Igual... pq hacer capítulos de ese estilo? es mi opiñón, ojo. pero... no tiene mucho sentido dedicarle un capítulo a el pive despertándose simplemente. ba, así siempre pensé yo. no sé ustedes...

estava medio al pedo. por eso ese capítulo.
no hera para incluirlo en la historia pero bueno.
ya está echo.

posteo!

En una noche oscura y tormentosa en el pasado de Hogwarts, la figura fantasmagórica de Salazar Slytherin se materializó en la Cámara Secreta. Las serpientes esculpidas en las paredes parecían cobrar vida mientras el fundador de la Casa Slytherin contemplaba el interior de su creación. En ese momento, Tom Riddle, un joven ambicioso y astuto, entró en la cámara, guiado por su búsqueda de poder.
Slytherin, envuelto en sombras y misterio, miró fijamente a Riddle con sus ojos penetrantes. "¿Eres tú, mi heredero?", resonó la voz del fundador en la cámara, llena de una antigua solemnidad.
Tom Riddle, impresionado pero sin mostrarse intimidado, inclinó la cabeza en señal de respeto. "Sí, maestro Slytherin, soy Tom Riddle. He venido en busca de la herencia y el conocimiento que has dejado atrás".
Salazar Slytherin sonrió, un gesto sutil pero lleno de satisfacción. "Te he estado observando, Tom. Veo en ti la astucia y la ambición que siempre he valorado en mis herederos. Pero también veo la oscuridad que alberga tu corazón".
Riddle, sin inmutarse, miró fijamente a Slytherin. "La oscuridad es solo una herramienta, maestro. Una herramienta que usaré para purificar esta escuela y restaurar la grandeza de la sangre pura".
Slytherin asintió, evaluando las palabras de su heredero. "La pureza de la sangre es importante, pero debes ser cauteloso. La verdadera grandeza viene no solo de la sangre, sino de la sabiduría y la perspicacia".
A lo largo de la conversación, Slytherin compartió conocimientos oscuros y secretos ancestrales con Riddle. Le habló de artefactos mágicos ocultos, de serpientes con dones especiales y de la importancia de la lealtad en la consecución de sus objetivos.
Riddle, ansioso por absorber todo el conocimiento que le ofrecía su venerado antepasado, prometió honrar la herencia de Slytherin y llevar a cabo sus deseos. Slytherin, satisfecho, le advirtió sobre los peligros que enfrentaría y la importancia de elegir sus aliados sabiamente.
A medida que la figura de Slytherin se desvanecía en la oscuridad, Riddle quedó solo en la Cámara Secreta, lleno de nuevas ambiciones y el peso de una herencia que lo definiría en los años venideros. La alianza entre Salazar Slytherin y Tom Riddle marcó un capítulo oscuro y significativo en la historia de Hogwarts y el mundo mágico.

Capítulo 23: Un Nuevo Día en la Escuela
Andy: Después de hablar con mi madre sobre mi inquietante sueño, me dirigí al baño para prepararme para otro día de escuela. Minutos después, ella entró con mi uniforme en la mano y me pidió que me acostara un momento en la alfombra.
Mamá: A ver, hijo, acuéstate un momento, por favor.
Andy: Hice lo que mi madre me pidió y me tumbé en la alfombra. Con un movimiento rápido, me quitó el pañal que ya me estaba incomodando y me ayudó a ponerme mi ropa interior.
Mamá: Bien, hijo, ya puedes levantarte.
Andy: Me levanté y, en ropa interior, mi madre, con un gesto rápido, me vistió con el short y el buzo de la escuela.
Mamá: Listo, ahora vamos a desayunar.
Andy: Nos dirigimos a la cocina, donde disfrutamos de un delicioso desayuno. Después de terminar, mi madre me recordó que era hora de ir a la escuela.
Mamá: Bien, es mejor que nos vayamos a la escuela. Ve por tu mochila y tu bastón.
Andy: Sin embargo, en ese momento, le pedí un favor especial a mi madre.
Mamá, ¿puede venir Roki?
Mamá: Está bien que venga, pero tendrá que esperar en la entrada y se irá conmigo, ya que no permiten animales en la escuela.
Andy: Fui a buscar mi mochila, mi bastón y mi celular, y al pasar junto a la cama de Roki, le dije emocionado.
Andy: Roki, ven con nosotros.
Roki movió la cola emocionado, y luego me acerqué a mi madre con Roki siguiéndonos de cerca.
Andy: Listo, mamá.
Mamá: Bien, espera un momento mientras le pongo el arnés a Roki, y nos iremos.
Andy: Mi madre con cuidado colocó el arnés en Roki, y luego los tres salimos de casa, en dirección a la escuela.
Fin del capítulo 23.

