391. Maldita-Nerea ,
pasala si
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pasala si
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ya qué. si bien pego una de mis grandes mentiras en el capitulo 1. que esta basado en la vida real xd.
mi padre y yo destrosamos el los niños siempre dicen la verdad xd. pero intente escribirla lo más prolija posible descartando mis orribles errores.
https://www.wattpad.com/story/317949243-mi-vida-en-pa%C3%B1ales
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Bueno, este hilo es siempre un buen lugar para aprender nuevas formas de como contar una historia.
Si a ustedes les interesa, déjame contar un breve relato, de la cual espero que les gustes y opinen sobre ella.
¿Qué hubiera pasado si...?
Hacía dos semanas que termino la secundaria, y las vacaciones de verano siempre es algo caluroso y brillante.
Bueno, fue brillante cuando lo veía. pienso de esa manera, pero aun así, no olvidare la vista que a lo largo de aproximadamente 14 años pude disfrutarlo sin saber que solo algún día cerraría mis ojos para no volverlo abrirlos.
Pero si lo supiera aunque fuese un momento, ¿Habría sido diferente? No sé, sin embargo, tal vez algunas de mis acciones sería más diferente de lo que era antes en la escuela.
Ya no puedes llorar sobre la leche derramada, me regañe conmigo mismo. Por otro lado, ¿Cuál sería el momento que me hubiera podido cambiarlo?
Pensé aquel momento de mis días de secundaria, aquella vez que no habría olvidado sin importar cuantos más momentos añadía a mis memorias, ni que tan lejos y distante el tiempo me separara de ese día en particular.
No, ciertamente no lo olvidaría ni a ti ni a tu voz...
Breve en mi opinión, pero probablemente tendría una segunda parte si el relato les habría gustado.
Espero que este hilo se pueda seguir en pie una vez más.
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hola. para Pablo Lopez, si, recuerdo la historia de José Luis y Julián. Me gustaría leerla completa.
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hola chicos! vengo a traerles una em.. novela? no se bein que es esto jajaa, que comencé a escribir.
La prueba de amor de Turing.
Sinopsis.
El es Lucas Kim. Estudiante Coreano que sueña con acceder al MIT para aprender los secretos de la inteligencia artificial.
Rodeado de un entorno diferente, se adentra a las entrañas más oscuras y distópicas de la nueva era tecnológica.
Gracias a la prueba de Alan Turing, Lucas entrará a una nueva aventura jamás esperada; Desde su nueva vida y sus amigos, hasta un sentimiento jamás explorado.
link de la historia como tal: https://www.wattpad.com/story/331753101-la-prueba-de-amor-de-turing?utm_source=web&utm_medium=twitter&utm_content=share_myworks_details&wp_uname=rayoalcantar&wp_originator=v98AVVWojJJIzkfeKnbkTAG2cdjSsGRIqoc4QelLKk2ouW2opGN6wJia5bd2Lx4L4bRidy%2BlOiPayt1FXNVJ6D6fvFptX3U6fxa70Oaj30e%2Fsn3P8zi2xjG2J%2FS%2B95%2FH
capítulo 1, el comienzo: https://www.wattpad.com/1304976816-la-prueba-de-amor-de-turing-el-comienzo
Capítulo 2, la confusión o la nostalgia: https://www.wattpad.com/1305011555-la-prueba-de-amor-de-turing-la-confusi%C3%B3n-o-la
soy nuevo escribiendo, entonces tendré errores. me gustaría leer el feedback. espero que les guste!
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Hola hola. Yo estoy corriendo contra reloj para retomar el hilo de ortografía y lo de esta historia. no sé donde sería mejor postearla, si en wattpad o acá, pero me encantaría que leyesen la conclusión. Vamos a ver qué tal.
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bueeno por donde prefieras pero publica que quedé con intriga. En verdad me gustó lo que leí de la historia. Saludos!
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Hola gente.
Debo confesar que el tecto que les compartiré es solo un poco de una novela que estoy escribiendo creo que del género romántico.
bue los sabios que opinen por que yo no lo sé.
es mi primera novela así, por lo que espero que les guste de corazón.
Luces y sombras.
Estoy en mi habitación, con ira, reproches a mí mismo, sin poder gritarle a nadie.
Para qué gritar a alguien si el problema soy yo?
Si ya me grita mi conciencia en lugar de mi voz.
Cómo gritar a mi conciencia?
Como decirle que se calle, que asumo toda mi culpa, que mi luz se apagó porque yo lo elegí sin desearlo.
Puta vida, esta vida que no te dice claramente que pasará si decides esto o aquello.
quiero regresar el tiempo, a esos momentos felices con ella.
Mejor ellas, las dos eran mujeres, femeninas, justo hacía una semana me confesó que estábamos esperando un bebé y que era niña.
Golpeo las paredes con ira, rompo algunas ventanas con mis puños que se ponen a sangrar.
Dolor, solo dolor quiero, y mejor si me desangro, ya no hay porque seguir vivo.
Suena una puerta y esperanzado miro en su dirección.
Entra a la habitación corriendo Rafael, nuestro mejor amigo que me agarra los brazos y por mucho que peleo me logra inmovilizar.
No puedo hacer nada, así que rompo a llorar mientras digo su nombre.
Camila, si, es el nombre de mi amada, Camila y Luz, ese era el nombre que le pondríamos a nuestra hijita al nacer.
Rafael me pone un aerosol frente a la cara y siento que me voy desconectando de la realidad.
Escucho su voz que suena lejana.
-Perdón hermano, pero así descansarás.
Se me van las luces y me pongo a recordar desde niño.
Hasta que la conozco, fue tan raro el encuentro, supongo que raro para mí, pero común entre la gente.
Ella ayudaba a la maestra de biología, con unos documentos, a trasladarlos.
Yo corría a pedirle trabajos extras pues soy un desastre en esa materia, chocamos y a ella se le caen los cuadernos y archivadores que lleva.
Me pongo rojo, o eso me indica el calor que me cruza por el cuerpo.
Me agacho para reponer mi error, igual que ella, así que nos damos un cabezazo, ella termina sentada en el suelo frotándose la cabeza y yo me agarro de la pared para no seguir su destino.
Me repongo y me apresuro a reunir cuadernos y archivadores.
-Perdón señorita, yo, yo.
Ella me mira ofendida.
-Torpe, mira por donde caminas.
-Perdón Ca, Camila?
Una mirada de extrañeza se refleja en su mirada.
-Me conoces?
-Siiiii, cla, claro.
-Por que tartamudeas? estás nervioso?
-Prefiero no contestar eso.
La verdad que desde que la vi por primera vez lo primero que hice fue preguntar a los maestros su nombre.
Era la niña más linda que había visto en la vida.
La primera vez que me pilló mirándola me devolvió una mirada entre seria y curiosa.
Pero aquello duró solo una fracción de segundo ya que sentí como mi cara se ponía caliente con la sangre pintándola y retiré la vista.
Ahora que la tenía frente a frente no sabía quehacer, la miro? Aparto la mirada? Cierro los ojos?
Qué hago?
Una mano en mi hombro me regresa al momento.
-Me conoces?
Es ella que me mira con desconcierto.
-Si, sí claro.
-Me puedes ayudar con esto?
¿Qué? por qué cambia de tema?
O será que no hay un tema en sí a seguir y solo saltaremos de uno a otro.
-Estos?
Miro sus manos y mis manos, ambos tienen cuadernos y archivadores.
Vaya me siento confundido, me olvidé que llevaba esto, o mejor que los había reunido para regresárselos.
Quiero correr, salir huyendo, pero mis pies no me contestan.
-Si, cla, claro.
La miro y veo una sonrisa en su rostro.
-Gracias.
Le doy una mano para que se pueda levantar del suelo.
-Perdón por el cabezazo, y por los cuadernos.
Ella sigue sonriendo. Donde está lo divertido?
-No pasa nada.
Ella sigue su camino y yo automáticamente la sigo.
Miro su figura que me atrae.
Su cabello largo y ondulado, Su camiseta, que a un que sea similar a los demás pues es la del uniforme le queda muy bien.
Sus zapatos impecables, incluso mejores que los míos.
Llegamos a dirección y al aula de maestros, donde está la maestra de biología esperándonos, o mejor dicho.
La esperaba a ella, ya que yo no la estaba ayudando.
Sonríe al verla llegar y sonríe más al verme tras ella.
-Vaya camila, encontraste un buen guardaespaldas.
Me quedo confundido un rato.
Guarda espaldas? está en peligro?.
Ella sonríe y le dice:
-Hay maestra por favor, solo me ayudaba un poco.
-Maestra?
Es mi voz la que me sorprende a mí mismo.
-Dime muchacho?
-Puede darme algún trabajo extra para su materia por favor?
La maestra mira a todas partes como cerciorándose que no hay nadie más.
Se dirige a la puerta y la cierra.
Camila me mira extrañada y descubre que yo también me encuentro en el mismo estado.
La maestra junta dos sillas y nos invita a sentarnos.
Luego ella se sienta frente a nosotros al otro lado de una mesa.
-voy a hacer algo que no es muy ético muchachos y eso les ayudará a ambos.
Miro a todos lados sorprendido.
-Camila si estás dispuesta a darle clases de apoyo a tu compañero?
Espera que?, Camila? la chica a la que acabo de darle un cabezazo, tirarle los cuadernos sin querer al suelo y a la que ayudé a traer las cosas aquí?
-Camila me mira con desconcierto.
-Si maestra, si me lo pide usted sí.
-Listo Manuel, ya tienes maestra de apoyo en Biología.
Miro a Camila desorientado.
-Pero maestra en que nos ayudará eso a los dos?
La maestra sonríe y me mira.
Tú subirás tus notas y Camila que quiere ser médica practicará contigo y si lo hace bien, puede que la escuela le consiga una beca.
me quedo sorprendido, Debido a que ni yo sé que quiero estudiar, pero al parecer esta chica sabe bien claro que quiere.
-Te aré un examen en una semana, solo a ti.
Miro des esperanzado a Camila que me sonríe.
-Tranquilo Manuel, Camila es la mejor para esto, ya lo verás.
-Gra, gracias maestra.
Ella sonríe y nos señala la puerta como despedida.
dejo los cuadernos y archivadores en el pupitre y me levanto para marcharme.
Fuera de la dirección me siento en un banco en el patio ya que no tengo donde ir.
La escuela tiene un internado en su interior y estoy en él así que es como estudiar en casa.
Miro mis manos como si huviera algo mal.
Que le digo? como quedamos para estudiar?
Reviso mis bolcillos y encuentro un billete así que me dirijo a la tienda para comprar cualquier cosa.
pero al estar frente a ella me quedo estático.
No sé qué elegir, pido un helado de chocolate y tras pagar me dirijo a mi posición anterior.
Miro el lugar, con detenimiento y descubro cosas en las que ni me había fijado.
En el suelo hay una hilera de hormigas que van en una dirección.
miro la ruta y veo que el destino de todas es un caramelo que se le cayó a alguien.
