la sala de hogwarts!

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1141. Ronald-Weasley,

Jaaaa, esto es de mi discoduro básicamente! Así que no, no hay link, simplemente se me ocurrió escribir eso y lo subí por acá haber qué le parecía a la gente.

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1142. James_Potter,

Está bastante bien escrito xD.

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1143. unicornioAzul ,

de que hablamos?

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1144. Ronald-Weasley,

Hablamos de lo que publiqué acá, que pensastes que era sacado de whatpad, y no, es de mi propia cosecha.

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1145. goten,

sigue poniendo más!

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1146. Ronald-Weasley,

Harry Potter y La Cámara de los secretos.
Capítulo 3:

La Madriguera

--¡Menudo juego! -exclamó Fred-. Estás mejorando mucho, Roni.
Ron y los gemelos, venían caminando de regreso hacia su casa después de pasar una tarde jugando , más bien practicando quidditch en un prado que tenían los Weasley en la colina.
--¡Es verdad Ron! -estuvo de acuerdo George-. Dentro de unos pocos años podrías formar parte del equipo de quidditch de Griffindor. Si los jugadores que tenemos ahora no fueran tan buenos, a lo mejor tendrías alguna oportunidad. Mínimo vas a tener que esperar que Oliver termine la escuela.
--Gracias George por el aliento que me das. -respondió Ron sarcásticamente-. Hace falta que este año puedan ganar.
--Va, ¡pero si somos los mejores de la escuela! -aseguró George-. De no haber sido porque tu amiguito decidió tomarse el último partido de vacaciones.
--¡No lo digas así! -lo defendió Ron-. Te recuerdo que él estaba evitando que quién-tú-sabes regresara.
--Sea como sea perdimos por culpa de él. -dijo George-. Pero supongo que si quién-tú-sabes hubiese regresado no tendríamos ningún juego que perder.
--Hablando de Harry me preocupa. -comentó Ron-. No he sabido nada de él desde el inicio del verano. Le mandé una carta felicitándolo por su cumpleaños. También le escribí varias veces invitándolo a pasar unos días con nosotros, pero no me respondió. Al principio pensé que era culpa de Errol, pero le he escrito a Hermione y no ha habido problemas.
--A lo mejor siente vergüenza de venir a nuestra casa. -dijo George.
--¡No seas tonto! -ripostó Ron indignado-. Él no es de ese tipo de gente. Recuerda que fue criado por muggles y en su casa no lo tratan bien.
--Bueno, -opinóFred-, entonces cabe la posibilidad de que no le dejen escribirte.
--Es posible -dijo Ron-. Pero me tiene preocupado. A Hermione tampoco le ha escrito.
--¡Ah, ya has mencionado dos veces que te carteas con la señorita Granger. -dijo maliciosamente Fred-. ¿Estás enamorado de ella?
Las orejas de Ron se pusieron coloradas.
--No seas tonto. Es mi amiga.
--Por ahí se empieza. -dijo George-. Papá dice que primero él y mamá fueron muy buenos amigos.
--Hablando de papá, ¿cómo está el coche volador? -preguntó Ron para cambiar de tema-. ¿Funciona bien ese Ford Anglia?
--¡Oh sí! -Ron había dado en el clabo si lo que quería era desviar la atención de los gemelos-. ¡Es genial! Fred y Yo lo hemos usado varias veces ya.
--¡Es fantástico! -dijo Fred-. ¡Y qué rápido corre!
--Chicos, ¿pero cuándo me van a llevar con ustedes en uno de esos viajes? -preguntó Ron exitado-.
--Hermanito, -dijo George sonriente-. Es que es un viaje peligroso. Además tú te portas muy mal con nosotros. Siempre nos estás echando para alante con mamá cada vez que hacemos alguna travesura.
--Por favor muchachos, llévenme con ustedes en uno de esos viajes, -rogó Ron-. Hago lo que quieran.
--¿Lo que queramos? -preguntó Fred.
--Sí. Lo que quieran. -respondió Ron anhelante.
--Bueno George, creo que podemos complacer a nuestro hermanito pequeño. Siempre que deje de difamarnos con mamá. ¿No te parece?
--Puede ser, -dijo George-, pero mejor será que cambiemos de tema si no queremos que mamá se entere de lo que hacemos por las noches.
