Nota: Capítulo largo, en recompensa. Perdonen la hora, aquí aún es lunes, y también que no estaba convencido de como me quedaron los primeros borradores. Ya saben, a leer, practicar y preguntar en caso de dudar.
Capítulo 2: No me comas, por favor.
Vamos a ir por partes. Recuerden que dijimos que era un capítulo alterno por día, uno de escritura y otro de gramática y demás. sin embargo, hago esto porque, aunado a escribir, el proceso de corrección de nuestro manuscrito es tedioso, pesado y tras de todo, deber corregir errores ortográficos, pues… mejor no. Se los digo por primera mano. No tenemos que ser un diccionario andante para escribir, y que fallos de tipeo y cosas siempre se escapan, pero es más fácil editar eso, que ir párrafo por párrafo corrigiendo y reescribiendo porque no sabía como poner una coma y, ahora, mi párrafo parece un pusle.
Así que, sin más dilaciones por mi parte, vamos a allá, a algunos usos de la coma y como está bien.
1. Separar textos. La coma es muy útil, chicos. El punto también, por supuesto, son dos signos relevantísimos. Sí, que hay dos puntos, punto y coma, guion, y demás, pero todo eso lo iremos viendo con el paso del tiempo; todavía es el segundo capítulo, y tengo estipulado ir de mínimo a máximo. Separar textos es necesario en demasía, porque una coma significa un respiro, una bocanada de aire para quien esté leyendo e, incluso, necesite orientarse. No es lo mismo leer así: Bueno les cuento la historia de juanita ella era una niña muy pobre que apenas podía ir a la escuela y soñaba con ir a un internado de arte montada en su unicornio rosa y quería ser famosa y estudió y estudió para serlo. No, por Dios. Terminamos en el error de cambiar comas por “y”, cosa que es bastante mala y dejamos sin aire a lo que sea que esté llevando a voces nuestro texto.
No es difícil usar las comas, todo lo contrario. Es sencillo, pero tienes que prestar atención a lo que vas escribiendo, en que contexto y demás. Se los dice alguien que ya lo hace casi por inercia, porque uno ya sabe donde van los signos. Entonces, cuando queremos separar un texto, primero pensemos en las respiraciones que necesitaríamos para leerlo, en cada pausa que haríamos para comunicar una idea. Imaginarte diciendo lo que escribirás sirve, a menos de que hables como en el ejemplo de arriba y ahí ocuparíamos doble ayuda.
Las comas van en sectores específicos, cuando una línea es grande o se ocupa realizar una separación de ideas que son la misma, pero que pueden clasificarse como dos oraciones distintas. ¿Qué? ¿Me muero ya? No, tranquilidad. Ejemplos a continuación:
1. Estaba pensando en ir a la tienda, tengo mucho tiempo de no salir, y quisiera comprarme algunas cosas que hacen falta por casa. ¿Ven? Son tres oraciones distintas, pero que pueden ir intercaladas por respiraciones de aire. Al menos yo hablo de ese modo, sirve pausar y tratar de imaginarte diciendo lo que escribes, repito este tip.
2. Quise que ella me mirara, pero tenía los ojos perdidos en el horizonte, demasiado absorta como para reparar en alguien como yo, pero demasiado concentrada en mis palabras para admirar lo que yo admiraba. Aquí pasa de nuevo. Son oraciones que hablan y ponen perspectivas distintas. Casi siempre, antes de un pero, va una coma. Antes de un nombre, cuando nos dirigimos a una persona, va una coma. Cuando ustedes leen el texto, traten de notar que tan largo es su párrafo, o idea.
Miren, la idea no es ponerlo todo en comas, suena horrendo. La cuestión es saber donde ponerlas. Hay oraciones que son cortas y no las necesitan, por lo que suena ridículo cuando leemos eso en voz alta y parecemos una calle llena de baches, parando cada tres palabras o tartamudeando. No es lo mismo: “Bueno, ella quiere comer frutas, entonces, voy a ir al mercado, acomprárselas, porque ella, tiene hambre. ¿suena algo raro, no? Repito, visualícense ustedes diciendo las frases, practicando como sonarían. No es que se pongan a balbucear el mensaje, no sean ingenuos, pero mientras lo releen, un toquecito, al menos una vez, sabrán como está bien escrito. Miren la diferencia, bueno, ella quiere comer frutas, entonces voy a ir al mercado a comprarlas, porque tiene mucha hambre. Separen oraciones, no palabras. No es necesario que separemos, cada, una, de, las, palabras, que, decimos, porque, suena, mal.
3. Cuando vamos a saludar a alguien. La coma se pone como antecesora del nombre del sujeto a quien nos vamos a dirigir. Siempre. En aspectos lingüísticos y escritos, una coma precede a un nombre cuando nosotros somos quienes nos dirigimos a alguien. Sí, nosotros. Cuando vamos, directamente, a hablarle a un chico, chica, ETC. Ejemplos.
