Bueeeeeenooo, ya toy por acá.
Eu samal que hace contando tu historia, elmina eso ahorita mismo!
Naa na joda xdd, cualquiera que tengg auna historia que crea que ta buena pa contarrrhrrrhrrhrr, que la cuente, no problems.
Trataré de que el hilo no muera publicando casi, no todos, pero casi todos los días xd, en esta ocasión les vengo a contar una leyenda, qu no da mucho miedo, pero es curiosa, una buena leyenda, trataré de hacer el relato lo mas corto posible, y le damos!
la historia la escuché del canal, ffragmentos de la noche, un canal aconsejable batos.
La terminal de autobuses, la parada de autobuses, la estación de autobuses, en general, es un lugar por el que casi todos hemos pasado.
Un sitio frecuentado todos los días, por toda clase de personas, viajeros, posibles delincuentes sueltos, trabajadores... ¿Pero quién la frecuenta cuando cae la noche?
En esta solitaria terminal de autobuses, algo extraño parece ocurrir... nuestro protagonista, un empleado nocturno está por descubrir un hecho inesplicable, un hecho, que traumará su vida.
Pasada la media noche, un empleado nocturno se encontraba en la taquilla de la estación, donde se vendían los billetes para poder viajar en los autobuses que estaban disponibles.
Era un lugar... poco frecuentado a esas horas, pero personas normales, y no tan normales pasaban muy de vez en cuando, y alguien tenía que estar... para poder venderles sus tikets.
No era un mal trabajo, según el empleado, pero era un turno aburrido, ya que muy pocas personas ocupaban viajar a esas horas, por tanto, el empleado tenía que quedarse toda la noche, sin realizar ninguna actividad.
Cuando se aburría demasiado, salía de la taquilla para poder fumar un cigarrillo y relajarse, mientras esperaba a que alguien necesitase de su atención.
En múltiples ocasiones, tras estar esperando por horas a que alguien viniese, el empleado se quedaba dormido.
Hasta que una de tantas noches, los últimos chofers ya se habían ido, y la terminal estaba desierta,
y el empleado, aburrido, decidió recorrer la estación para asegurarse de que todo estaba bien, todo en órden…
Mientras el caminaba, matando el aburrimiento, pudo ver como uno de los camiones tenía la luz de los faros encendida.
El empleado estaba confuso, ya que no sabía que hubiese choferes en la terminal, pensaba que mientras el dormía, algún chófer había regresado por algún objeto olvidado, y para no despertarlo, no lo había avisado.
Al fin y al cabo... era la explicación mas lógica...
Intrigado, el empleado se dispuso a ver quién estaba en aquel camión, y el motivo por lo que alguien estaba a esas horas de la noche, y comprobar si necesitaba de su ayuda.
Cuando nuestro curioso protagonista estaba a tan solo unos pasos de la puerta, pudo ver una silueta, y algo más, le pareció extraño, pudo ver como la luz del faro se encendía, y apagaba, y encendía, de forma intermitente, lo cual le alertó.
Pero desde dondde él se encontraba, no podía ver a nadie, solo una especie de silueta extraña.
Esto le pareció aún mas extraño, pero pensó que alguien le estaba gastando una pesada broma, ya que el día anterior, le había dicho a sus compañeros, que el turno nocturno era muy pesado, ya que casi nadie necesitaba transporte a esas horas.
Pero de algo estaba seguro nuestro protagonista, alguien estaba en el autobús.
El empleado comenzó a preguntar en voz alta si necesitaba ayuda, y que hacía en el autobús si el turno ya había finalizado.
Trató de ver si le abrían la puerta, pero no obtuvo ningún resultado.
Tras ver que nadie le respondía, el empleado se dirigió a la cabina para coger su linterna, y poder alumbrar al interior del autobús, mientras regresaba al veículo, el empleado se planteó que quizás, no fuese un conductor quien estaba dentro, si no que a lo mejor era un ladrón, o un borrracho buscando donde dormir.
Tras que estos pensamientos negativos inundasen su mente, el atrevido empleado se dirigió a la cabina, para coger un objeto con el que defenderse.