Habían llegado a la casa. Entraron y fueron a cambiarse de ropa, e inmediatamente la señora Weasley los obligó a ponerse en acción.
--Ya se divirtieron ¿no? -les dijo-. Ahora les toca ayudarme. Vayan a desgnomizar el jardín.
--Mamá. -bufó Ron. No nos das ni un minuto de descanzo.
--¡Que no les doy ni un minuto de descanzo! -repitió indignada Molli-. ¿Y cuándo descanzo yo? Trabaja y trabaja el día entero en esta casa inmensa. ¡Y yo soy una sola! Teniendo tantos hijos varones. Ah no, claro, ¡pero es que son unos desconsiderados!
De mala gana los gemelos y Ron salieron a cumplir la orden de su madre.
--Estoy loco porque empiece el colegio. -dijo Ron.
--Yo también. -lo secundó Fred-. Extraño mucho practicar el quidditch, y a nuestro amigo Lee Jordan. Es casi tan ocurrente como nosotros.
Conversaban mientras se dedicaban a la fastidiosa tarea.
Hablando de quidditch, -dijo George-, dicen por ahí que salió un nuevo modelo de nimbus: la serie 2.001. ¿Creen que será mejor que la nimbus 2.000?
--Lo más probable es que sea más rápida, y tenga mejores cualidades. -opinó Fred.
--Pero la nimbus 2.000 no es mala. -dijo Ron-. La que tiene Harry es perfecta.
--NO hermanito, Harry es el perfecto. -dijo George-. ¿Han visto cómo vuela? Tiene un estilo único. El es el mejor sea cual sea la escoba que esté montando. Aunque sea una barredora 5.
--Y apropósito de él, ¿qué han sabido?
Esta vez fue una voz diferente la que habló. Se trataba de Gini Weasley, que había llegado a sus espaldas sin que se dieran cuenta y los había escuchado.
--Nada hermanita. -dijo Ron cariñoso-. Sigo sin noticias. La semana pasada le escribí por quinta vez, pero no me responde. Si errol hablara, pudiéramos saber qué es lo que le pasa. Pero supongo que pedirle que entregue las cartas es demasiado para él. ¿Viste el aspecto que tiene? Parece que no aguanta más. El pobre lleva no sé cuántos años iendo de aquí para allá llevando el correo Weasley.
--Bueno en cuánto te enteres de algo me avisas. -dijo la pelirroja.
--¿Y cuál es tu interés en él? -preguntó Ron, aunque ya sabía la respuesta.
--¿Cuál va a ser? -dijo George-. Ha estado hablando de Harry todo el mes, y todos los días. ¿Han sabido algo de él? -la imitó burlándose-. Para mí que está enamorada.
--¡Cállense! -exclamó Gini, saliendo a todo correr de allí.
--¿Por qué la fastidian tanto? -preguntó Ron-.
--Es una broma chico. -contestó Fred. Oye pero yo creo que de verdad Harry le gusta.
--Pero si solo lo ha visto dos veces y de lejos. -ripostó Ron que en el fondo estaba de acuerdo con ellos.
--Pero hay niñas así que se enamoran solo por las cosas que oyen hablar. -dijo George-. Y tú sabes que nuestro amiguito es muy popular.
Media hora después, ya terminada la tarea, se encaminaron a la casa, cuando llegó el señor Weasley.
--¡Buenas tardes Weasley! -saludó sonriente a sus hijos, como lo hacía diariamente-. ¿Qué tal ha estado el día de hoy?
--Nada especial, un poco aburridos. -dijo George-. Estamos anciosos porque empiece el curso.
--Vaya, no sabía que a mis hijos gemelos les gustaba tanto el colegio. -bromeó el señor Weasley-. ¡Qué aplicaditos me salieron!
--¡Papá! -Era Gini que llegaba corriendo, y saltaba colgándose al cuello de su padre.
--Mi pequeña pelirroja. -dijo el señor Weasley abrazando a su hija menor.
--Muchachos, muchachos, dejen llegar a su padre. -dijo Molli-. Seguro que está muy cansado después de un día de trabajo.
--Molli, querida, cómo han estado las labores de la casa -preguntó Artur saludando con un beso a su mujer-. ¿Mucho trabajo?
--Demasiado. -contestó la señora Weasley-. Y tus hijos que no me ayudan. Se quejan cada vez que los mando a hacer algo.
--Chicos, ¿qué pasa? Tienen que ayudar a mamá. Ella es una sola y no puede con toda las tareas hogareñas. -los regañó Artur razonablemente-. ¿Ya está la comida mujer?
--Ay sí, que tenemos hambre. -dijo Ron.
--¿Lo ves, Artur? Para comer si tienen el número uno, pero para ayudarme con las cosas de la casa no se puede contar con ellos.
Como era costumbre en la familia Weasley, todos senaron juntos en la mesa del comedor. Hasta Percy Weasley, el prefecto de Griffindor que no salía de su habitación para nada durante el día, bajó a comer con sus padres y hermanos.
