Ah, qué divertido!
Yo tengo muchas, muchas de esas.
Una que se me viene a la cabeza es cuando a veces vas a una disco o pub con algunos amigos que ven... Y en esto que alguien te ve y, para variar, se asombra de verte allí... Que es que los cegatos no tenemos derecho a bailar a altas horas de la noche, ni a cruzar la calle tampoco, por aquello de que los semáforos se callan, pero esto no viene al caso.
El asunto es que, todos hemos bebido alguna vez (Sí, no agachen las cabezas, que mentir está feo). Pues imaginaros que alguien se acerca a vuestro amigo. Que como no ves, y vas a gusto, no te fijas en cómo llevas los ojos...
"Oye, tu amiga está ciega o va muy mal?
Sí, cuando vas con la chispita del alcohol, en mi caso se me nota en la cara, pero no porque esté borracha ni nada, sino porque mis ojos adoptan un color extraño y a la cara se le escapan los rubores esporádicos.
Oye, no veáis las risas que me dan cuando mis amigos me explican lo que ha pasado.
¡Cuántas veces he debido oír la misma pregunta, por dios. E incluso sin haber bebido.
Otra muy buena me ocurrió el año pasado. Esta no es en particular graciosa, pero yo me tomo mi ceguera con mucho sentido del humor.
Para los que no lo sepan y más que nada para poneros en situación, ese año decidí estudiar un máster de locución, que incluía una parte de TV y, en fin, todo lo relacionado con la presentación de programas.
Seguro que a muchos de vosotros os ha pasado... no hablais con gestos, ni los gestos os salen de dentro. Había que hacer prácticas en platós de TV... Era divertido cuando reproducíamos las grabaciones en las que yo salía, como una estatua -en ocasiones- o como algo antinatural en otras-, cuando me decían que debía gesticular por lo menos un poco.
"Es que eso se aprende", me decía una profesora. Aún no sé si llevaba razón, el caso es que era imposible que esos gestos me salieran naturales... Supongo que muchos no sentimos que debemos hacerlos, y más siendo ciegos sin haber visto en la vida y fijarnos en la gente, desde luego que no podemos.
también las típicas de preguntar, y que te digan "allí" "más allá"... O la de ir con amigos también ciegos y que medio vagón de metro se levante cuando entramos en él, para dejarnos el asiento...
Bueno, ya está, que me enrollo niños.