Llego al banco donde estaba antes y miro el cielo mientras chupo mi helado.
Una mano me toca el hombro y me sobresalto, pero una voz femenina me calma tratando de ocultar una risita.
-Tranquilo Manuel, soy yo.
Miro a la chica que está a mi lado, es Camila, que me sonríe.
No se cuanto tiempo miré su rostro, cada detalle, sus cabellos que caen como una cortina atrás, su piel blanca, sus ojos verdes, su nariz tan perfecta, sus mejillas rosadas, sus labios finos y para mí hermosos.
Descubro que me mira y avergonzado desvío la mirada.
Ella suelta una risa, que para mí es como una campana.
-Pe, perdón.
Camila parece no tomar encuenta nada y abre su bolso para sacar sus apuntes de biología.
-Quieres empezar?
-He, qué?
-El estudio que nos dijo la maestra.
Me repongo o eso intento.
-Eje´m, claro, empezamos?
Me siento un tonto, solo era decir eso? porque me cuesta tanto hablar con ella.
Ella abre sus apuntes y me dice:
-Comparemos datos así te ayudo en lo que no puedas.
Sin decir nada abro mi mochila y saco mis apuntes.
Con un poco de verguwenza ya que mi letra no es la mejor y casi todas mis hojas están rayoneadas o arrugadas.
Miro su cuaderno y veo como su cuaderno es mejor que el mío, las hojas bien cuidadas, una letra impecable.
La miro y descubro una mirada de reprobación al ver mi cuaderno.
-Esos son tus apuntes?
-Sí, sí, es mi cuaderno.
Me lo arrebata sin que yo pueda objetar nada.
-Oye! es mi cuaderno!
-Cómo estudias con esto?
Supongo que tiene razón.
Ella empieza a ojear y cada vez veo su mirada reprobatoria.
-No entiendo nada, esto no es legible.
Miro el suelo mal, pensando en que era mejor que ni hálla sacado mis apuntes.
Ella toma mi mochila y vacía su contenido en el banco.
La miro enfadado.
-Oye! deja eso!
Mis colores, lápices y bolígrafos chocan con el banco y ruedan al suelo, mientras yo me agacho a recogerlos malhumorado, veo como ella mete la mano en mi mochila y revisa que no quede nada.
Saca en su mano envoltorios de caramelos, pipocas y dos botellas.
-Tu mochila es un basurero?
-No te metas en lo que no te importa, solo te dijeron que me ayudes en biología, no que me espíes.
Ella toma su mochila y se marcha ofendida.
Enfadado guardo todo en la mochila y descubro su cuaderno impecable al frente de los míos.
Lo tomo entre mis dedos como si se fuera a romper a la mínima sacudida y decido llevármelo.
Voy a mi habitación pensando en lo que pasó.
Quién se cree para ver mi mochila y su contenido, solo me dijeron que me ayude en biología no que sea mi madre.
Cierro su cuaderno para pensar.
Es así como todo comienza?
Miro el cuaderno que dejé en mi cama, tiene una etiqueta que dice:
-Camila Lopez H.
Vaya, y yo sin poner nombre a mi cuaderno.
Cuaderno? mi cuaderno, creo que ella se lo llevó.
Abro mi mochila y reviso su contenido, no está mi cuaderno por ningún lugar.
Corro al banco donde estábamos sentados y al llegar descubro que no hay nada.
Reviso el suelo y no descubro nada de nada.
Suspiro frustrado, es un plan? que está pensando hacer.
Me dirijo a mi habitación donde están mis cosas y su cuaderno.
tomo el cuaderno y me acuesto para leerlo.
Está todo bien graficado, los títulos con un cuadro que los encierra perfectamente.
Los nombres, en rojo, con letra legible y notoria.
Las hojas enumeradas.
Cada dibujo del cuerpo humano bien hecho, los aparatos, órganos, sistemas, músculos, huesos, células, bacterias, es increíble como esta chica se esfuerza en sus cosas.
Solo estoy mirando como repaso, no presto atención a nada y al llegar al final, decido empezar desde el principio con detallado interés.
Vuelvo a abrir el cuaderno y la primera hoja me sorprende.
Tiene un corazón dibujado con dos nombres en su interior y abajo dice Manuel.
Espera que? que hace mi nombre aquí?
Sacudo la cabeza y me río de mi tontería.
Acaso soy el único Manuel en el colegio? o en el mundo?
Debe ser otro Manuel.
Tras ese pensamiento paso la página distraído.
En la siguiente hoja, hay un rectángulo bien hecho con regla, y en su interior:
Unos recuadros perfectos donde están sus datos.
Al solo leer su nombre y el de la maestra Sara Siles decido pasar la hoja, me siento como si estuviera espiando en un diario.
En el siguiente hay un cuadrado con el título:
1.Qué es la biología.
Sonrío y me dispongo a leer.
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Hola! publicada la caurta y quinta parte de esta cosa, por si quieren y gustan leer.
https://www.wattpad.com/story/331753101-la-prueba-de-amor-de-turing?utm_source=web&utm_medium=twitter&utm_content=share_myworks_details&wp_uname=rayoalcantar&wp_originator=v98AVVWojJJIzkfeKnbkTAG2cdjSsGRIqoc4QelLKk2ouW2opGN6wJia5bd2Lx4L4bRidy%2BlOiPayt1FXNVJ6D6fvFptX3U6fxa70Oaj30e%2Fsn3P8zi2xjG2J%2FS%2B95%2FH
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[Nombre de la empresa] [Dirección de la compañía]
[Título del documento]
Luces y Sombras
Luces y sombras.
Te conozco?
Estoy en mi habitación, con ira, reproches a mí mismo, sin poder gritarle a nadie.
Para qué gritar a alguien si el problema soy yo?
Si ya me grita mi conciencia en lugar de mi voz.
Cómo gritar a mi conciencia?
Como decirle que se calle, que asumo toda mi culpa, que mi luz se apagó porque yo lo elegí sin desearlo.
Puta vida, esta vida que no te dice claramente que pasará si decides esto o aquello.
quiero regresar el tiempo, a esos momentos felices con ella.
Mejor ellas, las dos eran mujeres, femeninas, justo hacía una semana me confesó que estábamos esperando un bebé y que era niña.
Golpeo las paredes con ira, rompo algunas ventanas con mis puños que se ponen a sangrar.
Dolor, solo dolor quiero, y mejor si me desangro, ya no hay porque seguir vivo.
Suena una puerta y esperanzado miro en su dirección.
Entra a la habitación corriendo Rafael, nuestro mejor amigo que me agarra los brazos y por mucho que peleo me logra inmovilizar.
No puedo hacer nada, así que rompo a llorar mientras digo su nombre.
Camila, si, es el nombre de mi amada, Camila y Luz, ese era el nombre que le pondríamos a nuestra hijita al nacer.
Rafael me pone un aerosol frente a la cara y siento que me voy desconectando de la realidad.
Escucho su voz que suena lejana.
-Perdón hermano, pero así descansarás.
Se me van las luces y me pongo a recordar desde niño.
Hasta que la conozco, fue tan raro el encuentro, supongo que raro para mí, pero común entre la gente.
Ella ayudaba a la maestra de biología, con unos documentos, a trasladarlos.
Yo corría a pedirle trabajos extras pues soy un desastre en esa materia, chocamos y a ella se le caen los cuadernos y archivadores que lleva.
Me pongo rojo, o eso me indica el calor que me cruza por el cuerpo.
Me agacho para reponer mi error, igual que ella, así que nos damos un cabezazo, ella termina sentada en el suelo frotándose la cabeza y yo me agarro de la pared para no seguir su destino.
Me repongo y me apresuro a reunir cuadernos y archivadores.
-Perdón señorita, yo, yo.
Ella me mira ofendida.
-Torpe, mira por donde caminas.
-Perdón Ca, Camila?
Una mirada de extrañeza se refleja en su mirada.
-Me conoces?
-Siiiii, cla, claro.
-Por que tartamudeas? estás nervioso?
-Prefiero no contestar eso.
La verdad que desde que la vi por primera vez lo primero que hice fue preguntar a los maestros su nombre.
Era la niña más linda que había visto en la vida.
La primera vez que me pilló mirándola me devolvió una mirada entre seria y curiosa.
Pero aquello duró solo una fracción de segundo ya que sentí como mi cara se ponía caliente con la sangre pintándola y retiré la vista.
Ahora que la tenía frente a frente no sabía quehacer, la miro? Aparto la mirada? Cierro los ojos?
Qué hago?
Una mano en mi hombro me regresa al momento.
-Me conoces?
Es ella que me mira con desconcierto.
-Si, sí claro.
-Me puedes ayudar con esto?
¿Qué? por qué cambia de tema?
O será que no hay un tema en sí a seguir y solo saltaremos de uno a otro.
-Estos?
Miro sus manos y mis manos, ambos tienen cuadernos y archivadores.
Vaya me siento confundido, me olvidé que llevaba esto, o mejor que los había reunido para regresárselos.
Quiero correr, salir huyendo, pero mis pies no me contestan.
-Si, cla, claro.
La miro y veo una sonrisa en su rostro.
-Gracias.
Le doy una mano para que se pueda levantar del suelo.
-Perdón por el cabezazo, y por los cuadernos.
Ella sigue sonriendo. Donde está lo divertido?
-No pasa nada.
Ella sigue su camino y yo automáticamente la sigo.
Miro su figura que me atrae.
Su cabello largo y ondulado, Su camiseta, que a un que sea similar a los demás pues es la del uniforme le queda muy bien.
Sus zapatos impecables, incluso mejores que los míos.
Llegamos a dirección y al aula de maestros, donde está la maestra de biología esperándonos, o mejor dicho.
La esperaba a ella, ya que yo no la estaba ayudando.
Sonríe al verla llegar y sonríe más al verme tras ella.
-Vaya Camila, encontraste un buen guardaespaldas.
Me quedo confundido un rato.
Guarda espaldas? está en peligro?.
Ella sonríe y le dice:
-Hay maestra por favor, solo me ayudaba un poco.
-Maestra?
Es mi voz la que me sorprende a mí mismo.
-Dime muchacho?
-Puede darme algún trabajo extra para su materia por favor?
La maestra mira a todas partes como cerciorándose que no hay nadie más.
Se dirige a la puerta y la cierra.
Camila me mira extrañada y descubre que yo también me encuentro en el mismo estado.
La maestra junta dos sillas y nos invita a sentarnos.
Luego ella se sienta frente a nosotros al otro lado de una mesa.
-voy a hacer algo que no es muy ético muchachos y eso les ayudará a ambos.
Miro a todos lados sorprendido.
-Camila si estás dispuesta a darle clases de apoyo a tu compañero?
Espera que?, Camila? la chica a la que acabo de darle un cabezazo, tirarle los cuadernos sin querer al suelo y a la que ayudé a traer las cosas aquí?
-Camila me mira con desconcierto.
-Si maestra, si me lo pide usted sí.
-Listo Manuel, ya tienes maestra de apoyo en Biología.