--Oye Ron, ¿Has sabido algo de tu amigo Harry Potter? -preguntó el señor Weasley durante la comida.
¿Qué pasaba que todo el mundo le preguntaba por Harry? Primero Gini, que apropósito, al escuchar el nombre de Harry se enderezó en su asiento, y ahora su padre.
--Sigo sin tener noticias de él. Le escribí por su cumpleaños, pero no me ha contestado. -respondió Ron con la boca llena, como de costumbre.
--Vaya. Algo muy raro debe estar pasando con ese chico. -dijo Artur preocupado-. Hoy en el ministerio recibimos una notificación que dice que usó un encantamiento levitatorio en su casa. Le mandaron una advertencia, pero no deja de ser raro.
--¡Que usó magia en su casa? ¡Vaya! -dijo George-. Hojalá y nosotros pudiéramos hacer lo mismo.
--No es juego muchachos. -dijo Artur con una desacostumbrada seriedad-. Te pueden expulsar de Hogwarts por desobedecer esa ley.
Cuando todos los muchachos se hubieron acostado, Artur volvió sobre el tema con su mujer.
--Sí que es raro lo que le está pasando a Harry mujer. -opinó.
--Ron no deja de comentarlo. -dijo ella-. ¿De verdad son tan malos esos muggles con los que se ha criado?
--Parece que no lo aprecian mucho. -comentó el señor Weasley-. Si la semana que viene no tengo noticias de él, yo mismo me presentaré en su casa para ver que pasa, y si es necesario, para traerlo a que se pase el resto del verano con nosotros.
Ron se fue a la cama esa noche, sin quitarse de la cabeza lo que había dicho su padre sobre Harry. ¿Cómo era eso posible? Harry no es tonto. No usaría magia para darle una razón al ministerio para expulsarlo de la escuela. Ya bastante tenía con todo los problemas en los que siempre estaba metido, bueno, (se corrijo ron a sí mismo) estaban metidos. Porque allá donde estuviera Harry, también estaba Ron. Se sonrió, y finalmente se quedó dormido.
Tres días después estaba debatiendo nuevamente el tema de Harry con sus hermanos.
--Me sigue pareciendo muy raro -decía-. Él no haría nada para que lo expulsen de Hogwarts. Si pudiéramos ir a su casa...
--¡Sí podemos ir a su casa! -exclamó Fred de pronto como iluninado-. ¿Sabes la dirección de dónde vive?
--Por supuesto que la sé. Vive en Privet Drive, número 4. ¿Pero cómo vamos a ir?
--¿Estás pensando lo mismo que yo Fred? -preguntó George-.
--¿Por qué no? -contestó con otra pregunta el aludido-. Así de paso complacemos a nuestro hermano menor.
--¿De qué están hablando? -preguntó Ron interesado.
--Recuerdas lo que nos pedistes hace tres días, que te lleváramos con nosotros? -fue todo lo que George le dijo.
--¡Sí! -exclamó eufórico Ron cuando entendió a lo que se referían sus hermanos-. ¡Es una idea fantástica! ¡Y podrá pasarse el resto del verano aquí!
--No grites tanto tonto, si no quieres que mamá se entere y se nos joda el plan. -le riñó George.
--Tenemos que hacer las cosas bien. -dijo Fred-. tiene que ser por la noche para no llamar la atención, y poder ir y volver sin que mamá se de cuenta.
--¡Y podemos hacerlo hoy mismo! -volvió a exclamar Ron-. Tenemos que aprovechar que papá no va a estar en casa. En la mañana anunció que hoy no regresaría, que tenía mucho trabajo en el ministerio.
--¡Genial! -dijo George-. Bueno, pues ya está. A las tres de la mañana salimos. Ah, y tenemos que portarnos muy bien con mamá hoy, para que no sospeche nada. Así que ya saben, cuando nos pida algún favor, asepten a la primera.
Ron subió a su cuarto con la adrenalina característica de la aventura corriendo por sus venas. Tomó papel y bolígrafo y escribió una carta a Hermione.
Querida her:
Seguimos muy preocupados porque Harry no da señales de vida. Mis hermanos gemelos y yo decidimos que no podemos aguantar más las ganas de saber qué le pasa. Hoy vamos a ir a casa de sus tíos para traerlo aquí con nosotros.
¿Y tú cómo estás? Espero que la estés pasando muy bien. Por favor contéstame,
Ron.
Ató la carta a una pata de Errol, y la acarició con suavidad.
--Vamos viejo amigo, tú puedes -le dijo-. Llévasela a Hermione y trae la respuesta en cuanto puedas.