No dale amigo pero no podés hacer un capítulo sobre cómo tiene una pesadilla, otro sobre como se despierta, otro sobre cómo invita al perro a la escuela onda hacelos más largos por favor te lo pido no me pongás loco

Capítulo 24: Un Nuevo Comienzo en la Escuela
Andy: Mi madre y yo, junto con Roki, nos dirigimos a la escuela. Yo caminaba con mi bastón, pero Roki también estaba a mi lado, siendo mi fiel compañero en el camino.
Minutos después, llegamos a la escuela, y para mi sorpresa, Jesús y su madre ya estaban allí, madrugando más que nosotros.
Andy: Jesús, ¿cómo estás?
Jesús: Hola, Andy, estoy muy bien. ¿Esta es tu madre?
Andy: Sí, permíteme presentarlos.
Jesús: Hola, señora, soy Jesús.
Mamá: Hola, Jesús. Yo soy la mamá de Andy, así que tú eres su amigo.
Jesús: No, solo soy su compañero de clase. Todavía no somos amigos.
Mamá: Ah, entiendo. Pero estoy seguro de que muy pronto se harán amigos.
Jesús: Sí. Y una pregunta, Andy, ¿ese perro es tuyo?
Andy: Sí, es Roki, mi perro guía.
Jesús: ¡Ah, qué lindo! Pero mejor no me acerco.
Andy: ¿Por qué, Jesús? No es malo y no muerde.
Jesús: Yo conozco a los perros guía y, si se dejan acariciar y mimar por otros, se encariñan con esa persona y son capaces incluso de abandonar a sus dueños.
Lucía: Podría dejar a Jesús con ustedes, tengo que irme a trabajar y se me hace tarde.
Mamá: Claro, señora. Vaya tranquila, yo me encargo de Jesús y de mi hijo.
Lucía: ¡Muchas gracias!
Andy: Cinco minutos después, sonó el timbre para entrar a clases, y vi cómo Roki se alejaba y me miraba desde la entrada del portón, moviendo la cola.
Mi madre, Jesús y yo entramos en la escuela y nos dirigimos al salón. Al llegar, mi madre nos dijo:
Mamá: Bueno, chicos, yo aquí los dejo. Nos vemos en la salida, hijo. Y toma tu plata para la merienda, hijo.
Andy: Gracias, mamá. En ese momento, vi cómo Jesús revisaba sus bolsillos en busca de algo y luego dijo:
Jesús: ¡Rayos, mi madre se fue sin entregarme la merienda!
Andy: En ese momento, mi madre intervino y dijo:
Mamá: Espera, Jesús. Toma 30 dólares. Es todo lo que tengo.
Jesús: Gracias, señora.
Mamá: Bueno, ahora sí los dejo, chicos. Nos vemos luego.
Fin del capítulo 24.

vi este hilo y el q mas postea no puede postear, asique por si fuese necsario...

pará, seguro se está cambiando los pañales tirado en la alfombra.