Miro a Camila desorientado.
-Pero maestra en que nos ayudará eso a los dos?
La maestra sonríe y me mira.
Tú subirás tus notas y Camila que quiere ser médica practicará contigo y si lo hace bien, puede que la escuela le consiga una beca.
me quedo sorprendido, Debido a que ni yo sé que quiero estudiar, pero al parecer esta chica sabe bien claro que quiere.
-Te aré un examen en una semana, solo a ti.
Miro des esperanzado a Camila que me sonríe.
-Tranquilo Manuel, Camila es la mejor para esto, ya lo verás.
-Gra, gracias maestra.
Ella sonríe y nos señala la puerta como despedida.
dejo los cuadernos y archivadores en el pupitre y me levanto para marcharme.
Fuera de la dirección me siento en un banco en el patio ya que no tengo donde ir.
La escuela tiene un internado en su interior y estoy en él así que es como estudiar en casa.
Miro mis manos como si hubiera algo mal.
Que le digo? como quedamos para estudiar?
Reviso mis bolcillos y encuentro un billete así que me dirijo a la tienda para comprar cualquier cosa.
pero al estar frente a ella me quedo estático.
No sé qué elegir, pido un helado de chocolate y tras pagar me dirijo a mi posición anterior.
Miro el lugar, con detenimiento y descubro cosas en las que ni me había fijado.
En el suelo hay una hilera de hormigas que van en una dirección.
miro la ruta y veo que el destino de todas es un caramelo que se le cayó a alguien.
Llego al banco donde estaba antes y miro el cielo mientras chupo mi helado.
Una mano me toca el hombro y me sobresalto, pero una voz femenina me calma tratando de ocultar una risita.
-Tranquilo Manuel, soy yo.
Miro a la chica que está a mi lado, es Camila, que me sonríe.
No sé cuánto tiempo miré su rostro, cada detalle, sus cabellos que caen como una cortina atrás, su piel blanca, sus ojos verdes, su nariz tan perfecta, sus mejillas rosadas, sus labios finos y para mí hermosos.
Descubro que me mira y avergonzado desvío la mirada.
Ella suelta una risa, que para mí es como una campana.
-Pe, perdón.
Camila parece no tomar en cuenta nada y abre su bolso para sacar sus apuntes de biología.
-Quieres empezar?
-He, qué?
-El estudio que nos dijo la maestra.
Me repongo o eso intento.
-Eje´m, claro, empezamos?
Me siento un tonto, solo era decir eso? porque me cuesta tanto hablar con ella.
Ella abre sus apuntes y me dice:
-Comparemos datos así te ayudo en lo que no puedas.
Sin decir nada abro mi mochila y saco mis apuntes.
Con un poco de vergüenza ya que mi letra no es la mejor y casi todas mis hojas están con rayones o arrugadas.
Miro su cuaderno y veo como su cuaderno es mejor que el mío, las hojas bien cuidadas, una letra impecable.
La miro y descubro una mirada de reprobación al ver mi cuaderno.
-Esos son tus apuntes?
-Sí, sí, es mi cuaderno.
Me lo arrebata sin que yo pueda objetar nada.
-Oye! es mi cuaderno!
-Cómo estudias con esto?
Supongo que tiene razón.
Ella empieza a ojear y cada vez veo su mirada reprobatoria.
-No entiendo nada, esto no es legible.
Miro el suelo mal, pensando en que era mejor que ni halla sacado mis apuntes.
Ella toma mi mochila y vacía su contenido en el banco.
La miro enfadado.
-Oye! deja eso!
Mis colores, lápices y bolígrafos chocan con el banco y ruedan al suelo, mientras yo me agacho a recogerlos malhumorado, veo como ella mete la mano en mi mochila y revisa que no quede nada.
Saca en su mano envoltorios de caramelos, pipocas y dos botellas.
-Tu mochila es un basurero?
-No te metas en lo que no te importa, solo te dijeron que me ayudes en biología, no que me espíes.
Ella toma su mochila y se marcha ofendida.
Enfadado guardo todo en la mochila y descubro su cuaderno impecable al frente de los míos.
Lo tomo entre mis dedos como si se fuera a romper a la mínima sacudida y decido llevármelo.
Voy a mi habitación pensando en lo que pasó.
Quién se cree para ver mi mochila y su contenido, solo me dijeron que me ayude en biología no que sea mi madre.
Cierro su cuaderno para pensar.
Es así como todo comienza?
Miro el cuaderno que dejé en mi cama, tiene una etiqueta que dice:
-Camila Lopez H.
Vaya, y yo sin poner nombre a mi cuaderno.
Cuaderno? mi cuaderno, creo que ella se lo llevó.
Abro mi mochila y reviso su contenido, no está mi cuaderno por ningún lugar.
Corro al banco donde estábamos sentados y al llegar descubro que no hay nada.
Reviso el suelo y no descubro nada de nada.
Suspiro frustrado, es un plan? que está pensando hacer.
Me dirijo a mi habitación donde están mis cosas y su cuaderno.
tomo el cuaderno y me acuesto para leerlo.
Está todo bien graficado, los títulos con un cuadro que los encierra perfectamente.
Los nombres, en rojo, con letra legible y notoria.
Las hojas enumeradas.
Cada dibujo del cuerpo humano bien hecho, los aparatos, órganos, sistemas, músculos, huesos, células, bacterias, es increíble como esta chica se esfuerza en sus cosas.
Solo estoy mirando como repaso, no presto atención a nada y al llegar al final, decido empezar desde el principio con detallado interés.
Vuelvo a abrir el cuaderno y la primera hoja me sorprende.
Tiene un corazón dibujado con dos nombres en su interior y abajo dice Manuel.
Espera que? que hace mi nombre aquí?
Sacudo la cabeza y me río de mi tontería.
Acaso soy el único Manuel en el colegio? o en el mundo?
Debe ser otro Manuel.
Tras ese pensamiento paso la página distraído.
En la siguiente hoja, hay un rectángulo bien hecho con regla, y en su interior:
Unos recuadros perfectos donde están sus datos.
Al solo leer su nombre y el de la maestra Sara Siles decido pasar la hoja, me siento como si estuviera espiando en un diario.
En el siguiente hay un cuadrado con el título:
1.Qué es la biología.
Sonrío y me dispongo a leer.
Terminar el primer tema me costó un montón de tiempo, miro mi reloj y son casi las 8 de la tarde.
Bueno tampoco es que halla mirado la hora al iniciar el repaso.
Así que no se si tardé o fue rápido, pero al fin lo terminé.
Me gusta cómo está todo detalladamente hecho.
Es como si esta chica dibujara las letras, como si dibujara una pintura.
La profesora dijo que quiere estudiar medicina, pero es que parece una pintora o escritora.
No puedo dejar de ver su cuaderno, tiene algo que me atrae, aún que supongo que será su letra o el diseño.
Saco un cuaderno mío y comparo las letras, obviamente no hay nada para comparar.
Su cuaderno es mil veces mejor que el mío.
El mío con rayones, tachadas, y arrugas es que no parece un cuaderno actual.
Tomo un bolígrafo y trato de sacar su letra.
No tan clara, pero similar, solo que no lo consigo, no sé por qué.
Llené una hoja con puros hola pero no lo consigo, están las letras superpuestas, y algunas torcidas, por lo que decido arrancar la hoja con frustración.
Cierro mi cuaderno con rabia y tras lanzar el cuaderno a la mesa y la hoja a la basura cayendo fuera, decido salir a despejar la mente.
El frío es mucho, y me doy cuenta que no llevo abrigo, seré burro, pero prefiero aguantar el clima a retroceder y hacer el camino nuevamente.
Cojo un palo del suelo y quiero seguir practicando la letra en el piso de arena.
Escribo un hola, pero o la arena no quiere cooperar o soy malísimo.
Partes de las letras no se ven y otras se distinguen pero están torcidas.
Con más rabia lanzo el palo al frente con rabia.
Oigo pasos que vienen en mi dirección y rápidamente me giro.
Me pongo nervioso al ver a Camila que viene en mi dirección.
Espero y deseo que no me haya visto cosa tonta, claro que me vio, como no verme si estoy en campo abierto solo y peleando con el palo que vuela lejos.
Miro mi letra en la arena y sé que ella las ve, suspiro y siento un vacío en el estómago.
-Estás bien Manuel?
-Si claro. Por qué la pregunta?
Pero que tonto soy claro que no me encuentro nada bien, pero no quiero que nadie lo sepa.
-Por cierto, leí tu cuaderno, almeno el primer cap.
-Con qué derecho lees mi cuaderno?
Vaya que se enojó.
-Pero si tengo que estudiar, o eso dijo la maestra.
Ella sonríe y veo que se esfuerza.
-Verdad, lo siento Manuel, no era mi intención, viste algo más?
-Solo el primer tema y la carátula.
Camila se poner roja y nerviosa.
Mira el piso y sonríe más.
Practicas escritura?
-es que me gustó mucho tu letra pero no logro igualarte.
Camila juega con su pelo mientras sonríe, y toma del suelo un palito.
Se agacha y escribe.
Me arrodillo frente a ella y miro el piso, su mano suave y delicada que sostiene el palo y la punta de este formando en el suelo unas letras de forma perfecta.
Parece que a ella la arena si la quiere ayudar ya que las letras no se rellenan, tienen el mismo tamaño, una línea recta y profundidad perfecta.
Ver sus letras me hipnotiza.
No lo puedo creer, que tonto me siento, hipnotizado por unas letras.
Jamás oí ni leí algo parecido.
Ni los libros de texto me dan ese efecto.
O será porque son letras de Camila?
Camila retira el palo de la arena y puedo ver perfectamente una frase.
¡Lee otra vez y mañana te aré preguntas!
Al lado hay una figura pero no sé qué es.
Será que se equivocó?, será que la arena no quiere que sepa que era eso?
Miro a Camila que me mira sonriendo.
-Pensaba ir por una cena a un puestito, quieres venir con migo?
Espera que?, por qué me dice que estudie si luego me invita a comer.
-Cla, cla, claro
-Excelente.
Nos levantamos y la sigo.
Miro su ropa, no se ha manchado con la arena y al ver mi ropa, mi pantalón está marcadísimo de polvo.
Vamos mundo no seas tan malo, porque ella no se ensucia y yo estoy como salido de un pozo?
Caminamos por calles hasta un lugar donde venden comida.
Miro asombrado el lugar.
Es muy elegante, y me siento mal.
Porque me habrá invitado a comer, es que no quiere estar sola? Quiere ridiculizarme? Humillarme?
Con nerviosismo veo a la gente que me mira y murmura.
Quiero gritarles que no sabía que vendría aquí.
Camila elige una mesa junto al ventanal que da a la calle.
Un camarero se dirige a la mesa y yo no vi todavía el menú que hay frente a mí.
Lo abro y a toda velocidad leo nombres, veo fotos y precios.
Pero por mucho que miro no tengo tanto dinero como para pagar más que un jugo de naranja.
