1. dreico ,
hola chicos, como eliminaron mi tema por ya no ser temporada, creo este, para seguír perturbándolos, como inaguración, con ustedes, Mi horror en La Liberté...
Este relato es fruto de una mente enferma. Debes saberlo antes de
comenzar la lectura. Hace seis meses que estoy con antidepresivos y
antipsicóticos, medicación que más que mejorarme, hace que mi paranoia y
mi dolor aumenten. Mi realidad, mi verdad, es absolutamente
insoportable. Tengo pocos momentos de lucidez, como éste, en los que
puedo escribir. Momentos en los que la ansiedad y la depresión se
sustituyen por un sentimiento de ira que me sobrepasa. Momentos en los
que tengo que cuidarme de mi otro yo. Este escrito me llevó cuatro meses
redactarlo. A lo largo del relato entenderás la razón.
Lo que viene a continuación es mi verdad. En tus manos queda decidir si
este relato es real o si simplemente es una extensión de mi locura.
Debes saber también que esta historia no es apta para gente sensible o
fácilmente impresionable. Todo lo que voy a relatar puede inducir al
lector a cometer mis mismos errores, aunque en mi opinión todo el mundo
debería leerlo. Es algo que nos afecta a todos, nos implica a todos. La
gente debe saber qué es lo que se está cociendo aquí, qué es lo que está
pasando, y hacia dónde nos dirigimos; pues es la única manera de
pararlo, por más doloroso que sea.
Te he advertido, ¿estás decidido a seguir a partir de este punto?
Bien, comencemos.
Desde que era pequeño el mundo de la informática me ha apasionado,
especialmente el mundo de Internet. Para mí era algo increíble y
fascinante que dos personas en extremos distantes del país pudieran
comunicarse en tiempo real sólo a través de un equipo informático. Mi
pasión y mi curiosidad me llevaron a aprender sobre protocolos y
configuraciones de redes, servidores, programación web… hacking.
Pensarás que con esta afición tuve que haber estudiado una carrera de
informática, pero hay algo que me apasiona aún más. El saber, el
conocer, el investigar. El divulgar. Todo esto, junto con mi curiosidad
innata, hicieron que me decantara por el periodismo.
A la hora de preparar mi tesis final, vi la oportunidad de juntar mis
dos pasiones. La idea de la tesis final consistía en investigar sobre un
hecho concreto, tratando de dar una información completa y veraz sobre
el mismo. Sin amarillismo, la pura y simple verdad. Aquellos días estaba
muy de moda el concepto de la Deep Web. La Web profunda, el lado oscuro
de internet. Muchos rumores e historias circulaban sobre la misma.
Pedofilia, asesinos a sueldo, hackers a sueldo, mercado negro de armas,
videos de autopsias alienígenas, documentos secretos del gobierno y un
largo etcétera. La gente estaba fascinada y percibía a la Deep Web como
un lugar oscuro y siniestro, donde lo más horrible del ser humano salía
a flote.
Yo, que presumía de tener un conocimiento amplio sobre internet, sabía
de la existencia de la Deep Web. “Sabía” (y me perdonarás que use
comillas) que ahí abajo no podrías encontrar ningún documento secreto
del gobierno, al menos no así como así. Por tanto, mi tesis vendría a
dar una explicación completa sobre la Deep Web, en la cual además
vendría a demostrar que no era algo tan “chungo” como la gente lo pintaba.
Para ello me propuse investigar y tratar de encontrar la famosa web
francesa La Liberté, una supuesta página alojada en la Deep Web que
tenía un nivel de protección altísimo, tanto que necesitabas una
invitación para entrar. Según la leyenda, en La Liberté podías encontrar
foros de lo más diverso. Desde pedofilia, hasta supuestos documentos con
evidencia que probaría ciertas teorías de conspiración, como los
Chemtrails y los Illuminati.
En realidad, lo que quería demostrar era que dicha web no existía,
tumbando uno de los mitos más populares de la Deep Web. Y de existir,
demostrar que su creación había tenido lugar después de la aparición de
los rumores e historias sobre ella, y que no contenía ningún documento
de interés.
Cada vez que pienso en ello, me dan ganas de llorar.