Cuando regresó con su linterna, el empleado alumbró para ver quien estaba, pero no pudo ver nada, lo cual le resultó extraño, cómo con mi linterna no puedo ver quién está ayí? Se preguntaba el empleado, mientras ideaba un nuevo plan. Solo se veían las luces de los faros, pero nadie se podía ver en aquel extraño autobús.
El empleado, decidido a descubrir quién era el que le estaba ffastidiando durante su turno nocturno, se dirigió al pequeño taller de herramientas, cojió una pala, y se dirigió al autobús, para tratar de abrir la puerta y poder ver quien estaba en el lugar.
Cada paso que daba en dirección al autobús, sentía una pesadez, como si algo colgase de sus hombros.
Esto le provocó un extraño escalofrío, y el miedo comenzó a alertarlo, pero el hombre pensó, que esta pesadez era causa del cansancio del turno.
Cuando llegó al autobús, repitió la pregunta, quién está ayí? Al ver que nadie contestaba, abrió la puerta con la palanca y ingresó al veículo, alumbró y dijo, este no es un sitio para jugar...
El hombre pensó, que el sujeto se encontraba agachado detrás del volante, y esa, era la razón del por qué no podía ver con su linterna desde fuera.
Para amarga sorpresa de nuestro protagonista, tras revisar todo el pasillo, asiento por asiento y de bao de estos, no encontró a absolutamente nadie.
Sus pensamientos comenzaron a buscar explicación a este hecho, seguramente el autobús está averiado, y tiene problemas en las luces, se dijo a si mismo.
Pero de repente, algo lo dejó conjelado, el sonido característico que hace un motor cuando arranca.
Miró lentamente hacia el volante, y su temor se hizo mas intenso y real, no podía hablar, solo observaba temblando como el volante se movía lentamente, como si alguien, lo girase desde el mas allá.
Todo eso para él, era imposible, todo aquello que le estaba sucediendo, nunca jamás lo había visto, en su mente, trataba de convencerse a si mismo de que todo aquello era una broma pesada sin ningún gusto.
Esclavo de su desesperación, trató de abrir la puerta, pero por mas que intentase abrirla, no fue capaz, era como si alguien la bloquease desde fuera.
Trató de romper una ventana, pero no pudo, trató de gritar con todas sus fuerzas, pero nadie... nadie lo escuchaba, ni con la linterna que tenía podía iluminar hacia el exterior.
Su punto final llegó cuando de pronto, sintió que el autobús trataba de moverse, dando unos pequeños empujones, entonces el empleado, se desmayó por minutos...
Cuando este recobró la conciencia, el empleado se levantó, y para su sorpresa todo estaba obscuro, un silencio y una tranquilidad se apoderó del lugar, cuando este se dirigió a la puerta para marcharse, sintió un frío en su espalda, y las luces del faro, volvieron a encenderse.
La escena se repetía, en menos intensidad, el empleado comenzó a gritar pidiendo ayuda, y entonces el guardia lo escuchó, y ffue hacia sus gritos.
En un intento desesperado, el hombre consiguió abrir la puerta, y se bajó apresurado.
El guardia le preguntó y le dijo, qué te sucede? Parece que hallas visto un fantasma.
Y el hombre le dijo, que justo eso era lo que él había visto.
El hombre le juró al guardia, que todo era real, lo que él había visto, en el autobús de la línea 15.
El guardia le dio una palmada en la espalda, y le dijo, entiendo lo que me dices, porque yo también lo vi.
Sucede amenudo, pero pocos lo ven.
Siempre sucede en el autobús de la línea 15, porque el conductor había sufrido un grave accidente, y parecía negarse a abandonar este mundo, si quieres mi consejo, le dijo el guardia, a la siguiente vez, ignóralo.
El empleado siguió el consejo del guardia, pero este hecho, quedó gravado en su mente.
Esta historia, ocurrió en la línea 15 de la terminal de autobuses de Loma Grande en Paraguay, y ha sido el origen de una de las leyendas mas populares del lugar.
No es una historia que de miedo, pero es una de esas leyendas que te cuenta tu abuela cuando le preguntas, abuelita, cuenttame, alguna vez te pasó algo raaro?