-Desean algo?
Camila con resuelta voz dice:
-Yo quiero un sándwich de estos.
El camarero toma nota y me mira. Me siento fuera de lugar y solo resuelvo decir:
-Por favor un jugo de naranja solo.
El camarero toma nota y se marcha.
Veo la mirada de Camila y no sé si tiene un poco de culpa.
-Lo siento Manuel, si te grité por el cuaderno.
-No, está bien, solo que yo creí que con tu letra que es muy linda podría entender más que con mis apuntes.
Veo como mis palabras la hacen ruborizarse bastante y se mueve inquieta en la silla.
Mi mente recuerda el corazón que tiene en la parte de abajo escrito Manuel.
Pero decido no preguntar nada.
Así que solo respiro profundo y me distraigo alucinando con los precios.
El más bajo es un jugo de naranja a 17 pesos.
Me pongo a reír por la tontería.
_Pasa algo Manuel?
Fijo mi vista hacia Camila que me mira desconcertada, será por mi risa.
-Es que me sorprende un jugo de naranja a 17 pesos cuando a unas esquinas más allá puedo tomar otro a 1 o 2.
Camila piensa en lo que dije y sonríe.
-Déjame invitarte hoy Manuel sí?
-No, no, no, como se te ocurre que me aprovecharía así de ti.
-Como que aprovecharte si yo me estoy ofreciendo.
Pues es verdad, ella misma lo dice.
-otro día me invitas tu uno de esos jugos que dices.
Me pongo a hacer cuentas y es que le salgo debiendo más.
Aquí está en 17 y en mis puntos locales están a 1 o 2 pesos.
Resuelvo que tendré que invitarla 8 o 9 veces a esos puntos de 2 pesos.
Y claro no dejar que me invite más o la tarifa subirá.
-Está bien, gracias.
Camila sonríe y cuando llega el camarero pide otro sándwich.
Hay madre, que la cuenta a deber sube más cada vez.
No sé si pongo expresión preocupada o que será pero veo una sonrisa en el rostro de Camila que le da expresión de tierna y angelical.
-Pasa algo?
-No Manuel, todo bien.
Llega el camarero y me da un sándwich.
Apenas lo tengo en frente abro el menú y me pongo a buscar que tipo y precio es.Pero me sorprendo cuando Camila cierra el menú y me lo quita de las manos.
-No me debes nada Manuel, yo solo quiero compartir contigo y ser tu amiga.
Amiga? Dijo amiga?
-Como que mi amiga, si casi no sé nada de ti.
-Me he dado cuenta que pasas muchos recreos solo.
-sí, pero es que.
-Y quisiera ser tu amiga para que no sigas así.
Espera que? Quiere ser mi amiga para que no siga solo?
La verdad es que si, paso todo el tiempo solo, ya que supongo que ser huérfano no es fácil.
Bueno claro que no lo es.
Ya que hay cosas que no podemos decir ni hacer como los demás chicos y chicas del mundo.
Si tienes frío no hay quien te tape, no puedes aferrarte a una persona por que según tu edad te pasan de un lado a otro.
Yo logré que del hogar donde estaba estudiando me transfieran a ese internado, el del colegio.
Pero es lo mismo.
Trato de hacer amigos, pero casi todas las conversaciones son las mismas.
Mi mamá o mi papá me regalaron, me trajeron me dieron esto.
Yo lo trabajo, desde los 12 años empecé a trabajar, pero con cosas básicas, como cargador clandestino, transporte de mercadería, Repartiendo folletos o gritando los lugares a donde va un bus.
Claro que al ser menor de edad no pagan bien.
Otros días ni quieren recibirme por temor a las autoridades.
Traté de vender gelatinas, pero soy un desastre.
-Bueno si quieres ser mi amiga creo que puedes, pero no sé cómo se empieza, que tengo que hacer.
Camila sonríe y me dice:
-Tranquilo Manuel, todo el colegio sabe tu situación y no quiero acerté daño.
Me quedo de piedra con el vaso de jugo entre mis labios, mi garganta absorbiendo todo lo que entra en mi boca hasta que queda aire y un poco cae en mi ropa.
Me levanto y me disculpo con Camila antes de marcharme.
Salgo tranquilo del lugar y me pongo a correr al colegio.
Corro con todas mis fuerzas.
Todos saben? Claro que todos saben.
Pero nadie sabe cómo ser mi amigo. Con los puños apretados llego al colegio y sigo sin parar hasta la pista de atletismo. Salto la valla y me pongo a correr con todas mis energías.
Será que por eso aceptó ser mi maestra? Para que no siga solo?
Pero y estos inicios qué?, reprueba mis apuntes, me deja su cuaderno, lo leo y se enoja con migo, me dice que mañana me hará un repaso del tema uno, pero al instante me invita a un restaurante lujoso.
Estoy confundido, no sé qué pensar.
Quiere ser mi amiga? Será que obedece a los maestros nada más.
Quiere restregarme en la cara que tiene dinero y yo no?
Que quiere!
Me duelen los pies de correr con furia por la pista, pero sigo.
Mi corazón está agitado y palpita como un caballo desbocado, siento como golpea mis costillas como buscando una salida.
Tropiezo con una piedra y despego, mi mente piensa que este es un buen final.
Pero aterrizo sobre los codos y las rodillas.Mi pantalón se rasga igual que mi piel.
Adolorido y al borde de las lágrimas de dolor, coraje, tristeza y otros sentimientos que no se definir golpeo un muro hasta que me ago. heridas en los nudillos.
Me acurruco junto a la misma pared y me hago un ovillo.
No quiero ver a nadie ni que nadie me vea.
Rompo a llorar lloro soltando todo apretándome contra la pared, como si esta fuera a darme un abrazo cálido.
Unos pasos suenan y luego una mano me mueve un hombro para que reaccione.
-Manuel? Manuel, despierta tío!
Sigo acostado en el piso aunque no sé cuándo lo hice, sigo junto a la pared que pagó mi rabia.
Tengo frío y me arden las heridas.
Abro los ojos con lentitud y veo a Sergio, el psicólogo.
Que me agarra de la mano y la levanta para ayudarme pero luego suavemente la posa en el suelo al ver la herida y opta por abrazarme y de esa manera levantarme.
-Tío estás hecho un cristo.
Un cristo? Que me hallan enseñado a cristo las heridas fueron en las manos y los pies, no los codos y rodillas.
-Un cristo? Pero si mis heridas no son donde cristo tenía los clavos.
Sergio me sonríe y me da una palmadita en la espalda.
Ven chavalito que te tengo una cena preparada.
Me rodea los hombros con uno de sus brazos y ase que camine a su lado.
Al llegar a su despacho me sienta en una silla y me dice que espere ahí.
Sale y mientras yo miro, una cama ancha, dos veladores, una mesa de plástico, un estante de madera con un equipo de sonido encima.
En una de las paredes hay una tabla de madera atornillada, y sobre él un televisor plano.
Cruzo los brazos y pongo sobre ellos mi cabeza mientras vuelvo a llorar.
A los sentimientos de antes si no lo dije, ahora añado dolor.
Suena la puerta y me incorporo como un rayo, seco la mesa con mi camiseta y mis ojos con los brazos.
Sergio entra con Pilar una voluntaria de España.
Que me mira preocupada al ver las heridas.
Traen una bandeja con comida, un balde con agua tibia, unos trapos y logro divisar gasas.
Pilar me pone la bandeja en la mesa y Sergio se agacha para lavarme las heridas de las rodillas.
Y pilar me trata de limpiar las manos y los codos.
Hasta que ella tocó mis manos olvidé que tenía heridas en los nudillos.
Sergio al ver que tengo las manos estiradas me dice:
-Come muchacho, come.
Pero Pilar le dice que tengo heridas en las manos y en los codos, Sergio se levanta y observa todo preocupado.
Luego de mucho limpiarme las heridas y lograr vendarme, logro comer y Sergio dice a Pilar que regrese más tarde.
Se sienta a mi lado y suspira profundamente. Mientras yo miro por una ventana al vacío, y descubro que desde ahí se ve la pista y el muro que fue mi saco de golpes.
-Desde cuando me viste?
-Desde que llegaste chaval.
-Y Pi, Pilar me, me vió?
-esperemos que no.
Pero al ver que no te movías le dije si te podría preparar algo de comer en lo que iba por ti.
-Ahora dime, como te sientes.
-Lo miro y lo veo serio, es el único que no me muestra muchos gestos.
-No, no lo sé.
Sergio me mira a los ojos y respira.
Pues yo sí creo que sé que pasó.
Me pongo nervioso y antes de lograr decir nada Sergio se levanta y destapa la cama.
-Bueno chaval, hoy dormirás aquí, y veremos si mañana vas a clases.
Sin ánimos de discutir me acuesto con la ropa puesta y cierro los ojos.
No sé qué horas sean, solo que me despierta una conversación entre voces.
-Voz 1. Crees que todo parta por la maestra?
-voz 2. No lo sé, solo que ahora tengo que vigilarlo más, antes era para que haga amigos, y ahora es por que pusieron una compañera de maestra para que sean amigos.
Voz 1 Esto es complicado, ten en cuenta que este año ya te vas y mi voluntariado solo es hasta Septiembre.
Alguien suspira profundo.
Voz 1. Te preocupa, por mucho que no lo quieras admitir.
Voz 2. Si me preocupa este muchacho.
Voz 1 Y ahora qué hacemos?
Voz 2 Hacemos?
Voz 1 También me cae este niño, es muy lindo y su vida está en la basura.
Voz 2. Te diría adopción pero es que ya es mayorcito para eso, nadie o almeno que yo tenga registros quiere adoptar chicos mayores.
Abro lentamente los ojos y descubro a Pilar con Sergio que toman un café.
Sergio me ve y se levanta a ayudarme a incorporarme.
-hay chavalito, como siguen esas heridas de guerra?
Le dedico una sonrisa pero al sentir el ardor solo puedo dejar que esta se rompa como cristal en miles de piecitas y la remplaza un gesto de dolor.
Miro el reloj que tiene en el brazo y veo que son las 9 de la mañana.
Con un sobresalto decido ignorar las heridas y me pongo de pie.
-Las clases, voy tarde, biología, la maestra Sara, Camila.
Sergio me toca el hombro y me dice:
-Vamos despacio muchachote, primero te cambiamos las vendas y eres libre.
Sus palabras son apoyadas por el ardor que siento en mis rodillas que son las que están en funcionamiento. Así que solo queda sentarme y dejar que hagan con migo.
Pilar y Sergio me hacen caminar a la mesa de plástico donde me sirven un plato con huevos y un vaso de chocolatada.
Pilar: Tienes que comer Manuel.
Sergio: Déjame ver esto.
Con cuidado me sacan las vendas y me las vuelven a lavar, me siento como un bebé, claro que un bebé no agarra a puños una pared.
Luego de que me laven, me pongan las vendas y desayune, Marcho a mi habitación corriendo por la mochila y el cuaderno de Camila.