ja, ja,ja, muy chistoso xd, bueno antes de irme a mimir les publico el siguiente capítulo, y como dije en mi comercial de cocacola. disfrútalo,
Capítulo 25: El Diseño de la Bandera Escolar
Andy: Jesús y yo entramos a clases como cualquier otro día, sin imaginar lo que estaba por suceder. Minutos después de haber empezado la clase, una señora entró en el aula, y ni Jesús ni yo la conocíamos.
Profesora Sánchez: Hola a todos, mi nombre es María Sánchez, pero pueden llamarme Profesora Sánchez, y yo estaré a cargo de la clase de Ciencias Sociales.
Andy: Después de esta breve presentación, la profesora comenzó a escribir algunos trabajos en el pizarrón.
Profesora Sánchez: Vamos a comenzar con un ejercicio creativo. Deben crear una bandera para la escuela.
Andy: Todos sacamos nuestros marcadores de colores y empezamos a dibujar. Yo, para mi bandera, decidí dibujar un rectángulo de color celeste. En el centro de este rectángulo, plasmé un sol radiante de color amarillo. En la parte inferior, escribí las iniciales de la escuela, E, R, D, S, y justo debajo de las iniciales, añadí el texto "Escuela Rayo de Sol". Más abajo, agregué la frase "Una escuela llena de oportunidades".
Andy: Listo, profesora, he terminado.
Profesora Sánchez: Muy bien, Andy. Vamos a ver cómo te quedó.
Andy: La profesora estudió detenidamente mi dibujo y luego exclamó emocionada.
Profesora Sánchez: ¡Esto es increíble, Andy! Te mereces un 9. Definitivamente, enviaré esto a la directora. Será el diseño oficial de nuestra bandera escolar, ya que no teníamos uno antes.
Andy: En ese momento, Jesús habló y mostró su dibujo.
Jesús: Profesora, yo también he terminado. Miren.
Profesora Sánchez: Pero, Jesús, esto parece una copia del trabajo de Andy.
Andy: Oye, ¿qué estás diciendo, Jesús?
Jesús: No, profesora, mire detenidamente. Justo debajo del sol, hay dos herramientas, un bastón y una silla de ruedas. Se me mezcló todo.
Profesora Sánchez: Ahora entiendo, Jesús. Bueno, enviaré ambos diseños a la directora para que decida cuál será la bandera oficial de la escuela.
Andy: Después de resolver el malentendido, la clase continuó con normalidad hasta que, 30 minutos antes del recreo, Jesús levantó la mano para pedir permiso.
Jesús: Profesora, ¿puedo ir al baño?
Profesora Sánchez: Claro, Jesús, puedes ir.
Andy: Yo lo acompañaré, profesora.
Profesora Sánchez: De acuerdo, vayan con cuidado.
Fin del capítulo 25.

fav si pensaste que luego viene una escena turbina de como andi le cambia el pañal a Jesús o hacen un evento raro de tratar de hacerlo en simultáneo.

Estás hecho mierda. Yo pensé en la discriminación que supone que las mejores banderas de la clase (y las únicas) sean las de los 2 únicos discas del curso. #volvéTiago #TeNecesitamos #TodosSomosTiago.

No sé quién está peor

Pañales a los seis? y a veces tienes errores de narración, epro bueno, todo bien con la historia jajasjasjajsj

bueno viejo ando con poca creatividad así que no me rompan las bolas.

Venga, que estoy leyendo esta historia desde el cap 23 y sin ofender, creo que 15 capítulos para un texto literario del tipo hacen tranquilamente uno solo, lo digo desde mi ignorancia; y, esto si será creado por Chat GPT?, o será una creación híbrida entre un humano y un modelo de lenguaje como este?

el texto lo escribí yo. chat gpt lo transformó en historia.

esta historia está basada en el juego the last crusade, traducido por oriol Gómez.
THE LAST CRUSADE

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Capítulo 1: El Llamado de Cascata

Bajo un cielo crepuscular, el pueblo de Cascata se extendía serenamente al pie de las colinas de Eldoria, la montaña más alta de todo el reino de Vaisara y que muchos consideraban sagrada. sus casas de piedra y madera esparcidas como piezas de un juego olvidado por gigantes. Las calles, usualmente llenas del bullicio de comerciantes y niños jugando, estaban ahora inusualmente silenciosas, como si el pueblo entero contuviera la respiración.

En el centro del pueblo, la taberna de "El Ciervo y la Cerveza" era el único lugar que desafiaba apenas el silencio impuesto. La luz cálida de las velas se filtraba por las ventanas empañadas, y desde dentro, las risas y el sonido de la música luchaban contra la quietud de la noche.

Dentro de la taberna, el ambiente era un auténtico contraste vivido con el exterior. Hombres y mujeres de distintas edades y oficios se reunían alrededor de las desgastadas mesas de madera , compartiendo historias y bebidas. En una esquina, un bardo de pelo canoso, al que todos llamaban Dev, entonaba una balada antigua, su voz resonando con un timbre que hablaba de años en los caminos y noches bajo estrellas desconocidas. Era el mejor bardo de todo el pueblo, aunque se había buscado varios problemas con otros compañeros de oficio en tiempos pasados, tiempos mozos como él solía llamarlos. Una vez, en que retó a un bardo de otro pueblo que venía de pasada a un duelo de coplas por unas quinientas monedas de oro, cometió la equivocación de añadir más versos de la cuenta en su balada. Dijo que "las baladas que otros bardos cantaban sobre los escarceos amorosos de su madre se contaban por millares a lo largo y ancho de Vaisara, y que se contarían por mil más cada segundo que él cantara". No solamente se llevó un abucheo general, ya que como honorables músicos estaba prohibido mentar a la familia y el honor del contrario en un duelo de coplas, sino que el otro bardo le propinó un certero golpe con su lira en el lado izquierdo de la cabeza que le dejaría una protuberancia de tamaño algo mayor a una uva. Algunos niños lo adoraban, otros se burlaban de él llamándole caraúva o cosas parecidas, pero él amaba a su pueblo por igual y cantaba las noticias y muchas baladas de su puño y letra para amenizar y entretener a quien desease su compañía.