¿Y qué estaba pasando en Privet Drive?
Al cabo de tres días, no había indicios de que los Dursley se hubieran apiadado de él, y Harry no encontraba la manera de escapar de su situación. Pasaba el tiempo tumbado en la cama, viendo ponerse el sol tras la reja de la ventana y preguntándose entristecido qué sería de él.
(A partir de aquí, continúa el capítulo original.

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1147. unicornioAzul ,

hum, algo maas hasta ahora?

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1148. Yostein-san,

Creo que si a usted le parece bien Ronald, Deberias considerar publicarlo en la página de fanfiction.net.
Ya que hay algunos fans de Harry potter que le interesaría leerlo.

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1149. rabioso_gurubashy ,

amigo, parecen originales, muy buenos!

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1150. Ronald-Weasley,

Harry Potter y el Pricionero de Azkavan.
Capítulo 1:

La fuga del villano.
Mucho tiempo había pasado en prisión. Exactamente 11 años y nueve meces. Azkaban, el reclusorio para magos era peor de lo que siempre le habían contado.
Está hubicada en una isla en medio del mar, y custodiada por unos guardias que le helarían la sangre a cualquiera. El nivel de vida es terrible y el tiempo no se siente pasar. Se confunden los minutos con las horas, los días con las semanas, los meces con los años. Constituye una prueba para la cordura de cualquier persona. Vives aislado de todo contacto humano, las visitas son muy reservadas, pero claro, él no tiene quien lo visite. Lo peor son los guardias. Esos seres tan malévolos que absorben toda la felicidad del espacio, que congelan todo a su paso.
Aunque su mente no había sufrido daños considerables, su físico si dejaba mucho que desear en comparación con el apuesto joven que ingresó en Azkaban. En la actualidad tenía un aspecto muy descuidado, con el pelo largo y enmarañado, el cuerpo sucio y maltratado, y la piel llena de marcas, que eran fiel testigo de las duras condiciones que había vivido en todos esos años.
Se necesita ser muy fuerte y tener mucha fuerza de voluntad para aguantar casi doce años y no volverse loco. Pero él tenía una misión inconclusa. No podía dejar de cumplir lo que prometió. Mientras no lo cumpliera su alma no estaría en paz. Tenía que matarlo. Ese era el único final posible. Mientras no terminara con su vida jamás podría vivir tranquilo, bueno, en este caso morir tranquilo.
En este momento estaba acostado bocarriba en su camastro. Acababa de despertarse y todavía se estaba desperezando. No tenía ni la más mínima idea de que hora era. En esa celda inmunda donde vivía eso no tenía mucha importancia. Seguramente hoy sería un día más de su miserable vida. Y entonces, sintió esa sensación que provoca la cercanía de los guardias de Azkaban. El aire se enfrió, todo sonido desapareció, y Sirius Black se puso en pie, asustado por la aparición de los guardias, sin saber qué pudieran querer.
Era muy pronto para la comida (si es que a la mísera ración que reciben se le puede llamar comida). Esperándose lo peor miró hacia el oscuro pasillo que presedía su inóspita morada, y al fondo vio aparecer tres figuras. Dos altas y encapuchadas que Sirius conocía muy bien. Eran dos guardias. Pero el tercero era un humano bastante pequeño y robusto. Le parecía conocido el rostro pero no podía recordar quién era. Mil pensamientos cruzaron por su mente, todos tan descabellados que no pudo darle crédito a ninguno.
Las figuras encapuchadas se acercaron a la pesada reja, y la abrieron dejando el camino libre para el visitante. El hombre bajito entró y la puerta se cerró tras él. Los guardias quedaron al otro lado custodiando la entrada.
--Buenas tardes Sirius Black. -saludó con educación el resién llegado-. Permítame presentarme. Mi nombre es Cornelius Fudge, actual ministro de magia. -Sacó un periódico de su capa de viaje y comenzó a leerlo.
--Ya me parecía conocida su cara. -contestó Sirius-. ¿A qué debo su visita?
--Es una inspección de rutina. -contestó el primer ministro sin desviar su mirada del periódico-. Estamos verificando el estado de los prisioneros de alta seguridad. Espero que estos doce años te hallan servido para reavilitarte. Realmente fue muy deshonroso lo que hiciste.
La cara de Sirius se transformó. No podía recordarlo sin sentir un dolor profundo, y un sentimiento de impotencia por los errores cometidos.
--Agradezco mucho su preocupación por nuestra salud señor ministro. -dijo Sirius-. Es admirable que dedique parte de su tiempo en semejante tarea cuando me imagino que su agenda esté supercargada.
--No es nada. Es un deber que debemos cumplir. -dijo Cornelius-. Ustedes también son nuestra responsabilidad.
