El adiós al hogar
Mario, un joven ambicioso, siempre había soñado con abandonar su pequeño pueblo. Un día, se armó de valor y decidió que ya no podía soportar su vida en aquel lugar. Con una determinación inquebrantable, se marchó hacia la gran ciudad, llevando consigo nada más que su mochila y su corazón lleno de esperanza.
A medida que se acercaba a la ciudad, la vista de sus luces deslumbrantes y rascacielos lo llenaba de emoción. No obstante, no todo era lo que parecía. En su primer día, Mario fue testigo de la caída de un par de bombas que devastaron gran parte de la ciudad. Estaba aterrorizado y decidió que, a pesar de todo, debía seguir adelante, aunque el camino se tornara peligroso.
Inseguro sobre su futuro, caminó por las calles bombardeadas, enfrentándose a situaciones cada vez más difíciles. Aunque su mente le decía que debía regresar a casa, su corazón se negaba a rendirse. Mario se mantuvo firme en su decisión de seguir adelante y encontrar una vida mejor en la ciudad.
Pronto, se encontró en un terreno lleno de baches y dificultades, con cada paso más complicado que el anterior. A medida que la oscuridad se cernía sobre él, Mario se sintió abrumado y cayó inconsciente en un callejón desconocido. Despertó al día siguiente, desesperado y derrotado, sin saber cómo seguir adelante. En ese momento, se dio cuenta de que quizás la vida en la gran ciudad no era para él y que su muerte estaba a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de rendirse, oyó un susurro que lo llamaba por su nombre. Siguiendo el sonido, encontró a un grupo de personas, también afectadas por la situación en la ciudad, que se habían unido para enfrentar las adversidades. Con sus linternas en mano, se guiaban mutuamente a través de las peligrosas calles y vías del tren abandonadas.
Al ver a Mario, el grupo lo recibió con brazos abiertos. Aunque estaba aterrorizado, decidió unirse a ellos y buscar refugio en un campamento improvisado en las afueras de la ciudad. Allí, la unión entre los miembros del grupo se fortaleció y encontraron consuelo en sus historias y experiencias compartidas.
Una noche, mientras se sentaban alrededor de la hoguera, uno de los miembros del grupo alzó su linterna y pronunció un nombre: "¡Evanne! ¡Evanne Anderson!" Mario se sorprendió al reconocer ese nombre. Resultó que Evanne, una chica de su pueblo, también había dejado su hogar en busca de una vida mejor en la ciudad.
Unidos por el destino, Mario y Evanne decidieron trabajar juntos para enfrentar los desafíos que se les presentaban en su nueva vida. Junto a sus compañeros del grupo, cargaron sus mochilas y comenzaron a caminar hacia un futuro incierto, pero con la esperanza de que la unión y la fuerza que habían encontrado en sus amigos les permitiera superar cualquier adversidad que encontraran en el camino.
Con el tiempo, el grupo se convirtió en una verdadera familia, y Mario y Evanne se volvieron inseparables. Juntos, aprendieron a sortear los peligros y dificultades que se les presentaban en la ciudad devastada, utilizando su ingenio y habilidades para sobrevivir. Incluso comenzaron a ayudar a otros sobrevivientes, compartiendo con ellos la fuerza y la determinación que los unía como grupo.
Un día, mientras exploraban un edificio abandonado en busca de suministros, Mario y Evanne encontraron un mapa que mostraba una ruta hacia una ciudad vecina que, según rumores, no había sido afectada por los bombardeos. Decidieron compartir este descubrimiento con el resto del grupo y, juntos, tomaron la decisión de intentar llegar a ese lugar.
A lo largo de su viaje, enfrentaron numerosos desafíos: condiciones meteorológicas extremas, escasez de alimentos y agua, y encuentros peligrosos con otros grupos de sobrevivientes menos amigables. Pero a pesar de todas las dificultades, la determinación y el espíritu de equipo de Mario, Evanne y sus amigos nunca flaquearon.
Finalmente, después de semanas de arduo esfuerzo, el grupo llegó a la ciudad vecina. Allí, descubrieron que, en efecto, no había sido afectada por los bombardeos y la vida continuaba con normalidad. Agradecidos por la oportunidad de comenzar de nuevo, Mario, Evanne y sus amigos decidieron establecerse en la ciudad y trabajar juntos para reconstruir sus vidas.
A medida que pasaba el tiempo, Mario y Evanne se dieron cuenta de que su amor había florecido durante el difícil viaje que habían compartido. Decidieron casarse y construir un hogar juntos, donde pudieran criar a sus futuros hijos en un ambiente de amor y seguridad. La ciudad vecina les brindó un nuevo comienzo, y nunca olvidaron las lecciones de coraje y amistad que aprendieron durante sus días en la ciudad devastada.
Años después, Mario y Evanne solían sentarse alrededor de la mesa junto a sus hijos y contarles historias sobre las aventuras y desafíos que habían vivido. Sus relatos enseñaban a las jóvenes generaciones sobre la importancia de la amistad, la solidaridad y la perseverancia en tiempos difíciles.
Con esto en mente, comenzó el desarrollo de una nueva investigación para llegar al por qué de los bombardeos años pasados.
¿Llegarán a la respuesta en el futuro?
Quizá y jamás lo sabremos.
* La imagen funde a negro. *