Al fondo, apartado de los demás, se encontraba Aelar, un joven con el rostro marcado por cicatrices recientes. Sus ojos, de un azul profundo como el océano en tempestad, se perdían en las llamas danzantes de la chimenea. Aelar era conocido en Cascata no solo por su habilidad con la espada, sino también por el misterio que lo rodeaba. Huérfano desde joven, había sido criado por Ion Vent de Cascata, el herrero del pueblo, un hombre de pocas palabras pero gran corazón. Si bien no había podido darle su apellido, ya que él no tenía hijos y su esposa se había fugado quién sabe dónde hace muchos años, le había prodigado comida, un techo sobre su cabeza y, sobre todo compañía y lealtad, algo que ambos necesitaban. El viejo Vent lo acogió como si fuera un hijo suyo, y cuando el chico comenzó a crecer, le entrenó él mismo con la espada. “¿Qué sería de un herrero si no supiese manejar ni las propias espadas que fabrica?” Le dijo una vez mientras entrenaban. “Sería como si Dev Caraúva no supiera afinar la lira que tañe, o como si los sanadores improvisasen con las hiervas sin ton ni son”.

Esa noche, la atmósfera en la taberna cambió abruptamente cuando la puerta se abrió con un chirrido, dejando entrar un viento frío y una figura encapuchada. Los murmullos cesaron y los ojos de todos los presentes se dirigieron hacia el recién llegado. Era alto y delgado, envuelto en una oscura capa reforzada de piel de serpiente que apenas ocultaba la espada que colgaba a su lado. Con pasos medidos, se acercó al mostrador, pidiendo en voz baja una habitación para la noche.

Aelar observó al forastero con cautela. Había algo en su presencia que despertaba una sensación de inminente peligro. Sin embargo, la curiosidad venció al instinto, y el joven guerrero decidió acercarse.

"¿De dónde vienes, forastero? No es común ver caras nuevas en Cascata", preguntó Aelar, apoyándose en la barra junto al hombre encapuchado.

El forastero se volvió lentamente, revelando bajo la capucha un rostro curtido por el sol y surcado por cicatrices de batalla. Sus ojos, de un gris penetrante, se fijaron en Aelar.

"Vengo de tierras lejanas, joven guerrero. Busco a aquellos con el coraje y la habilidad para enfrentar una oscuridad que amenaza no solo a Cascata, sino a todo el reino de Vaisara", respondió con una voz que resonó con urgencia.

Aelar sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras del forastero evocaban rumores y susurros que habían circulado en el pueblo durante semanas: habladurías sobre un mal creciente en las tierras del norte, sobre aldeas desoladas y un rey oscuro que extendía su sombra sobre el reino.

"¿Qué clase de oscuridad es esa?" preguntó Aelar, su voz tensa por la inquietud. "¿Y cómo es que un solo hombre ha podido hacerle frente para llegar hasta aquí?"

El forastero se inclinó hacia adelante, su mirada intensa, fija en el joven Aelar. "No soy solo un hombre, soy un mensajero del rey Vaisara. Y el mal que enfrentamos no es de este mundo. El rey Lasarus, con sus artes oscuras, ha desatado una fuerza que podría consumirnos a todos. Nuestros mejores guerreros han caído, y ahora buscamos a aquellos valientes o desesperados suficientes para unirse a esta última cruzada."

