Modric y Kroos frotan la lámpara
El primer título de la segunda era de Carlo Ancelotti ya está aquí. El Real Madrid superó con solvencia al Athletic Club en la final de la Supercopa de España, demostrando durante el torneo los motivos por los que está comandando la clasificación de la liga. Modric (MVP del torneo) y Benzema fueron los goleadores.
El Real Madrid se trajo de Arabia un nuevo trofeo para ampliar el tesoro del Bernabéu. Conquistó la Supercopa porque Modric y Kroos frotaron la lámpara y salieron los genios, dominando el duelo ante un Athletic orgulloso. Igualó la disputa con orden y entrega, pero no fue suficiente. La inspiración y el talento de los dos centrocampistas, origen y destino del primer tanto, y un penalti revisado en el VAR decidieron el nombre del campeón. Los leones tuvieron su momento en el tramo final, con penalti y expulsión de Militao. Surgió Courtois para desviar el remate de Raúl García y sellar el título.
Marcelino repitió el once de la semifinal, con Berenguer y Muniain en bandas, obligados a un esfuerzo extra para ayudar a sus laterales, contener a los contrarios y ayudar en la salida. Pese al buen arranque blanco, presionando bien y recuperando pronto, quedaba expuesto a las contras de Sancet y Williams. De hecho, la primera acción de peso fue una contra que Sancet sirvió a la velocidad de Williams y el remate del delantero fue interceptado por la mano de Alaba, a punto de apoyarse en el verde. Según la norma (y el sentido común), no era penalti.
No hubo que esperar muchos minutos de partido para saber que el Real Madrid se tomaba muy en serio la final, y su dominio sobre el partido así lo demostró. Tras un comienzo de tanteo entre ambos equipos, los de Carlo Ancelotti se adueñaron de la posesión, con el Athletic presionando pero sin encontrar un solo resquicio al conjunto madridista. Las ocasiones que se produjeron en la primera media hora fueron todas para el Madrid, con un Rodrygo desbordante que causó gran parte de ellos. Casemiro también puso a prueba a Unai con un remate lejano, mientras que Benzema buscó la colocación, pero el propio Unai Simón despejó a córner.
Vinicius apenas pudo escapar de la vigilancia de De Marcos, y el centro estaba blindado, así que la banda derecha fue el desahogo blanco. Y conste que la salida venía desde la izquierda, con la delicadeza de Kroos en cada primer toque, incluso en su propia área. No fue extraño que el 0-1 naciera en una salida inmaculada del alemán.
Siempre hay que guardar un respeto a la historia. Aunque hiciera más de medio siglo que Athletic y Real Madrid no se midieran en una final, el gen competitivo de los leones se transmite a través de las generaciones, como bien pudo comprobar el equipo blanco hace un año en las semis. Fue a través de una cadena de acciones individuales de mérito como se rompió el partido, desde el inicio de la jugada de Toni Kroos a la finalización de Luka Modric, a la escuadra, en una definición muy similar a las del alemán. Intervinieron también Casemiro, ágil en la transición, y Rodrygo al recibir, encarar en diagonal y descargar al croata tras atraer a los defensores rojiblancos. Nada que reprochar a los rojiblancos. Al revés, todo acierto del rival. Su primer tiempo fue ejemplar.
El tanto picó al Athletic, que dibujó su mejor ataque antes del descanso. Sancet recogió en el pico izquierdo del área, se hizo hueco y buscó la escuadra. No la encontró por poco. Se hacía justicia al término de los primeros 45 minutos, ya que el Athletic, pese a su buena disposición sobre el campo, no generó peligro. Solo Sancet con un intento de chut colocado, se acercó a la portería defendida por Courtois, un espectador más en el primer tiempo.
Para la segunda parte Marcelino quiso dar un golpe de efecto con la entrada de Nico Williams, pero Mendy fue una roca imposible de superar para el chaval. Pocos minutos después, llamaron desde el VAR a Soto Grado por un remate de Benzema que interceptó Yeray con la mano. El árbitro se fue al monitor, lo revisó tres o cuatro veces y señaló la pena máxima. Benzema colocó duro junto al palo izquierdo, batiendo a Unai Simón. Dos lances de penalti a favor del Madrid, ambos bien pitados, aunque siempre habrá quien los discuta. Nunca hay unanimidad con el equipo blanco de por medio. Benzema volvió a demostrar su maestría en los penaltis (no ha fallado ni uno) para situar un merecido 2-0. El resultado no solo decantaba la final, sino que permitió a los de Ancelotti agazaparse atrás para intentar marcar el tercero a la contra. Los bilbaínos agotaron sus cambios, mientras que Carlo apenas sacó a Valverde por Rodrygo, posiblemente el mejor jugador del partido.
El Athletic se fue arriba con los tres cambios de Marcelino, refrescando al equipo sin modificar el dibujo. Raúl García, que sabe latín, remató los dos primeros balones que rondaron el área, uno de ellos solo y claro tras detectar el espacio entre los centrales y el pivote. El partido quedaba a cara o cruz, expuesto al gol del Athletic que apretara el marcador o la contra del Madrid. Esa que tanto gusta a Ancelotti. No pudo activarla, porque los leones se agigantaron en el tramo final. Tuvo una ocasión perfecta para abrir el partido, con un penalti por mano de Militao señalado desde el VAR que, además, supuso la expulsión del brasileño. Hay porteros que se convierten en gigantes en equipos grandes, donde trabajan poco y se les exige el máximo. Courtois se midió a Raúl García, aguantó el remate y sacó con una pierna larguísima, eterna, para desviar el remate. No dejó de intentarlo el Athletic hasta el final. Le honra. Como a Ancelotti sacando a Marcelo para levantar el trofeo, el hombre récord del club. El primer título de la temporada viaja rumbo al Bernabéu.
Soto Grado pitó el final, y Marcelo levantó la Supercopa de España, la 12ª para la historia blanca y el vigesimotercer título para el brasileño, que iguala a Gento en el primer puesto de la clasificación histórica. La competición no para y el jueves los de Ancelotti tendrán un duro partido de Copa del Rey, pero el primer trofeo de la temporada volará al Santiago Bernabéu.
Solo dos palabras tengo para decirles, ¡Ala Madrid!