Gracias a una pastilla que me dieron y una crema des inflamatoria que me puso Pilar no siento mucho dolor.
Agarro mis cosas y salgo aventando la puerta.
Llego corriendo a la clase y cuando me voy a disculpar la maestra me hace una señal de que no diga nada.
Así que voy a mi mesa.
Frente a mí está sentada Camila, a la que le regreso el cuaderno teniendo como respuesta una nota.
:Nota. Perdón Manuel, no pude traer tu cuaderno.
Cojo un lápiz y contesto.
Nota: Tranquila puedo usar otras hojas sueltas.
Agarrar el lápiz me hiso arder las heridas de los nudillos.
Ahogo una expresión de dolor y un grito y logro que suene como un suspiro.
Cojo unas hojas de mi mochila y tomo notas a toda velocidad, tratando de ignorar el ardor de mis dedos que me obligan a descansar de vez en cuando.
La clase termina y guardo mis materiales, pero cuando estoy cerca de dejar la clase me detiene la maestra.
_Manuel? Por favor quédate, necesito hablar contigo y Camila.
Me lleva la voladora, que hago ahora? No puedo decir por qué las heridas, aunque pensándolo bien, solo corrí y me caí, y de los nudillos, me los pillé con un pestillo.
Pero que tontera, nadie me creerá lo de los nudillos.
Tomo asiento ante la maestra y disimulo manteniendo las manos debajo de la mesa.
Camila se sienta a mi lado y la maestra comienza.
_Manuel las manos.
Me quedo de hielo, como que las manos, así? Justo al blanco?.
Sin remedio pongo mis manos sobre la mesa viendo como ambas se asombran.
Camila sale corriendo de clases y regresa un momento después, uno muy corto.
La maestra finge o no se dio cuenta de esto, no digo que Camila sea Flash, pero la maestra siguió mirando mis heridas como si nada.
-Estudiaron algo?
Estudiar, a mi mente regresan esas letras tan bellas, talladas en bolígrafo como obras de arte y contesto.
-Si maestra, estudiamos.
Esto hace que Camila respire relajada.
La maestra la mira y le dedica una sonrisa.
Camila suelta de repente y recordándome:
-Le dije que hoy repasábamos el tema 1.
La maestra sonríe más abiertamente y afirma.
_Por favor Camila sé lo más imparcial que puedas y luego me pasas las notas.
-Si maestra.
La maestra se retira y llega una compañera con una bolsa de papel que entrega a Camila.
Cuando miro la mesa veo que a la maestra se le quedó una nota.
La tomo entre mis manos y la leo:
-Estimada maestra Sara Siles, la tardanza de Manuel en presentarse en su clase es debido a que tubo un altercado El día de ayer.
Pienso si me guardo la nota o la dejo ahí donde estaba.
Camila pone la bolsa frente a mí y me sonríe.
-Abrela Manuel, es para ti.
Con nervios y dudas quito los clips que funcionan como protección de seguridad.
Meto la mano y me sorprendo, hay dos bolitas de papel, saco una y descubro una crema para rraspones en la piel.
Saco la otra bolita y descubro el sanwich, el que haller me invitó Camila y yo dejé.
Miro a cCamila con sorpresa y veo que ella me está sonriendo.
-Hoy iré a ver si puedo trabajar en la tarde y te invito a los lugares que frecuento, si aún quieres que te invite.
-Si claro, quiero conocerte más Manuel y pedirte perdón si haller hise o dije algo que te hiso daño.
-No Camila, todo está bien, solo que, que, me sorprendió que todos sepan que soy.
Tomo una bocanada de aire, me siento aprisionado, y no logro decir la palabra.
En eso entra un chico silvando a clase.
Nos vé y se dirige a nosotros, me pongo tenso.
-Ea una parejita nueva?
-Yo, yo, no, no, para nada.
Camila me salva el pellejo.
-Que estás diciendo Rafa.
-Buenoooo, creí que si, digo, están solos, en un curso vacío, un lugar perfecto para una cita.
Rafa se parte de risa mientras Camila trata de darle un puño en el pecho que yo indersepto con el brazo logrando que me duela el codo.
Camila asustada me trata de pedir perdón y Rafa mira mi codo izquierdo.
-Que te has hecho Manuel?
-No es nada.
Rafa mira la mesa y descubre el sándwich y la crema.
-Oh, vaya, se me adelantó Camila.
-Se te adelantó?
-Si, mira lo que te traje.
De su abrigo saca una bolsa donde hay una salteña, está aún calentita.
-Vaya, veo que sus planes son engordarme, no me estarán preparando para navidad o año nuevo?
-Ambos se parte de risa.
-Bueno, yo soy Rafael, tu vecino de habitación, estoy en el cuarto 22 de la tercera planta.
Vaya si que quería presentarse.
Gabriel me estira una mano y se la estrecho.
Gabriel: Por que siempre estás solo?
Manuel: Temo decírlo.
Gabriel se pala la mano por el cabello deshordenándolo y cambia el tema.
Camila: les invito a tomar algo a los dos.
Manuel: Al mismo lugar?
Camila se sonrroja y piensa una fracción de segundo.
Camila: No, a otro más cerca.
Me siento lleno por el sanwich pero me levanto de la silla igual que Camila.
Gabriel: Y que hacemos con nuestras cosas?
Camila: Llevémoslas con nosotros, y si preguntan fuimos a darle clases a Manuel.
Miro sorprendido a camila, me estaba usando de escudo?
Camila y Gabriel me toman de los brazos y me llevan a donde ella quiere.
Salimos de la escuela y caminamos en otra dirección.
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por motivos que no quiero mencionar aquí tuve que borrar mi antigua cuenta de wattpad. pero con suerte pude crearme otra.
y aquí les traigo mi primera historia. es una recomverción de audio a texto. para ser cincero no le e encontrado ningún error de escritura hasta el momento.
espero que les guste.
https://www.wattpad.com/1319597221-en-el-barrio-del-jabonero-1-la-marca-de-la-bestia
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spoyler. Se viene otro capítulo más de... solo digo hasta eso
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¡alerta de spoiler! ¡Alerta de spoiler! Se viene otro capítulo de... Bueno, sin lugar a dudas esto ya perdió la gracia, no?
Bueno, al fin el capítulo 15 de la ciudad del caos está listo.
La ciudad del caos
Capítulo 15
Llegué al cole. Yo trataba de concentrarme en los cursos y tareas. Suerte que ese ´día, las tareas se hicieron en el mismo salón. Tanto a la hora de almuerzo como en la hora de recreo, yo no paraba de pensar en lo que estaba pasando. Por un lado, lo de que mis hermanitas fueran secuestradas como parte de la operación venganza y, por otro, el trauma que estaba pasando por ello.
De vuelta en mi casa, decidí tomar una siesta. Es ahí cuando tengo un sueño. Una voz menos robótica que la de mi trauma me hablaba.
—¿Ama? -dijo.
En aquel momento, al verlo, recordé que a ese robot yo lo había armado para una feria de ciencias pasada, con el que la gané.
—¡Rosco Bot! dije sorprendida.
—Eres una humana buena. No como otros, que son malos y nos usan para el mal. Me dijo.
—Solo llámame Rosco. No pude establecer comunicación contigo, pero sí lo hizo un colega. Entendí que lo decía por el robot de mi trauma.
Continuó. Te vine a advertir que, ¡tu familia está corriendo peligro! Pronto, ¡dile a tus padres!
Rosco adivinó mis pensamientos. Sentía hace días, desde que me fui enterando de todo, que tenía que decirles a mis padres lo que estaba pasando, pero tenía miedo de las represalias que tomarían nuestros enemigos.
Me desperté, dándome cuenta de todo. Peligrum, peligro. Ahora entiendo todo. Fue una advertencia. Me dije a mi misma.
Mientras tanto, mamá Carlota salió a fuera para despejarse. Al momento, escucha un diálogo entre 2 personas.
—¿Ah, ¿con que estás planeando eso? ¿Por eso me dijiste que viniera hasta aquí? Sé que no es tu casa, pero bueno. Igual me hubieras citado en otro sitio, qué sé yo; una plaza o algo de eso.
—Bueno sí, ¿pero quién va a ir a una plaza a las 6 de la mañana? solo nosotros dos, creo.
—Ya, José, no importa. Como ya quedaste que lo hablemos acá, todo bien. No pasa nada. Y son las 6 de la tarde, no de la mañana. O a caso has quedado loco.
Eran dos hombres. El que estaba alquilando la tienda pegado a la casa de Silvia y otro más, al parecer... podía tratarse de un familiar, un sobrino, hermano; o quizás simplemente un amigo. -pensé luego de que mamá me contara la situación.
Se ve que estos hablaban sobre cómo planear el operativo venganza ahora que su jefe (Pablo) fue encarcelado y posteriormente matado por uno de los reclusos de la cárcel donde se encontraba, el cual decía ser su mejor amigo y decía también estar con él en todas, hasta que llegara el momento de su libertad o de su muerte en cadena perpetua.
Entonces, fue así que me levanté, como si nada y me preparé para ir de compras. Pero de pronto, justo cuando iba a salir de la casa, otra vez comenzó el trauma que ya me tenía cansada. Uno era el que decía "peligrum" (que empezó a sonar como a mi derecha) y a la izquierda sonaba otro, aunque en español. Y este decía:
-No vayas de compras ni te quedes en tu casa. Sabemos donde comprarás, y te diremos que hay peligro por ahí también. Si gustas ve a la casa de alguien en quien más confíes, todo menos ir a ese lugar o quedarte en esta casa.
Ya me estaba preocupando demasiado, así que le escribí a Bianca a ver si podía ir a su casa, explicándole la situación por la que estaba pasando y que la sola idea de ir de compras me traumaba. Aunque en ningún momento le mencioné lo de las voces que escuchaba en mi cabeza que me estaban advirtiendo, todo para que no pensaran que estaba quedando loca o algo por el estilo. Bianca me dijo que sí, entonces me dirigí a su casa.
El corazón me latía a mil por hora, pero yo debía enfrentarme a esa situación y no darme por vencida. Estaba asustada, así que no podía pensar en otra mejor idea que refugiarme en la casa de mi tía postiza, en quien confiaba más que en los hermanos de mamá, quienes después de tanto cuidarme hasta que sin darse cuenta aparecieron Carlota y Ricardo, los detectives, revelando su verdadera identidad... Carlota. hermana de Soledad.
Un recuerdo del pasado con Lore y Bianca
Soledad nos había encontrado en nuestra vieja casita en un pueblo en el que vivimos de pequeños. Nos dio unas pastillas para dormir; pero mis hermanas, aunque eran pequeñas, sabían lo que eso significaba: peligro. Y se escaparon solas y asustadas, corriendo sin saber adónde ir. Pero la suerte les jugó en su contra ya que en un camino bastante alejado de la casita un señor las encontró y se las llevó a una mansión en la ciudad.