--Señor, ¿puedo pedirle de favor que me deje esa edición del Profeta? Quiero informarme sobre lo que ocurre en el exterior, además a mí me gusta mucho resolver los crucigramas que trae. Es un entretenimiento muy bueno.
--¿Te gusta leer? ¿Quién lo diría? Por mi parte no hay ningún inconveniente. -dijo Cornelius cerrándo el Profeta y extendiéndoselo a Sirius-. Esta es la edición que salió hoy. Es muy bueno que lea y se intruya señor Black, para si algún día se aprueba una admistía, y es usted uno de los afortunados, esté más preparado para integrarse a la sociedad.
--Tendré en cuenta su consejo señor. Muchas gracias. -dijo Sirius tomando el periódico con su mano derecha -. Esto es lo que nos permite sentir que no vivimos en una dimensión paralela. Gracias a que en ocasiones recibimos El Profeta podemos tener alguna idea de lo que sucede en el exterior.
--Bueno, creo que ya es hora de marcharme. Tengo que visitar todavía a cuatro reclusos más.
Le hizo una señal a los guardias y la reja se abrió para dejar paso a Cornelius, y luego se volvió a cerrar. Las dos figuras encapuchadas acompañaron al primer ministro, y Sirius Black se quedó solo nuevamente en la quietud de su celda.
Regresó a su camastro, único compañero en la larga aventura que había vivido en este lugar. Comenzó a abrir el periódico para disponerse a leerlo. Este era uno de los grandes entretenimientos de los reclusos en Azkaban. La lectura llenaba gran parte de sus horarios. Pero hacía varias semanas que al menos Sirius Black no recibía ningún periódico, y ahora contemplaba el que sostenía en sus manos como si fuera un juguete que le acaban de regalar a un niño pequeño.
La edisión traía una serie de trabajos muy interesantes. Uno trataba acerca de la creación de una nueva emisora radial. Esto era la respuesta a un reclamo de muchos años de la comunidad mágica. Tener otro espacio radial donde compartir sus experiencias, donde puedan mantenerse informados sobre la actualidad de su mundo.
Otro hablaba sobre la aplicación de nuevas medidas y reglas por parte del Ministerio de Magia. En la sección variedades venían dos crucigramas que ya tendría tiempo de responder, pensó.
También había un reportaje sobre las dudosas azañas de Gilderoi Lockhart, reconocido mago autor de muchísimos libros y protagonista de innumerables heroicidades, pero que hacía un mes había sufrido un accidente que lo había hecho perder la memoria. Este artículo cuestionaba la veracidad de dichas azañas, presentando testimonios de brujas y magos que reclamaban la autoridad de esos sucesos.
Pero cuando Black vio la firma del trabajo entonces desidió restarle credibilidad a lo que decía. La autora era Rita Skeeter. Esta periodista era muy conocida por sus polémicos trabajos, y sus fuentes contradictorias. Lo raro es que conseguía toda información a dónde los otros no podían llegar. Penetraba cualquier campo e investigaba hasta el fondo. Lo malo era el enfoque que le daba. Sus trabajos tenían una marcada intencionalidad y no siempre reflejaban la realidad. Desde sus comienzos, hacía ya unos veinte años, había mantenido la misma tónica. Sirius recordaba haber leído varios artículos de ella en su etapa de Hogwarts, y por eso sabía que no debía darle demasiada importancia a todo lo que decía.
En la sección deportiva venía un trabajo acerca de los preparativos para el mundial de quidditch a celebrarse el próximo verano. Traía una panorámica de la situación de todos los países, y el estado de sus equipos y jugadores.
Por último estaba la página dedicada al intercambio con los lectores. En esta ocasión hacía alusión a la entrega del premio anual Galleon Draw. Se le otorgaba a un funcionario del ministerio, como reconocimiento por toda su lavor. Hablaba de las vacaciones que estaba pasando junto a su familia en Egipto. Una fotografía del señor en cuestión, una mujer regordeta a su izquierda que parecía ser su esposa, y alrededor siete muchachos, seis varones y una embra, que seguramente eran sus hijos. Al pie una nota que decía:
“Así celebran los Weasley la entrega del premio Galleon Draw. En familia”. Cinco de ellos volverán a inicios de curso a hogwarts. Uno de ellos, Ronald Weasley, fiel compañero de Harry potter cursará su tercer año.
Sirius volvió a contemplar la foto. Era la típica familia feliz de magos. Cuánto los envideaba. Él siempre había soñado con tener una igual. Miró a los rostros de los niños. Había un par de gemelos, otro que parecía tener más edad de la que tenía, dos que ya eran mucho más mayores, una pequeña pelirroja y el séptimo era un niño que aparentaba trece años, casi tan alto como sus hermanos, que sonreía feliz a la cámara. Sobre su hombro estaba su mazcota. Era como un Hanster,... como una rata,...
Sirius Black cerró el periódico, lo puso en una mesita cercana, se recostó en su cama y cerró los ojos. De inmediato los recuerdos invadieron su mente.

