Saludos, comunidad.
@gianepeleuche es comprensible que si has recibido un trato hostil te sientas mal.
No obstante, me permito sugerirte que si en realidad tienes el firme propósito de estudiar en esa universidad, hagas acto de presencia y pidas hablar con quien coordine la admisión en el curso o carrera. No sé como es la seguridad en tu país, pero si te es posible llevar un portátil, hazlo. Si no, intenta llevar tu móvil y procura que esta persona vea cómo funciona.
Si las opciones anteriores no te valen, prepara un pendrive con un nvda portable.
No es sencillo hacerse escuchar y en muchas instituciones de nivel superior hay ignorancia en relación con las tecnologías de apoyo.
A veces se piensa que se requerirá mucha inversión de dinero, de papel por el braille y cosas por el estilo y eso frena.
Frena porque los presupuestos no dan, frena también, porque puede no contarse con el recurso humano que pueda dedicarse a realizar las adaptaciones.
Del lado del estudiante se piensa que es fácil, que solo se necesita el portátil con lector y el fichero del material o el exámen en word. Y no es tan simple, a según el área y la estrategia de enseñanza que aplique el o los docentes de dicha instutición.
Eso no justifica el trato hostil, desde luego que no, pero es un factor que muchas personas con discapacidad no teneis en cuenta. Adaptar un material a según sea su formato orígen puede llevar tiempo, esfuerzo y dedicación, mucho más de lo que os imaginais. Por eso es tan importante generar contenido accesible y de calidad desde el principio y esto es algo que se ve muy poco.
Por otro lado, lo que he podido observar es, que aquellas personas ciegas que se han dirigido de forma presencial y directa a las instituciones, refieren menos trato hostil y menos reticencias a su ingreso.
Una persona que está en realidad decidida a alcanzar su meta, se cae, pero se levanta y continúa. Y eso lo observan quienes están en esos lugares y aunque no lo creais, vuestra actitud pesa bastante al momento de que se os dé una oportunidad.
También sucede que cuando las experiencias previas con estudiantes con discapacidad no son positivas, tanto docentes como autoridades de las instituciones muestran reticencia. No debería ser porque cada persona es distinta, pero con las minorías se tiende a generalizar mucho. En la Escuela de idiomas de la universidad donde yo trabajo, se han tenido experiencias poco alentadoras y eso ha puesto trabas al ingreso de personas ciegas a la carrera. Sin embargo, hay quien se ha decidido y ha ingresado.
Si en definitiva no te es posible ingresar en esa institución, te animo a que busques otras. A veces nos dejamos guiar por la reputación de un lugar y resulta que nos termina yendo mejor en otro sitio; quizá menos reconocido, pero con personal más capacitado.
A fin de cuentas tu interés es aprender otro idioma, ¿no?
Siendo así, no importa donde lo hayas aprendido. en la práctica, lo que en realidad cuenta es si tienes conocimiento de una segunda lengua y qué tan bien te manejas con ella. Si lo que te llama y te hace ilusión es egresar de esa institución en particular, pues a no rendirse se ha dicho.
Se nos vende mucho eso del prestigio, pero en realidad, gran parte de vuestra preparación y vuestro aprendizaje dependerá de vosotros, no del prestigio de la institución donde hayais ingresado.
Llevar a cabo un proyecto de vida es algo que implica esfuerzo y dedicación se tenga o no se tenga discapacidad. Por eso, yo os animo a que no abandoneis, a que insistais en perseguir vuestro sueño.
Un abrazo y felices fiestas a todos.