Yo me desperté al otro día, pero a causa de las drogas que me dieron no conseguí recordar nada sobre mi pasado. Algo raro, ya que no hay pastilla descubierta aún que te haga olvidar tu pasado. Bueno, el único recuerdo que conservé fue mi nombre. Lorena.
Mis tíos me dijeron quienes eran ellos, que eran mis tíos y que mis padres murieron a causa de un accidente, esa fue la historia de lo que les pasó a mis padres, según el tío. Pero mi tía me contó momentos más tarde qué fue lo que pasó. Mis padres simplemente me abandonaron. Según ella, no tenía hermanos. En efecto, olvidarme de mi pasado a causa de las pastillas fue olvidarme completamente de que tenía hermanos, entonces no me afectó en nada. Simplemente hacerme la idea de que fui abandonada en una casita en el campo, siendo encontrada por unos supuestos desconocidos, quienes decían tener parentesco conmigo. Me dijeron que no tenía 17 años (mi verdadera edad) sino 13. Así pasé un buen tiempo creyéndome todas esas ideas.
Pero Bianca fue mejor persona de lo que creí, ya que fingió ser la mejor amiga de mi tía por un simple motivo: el de protegerme y ayudarme a encontrar a mis padres, quienes no me abandonaron ni fueron asesinados, simplemente me perdieron luego de una larga investigación. Al regresar a la casita, no encontraron a ninguna de sus hijas allí. Ni a mí ni a Aldana y Magalí. Fui yo quien sin saberlo, los encontré a todos. A la detective, a su esposo, a las niñas perdidas que fueron adoptadas por los malvados tíos.
Yo sola logré armar el rompecabezas, así que tenía que ser valiente y enfrentarme ahora al peligro del presente. La operación venganza.
Junté todas mis fuerzas y mi valentía al llegar a la casa de Bianca. Debía contarle todo lo que me estaba pasando. No me importaba lo que ella podía pensar, solo quería... necesitaba ayuda, ya que por un lado algo me decía: "Si tú sola encontraste a tus padres y hermanas, tú sola deberías salvarte a ti junto con los tuyos, salir de esta jaula maligna en la que estás siendo atormentada; en la que está siendo atormentada tu familia".
Pero yo no quería hacer esto sola, por primera vez me sentía algo más que asustada...
Hasta que llegó el momento...
Al entrar a la galería de la casa, había un olor delicioso que supuse venía de ahí dentro. El ambiente en ese momento era cálido; al parecer la cocina estaba encendida, pero no era buen momento para pensar en comida.
Toqué el timbre y esperé. Una niña, supuse que era familiar de Bianca, salió a ver. Luego llamó a Bianca para que me dejara entrar, ya que los niños no tienen permitido abrirles la puerta a desconocidos. Bueno, para la niña yo era una completa desconocida.
—Lore —dijo con un tanto de preocupación. —Ven acá.
Al entrar, vi cómo dos señoritas se agarraban de los pelos, mientras que otra tomaba una bebida alcohólica; Todas estaban sentadas en una mesa, a un lado de la barra. Entonces miré.
—Entonces, ¿qué clase de fiesta es esta? ¡Y en tu casa? No te conocía eso, Bianca. —Le dije a Bianca mientras miraba el lugar. Botellas tiradas por todos lados, vidrio por todo el suelo, líquido volcado a ambos lados de la mesa y pedazos de papel en una silla para dos personas.
—No es momento de explicaciones aquí mismo, mi amor. -Vamos, solo sígueme.
Pasamos a otro lugar más tranquilo. El pasillo estaba bien tranquilo, no había ni ruido que nos molestase. Subimos las escaleras y entramos a otro sitio. Este lugar me pareció raro, pero no le di importancia y seguí caminando de su mano.
Entramos a un cuarto mucho más grande y tranquilo, se ve que habían remodelado aquella casa... ahora era un apartamento bastante grande de dos pisos.
Nos sentamos en un sofá. Mientras ella traía dos tazas de café, yo le fui contando la historia de todas las cosas que me venían sucediendo. Desde lo que sucedió en la operación venganza, hasta los recuerdos que me venían de a poco sobre mi pasado. Tal vez se trataba de una especie de hechizo, aunque creo que los hechizos solo existen en los cuentos de hadas, princesas etc. Le contaba todo, sin dejar pasar detalles que podrían ser de suma importancia.
—Mira, amorcito. La única explicación que le veo a todo este lío, son tus tíos. Ellos deben estar planeando algo; o quizá ya lo hayan planeado y están luchando por conseguirlo.
Me enteré que fueron encarcelados hace poco, pero no tengo idea si es cierto. Quienes lo dijeron, fueron unos compañeros de trabajo que andaban comentando cosas, pero puro chismerío barato de ese que no sabes si es cierto, cuando averiguas resulta que de cierto no tiene ni la mitad de la frase.
Aún ella estaba hablando, cuando de la nada me quedé dormida y Bianca ni se dio cuenta. Soñé de nuevo con rosco. Ama, levántate pronto y uye al campo, ¡Ya! Y llévate a Bianca. Me dijo.
Me desperté a eso de las cinco de la madrugada, estaba sobresaltada y no sabía qué hacer. Salí de aquel cuarto sin hacer ruido y me fui a buscar a Bianca, quien sorprendentemente estaba levantada, haciendo quién sabe qué en la cocina; aunque eso que hacía, al final de cuentas, parecía ser algo delicioso.
—¿Qué pasó, mi querida Lore?
—Esto... tenemos que irnos. Shhh, nadie se tiene que enterar de nada... Esto es de los dos.
—Pero y las ni... —le interrumpí antes que siguiera con la frase.
—Vamos, despiértalas. Yo voy a llamar a un compañero a ver si nos lleva. No preguntes más, solo vamos. —La tranquilicé.
Llamé a Oscar, mi primo mayor, quien estaba en nuestra ciudad por unos días y le dije que necesitaba ayuda, que debíamos salir ya.
—Sí, en un ratito voy. Tipo 30 minutos como mínimo estoy ahí. —Fue su respuesta.
Bianca despertó a sus sobrinas, Alondra y Jazmín, de 10 y 13 años respectivamente, sacó la comida del horno que ya estaba lista, nos preparamos y salimos afuera a esperar a Oscar.
Tal como lo dijo, tardó un rato en llegar. Iba en una camioneta grande de color amarillo.
Me senté en el asiento del copiloto y fuimos charlando, ya que era un largo viaje.
Entre charla y charla le conté lo que nos estaba pasando, sin quitar un detalle. Que primero lo de los supuestos padres de Magalí, que la desaparición de unos niños en un barrio súper pacífico, historias de las que algunas no tenían nada que ver entre sí pero eran tan raras como el resto.
Íbamos charlando y comiendo torta, las niñas iban charlando sobre los juegos en línea que jugaban en el teléfono, hasta que, unos cuarenta o cincuenta minutos después, llegamos a nuestra parada.
Llegamos a una estancia donde un hombre de 60 años le dio unas instrucciones a mi primo, dos llaves y pasamos a la casa.
Era bastante grande y estaba muy bien limpia y ordenada. Uno de los cuartos iba a ser ocupado por mí y bianca, las niñas dormían solas en otro.
Luego nos enteramos que mamá y papá estaban en otro sitio también lejos de casa, ocultos tras todo lo que estaba sucediendo.
Nos sentamos en el patio trasero de la casa y nos pusimos a mirar el exterior, hasta que, vimos una nube de esas que anuncian una tormenta en camino. Pero esa nube... era algo rara, parecía una nube de color verde. Eso si que era raro. Luego cambiaba al color azul, gris, blanco... todo parecía raro. De repente, una extraña criatura salió de la nada. Nos asustamos mucho, tenía una cola tan larga como el corredor de una casa grande, una cabeza muy grande y venía haciendo un ruido como estruendo.
Estaba lejos, pero se venía acercando poco a poco; despacito, tan despacito que parecía que se iba a tardar demasiado en llegar a chocar con la reja que estaba en aquel patio.
Aquí había algo que no cuadraba. Se supone que en mi cabeza debía llegar un aviso por parte de esas voces robóticas, pero no llegué a escuchar ni la palabra "Peligrum" ni nada parecido, por más que estuviera prestando atención. Nadie sabía que yo tenía esa capacidad de entender las voces en mi interior y darme cuenta que indica peligro a la vista; así que no dije nada, por miedo a que me tacharan de extraterrestre o algo por el estilo... En fin, el rechazo.
Mientras mirábamos al Alter ego, derrepente fui perdiendo peso hasta caer en el espíritu. Apenas escuchaba a Bianca desesperada. Yo, Lorena, podía oír risas malvadas. Luego, apareció rosco bot, quien me habló, diciendo. Ama, ¿Qué te dije yo? A un campo, ¡no a otra casa! Te daré otra oportunidad. Yo te diré por y a donde ir. Al momento, desperté. Me encontraba tirada en el suelo.
"¡Esto es culpa de Oscar! Se supone que le dije perfectamente, que nos íbamos a refugiar a un campo, no a esta mansión extraña cuyo patio trasero tiene 2 casas. ¡Jodes!" Pensaba.
No habíamos ido a aquellas 2 casas, pero el solo hecho de verlas desde donde estábamos me daba escalofríos. Una energía pesada, un mal presentimiento, algo había allí que no me caía bien.
Pero vamos, estaba enojadísima con Oscar; y no solo porque la casa era rara, sino que el dueño, el hombre de unos sesenta años que vimos cuando llegamos, era un... brujo. Un brujo que le hacía el mal a mucha gente que venía a pasear a esta supuesta casa turística. La casa tenía todo lo necesario para una buena estadía, además que se decía era un sitio muy tranquilo hace unos cuatro años, antes de que este hombre la comprara.
Me fui recuperando de a poco. veinte minutos después me levanté, aunque un poco mareada.
Todos estaban asustados a mi alrededor, pero nadie de las casas vecinas corrió a socorrernos, así que entramos a los cuartos y preparamos cada uno nuestras cosas, dispuestos a escapar; no podíamos aguantar más.
Llamé al papá de una compañera de clases que es policía y este llamó a una detective para investigar todo esto. Esa detective en este caso no era mi madre.
Llegó una hora después. Era una mujer de unos veintiocho o veintinueve años, alta, de cabello largo. Venía acompañada de un hombre a quien yo conocí hace años, ya que me dio clases de piano cuando yo tenía unos once.
Les contamos un poco de la historia para que ellos tuvieran una base en qué apoyarse para seguir el caso y, cuando terminamos, nos permitieron irnos ya que iban a investigar ellos.
Yo estaba que ya no quería saber nada con Oscar, pero por otro lado no sabía a quién más llamar para que nos pasara a buscar a esa casa.
Pero de repente... Tuve un presentimiento. Sentí que algo, por no decir todo, se iba a salir de control.
Sonó mi teléfono, el tono de llamada; casi nadie solía llamarme, a menos que se tratara de algo realmente importante. Entonces supe que debía atender la llamada.
—¿Mamá? —dije.