El primer paso, si existía dicha web, era conseguir una invitación para
la misma. Para ello no tuve otro remedio más que relacionarme con la
gente que accede a este “lado oscuro”. No fue tarea fácil, pues no sólo
debía proteger bien mi equipo, sino entrar en sitios con contenido
delictivo en los cuales dejar rastro podría suponer pena de prisión.
Adopté medidas adicionales para proteger mi privacidad en la medida de
lo posible. Mi objetivo eran los chats de las webs con contenido
pedófilo y snuff, evitando las imágenes y el contenido de las páginas.
Durante meses me fui haciendo conocido en estos sitios, hasta que un día
apareció Grimm.
Grimm era un habitual en uno de estos chats, y alardeaba de tener acceso
a La Liberté. Conseguí ganarme su confianza y su amistad hasta que, al
cabo de un tiempo, accedió a darme una invitación. Entonces pude
confirmar la existencia de La Liberté. Fue una sorpresa mayúscula; como
ya dije, mi intención era tumbar el mito y, por el contrario, lo hice
real. Incluso confirmé que su existencia se originó mucho antes de que
aparecieran los rumores en la web superficial.
¿Si existía La Liberté… qué más existiría?
El concepto de mi tesis cambió radicalmente, como os podéis imaginar. La
Liberté es un foro normal y corriente, con el añadido de que para
acceder a cada subforo necesitas crear un nuevo usuario. El contenido es
tal y como la gente lo describía. Aquí puedes encontrar lo más horrible
y oscuro que te puedas imaginar, también las pruebas a ciertas teorías
conspiratorias. Y aquí comenzó mi decadencia y mi descenso a la locura.
No sé cuántas horas, en cuántos días navegué por el subforo de
conspiraciones. Quedé sumamente impactado con muchas de las
revelaciones; pero lo que más me atrajo fue la conspiración del Proyecto
Monarca.
¿La fascinación por este proyecto fue inducida por un tercero, o
realmente me interesaba este tema? No estoy seguro. No estoy seguro de nada.
El Proyecto Monarca era una continuación del proyecto MK-ULTRA
desarrollado por la CIA, y que supuestamente terminó en la década de los
setenta. La finalidad del proyecto MK-ULTRA era la de conseguir
controlar la mente de la gente a base del suministro de drogas, como
LSD, y la creación de traumas a través del abuso verbal, físico y
sexual, provocando la disociación de la mente del individuo. Cuando las
aberraciones del proyecto MK-ULTRA se hicieron públicas, la CIA dijo
haber terminado con dichos experimentos. Pero mucha gente creía que
simplemente le cambiaron el nombre y lo hicieron más secreto, y
siniestro. A la continuación del MK-ULTRA la llamaron Proyecto Monarca,
o Programación Monarca. Y yo tenía pruebas de su existencia.
No sólo podía probar la existencia del Proyecto Monarca, sino de todo el
complot y conspiración en torno a él, sobre todo en la industria del
cine y la música. Películas desde /El club de la lucha/ hasta /Sucket
Punch/ esconden mensajes sobre la programación monarca, y muchas
estrellas de la música son personas que han pasado por esta
programación. Autómatas humanos, siendo las chicas Disney su máxima
expresión y Lady Gaga la “reina”, por así decirlo. Todos los videos de
Lady Gaga tienen claras referencias a la programación monarca.
Toda la industria del entretenimiento, tomada por estos esclavos, para a
su vez programar a la gente de a pie. El conocimiento que tenía en mi
mano, la información que poseía, podía cambiar el mundo. Podía liberar a
la gente de su “falsa libertad”.
Pero ¿por qué esta información no había salido de La Liberté? Es cierto
que en la web superficial se comentaban todas estas cosas, pero no
pasaban de ser más que rumores realizados por cuatro chiflados
aburridos. En La Liberté había pruebas de todo esto… no lo comprendía.
Pero tanto daba, estaba decidido a sacar a la luz todo ese material.
Fotos, videos, documentos del gobierno… sería un auténtico bombazo.
Entonces entró Grimm en juego de nuevo. Me dijo que el material que se
encontraba en La Liberté era material liberado de otra web, aún más
profunda y secreta, llamada Sion. Para acceder a Sion necesitabas ser
invitado al igual que en La Liberté, y sólo usuarios con acceso a La
Liberté podían serlo… unos pocos elegidos.