1. Hola, Daniel. Me dijo María que estabas esperándome. ¿Ven? Antes de Daniel, sí va una coma. ¿Por qué? Porque nosotros estamos hablándole a Daniel. Cuando se menciona María no es necesaria una coma porque María forma parte de la oración. Sonaría feo algo como: Hola, Daniel. Me dijo, María, que estabas, esperándome. Espero se entienda. Antes de María no existe coma, porque ella es un sujeto indirecto en la oración.
2. ¿Tienes hambre, cariño? Aquí igual. Cuando nos dirigimos a alguien, nosotros a esa persona, la coma va entre el indicativo, pregunta, orden, lo que sea, y el nombre. Aquí, cariño es el modo en que le hablamos a una persona.
3. ¿Estás bien, Alicia? Te noto rara.
4. Cuando vamos a enumerar objetos. Esta es bastante clásica, pero mal empleada a veces. siempre que hablamos de una gran cantidad de cosas, personas, elementos, debemos de separarlos con coma para hacer la distinción uno de otro. Siempre que hayan más de dos objetos a enumerar, les separaremos con una coma a cada uno del otro, salvo el último. Siempre decimos una lista de cosas, y al final, para enfatizar que no hay nada más después, metemos una (y) Antes de esa (y) no va coma. Ejemplos, no desesperen:
1. Ella no vino sola. Tras de sí vinieron Juan, Brenda, Carmen, Luis, Joan y Carlos. Entre Joan y Carlos, no existe una coma, sino una (y) porque Carlos es el último de la enumeración.
2. Quiero una pelota, una patineta, una tele, un coche y un perro. Lo mismo. No ponemos la coma entre el penúltimo elemento (coche) y el último (perro.
3. Quiero aprender francés, alemán, inglés y coreano. Igual que anteriores ejemplos.
4. Cuando hablamos de peros, o cuando queremos aclarar algo. Antes de un pero, va casi siempre una coma. Es una manera decente de separar oraciones, porque el pero indica que viene algo en contra de lo que íbamos diciendo. Igual con el aunque, o porqué. Generalmente, digo porque hay sus excepciones, la coma se utiliza para separar una oración, y otra que comience con otra preposición, como porque o pero. Ejemplos.
1. Estoy lista para ir a la fiesta, pero me han agarrado las dudas a último momento.
2. Lo quiero muchísimo, aunque me haga enojar.
3. Pienso en lo que pudo pasar si se hubiese quedado, porque aún me vibra el cuerpo al recordarle.
Cuando vamos a aclarar algo con un adverbio terminado en mente, lo mismo, va entre comas. Son, usualmente, u utilizados así, como lo acabo de explicar. Da un aire de que no dices una verdad absoluta, sino de que es algo que piensas tú o crees. Ejemplo.
1. Aquí en Costa Rica, generalmente, se usa el mae como expresión coloquial.
2. No quiero pensar en que, posiblemente, se enoje.
3. Es ridículo pensar, precipitadamente, si no sabemos como reaccionará.
Bonus. Recuerden, no hay que separarlo todo por comas. No es lo mismo separar oraciones largas, que tienen sentido y más de tres palabras, a irle poniendo este signo tan importante, pero a la vez tan contraproducente, nuestros textos. Abajo, más maneras de utilizar la coma.
1. Quiero que me entienda, no me gusta que se cierre tanto en sí mismo.
2. Debería estar estudiando para mis exámenes, no viendo la tele.
3. El amor es eterno, y suele darnos la mejor sensación de plenitud. Somos vivos cuando lo tenemos, pero sentimos morir cuando lo perdemos.
4. A ella no le parece que hables de ese modo, sé más paciente, la intimidas.
5. Tienes miedo a perderle, pues lucha. No hay nada más bonito que sentir que no eres la única persona que pelea por mantenerse a flote, que también existes y amas.
6. El sol se puso, y las paredes en el cuarto del hotel se tiñeron de ese color atardecer tan característico. Para todos era como un día más, ver caer el cielo y vestirse de oscuridad, pero para ellos era una oportunidad, porque habían sobrevivido una jornada entera al peso de las piedras que tenían en los pies, siempre amenazándoles con tirarlos al fondo del río.
Nada más, un capítulo medio largo para compensarlos, mañana seguimos. Tengo planeado todo de aquí al capítulo 20, así que tranquilos. Cerca del capítulo 6, comenzaremos con temas de escritura y coherencia en libros, mientras me interesa que aprendan esto, lo más básico.
¿les sirvió, o no? ¿fue útil? ¿el autor lo lía todo? Dejen abajo impresiones.
Se les quiere, nos leemos.