—Hija... Lamento decirte esto, pero tu padre se fue y estoy asustada. Le dije varias veces que no podía irse con el momento que estamos viviendo, con toda esta situación y las cosas que están pasando, pero no me hizo caso. Se fue hace como tres horas y aún no ha regresado...
—¡Mira el lío en el que estamos metidos, y me vienes a llamar a esta hora para asustarme más de lo que ya estoy! ¡Ay, mamá! ¿A caso crees que esto es un maldito juego? —le dije, pero no con la intención de faltarle el respeto, sino de hacerle ver la realidad.
—Cálmate, mi amor. Solo estoy asustada... ¿Y tú, dónde estás?
Le conté toda la historia de dónde estábamos con Bianca y sus sobrinas. No le resté ningún detalle... Desde contarle que hacía unos meses venía escuchando voces en mi cabeza que me indicaban que el peligro estaba cerca, hasta la casa de campo en la que nos alojamos y el dueño de esta.
Me dijo que me quedara tranquila y que ya todo iba a pasar, que muchos besos y finalizó la llamada.
Luego de un rato de pensar y analizar un poco la situación llamé a mi vecina Laura, la del lado derecho de casa, que siempre estaba cuando necesitaba ayuda con algo, o al menos siempre me dijo. si necesitas algo no dudes en consultarme. fue mi último recurso siendo que todos andaban en las suyas en ese momento.
Pero cuando me dispuse a realizar la llamada, mientras esperaba una respuesta, nunca contestó el teléfono; y esto era algo urgente.
Ya no sabía qué hacer, estábamos todas asustadas. Las niñas, al igual que yo se querían ir de esa casa horrible.
En un momento de la noche, sin más alternativa, decidimos quedarnos a dormir.
Como llevábamos toallas y algo de ropa para la estadía, al no saber cuánto tiempo nos íbamos a quedar, preparamos todo, nos duchamos y nos acostamos a dormir siendo la una y media de la madrugada.
Mientras dormía, tuve un sueño raro, mucho más raro que los anteriores. Primero me encontraba en mi casa junto a mamá y mis hermanas, ya que papá estaba trabajando en ese momento. Estábamos disfrutando de una tarde feliz y libre de problemas, tomando un helado, hasta que en un momento del sueño aparecen dos de mis compañeras del colegio. Estaban borrachas, hablaban algunas cosas incoherentes y no entendíamos lo que necesitaban. De pronto, entraron a la casa sin ningún consentimiento de parte de nosotras y una vez que entraron a la cocina, agarraron una botella de cerveza, dos vasos y siguieron bebiendo.
Qué sueño más raro, pensé. Ya cuando el sol salía, decidimos irnos de esa casa caminando. No nos quedaba de otra. Empacamos nuestras cosas, lo cual nos tomó como media hora, para poder salir caminando con los que estaban conmigo. Parecía que no tuviéramos rumbo. Éramos como vagabundos nómades, yendo de aquí para allá cuando caminábamos. Había pasado un cuarto de hora desde que salimos, cuando de la nada, escucho las voces otra vez en mi cabeza. Más tarde, según quienes me vieron, me decían que me quedé como estatua de sal. El robot que me hablaba en español me decía. Ya llegaste. Acampa esta noche aquí.
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hola halo.
hoy vengo con una mini historia. como siempre las tematicas son de regreción y un poco de abdl. pero es lo que me gusta y si no les gusta pues no es mi problema.
no la lean y listo. lo digo para que luego no lleguen los comentarios insultando y criticando. y si es posible algún boludo a saltarme al cuello.
sin mas que desir los dejo con el link.
https://www.wattpad.com/1337899681-daniel-y-el-descubrimiento-de-la-regreci%C3%B3n-y-el
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Cuando no sé qué hacer.
Cuando no sé qué hacer me atrapo; me intento encerrar en mí mismo. Para no dañarte, para no dañarme. Cuando no sé qué hacer me siento pequeñito; cuando no sé qué hacer me siento invisible. Cuando no sé que hacer, debo morirme. Cuando no sé que hacer siento que el mundo se me va desquebrajando poquito a poquito y que las ganas de vivir son algo más que nulas. Cuando no sé que hacer siento que deberías irte, llamarme amigo, mantenerme cerca y llamarme cuando la fiesta se haya terminado. Cuando no sé qué hacer siento que nada es mejor en un buen tiempo; que debería dejarte ir y que deberías dejarme dejarte ir. Cuando no sé que hacer me siento silencioso, como un asesino, en su casa; cuando no sé que hacer me siento ruin, maldito y descarado. Cuando no sé que hacer... siento que todo estaría mejor si no perturbara tu vida, si no te hiciera sentir culpable. Cuando no sé que hacer siento que todo es desesperante, que la vida me juega malas pasadas y que tengo miedo a perderme. Cuando no sé que hacer tomo las tijeras y me las intento clavar en los ojos, a ver si el dolor físico superara aunque sea un poquito, el dolor emocional y por lo menos sepa donde me duela.
Y así voy, poco a poquito, marca por marca, dejando que las tijeras hagan parte de este pequeño omicidio a mi corazón. Cercenando poquito a poquito este ser que late y late; matarlo, y matar con él todas las penas que me atañen. A ver si las tijeras me mataran... ojalá pudieran hacerlo. Lo triste es que no pueden cortar más que lo superficial de mi piel. Todo pasa cuando no sé que hacer. Todo pasa cuando siento que estoy encerrado en esta caja de cristal y que todos ellos están ahí, mirándome, mirándonos. Cuando ninguno de mis yos puede hacer nada para recuperarse y salir a flote. Cuando ni el gato tiene ganas de ser gato, ni nadie tiene ganas de ser nada, mas que formas etéreas del subconsciente humano y dejo que las horas pasen, que griten y griten, sin saber cómo dar una respuesta o explicación coherente a lo que siento.
Lo cierto es que cuando no sé que hacer, cierro los ojos y no respiro. Cuando no sé que hacer, mi alma se aleja paulatinamente de mí y duermo en paz. Cuando no sé que hacer yo no soy yo, ni mi casa es mi casa, porque cuando no sé que hacer, no puedo hacer nada.
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que tal, muchachos! no se si alguien recuerde que, hace un tiempo dije que estaba escribiendo un libro de ciencia ficción. no? incluso compartí un fragmento. bueno, pero el tema es que, no vengo a hablarles de ese título en particular, si no otro,q ue ocmencé en julio del apo pasado. descansé por unos buenos meses, más que nada porque tuve otras cosas en que dedicar el tiempo. total que lo dejé en la página 134 en esos meses. pero, he tenido un arranque insólito de creatividad y, me he puesto a escribir nuevamente. volví a leer el libro desde la primer página, para refrescar la memoria y, en tan solo dos días, dos, no se, si contase las horas, digamos que en 6 horas o un poco más, he escrito 62 páginas más. así que, está casi listo, caballeros! ya tengo todo armao, ahora solo viene la parte que todo buen lector quiere leer. las escenas sangrientas, violentas y llenas de acción! este es un librito policíaco. solo termino uno o dos capitulitos más con un par de cositas que quiero atar, y luego vendría la conclusión. nada, solo quería contarles xd.
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Felicidades, Kaladin!
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Me dieron ganas de revivir esto, ue ya estaba en las profundidades.
Por ahora estoy escribiendo un cuento, pero en algún momento pienso seguir con La ciudad del Caos, que hace casi más de un año que no la retomo. O eso creo...
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Alex el lobo, cuando termines la novela, ¿la podrías pasar por acá? yo quedé enganchadícima si pasas el enlace o lo sigues por acá estaría piola que la continuaras
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guardo hilo
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Bueno, ha llegado el momento que estaban esperando.
¡Por fin, capítulo 16 de la ciudad del caos terminado!
Lo sé, me tardé más de un año en terminarlo, pero como todo escritor tiene sus etapas de dejar de escribir por falta de inspiración o cualquier otro motivo...
Bueno, por acá se los dejo. Espero les guste.
La ciudad del caos
Capítulo 16.
Luego de todas estas cosas, dije. Listo, este es el lugar en el que tenemos que acampar. Desempaquen todo.
Nos pusimos a hacerlo hasta que las maletas quedaron bacías.
Las niñas, al ver que estábamos en el campo, dijeron emocionadas. ¿Una aventura!
Ellas querían caminar por el lugar, así que las soltamos un momento, pero les hablé que no se pierdan de mi vista.
Mientras tanto, Bianca y yo nos pusimos a buscar un lugar indicado para hacer la fogata. De la nada, no muy lejos de las niñas ni de las cosas, me encontré una carpa completamente vacía y algo en mi cabeza me decía que nadie venía a acampar a este sitio. Podía equivocarme un poco o equivocarme por completo en esa teoría, pero no le di mucha importancia y pensé en lo que realmente importaba, tener un lugar donde estar por el momento.
No pasó mucho rato entre que desempacamos y comimos algo, hasta que escuchamos un ruido raro. Esta vez no fui solo yo quien lo sintió. Sonó como algo o alguien cayendo directo al agua. Había un pozo de agua cerca, usado la mayoría de las veces como fuente de entretenimiento los días de calor, así que el ruido no fue descartado porque, por un lado, no hacía calor como para meterse al agua y por el otro, las niñas eran propensas a enfermarse fácilmente debido al asma y alergias.
Pero ellas estaban jugando tranquilamente en otro sitio donde había un poco de sombra y otro poco de sol, así que nos quedamos tranquilas por ese lado.
Pero lo más raro llegó cuando una de ellas encontró un pequeño gato. Parecía estar mojado y temblando.
—¡Tía, quiero ese gato! —Dijo Alondra mientras lo miraba con una carita de ternura.
—No lo sé, mi amor. Este es un tema que deberíamos hablar con tus padres primero, recuerda que están conmigo por este fin de semana. Estamos haciendo lo posible para que esta noche todas podamos volver a casa, ya que mañana hay clases y... —_Dijo Bianca a su sobrina con una sonrisa, pero fue interrumpida por no saber qué otro argumento válido darle.
Pero Alondra no quedó conforme con esa respuesta y estuvo a punto de armar un pequeño gran berrinche porque claro, quería ese gato.
Por otro lado, Jazmín, la mayor de las dos, estaba tan tranquila como si nada. Sabía que su hermana iba a hacer tremendo berrinche porque el gato estaba allí en ese momento, quién sabe cuándo volverían a visitar el lugar y hablar con los padres no serviría de nada si se iba a hablar ya en casa, porque no teníamos señal para recibir ni enviar mensajes por celular.
Pero claro, hay muchos gatos en el mundo y es lo que la niña debería entender. Incluso gatos del mismo color, tamaño, etc. que el que acaban de encontrar.
Bianca y yo ya no sabíamos qué hacer. No estábamos allí por un simple paseo, estábamos para sobrevivir a lo que sea que nos estaba buscando para secuestrarnos y hacernos la vida imposible. Sobreviviendo literalmente a un trauma que estaba en mi cabeza pero que muchos sueños y visiones raras me estaban diciendo que eran cosas verdaderas y sí, estaban sucediendo.
