Hola, yo realmente felicito al creador de este Hilo, y les menciono, que me dá mucho gusto ver casi por primera vez, un hilo en el que no se discute ni se insulta, sino todo lo contrario. un hilo que nos invita a ser mejores personas. les voy a compartir algo, espero lo disfruten.
había una vez, un hombre muy rico que poceía muchos bienes: una manción, mucho ganado, empleados y el único eredero, su hijo.
el muchacho era muy sociable, tenía muchos amigos y frecuentemente, organizaba fiestas para convivir con ellos. su padre le advirtió que sus amigos, solo estarían con él mientras tuviera dinero, después, lo avandonarían. el muchacho siempre decía que no, que sus amigos eran muy fieles.
un día, el padre ya avanzado en años, pidió a sus empleados que construyeran un pequeño establo: dentro de él, el señor preparó una horca y junto a ella una placa con esta leyenda: para que nunca desprecies las palabras de tu padre.
más tarde, aquel hombre llamó a su hijo para decirle: "hijo mío, ya estoy muy viejo... cuando yo muera, tú eredarás todos mis bienes. ¡ya sé cuál será tu futuro!, venderás todas las propiedades, gastarás todo el dinero con tus amigos y cuando estés muy solo, tus amigos se apartarán de ti: entonces, te sentirás muy arrepentido por no averme escuchado. por eso construí esta horca: quiero que me jures que si sucede todo esto que te digo, vendrás a este lugar, y te ahorcarás en ella.
el joven, ¡se rio!, le dijo a su padre que lo que acavaba de decir, ¡era absurdo!, que él cuidaría de todo. pero... para dejarlo contento, haría todo lo que su padre deceara.
así, el tiempo pasó: el padre murió y el hijo, pasó a encargarse de todo; y exactamente como aquel buen hombre lo previó, el muchacho se entregó a los placeres. vendió todos los bienes, perdió a sus amigos y hasta su propia dignidad.
desesperado y aflijido, comenzó a refleccionar sobre su vida. y hasta él, llegaron las palabras de su padre: lloró muy amargamente, por no averle hecho caso.
"o, papá, ¡si te hubiera escuchado!, ¡si hubiera escuchado todos tus consejos!, pero hoy, ¡hoy ya es demaciado tarde!
muy apezadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. se dirijió ahí, y al entrar, vio la placa llena de polvo: yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo, nunca le dí satisfacciones. al menos ahora, ¡voy a cumplir su palabra!, ¡no me queda nada en la vida!
el joven subió los escalones de la horca: o, dios. si tan solo tuviera una oportunidad más, pero en fin.
se colocó la zoga al cuello, avanzó un paso, ¿había llegado el fin!
pero el brazo de la horca estaba hueco, y se quebró fácilmente. sobre el joven calleron joyas, piedras, esmeraldas y brillantes: ¡la horca estaba llena de piedras preciosas! una nota también calló enmedio de ellas.
el joven se encontraba muy sorprendido. tomó la nota y reconosió, la netra de su padre. en ella, estaba escrito lo siguiente:
hijo mío, sabía que esto iba a pasar, ¡esta es tu segunda oportunidad!, te amo, te amo mucho, hijo. con amor, tu padre.
el joven, había recivido una oportunidad más: ¿y tú?, ¡cuantas oportunidades no te ha dado la vida!, dios te hace un llamado ahora: él te ama, no heches a perder tu vida, date otra oportunidad: si has cometido muchos herrores, y has lastimado a los que te rodean, es tiempo de canviar. recuerda, ¡es tiempo de canviar!Hola, yo realmente felicito al creador de este Hilo, y les menciono, que me da mucho gusto ver casi por primera vez, un hilo en el que no se discute ni se insulta, sino todo lo contrario. Un hilo que nos invita a ser mejores personas. Les voy a compartir algo, espero lo disfruten.
Había una vez, un hombre muy rico que poseía muchos bienes: una mansión, mucho ganado, empleados y el único heredero, su hijo.
El muchacho era muy sociable, tenía muchos amigos y frecuentemente, organizaba fiestas para convivir con ellos. Su padre le advirtió que sus amigos, solo estarían con él mientras tuviera dinero, después, lo abandonarían. El muchacho siempre decía que no, que sus amigos eran muy fieles.
Un día, el padre ya avanzado en años, pidió a sus empleados que construyeran un pequeño establo: dentro de él, el señor preparó una horca y junto a ella una placa con esta leyenda: para que nunca desprecies las palabras de tu padre.
Más tarde, aquel hombre llamó a su hijo para decirle: "hijo mío, ya estoy muy viejo... cuando yo muera, tú heredarás todos mis bienes. ¡Ya sé cuál será tu futuro!, venderás todas las propiedades, gastarás todo el dinero con tus amigos y cuando estés muy solo, tus amigos se apartarán de ti: entonces, te sentirás muy arrepentido por no haberme escuchado. Por eso construí esta horca: quiero que me jures que si sucede todo esto que te digo, vendrás a este lugar, y te ahorcarás en ella.
El joven, ¡se rio!, le dijo a su padre que lo que acababa de decir, ¡era absurdo!, que él cuidaría de todo. Pero... para dejarlo contento, haría todo lo que su padre deseara.
Así, el tiempo pasó: el padre murió y el hijo, pasó a encargarse de todo; y exactamente como aquel buen hombre lo previó, el muchacho se entregó a los placeres. Vendió todos los bienes, perdió a sus amigos y hasta su propia dignidad.
Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida. Y hasta él, llegaron las palabras de su padre: lloró muy amargamente, por no haberle hecho caso.
"o, papá, ¡si te hubiera escuchado!, ¡si hubiera escuchado todos tus consejos!, pero hoy, ¡hoy ya es demasiado tarde!
Muy apesadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. Se dirigió ahí, y al entrar, vio la placa llena de polvo: yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo, nunca le dí satisfacciones. Al menos ahora, ¡voy a cumplir su palabra!, ¡no me queda nada en la vida!
El joven subió los escalones de la horca: o, dios. Si tan solo tuviera una oportunidad más, pero en fin.
Se colocó la soga al cuello, avanzó un paso, ¿había llegado el fin!
Pero el brazo de la horca estaba hueco, y se quebró fácilmente. Sobre el joven cayeron joyas, piedras, esmeraldas y brillantes: ¡la horca estaba llena de piedras preciosas! una nota también calló en medio de ellas.
El joven se encontraba muy sorprendido. Tomó la nota y reconoció, la letra de su padre. En ella, estaba escrito lo siguiente:
Hijo mío, sabía que esto iba a pasar, ¡esta es tu segunda oportunidad!, te amo, te amo mucho, hijo. Con amor, tu padre.
El joven, había recibido una oportunidad más: ¿y tú?, ¡cuántas oportunidades no te ha dado la vida!, dios te hace un llamado ahora: él te ama, no hechos a perder tu vida, date otra oportunidad: si has cometido muchos errores, y has lastimado a los que te rodean, es tiempo de cambiar. Recuerda, ¡es tiempo de cambiar!