Bueno, yo he de decir que veo un poco. Vamos, que me desplazo solito, y sólo uso el bastón para llamar la atención, y para que la gente me tenga lástima. Ja, ja, ja. Nada, es mentira. Suelo usar el bastoncito cuando me desplazo por mi ciudad, que es todo menos pequeña.
En cuanto a esas gafas que mencionáis por aquí, pues la verdad que no sabría responderos con certeza, porque yo recuerdo que, cuando tenía unos 20 años por ahí, hice una consulta en un hospital cubano que tenemos por aquí, y recuerdo muy bien que la médico me recomendó unas gafas que, según ella, me ayudarían a ver un pelín más lejos; y, bueno, como soy un tío un poquito “corto de miras”, (entiéndase el doble sentido) pues eso, no me hice a la idea. Será porque cuestan un riñón, o yo qué sé. Total, que, desde aquel momento, no volví a saber nada de esas gafas, y, para seros sincero, tampoco me interesan, por decirlo todo. Y es que yo soy una persona a la que no le gustan las soluciones medianas: o recupero el 100% de mi visión, o me quedo tal y como estoy, y ya está. Un poco radical sí que soy. En fin, es lo que hay. Después de todo, ¿no es eso lo que buscábamos, que nos conociéramos mejor? Ja, ja, ja.