Doce años atrás:
Era la madrugada del 1 de noviembre de 1981. El joven Sirius Black corría como un loco poseso por las calles. Su objetivo era encontrar a alguien. Tenía que hacerlo. Esa persona no podía seguir viviendo. Había que matarlo. Pero ya había recorrido todos los escondites que tenía, y ni rastro de él.
--Si por lo menos tuviera mi moto, -pensó-. Iría mucho más rápido. Pero se la presté ayer a Rubeus Hagrid,para que llevara a cabo su misión. Eso no le convenía mucho, pero nada podía hacer. Lo primero es lo primero.
No durmió en toda la noche, ni en la mañana. Estaba obsecionado con una idea, matarlo. Al filo del mediodía comió algo en una cafetería y prosiguió su búsqueda.
Cuando ya casi había perdido la esperanza de encontrarlo, lo vio. Peter Pettigrew estaba sentado en el bordillo de una asera, meditabundo. Tenía un aspecto muy nervioso. Seguramente estaba atemorizado de que Sirius lo encontrara y en estos momentos planeaba la forma de huir de él. Sirius intentó acercarse con sigilo para que el otro no se percatara de su presencia, pero Peter alzó la mirada instintivamente y lo vio.
Profirió un grito aterrado y echó a correr. Así comenzó la persecución. Sirius Black volaba sobre sus pies. La furia dominaba todo su cuerpo y las ganas de matar se hacían presente en él. Peter huía para salvar su vida expantado. No comprendía cómo lo había localizado. Un chorro de luz verde pasó junto a su oreja izquierda. Sirius le estaba lanzando maleficios desde la distancia. Para empeorar las cosas, Pettigrew que siempre había sido muy torpe tropezó con sus propios pies y cayó al suelo. Cuando intentó ponerse en pie ya era demasiado tarde. La varita de Sirius le apuntaba directamente a la cara.
--Ahora morirás como el cobarde que siempre fuiste. -dijo Sirius con el odio marcado en su mirada-.
Peter Petigrew retrocedió hasta el bordillo de la asera yquedó sentado al lado de una alcantarilla. El miedo y la angustia del condenado a muerte estaban reflejados en su cara.
--¡Siempre fuiste una mierda! ¡No valías para nada! -le gritaba el otro fuera de sí. Las ratas tienen más dignidad que tú, azquerosa sabandija.
Los muggles se habían acercado a ellos atraídos por tal alvoroto. A plena luz del día un loco le apuntaba a otro con una ramita de madera. ¿Qué pensaba hacer? Al fondo de la calle se acercaban seis magos aurores del ministerio. Habían recibido el aviso de que algo extraño estaba ocurriendo en este lugar. Iban a toda velocidad hacia el sitio donde estaban ellos, a averiguar la causa de la escena. Peter estaba desesperado. Se puso en pie y como un acto de última voluntad, llevó su mano derecha a la espalda y comenzó a gritar a todo el que estaba cerca.