Aunque en realidad, solo Bianca y yo sabíamos de ese don, tenerlo me estaba haciendo literalmente mal... aunque fuera hace poco tiempo que me enteré que lo tengo...
Las niñas no iban a entender que se trataba de algo mío que nos hacía estar aquí, independientemente de que quisiéramos o no. Así que Bianca simplemente les explicó que estábamos resolviendo algo importante y no podíamos irnos.
—Tía, ¿Cómo puede ser que estén resolviendo algo importante mientras estamos en este campo, en una tienda de acampar y con este clima tan lindo? Mejor disfrutemos del campo, la naturaleza, aire fresco y el... Alondra, ¿Qué hiciste con el gato? —Preguntó Jazmín que resultó ser la más inteligente de las niñas y quería que su hermana aprovechara mientras estuvieran allí para estar con aquel hermoso animal.
—Qué pregunta esa, ¿no? Bueno, ya habrá tiempo de saber la verdad, pero aún no es el momento. Lo primero que debemos hacer es ver qué sigue, y Lorena nos lo dirá en cuanto llegue la hora indicada. Por ahora, ustedes disfruten, allí está el gato. Jueguen un rato con esto y disfruten. Nosotras también disfrutaremos, pero estaremos atentas ante cualquier situación, yo, como mayor responsable a cargo de ustedes —Dijo Bianca mientras sacaba unos juguetes para ellas y el gato.
Por un lado me estaba sintiendo apenada, porque sí tenía ganas de disfrutar del paseo al igual que ellas, sin preocupaciones, necesitaba despejarme la cabeza antes de pensar en que era domingo y que al otro día tocaba volver a clases. Pero por el otro, estaba asustada; y demasiado asustada por culpa de un don, maldito como los demonios, que me estaba atormentando y era incontrolable. O al menos incontrolable para mí, que creí ser la única persona que lo tenía.
Pero si a esas vamos, la adolescente tenía razón. Un clima tan agradable que cualquiera vendría sin preocupación alguna a aprovecharlo y disfrutar cada momento del día. Y de la vida también.
Así que nos sentamos en un sitio lo suficientemente cerca para verlas jugar, mientras hablábamos de unos cuantos temas para ponernos al día.
Quise pegarme una pequeña siesta, así que luego de tanta charla de la buena, Bianca quedó a cargo de las niñas mientras que yo me preparaba mi sobre de dormir, que lo había llevado hacía días ya, sabiendo a lo que nos tocaría enfrentarnos.
En eso que conseguí dormirme, tuve un sueño extraño, tal vez más extraño que los anteriores, o menos.
En él, Bianca, sus sobrinas y mis hermanas Aldana y Magalí, y yo por supuesto, estábamos tranquilas, reunidas en casa de Soledad cuando, de la nada, vi descender del cielo una gran pelota, parecía de fútbol. Bajaba lentamente. Sentía que si continuaba, golpearía fuertemente el suelo, así que para evitar tremenda caída, decidí agarrarla, pero cada que la cojía, se iba de las manos, hasta que llegó un momento en el que la pude alcanzar y tenerla.
Pero más raro que el sueño, fue la realidad misma que me envolvió, ya que cuando revisé mi celular para ver la hora (lo había traído entre tantas cosas) eran las 12 de la media noche. Si, ¡era media noche! En ese momento, no sabía si volverme a dormir o no.
Así que decidí comer algo de lo que habíamos traído y de nuevo, me recosté. estuve muy metida en mis pensamientos como hasta las 2 de la mañana y me volví a dormir, esta vez sin un sueño raro.
Pero lo que más me sorprendió al despertarme, fue el que todas me estaban mirando extrañadas a mí, y a sus celulares. La hora estaba pasando más rápido de lo que uno considera normal, literalmente. Cuando pasaba un segundo, se hacían las 10 de la mañana, las 11, las 12...
Literalmente, nunca se había sentido algo así.
De repente algo habló, vaya a saber donde, pero todos lo sentimos. Primero fue pareciendo un sonido de trueno, que le fue bajando a la reberberación, al eco y a la gravedad hasta convertirse en algo entendible. Eran palabras en un idioma extraño, uno que parecía inexistente. Pero extraña e involuntariamente podíamos entender lo que esa cosa decía.
—Bien, qué bueno que ya se despertaron. Pensé que sería buena idea pegarles un susto, ¡muajajajajajaja! Um, mejor no les recomiendo que sepan quién soy, ni de donde vengo, ni por qué no me ven. Solo escuchen mi voz, que suena en todas partes, en cada hectárea de este inmenso campamento. Sí , claro, así siempre fue, por más que solo estuvieran cuatro personas en este lugar. Porque hasta los lobos y el viento me escuchan, y tengo algo demasiado importante que decir.
Primero que nada, deben seguir cada una de las instrucciones que les voy a dar si es que quieren volver sanas y salvas a su casa. Si cometen algún error, no regresarán a su casa hasta nuevo aviso. Ejem, hasta que el tiempo, bajo mi control, vuelva a pasar a la velocidad que lo ehe hecho pasar, se despierten y les diga que deben comenzar otra vez. No se preocupen, mis instrucciones serán algo fácil y algo difícil y las oirán antes del final de cada sueño antes de despertar. Por favor, maanténganse atentas, señoritas. Esperen a esta noche y verán lo que se vendrá.
Por cierto, acabo de regresar el tiempo a la velocidad normal, así que ya pueden hacer todo lo que harán todos estos días. Esta noche recibirán su primera misión y así será por tres días. Si cumplen con todas las misiones al pie de la letra, obtendrán su recompensa. O sea, el regreso a casa. Adiós...
Y así esa cosa solo audible e imaginaria a la vista, se calló. Es decir, se fue. Puede ser que era un dios de alguna extraña civilización que vivieron en este sitio hace siglos, o algún ente parecido a algo que habré soñado alguna vez, pero no recuerdo qué era. Pero esta vez todos lo sentimos, se trataba de la mismísima realidad.
¿Y si tal vez el mundo se estaba volviendo demasiado confuso, al revés y lo que para nosotros parecía la realidad se estaba convirtiendo en sueños y cosas de otro mundo? ¿Y si los sueños eran otra realidad alternativa? Y si el mundo tal como lo conocemos dejó de existir y solo quedamos nosotros, sobrevivientes en pena por una misión de vida sin cumplir o pendiente?
Sea como fuere, todos esos pensamientos estaban inundando mi mente. Estaba demasiado confundida y no lograba pensar en cosas coherentes.
Un rato después de procesar todo esto, me puse a pensar en mis hermanas, que al estar con gente completamente desconocida y quién sabe qué clase de maltrato podrían estar sufriendo. Pero imaginé con toda esperanza, que ívamos a salir de estas, alguien nos rescataría a todos y volvería todo a la normalidad.
Bianca, al verme tan pensativa, me preguntó si habría una forma de deshacer el hechizo que me torturaba y estaba distorsionando todo.
—No lo sé, dudo que exista algo así. Pero espero con suerte que podamos salir, estoy demasiado asustada como para pensar en ideas ahora mismo —Dije mientras sacaba algo de una bolsa.
Exactamente, algo en mi cabeza me decía que había una bolsa con un objeto extraño en mi bolso, así que cuando lo saqué quise ver qué se podía hacer con él.
Desconocía su nombre y su utilidad, pero tenía una forma cuadrada, un botón en el centro y algo así como una luz amarilla que encendía, perosolo encendía en situaciones de peligro.
No sé dónde lo habré encontrado, pero no fue en casa; pero, ¿y si fue en la casa del brujo donde pasamos la peor tarde de nuestras vidas?
Las niñas, al verme sacar el objeto, se sorprendieron.
—¿Para qué sirve esto, Lorena? —Me preguntó Jazmín.
—Ni yo lo sé, solo lo encontré de casualidad por ahí. No recuerdo bien dónde, pero creo tener una idea sobre algún lugar probable donde apareció —Le dije.
—Ah claro, creo que vi algo raro el día que te desmayaste en la casa donde nos dejó tu primo el otro día, tal vez algo te poseyó, tu cuerpo físico cayó en un estado incontrolable y bueno, tal vez del estado en el que estabas, el ser, demonio o lo que te controlaba, en tu cuerpo tomó el objeto y lo metió en una bolsa y anda a saber cómo esa bolsa apareció en tu mochila —Siguió Alondra, a quien le encantaba ver cosas de terror teniendo solamente diez años. Simplemente, no supe qué responder.
Mientras hablábamos, de la nada, el objeto empezó a brillar, pero con una luz verde. Luego, comenzó a moverse y, unos segundos después, habló con una voz que a mí me parecía muy familiar.
—¡Ama! Me recuerdas?
—¡Rosco! ¿Cómo no acordarme de ti! La verdad no entiendo cómo apareciste, este objeto raro jamás lo había visto, tampoco supuse que un robot armado por mí podía caer en manos equivocadas.
—La realidad, querida ama, es que cualquier cosa puede caer en manos equivocadas y terminar como terminé yo. Verás, el brujo que conoce a tu primo Oscar les tendió una trampa, y déjame contarte todo desde el principio.
El profesor de informáticas con el que trabajaste para mi fabricación era un traficante de cosas tremendo. Durante la exposición, varios maestros se acercaron para ver el producto final; para verme a mí. Pero nadie sabía lo que vendría después. El profesor llamó a un alumno estrella de otro grupo, lo sentí todo, por más que dijeran que los robots no sentimos nada. Pude escuchar al alumno decirle al profesor: "Tenemos que hacer algo con este robot. Así que a mi cuerpo metálico le inyectaron vaya a saber qué, lo encogieron, transformándolo en este objeto que tienes ahí. Y aquí estoy yo, de todos modos. Cuando sentí lo del peligro y las misiones a las que se están por enfrentar, quise esperar a que llegara la oportunidad. Sentí que sacabas el objeto de tu bolsa y cuando la luz brilló de un color verde, significó que ya era hora de mi actuar. Y aquí estoy, mi querida ama, leal a todo lo que me es leal a mí. Gracias por rescatarme del brujo, del alumno estrella.
Rato después, Rosco nos indicó un modo de salir de estas para volver pronto a casa, indicándonos que sería poco probable que saliéramos vivas si resolvíamos la misión de la cosa misteriosa.
Además, me mostró que el don de detectar el peligro a base de voces en mi cabeza y alertas en sueños no era malo, sino algo que podría prevenir muchas cosas en algún momento de mi vida.
Al llegar a casa rescatadas por un helicóptero de la policía, vimos a Aldana y a Magalí que bajaban de otro, junto con mamá y papá. Me alegró saber que juntos pudimos salir de una situación que de no haber sido por Rosco, nuestro guiador y salvador, se habría convertido en una tragedia.
Luego de todo esto, y ya en casa, me fui a mi cuarto a alistarme para mis clases, no sin antes guardar a Rosco en mi cajón secreto. Lo que parecía algo maldito para mí, se transformó en una bendición.
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Ultima edizione da Maldita-Nerea , 21.04.2024 20:51:25
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