Hola! Bueno, trataré de ser lo más objetivo posible con este tema, que la verdad, y aunque no lo parezca, tiene muuuucha tela para cortar.
En primer lugar, debo decir que a mí, muy personalmente, el reggaetón y el trap actuales, modernos y-o comerciales no me gustan; porque yo soy de esos que disfruta una letra con lírica cuidada. No obstante, no por ello me voy a aventurar a catalogarlos como basura, porquería y demás peyorativos.
Es cierto, los dos géneros citados anteriormente son misóginos, despectivos y con lírica supremamente mediocre; pero eso sólo si lo parangonamos, por ejemplo, con una canción romántica. Recordemos que debemos ponernos en el contexto en que estos géneros han sido pensados. Si nos animamos a hacer el ejercicio, concluimos que han sido diseñados para ser bailados en una discoteca, misma en la que hay un montón de jóvenes aburridos de su vida, que no quieren saber nada de la tarea que tienen que entregar para la siguiente semana, los que probablemente, tengan unos padres horrendos, o que simplemente, lleven una vida del carajo. Lógicamente, querrán escaparse de esa realidad, y un ambiente atestado hasta los topes de otros jóvenes que sólo buscan divertirse, les ofrece esa oportunidad. No tienen a adultos diciéndoles qué hacer, cómo hablar ni recordándoles sus responsabilidades. Sólo a un joven más que les dice: baila, muévelo, vente pacá, ETC. No tienen a nadie que les critique, ni que los juzgue, ni que los fastidie, ni que los cermonee, ni que les grite. Sólo son ellos, pasándosela chévere, y ya. Obviamente, en esas condiciones tan prendidas, hasta el más purista querrá abandonarse a la diversión. Y si a esto le añadimos que en las discotecas suelen mezclarse bebidas con drogas, pues tenemos la receta perfecta para que cualquier letra, así sea paupérrima, pueda colar y ser un exitazo rotundo.
Esto lo saben bien los productores e ingenieros tras los temas que son exitazos comerciales. Ellos no buscan que un tema envejezca como lo haría uno de Queen, por ejemplo; sólo quieren darle material a las discotecas y radios para seguir enganchando más y más jóvenes. Todo esto lo hacen, básica y resumidamente, porque así se ganan el pisto, y es mucho, mucho, muuucho pisto el que fluye con esos temas. Y bueno, recordemos que vivimos en un mundo donde cuantos más papelitos verdes tengamos, más importantes y poderosos somos; y a esos productores les conviene.
Obviamente, no estoy diciendo que a todos los que les gustan el reggaetón y el trap, son unos discotequeros con una vida del orto; sólo digo que ese es el target al que apuntan estos géneros. Además, si nos detenemos a pensarlo bien, las letras nos venden una vida falsa, absurda y sólo posible si eres el niño de papi millonettas. Pero eso es, precisamente, uno de los motivos que los hacen exitosos.
Habrá quienes sólo les guste porque les hace bailar; pero nuevamente, es uno de los objetivos que se pretende alcanzar con ellos.
Pero... Pero... ¿Y el autotune? ¡Por qué les ponen autotune! ¡Eso no es cantar! ¿O sea que cualquier tarúpido puede venir, cantar tontera y media frente a un micro, afinarse, y aún así se hará famoso? Todo mi entrenamiento vocal a la basura...
A ver, vamo a calmalno. Si lo analizamos en un contexto social, tristemente recompensamos a los mediocres; pero ojo, que no es nuestra culpa, sino que es fruto del estilo de vida subdesarrollado que muchos países suelen tener; sobre todo, en Latinoamérica. ¿Cómo así? Imaginemos por un momento que no tenemos las facilidades de las que gozamos. Ahora, viene alguien y nos pone un tema de rock en el que un man canta sobre... Qué sé yo... Guerras entre elfos y gigantes. Luego, nos ponen un tema de reggaetón, más sencillo, asimilable y sin tanta metáfora, en la que un man presume sobre sus carros, mujeres y dinero. Ese sí que será un ejemplo al que quisiéramos copiar.
Afortunadamente, esto no es tanto así; porque existen quienes pese a su realidad, buscan entretenerse con otras cosas: cantar, hacer deportes, leer, escribir, ETC. Entonces ahí es cuando descubren el gusto por otros géneros.
Volviendo al tema del autotune, existe un efecto muy curioso en los animales llamado estímulo supernormal. Básicamente, si nos ponen a un humano cualquiera vs un humano perfecto, con rasgos faciales bien definidos, ejercitado, marcado y mejor que el promedio, nos decantamos por este último; simplemente porque nos despierta más que el humano normal. Sólo fijémonos en los dientes de las personas que han llevado frenillos. La naturaleza no puede crear cosas así de perfectas; pero eso nos encanta. Por el mismo motivo, las revistas donde hay modelos muy delgadas pero con tremendos atributos, venden un montón, aunque todos sepamos que han sido fotoshopeadas hasta los cabellos, literalmente.
Extrapolemos este concepto a la voz, y ahí tenemos el por qué mola tanto una voz afinada. Un humano no puede sonar tan exacto, tan correcto ni perfecto. Pero a nuestro cerebro le encantan las simetrías; y una voz perfectamente afinada, las tiene con creces. De ahí que no pocos géneros se valgan de elementos afinadores para perfeccionar a sus cantantes; aunque terminen sonando irreales.
Ya para culminar, decir que el reggaetón y el trap son misóginos, que incitan al sexo así porque sí y todo lo que se les achaca, es cierto; pero también conviene recordar que no son ni de lejos los únicos. El rock también padeció esas cosas, algunos subgéneros de la música norteña también, el rap, la salsa... En fin, que prácticamente no hay género que se libre de haber caído en esas cosas. Que con los dos que ahora nos incumbe se note más, ese ya es otro rollo; pero no son sólamente ellos.
Tengo más opiniones al respecto, pero francamente, no sé si valga la pena vertirlas por acá. De mi parte, hasta aquí mi intervención.
Sólo quiero aclarar que esta es mi opinión. No estoy intentando convencer a nadie, ni que a los que les guste Bad Bunny, automáticamente vayan a escuchar WarCry. La música es libre, y cada quién escucha, canta y baila lo que se le pegue en gana. Dejémosla ser libre, que ya bastante tenemos con la tontería esta de las fronteras físicas que nos inventamos, con el chistecito ese que llamamos países. Pero en fin. ¡Un gran abrazo!