Me comían las dudas. Tenía material más que suficiente para provocar una
auténtica revolución, pero si lo hacía, perdería la posibilidad de
acceder a Sion, donde, según prometía Grimm, hallaría información mucho
más impactante que la de La Liberté. A su vez, acceder a Sion implicaba
pasar más tiempo en La Liberté, relacionarme con los usuarios, con el
riesgo que eso implicaba. Ni siquiera Grimm sabía lo que realmente me
traía entre manos, o eso pensaba yo entonces.
La pregunta volvía a mi cabeza, “¿por qué esto no ha salido de La Liberté?”.
Tomé la decisión de llegar hasta el final y tratar de ganarme el acceso
a Sion. Entonces las cosas se pusieron aún más extrañas. Para ganarme la
confianza de toda la gente en La Liberté, tuve que convertirme en un
monstruo. No sólo me centré en comentar en el foro de conspiraciones (de
hecho, esto era lo que menos hacía, como si no tuviera mucho interés),
fingí ser una persona con un gusto hacia la pedofilia y el snuff igual
de extremo que el del resto de usuarios.
Grimm publicaba mucho de este material, que tenía que ver con total
repugna para no desentonar en las conversaciones del foro. No advertí
entonces que aquello parecía una prueba hacia mi persona, pues los demás
usuarios me preguntaban qué me había parecido tal o cual parte, o qué me
había excitado más… Ahora que lo pienso, no comprendo cómo pude estar
tan ciego. Como fui tan soberbio y tan estúpido.
Mi resistencia hacia toda aquella inmoralidad fue creciendo, hasta que
las cosas subieron de nivel. ¿Conocéis la película /A Serbian Film/? Una
de las escenas más polémicas implicaba a un bebe, y ahí lo vamos a
dejar. No tengo fuerzas para describir o nombrar la escena por lo que
es. Los videos que tuve que ver, eran como esa famosa escena… sólo que
en esta ocasión, los bebés no eran muñecos. En algunos videos, la madre
se comportaba como en /A Serbian Film/, en ocasiones incluso participaba
directamente. En otras, chillaba y gritaba tratando de salvar a su
pequeño de… mierda, es que tienen un auténtico mercado negro con esa
basura. Secuestran a mujeres embarazadas, y las… cambian, ¿vale? Y
aceptan lo que les va a pasar a sus niños. Algunas despiertan al final y
se dan cuentan de lo que está pasando; ellas son las que gritan. Pero
ésa no es ni por asomo la regla general. No sé lo que les pasa a los
niños, sólo sé que a la mayoría los dejan vivir, no sé con qué fin. No
me atrevo a imaginármelo.
Tras esta experiencia, padecí unos cuantos días de crisis nerviosas;
pero estaba más decidido que nunca a acceder a Sion, desvelar toda la
información que pudiera y acabar con esa maldita mierda.
Entonces Grimm cambió el contenido de los videos. Durante un tiempo
fueron videos pornográficos normales y corrientes, cosas que cualquier
ser humano normal podría ver. Eso hizo que me tranquilizara un poco.
Luego los videos volvieron a subir de nivel. Creía que los videos de los
bebés era el límite del horror, pero había más, mucho más… tanto, que no
me atrevo a decirlo.
El ciclo era siempre el mismo, los videos subían hasta un nuevo y
extremo nivel que me dejaba noqueado, para luego pasar durante unos días
a videos normales, que poco a poco iban subiendo su intensidad hasta
llegar al límite anterior… que volvía a ser superado. No me daba cuenta
de la manipulación que estaban haciendo. Llegué a ver sin asco los
videos de bebés, entre otras cosas.
Pasaron meses, hasta que por fin llegó el día. Después de enfrentarme a
un nuevo y horroroso nivel, recibí un mensaje de Grimm con un link
«.onion». Una invitación a Sion. Lo había conseguido, tenía acceso al
lugar más oculto y siniestro de la Deep Web. El lugar que se había
convertido en mi obsesión, el lugar por el que había sacrificado parte
de mi cordura, no sabía hasta qué punto.
Entré en Sion. La web no era ningún foro, ni un blog, sólo contenía un
video. El fondo… no recuerdo el color. A veces lo visualizo negro, otras
blanco, otras verde; pero por alguna razón, creo que el fondo tenía
todos esos colores, y más. Accioné el video y apareció un hombre con
traje que decía lo siguiente en inglés:
”Felicidades por haber accedido al último nivel de Monarca. El proceso
está a punto de comenzar. Su maestro lo guiará en este último tramo, y
recuer…”.