Aelar se quedó sin palabras. La idea de unirse a una batalla tan monumental era tanto aterradora como emocionante. Era lo que había soñado desde niño, una aventura que le diera sentido a su vida de lucha y pérdida. Pero también sabía que podría ser un camino sin retorno. ¿Qué sería del viejo Vent, que tanto le había dado? ¿De toda la gente que quedaría atrás? ¿De la preciosa Allie Cense, hija de Wayne y Taylor Cense, dueños del banco del pueblo a quien él secretamente amaba y cuyos padres ni en broma iban a dejar que se casase con él? Había que dejar todo ello atrás. Él tenía que forjarse un destino. “Avanzar pero no olvidar” decía el viejo Vent.

"¿Y por qué debería creerte? ¿Por qué debería unirme a tu causa?" cuestionó Aelar, su escepticismo luchando contra el creciente deseo de aventura.

El forastero sonrió levemente, como si esperara esa pregunta. "Porque, Aelar de Cascata, en tu corazón sabes que esta es la oportunidad para la que has sido forjado. Para ser más que un simple guerrero de un pueblo olvidado. Para ser parte de algo más grande."

En ese momento, algo dentro de Aelar resonó con las palabras del mensajero. Sabía que esta era una encrucijada en su vida, un punto de no retorno. Con un suspiro, asintió lentamente.

"Te escucho, mensajero. Dime más sobre esta cruzada."

El hombre extrajo un pergamino gastado de su capa y lo extendió sobre la barra. El mapa mostraba el reino de Vaisara, con sus bosques densos, montañas escarpadas y el ominoso castillo de Lasarus en el norte.

"La tarea no será sencilla", comenzó el mensajero. "Deberás atravesar tierras peligrosas, enfrentarte a criaturas corrompidas por la oscuridad de Lasarus, y descubrir secretos que han sido enterrados en las profundidades de este reino."

Aelar estudió el mapa, sus dedos recorriendo las rutas y los nombres de lugares desconocidos. Sentía una mezcla de temor y asombro. Este era un mundo más allá de su pequeño pueblo, un mundo que estaba a punto de explorar.

"¿Cuándo partiríamos?" preguntó Aelar, alzando la vista hacia el mensajero.

"Al alba. El tiempo es esencial, y cada día que pasa, el poder de Lasarus se fortalece", respondió el mensajero, enrollando el pergamino y guardándolo de nuevo en su capa.

La decisión estaba tomada. Aelar pasaría su última noche en Cascata, no como un huérfano sin rumbo, sino como un guerrero en el umbral de una gran aventura. La posibilidad de cambiar su destino y quizás, el de todo el reino, yacía ante él.

Mientras la noche avanzaba, Aelar se alejó silenciosamente de la taberna y caminó por las calles de Cascata, contemplando la vida que estaba dejando atrás. Cada paso resonaba con los ecos de sus recuerdos: el fragor del yunque del herrero, las risas de los niños en las plazas, los atardeceres dorados sobre los campos. Pero una nueva llamada ardía en su pecho, una llamada a lo desconocido, a la oportunidad o desventura de convertirse, él mismo, en una leyenda.

Austin Santos, más conocido como Arcángel, era un joven cantante puertorriqueño que había conquistado el corazón de miles de fans en todo el mundo con su música urbana. Sin embargo, a pesar de su fama y éxito, siempre había sentido un vacío en su vida amorosa.

Un día, durante una gira por México, conoció a Angie, una hermosa chica mexicana que trabajaba como bailarina en un club nocturno. Desde el momento en que sus miradas se cruzaron, ambos sintieron una conexión instantánea.

A pesar de las diferencias culturales y la distancia entre Puerto Rico y México, Arcángel y Angie comenzaron a salir juntos. Pronto descubrieron que tenían mucho en común, incluyendo su pasión por la música y el deseo de encontrar el amor verdadero.

A medida que su relación crecía, Arcángel encontró en Angie la inspiración para componer algunas de sus canciones más románticas y sinceras. Por su parte, Angie se sentía profundamente enamorada de este chico carismático y talentoso que había entrado en su vida de la manera más inesperada.

A pesar de las dificultades que enfrentaban debido a sus carreras profesionales y la distancia entre sus países, Arcángel y Angie se comprometieron a luchar por su amor. Viajaban constantemente para verse, aprovechando cada momento juntos para fortalecer su vínculo y mantener viva la llama del amor.

Finalmente, después de un tiempo, Arcángel decidió mudarse a México para estar más cerca de Angie. Juntos, construyeron una vida llena de amor, música y felicidad, demostrando que el amor puede superar cualquier obstáculo.