--¡Auxilio! ¡Este asesino me quiere matar! ¡Es un traidor de la sociedad! Seguidor de quién-tú-sabes, ¡y responsable de la muerte de Lili y James Potter! ¡Él los vendió! -por su rostro corrían lágrimas de miedo, de orror-. ¡Sirius, a Lili y James! ¿Cómo pudiste?
Sirius agitó su varita y entonces el suelo se desvaneció. La calle se había hundido. Los muggles que los rodeaban todos fueron absorbidos por las aguas del desagüe subterráneo, y fueron arrastrados por la corriente. El propio Sirius Black había caído sobre la rejilla de la alcantarilla en la única parte de la calle que había quedado. Tirado en el suelo miraba el desastre que se había ocasionado. Entre las ropas de Peter, junto a la asera yacía en el suelo algo,... ¡un dedo humano! Eso era lo único que había quedado de Peter Pettigrew. Él lo miró asombrado.
Sirius Black comenzó a reír con la risa loca de un poseso. Su semblante reflejaba la locura completa.
--“¡Espelliarmus!” Gritó una voz gruesa, y la varita que aún sostenía salió disparada lejos de su alcance. El resién llegado la recogió y apuntó a Sirius.
--Quedas arrestado Sirius Black, por asesinato en masa a plena luz del día. Te juro que yo, precisamente yo, Bartemius Crouch, jefe del departamento de seguridad mágica, me encargaré de que te pases el resto de tus años en Azkaban.
De la varita de Crouch salió una larga cuerda dorada que se enroscó alrededor del cuerpo de Sirius, atenazándolo. Pero Sirius, parecía estar en una nube. Tenía la mirada completamente perdida. No tenía conciencia de la realidad. Solo atinaba a reírse extridentemente.
--¿Te burlas? Vamos a ver si sigues manteniendo esa sonrisa cuando veas a los dementores. -rugió Bartemius Crouch igdignado-. Los criminales como tú no merecen el perdón. ¿Así que resultaste ser un partidario de quién-tú-sabes, no?Muchachos, -añadió hacia dos de sus acompañantes-, avísenle de inmediato al Ministerio. Vamos a necesitar refuerzos, pues aquí se va a armar un buen revuelo. Ustedes tres quédense aquí conmigo custodiando a esta piltrafa de criatura. Vi a muchos muggles caer cuando se abrió la calle. Vamos a tener que modificarle la memoria a muchos muggles. Deben haber habido descenas de testigos. Este criminal no merece ni siquiera un juicio. En cuanto lleguen los resfuerzos lo conduciré a Azkaban. Los dementores estarán encantados de tener un huésped más.
De inmediato la zona fue cubierta por magos de distintos departamentos del Ministerio, pero Sirius Black no reaccionaba. Continuaba riendo a mandíbula batiente. Sus ojos estaban desenfocados por completo. Incluso, cuando una veintena de aurores del Ministerio lo escoltaron a Azkaban, continuó con su actitud anormal.