Y entonces, todo se volvió negro por unos segundos, que en realidad
fueron días. Seis días, en concreto. Desperté con dolores horribles por
todo el cuerpo. Dos dedos de mi pie derecho estaban rotos y tenía
múltiples golpes y quemaduras por todo el cuerpo. En la espalda tenía
una herida reciente, como si alguien me hubiera clavado un cuchillo o
algo similar, aunque no muy profundamente. No me había duchado ni
afeitado en todo ese tiempo.
Lo peor era el dolor de cabeza… un dolor punzante y terrible. Y el
miedo. ¿Qué había pasado? Cuando me repuse un poco, traté de entrar de
nuevo en La Liberté. La página había desaparecido, y en su lugar había
una imagen de una mariposa monarca. No pude encontrar a Sion de nuevo.
La información de La Liberté ya no estaba a mi alcance.
Lo había perdido todo… ¿o nunca había existido?
El recuerdo de todos esos meses de tortura, así como la incertidumbre de
todo lo que había sucedido en los seis días oscuros, como yo los llamo,
terminó por derrumbarme. Además, habían veces en que todo se volvía
negro y despertaba a los pocos segundos, descubriendo que habían pasado
minutos, a veces incluso horas.
Me sometí a tratamiento psiquiátrico, pero los médicos no consideraron
necesario institucionalizarme. Dicen que tengo un trastorno
obsesivo-compulsivo, con ideas psicópatas y delirios. Curiosamente, el
tratamiento no me hace efecto, como dije al principio, sólo me hace más
dócil y vulnerable a los períodos de oscuridad.
He intentado suicidarme en múltiples ocasiones, pero no lo consigo.
Cuando estoy a punto de conseguirlo, experimento uno de esos momentos de
oscuridad. No me van a dejar hacerlo, me han programado para que no me
suicide. Para que mi otro yo salga cuando estoy a punto de hacerlo.
Tampoco puedo divulgar la verdad, por eso he tardado tanto en escribir
esto. Hay días en los que sólo pude escribir una palabra de este texto,
a veces un párrafo entero, pero poco más. Por suerte, no experimento
momentos de oscuridad cuando escribo, pero sí me olvido enseguida de lo
que estoy haciendo y no lo recuerdo hasta el día siguiente. No sé si
podré subirlo, creo que he encontrado una manera de bloquear a mi otro
yo y la programación, pero no estoy seguro.
Y aquí va mi conclusión, fruto probablemente de mi mente enferma, pero
yo creo que es real. En el último párrafo he hablado sobre mi otro yo.
Ése es el objetivo del Proyecto Monarca, y yo he sido un experimento
dentro de una nueva forma de programación. Quizás sólo sea uno más.
Grimm fue mi guía, quien me llevó de la mano durante todo el proceso. A
través de La Liberté, si es que ésa era la auténtica, si es que ésta a
su vez existe, iniciaron la programación, creando traumas a través del
contenido publicado. Me hicieron romper en muchas ocasiones la barrera
de la cordura, para devolverme después a un estado de calma. Sin darme
cuenta, me estaban induciendo a un estado disociativo.
Así llegamos a Sion, cuando la programación finalizó, disociándome por
completo y creando definitivamente a mi otro yo, el perfecto esclavo que
está a sus órdenes, quienes quiera que sean ellos. Lo que más me
obsesiona es lo que pudo pasar en esos seis días, y lo que hace mi otro
yo cuando toma el control.
Lo más triste… es que pude detener todo esto antes, si no hubiera sido
tan ambicioso. Estoy pagando el precio de mi soberbia.
En este texto hay un mensaje oculto para todos aquellos que lograron
eliminar su programación monarca, si es que los hay y consigo subir este
texto a internet. Necesito ayuda, aunque sea para matarme. Cualquier
cosa es buena para detener esta tortura.
Al resto, sólo deciros que no intentéis acceder a La Liberté nunca. Y si
lo hacéis, sacad la información que contiene y no os detengáis a nada
más. Sacad a la luz toda la verdad y no os dejéis engañar. Sé, de todas
maneras, que esto parece (y seguramente lo es) el relato de un loco
conspiranoico.
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