Y así, el chico de Puerto Rico llamado Austin Santos y la chica mexicana llamada Angie vivieron felices para siempre, inspirando a sus fans con su historia de amor verdadero y eterno.

Aviso: Esta historia en absoluto debería ser tomada en serio. Su única finalidad es entretener, y si te consideras una persona sensible a ciertos temas, queda a tu criterio decidir leerla o no.
Título: "Las Aventuras Náuticas de los Pescadores Sonorenses: Una Odisea en Volibia"
En un pequeño pueblo pesquero en Sonora, México, un grupo de pescadores decidieron que la rutina diaria de lanzar redes en el Mar de Cortés ya no era lo suyo. ¿Qué tal si probaban suerte en tierras lejanas? Y así, con la confianza de quienes han pasado demasiado tiempo bajo el sol y las miradas de peces desconfiados, se lanzaron a la odisea de sus vidas: ¡viajar hasta las costas de Volibia!
Con sus redes, barbas desaliñadas y un sentido del humor que rivalizaba con el mejor stand-up, estos sonorenses abordaron un barco que más parecía un refugio antitemblores. Mientras la luna se burlaba de sus sueños marinos, zarparon hacia las aguas inciertas de Volibia.
Capítulo 1: "¡Barcos, Arenas, y Lamentablemente, no Tequila!"
Al llegar a Volibia, los pescadores se dieron cuenta de que, lamentablemente, no habían empacado suficiente tequila para lo que les esperaba. A lo lejos, vislumbraron un puerto repleto de barcos que parecían sacados de una película de piratas. La bienvenida no fue tan cálida como esperaban.
Capítulo 2: "Cuando el Pescado se Ríe de Ti"
Decidieron probar suerte en la pesca local. Sin embargo, los peces de Volibia parecían más inteligentes que sus contrapartes del Mar de Cortés. Mientras los sonorenses intentaban lanzar sus redes, los peces parecían susurrar entre ellos, burlándose de los pescadores novatos.
Capítulo 3: "Idioma Universal: Pescado y Mímica"
Con la barrera del idioma en su contra, los sonorenses intentaron comunicarse con los lugareños. Sin embargo, las risas se extendían más rápido que la marea. Pronto, la gente de Volibia se unió a sus intentos de pescar y comunicarse, convirtiendo el muelle en un circo marino.
Capítulo 4: "La Gran Huida de las Gaviotas Vengativas"
Tras un día de pescas desafortunadas y comunicación no verbal, los sonorenses decidieron retirarse al barco. Sin embargo, las gaviotas, aparentemente ofendidas por su incompetencia pesquera, se aliaron en una huelga aérea. El único saqueo que presenciaron fue el de sus propias provisiones.
Capítulo 5: "Un Regreso Triunfal... o No"
Después de una semana de desventuras marinas, los pescadores sonorenses decidieron que Volibia no estaba hecha para ellos. Subieron a su desvencijado barco con la cabeza baja y regresaron a casa con historias que no podían contar sin reírse.
Y así, concluye la épica odisea de los pescadores sonorenses en las costas de Volibia. Una experiencia que, sin duda, dejó a todos con un gran respeto por los mares desconocidos, y un aún mayor aprecio por el tequila de casa.

jajajajajajajaja dio mio qué historia nefastamente graciosa.

que pedo con esa historia. jaja al menos que vieran espejismos en bolivia.

hola a todos.
hoy no vengo con el siguiente capítulo de comienza la aventura escolar de andy, vengo a hacer algunas aclaraciónes.
por si no lo savían. el personaje de jesús es una clara referencia a mi persona. pero viendola desde una perspectiva mas joven y su posterior accidente en clase es un echo de la vida real porqué me sucedió en carne propia. pero no fue en la escuela.
fue en la terminal de autobuces. mi madre me fue contando como sucedió todo y como el insencible de mi padre le importava poco si yo estava vivo o muerto y esa reacción de falta de empatía se refleja en tiago.
simple aburrimiento en un mal día. no savía en quien descargarme y lo ise con el pobre tiago xd.
y algunas partes en capítulos anteriores fueron omitidas al publicarlas aquí.
y no estoy completamente seguro si continuar con la publicación de la historia.
talvés lo aga en diciembre. ya que faltan 2 semanas para terminar las claces y ando a full con los trabajos finales.
pero ya tengo escrito y archivado hasta el capítulo 64 creo

El pájaro metálico y el ladroncito

En el mundo de Crazy Party, dos bots de pelea se disputaban el título de campeón. El pájaro metálico, un robot de combate de alta tecnología, era el favorito de las apuestas. El ladroncito, un robot más pequeño y menos poderoso, era el underdog.

