20611. Froid,
Aunque no deseo aburrirme hoy, lamento decir que las circunstancias no son favorables. Por un malentendido, nuestras actividades planificadas para el día de hoy se han visto afectadas negativamente. Sin embargo, para no desairar a Estéfano, quien vendrá a masajear a las damas, le pedí a mi prima (la vacin, debo añadir) que realice el depósito correspondiente. Todo comenzó con la muerte de Pancha, una coneja dócil y regordeta. Lamentablemente, fue víctima de los perros debido a su descuido al adentrarse en el terreno. Aunque con pesar lo menciono, si hubiera permanecido en su lugar, sus entrañas no habrían sido destrozadas de manera tan brutal. Su amigo más cercano, el gallo, también se encontraba afligido por esta pérdida natural. En consecuencia, mi abuela paterna decidió venderlo, pues no le agradaba verlo sufrir. En medio de todo esto, mi padre tenía muchas responsabilidades laborales en la oficina, por lo que no pudo disfrutar de los sabrosos pero repetitivos refrigerios preparados por mi abuela, quien, cabe destacar, es su madre. Ella asumió erróneamente que su ausencia se debía al enojo causado por la venta del gallo, por lo que decidió no saludarlo. Mi tío, al enterarse de este supuesto enojo de su hijo hacia su madre, después de escuchar una versión distorsionada de los hechos, decidió enfadarse. Mi abuela, al darse cuenta de la confusión, que era más ficticia que afirmar que sus senos están erguidos y radiantes, optó por pasar el día en casa de su sobrino político. Casi se cancelaron los masajes, aunque mi madre y mi tía aún podrán disfrutar de ellos. A pesar de haber comprado costillas y otros elementos para la celebración, nada se llevará a cabo debido al enfado del tío, quien, de forma poco original, optó por enviar un mensaje de texto largo como si fuera un nuevo testamento. Es su forma cobarde de expresar su ira, ya que teme enfrentar directamente a mi padre, sabiendo que recibiría una respuesta desfavorable debido a la naturaleza explosiva de este último. Aunque mi padre ha aprendido a controlarse con el tiempo, la situación sigue siendo tensa. En resumen, según él, todo esto ocurre por culpa de mi padre. Qué divertido, jajajajaj. Personalmente, encuentro humor en la situación. Debo admitir que era hora de que ocurriera algo así para agregar emoción a la rutina, ya que no recuerdo que hayamos experimentado este tipo de contratiempos anteriormente.
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