mi hogar, y más aún, aquello que los seres de dos patas habían llamado frío, cuando me llevaban en la jaula.
Me llevaban alimento, pero nada era apetitoso para mí. Nada se comparaba con el hecho de zambullirme en estas aguas heladas, en busca de mi propia comida. Echaba mucho de menos el correr y jugar en la nieve, junto al resto de los osos de la manada. Intentaban tenerme en un ambiente fresco, pero no era suficiente: necesitaba el hielo, el frío sin el cual no tiene sentido nuestro grueso pelaje.
Creo que aquellos seres notaron mi profunda tristeza, porque, un día, cuando ya había perdido toda esperanza de volver a casa, volvieron a meterme en una de aquellas jaulas. Sigo sin entender por qué ese extraño bicho me picaba y me daba sueño, justo antes de que los “Dos patas” me acomodaran en la jaula que, de cómoda, no tenía nada.
Pensé que era uno más de mis sueños, cuando desperté y me vi rodeado de toda la nieve, el hielo, el frío de este lugar: nuevamente estaba en casa. No podía creerlo. No fue hasta que dirigí mi mirada al horizonte, y allí estaba el sol, donde debería estar, así como yo estaba en mi lugar, de donde nunca me debieron separar.

Cuando terminé de hablar, busqué al rededor, cayendo en la cuenta de que mi pequeño espectador ya no estaba a mi lado: lo encontré yendo en dirección a los otros cachorros, mientras me gritaba que, si eso era así, él tampoco deseaba ir a otro lugar que no fuera nuestro hogar. Yo sonreí mientras aquellas palabras resonaban en mi mente: "Nuestro hogar". Nuestro frío y amado hogar. El polo norte, el lugar de todo oso polar.

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