¡Diooooos!!!, lo del gato prendiendo fuego ha sido épico!. Bueno, yo travesuras como tal no recuerdo ninguna pero sí varios episodios graciosos. Cuando era muy niña (dícese dos años o así), habría los cajones de la cocina para hacer como una escalera y subirme al pollete para mirar lo que había arriba y mi mamá cuando me preguntaba que qué hacía pues yo le decía que nada, que investigar pero no había persona que me bajase de ahí. Otra que pasó en la guardería, y que supongo que me regañaron por ello, es que yo llevo gggafas ¿no?, y no sé por qué motivo siempre he odiado que me las quiten, y entonces un día que una niña me quitó las gafas (no sé si me las quitó o solo lo intentó) pues le pegué un bocado en la cara. Luego desde siempre a mí me ha encantado tener muñecas barbis, y como no me gustaba el look que algunas traían cuando las comprabas, pues bueno, yo en vez de quedarme como otra gente que solo les cambia la ropa y tal pues no, yo les cortaba el pelo ha mi estilo porque yo que sé, pensaba que crecería o algo así y bueno, luego otra cosa que me pasó con nueve años o así que bueno, ya sabemos que a esas edades uno se deja influir mucho, entonces llegó una nena nueva a la primaria a mi clase, y yo siempre estaba con las otras niñas, pero como que esa niña Tamara recuerdo que se llamaba, pues sehizo bastante amiga mía, pero claro, las otras niñas tendrían envidia o algo porque Tamara no hablaba mucho con ellas y me empezaron a decir que si me manipulaba y todas esas cosas entonces yo, como desde siempre he tenido un genio de mil pares de narices, pues cogí en un reccreo y empecé a arañarla, tirarle de los pelos y todo eso... pobre niña, y la verdad es que me arrepiento bastante de eso, pues nunca le pude pedir perdón, ya que esto fue casi al final del curso y al año siguiente se la llevaron a su tierra otra vez.