Yo, yo tengo una historia que me pasaron. Comprendo que esta historia puede despertar en nosotros algo que muchos hemos pasado, pero es que es importante contarla. Me llegó por un grupo de WhatsApp de amigos.
Anónima:
Las primeras veces:
Estábamos nerviosos, llevábamos un largo tiempo planificándolo. Nos criamos en un pueblo pequeño muy alejado de la ciudad, donde no alcanzaba la educación y todos aprendíamos con los libros que podíamos leer. La ignorancia era muy grande, pero las ganas y el deseo también.
No podíamos esperar a hacerlo. Teníamos la emoción por practicarlo una y otra vez. Mi abuela, que en paz descanse, decía que esas cosas modernas no estaban bien, pero... ¿qué mal nos podía hacer intentarlo? Si hasta en los libros que leíamos la iglesia se oponía ante el avance que siempre nos ayuda!
Juan me comentó que la cifra de accidentes no es tan alta como de otras formas, por eso decidimos la forma tradicional para que no se rompiera nada. Tengan en cuenta que todos en el pueblo le tenían un miedo y respeto reverencial y nos criamos así, con el miedo a todo, incluso con el miedo a la brujería. Se decían que eran cosas del diablo, pero ya les digo yo que el gustito que da hacerlo no es del diablo...
Todas mis amigas dicen que duele al principio por la presión, pero con la persona adecuada y en la compañía correcta todo se pasa rápido. Él y yo teníamos muchas ganas de la famosa llegada, porque todos se emocionan mucho y más si es en compañía.
Fue perfecto. Estaba nerviosa, pero él hizo que todo fuera más fácil. Fue una experiencia apasionante, en todo momento nos miramos a los ojos. Decían que era mejor si nos sujetábamos bien, que si incluso nos amarrábamos el uno al otro lo disfrutábamos más... porque no nos movíamos tanto, y tenían razón! qué emoción sentí!
Cómo me dolió! Sin embargo, tenían razón. El dolor se pasa rápido. Llegamos al cielo, y sentí como algo se fragmentaba en mi pecho, de esas cosas que jamás olvidas. Juan me dijo que abriera la voca grande, que seguro se me pasaba si lo hacía. Por suerte, los oídos se me destaparon rápido y pude disfrutar del vuelo a la ciudad como nunca. La aerolínea siempre nos ayudó con todo, incluso a desatarnos de los asientos, puesto que los cinturones estaban muy ajustados.
Estoy segura de que si lo hubiera hecho sola no habría sido lo mismo. Gracias por leerme.
Ahora bien, dudo que alguna persona quiera expresarse por un medio tan reducido, pero banco la iniciativa. Por otra parte, cuántos querrían expresar sus historias de vida? No estoy seguro. Supongo que se darían mejores condiciones en un programa más amplio, con mayor experiencia vivencial.
Por otra parte, no queda claro si las historias se pasan por acá o por una radio, o si realmente se puede confiar en los dueños del proyecto para contar las mencionadas vivencias.