El pájaro metálico era un robot imponente. Tenía un cuerpo de metal brillante y alas afiladas. Sus armas eran poderosas y precisas. El ladroncito, en cambio, era un robot más modesto. Tenía un cuerpo de plástico y unas armas más pequeñas. Pero el ladroncito era un luchador astuto y hábil.

La pelea comenzó en un escenario circular. El pájaro metálico se lanzó al ataque, lanzando ráfagas de energía. El ladroncito esquivó los ataques y contraatacó con una serie de golpes rápidos.

La pelea fue muy reñida. El pájaro metálico tenía la ventaja en potencia, pero el ladroncito era más rápido y ágil. La batalla se prolongó durante horas, y los dos robots estaban exhaustos.

Finalmente, el ladroncito encontró una oportunidad. Esquivó un ataque del pájaro metálico y le dio un golpe certero en el pecho. El pájaro metálico cayó al suelo, derrotado.

El ladroncito había ganado la pelea. Era el nuevo campeón de Crazy Party. La multitud enloqueció. El ladroncito había demostrado que, incluso con desventajas, podía vencer a cualquier oponente.

El pájaro metálico fue derrotado, pero no humillado. Felicitó al ladroncito por su victoria y le reconoció su talento. El ladroncito, por su parte, agradeció al pájaro metálico por la oportunidad de demostrar su valía.

Los dos robots se convirtieron en amigos, y siguieron compitiendo en Crazy Party. El ladroncito nunca olvidó su victoria sobre el pájaro metálico, y siempre se esforzó por ser el mejor.

Parte 1: La Calle Orco y el Asesino de la Motosierra
En los oscuros callejones de la Calle Orco, donde la luz apenas se atrevía a filtrarse entre los edificios decrépitos y abandonados, vivía un misterio mortal. Un asesino siniestro, siempre oculto en las sombras, acechaba a sus víctimas con una motosierra que susurraba terror en cada rincón. Nadie sabía quién era ni por qué había elegido ese lugar para sembrar el pánico.
La Calle Orco, a pesar de su nombre, no era habitada por seres fantásticos, pero su decadencia la hacía parecer un reino olvidado. Edificios desmoronados, ventanas rotas y murmullos inquietantes llenaban el aire. Las luces titilaban débilmente, apenas iluminando el camino tortuoso por el que pocos se aventuraban.
El asesino, siempre en las sombras, se movía con la gracia de un espectro. Nadie lo veía, pero todos sentían su presencia. Un susurro tenue, casi inaudible, acompañaba sus pasos sigilosos.
En una noche envuelta en la oscuridad más densa, dos residentes de la Calle Orco caminaban desprevenidos. María, una anciana de cabello blanco, y Miguel, el dueño del pequeño mercado del barrio, compartían una charla amena. De repente, un sonido metálico rompió el silencio.
"¿Escuchaste eso, María?" preguntó Miguel, mirando nervioso a su alrededor.
"Deberíamos irnos a casa, Miguel. Esta calle no está segura", respondió María con temor en sus ojos arrugados.
Un susurro flotó en el aire: "No pueden escapar".
Los dos amigos, sintiendo un escalofrío en sus espaldas, apresuraron el paso. Sin embargo, las sombras se cerraron a su alrededor, y la motosierra rugió en la oscuridad.
"¡Corran!", gritó Miguel mientras la motosierra cortaba el silencio con su aullido macabro. Pero ya era tarde. Solo se olló el sonido del rugir de la motosierra, y un grito que se escuchó por toda la calle del terror

+1 a este mensaje si querés que se siga publicando la historia de Yisus

pues necesitarán 8000 +1 para que continúe la historia ya que me estoy llendo a paraguay a buscar la manción oculta en la celva de el narco traficante Sebastián Marset,
OK no es mentira xdxdxdxdxdxd

sube el próximo capítulo!

ya dale no quieras más minutos de fama y saca el siguiente cap falopa.

sii sube el siguiente capítulo

La idea no es presionarlo pa que suba un capítulo más. lo subirá cuando pueda. es como todos, tiene sus ocupaciones. así que esperar :)