Sirius Black abrió los ojos y salió de sus pensamientos. Estaba tendido en su camastro. La tortura de ese recuerdo lo mataba de impotencia. Sentía una culpa enorme en su pecho cada vez que rememoraba los sucesos ocurridos doce años atrás.
Entonces comprendió que jamás iba a estar tranquilo mientras no terminara lo que empezó. Tenía que matarlo. Tenía que matarlo. Tenía que matarlo. Tenía que matarlo. Se repetía esto una vez tras otra. Tenía que matarlo. ¿Pero cómo?Cuando comenzara septiembre iba a estar en Hogwarts y él seguía pricionero en Azkaban. Tenía que escaparse. Ya buscaría la manera pero eso era lo que habría de hacer. Si moría en el intento, pues valía la pena arriesgarse.
--Espérame Harry Potter, -pensó-. Voy por ti.

Loooool, dices que parece original, es que lo es xd. Son las creaciones de mi adolescencia cuando leí las primeras veces Harry Potter.
Me alegro que les guste amigos, y gracias por la sugerencia de subirlo a fanfiction, quisás me anime. Realmente no lo he hecho porque como pueden apreciar, son pequeños capítulos que he ido creando para complementar los originales de los libros, y llenando esos espacios vacíos que he encontrado en cada entrega. Pero quisás me anime a publicarlo, y qién sabe se me ocurra alguna historia para un fan fick.

Me encantaría poder llegar a publicar un fan fick completo, pero la realidad es que no lo he intentado siquiera, no me he atrevido a ir más lejos de esto, los capítulos que he construído para completar la saga original. Espero que este les guste también.

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Última edição por Ronald-Weasley, Feb 4 2022 00:51:38

1151. hhades ,

loooool, genial, genial!

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1152. unicornioAzul ,

ronald, que sepas que eres el puto amo en esto :)

un abrazo, y sigue así.

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1153. la_poetisa_azul,

quedeé encantadísima! publícalo ronald, está muy bueno! quizá y el protragonista sea black o algún otro de la saga, la verdad que estaría bueno! jeje un abrazo chicos

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1154. goten,

hay más capítulos?

Pontuação: +0

1155. Ronald-Weasley,

Harry Potter y el Príncipe Mestizo.

Capítulo 28:

Escaramuza en el Colegio.
Se Uvica antes del capítulo la imprecionante torre brillante, y después del capítulo La cueva.

Cuando Harry salió de la sala común de Griffindor, Ron y Hermione se quedaron sentados en el mismo lugar, como en chok. Habían recibido demasiada información y todavía no la interiorizaban por completo.
--Bueno, tranquilidad Ron -Dijo Hermione, intentando poner calma tras unos minutos-. No sabemos lo que se trae Malfoi, y a lo mejor no es nada grave. Y en cuanto a Harry, estará bien. Como él mismo dijo, está con Dumbledore.
--En todo caso tenemos que hacer lo que nos dijo, vigilar a Malfoi y a Snape -Replicó Ron-. Solo por seguridad. Aunque necesitaremos algo de ayuda, tú y yo solos...
--Lo haremos con algunos muchachos del ED, los menos posibles -declaró Hermione-. Tampoco hay que hacer una tormenta en un vaso de agua.
--Sugiero decírselo a algunos chicos de Griffindor -propuso Ron-. Así no tendremos que usar los galeones y alertar a los demás sin necesidad.
--Creo que con Jini y Neville estará bien -dijo Hermione.
--Pues vamos -animó Ron poniéndose de pie-, que para luego es tarde.
--Yo voy a buscar a Jini, me parece que está en su cuarto -dijo Hermione-, y tú habla con Neville, que está allí -y señaló hacia una mesa colocada en el rincón, donde el susodicho se encontraba jugando al ajedrez mágico con su novia Hana Abbot.
--Neville -llamó Ron cuando se detuvo a su lado-, ¿me das un momento?
--Ron, ahora estoy un poco ocupado,... -se excusó Neville-, Rayos¡! -añadió al ver que la dama de Hana se posicionaba enfrente de su rey, dándole jaque mate y terminando la partida-, bueno,... técnicamente en lo que estaba ocupado se acaba de terminar.
--Tremenda paliza te he dado -dijo Hana sonriente-. Te he ganado 4 veces y tú una sola.
--Definitivamente, hoy no es mi día. -concluyó Neville-.
--Tranquilo Nev -dijo Hana acariciándole la cabeza, y comenzando a recoger las piezas-, algún día tendrás la revancha.
--¿Te vas ya? -preguntó Neville.
--Ernie y yo tenemos que ver a la profesora Sprout -respondió Hana guardando en su cartera la bolsa del ajedrez-. No sé qué chisme de los deberes de los prefectos de Hufflepuff. Pero tranquilo Nev, ahorita nos vemos de nuevo. -Se acercó a su novio Neville y lo abrazó y besó en la boca con amor.
--Vale -dijo Neville-. Ve a esa reunión, y nos vemos después. Te quiero, Hanita.
Nuevamente se volvieron a besar, y luego la muchacha salió de la sala común de Griffindor.
--Uhy, ¡qué cursi! -Se burló Ron, que había contemplado la escena aguantando las ganas de reír.
--Tú te burlas ahora -le dijo Neville-, pero cuando encuentres una muchacha de la que te enamores de verdad vas a estar seguro peor que yo.
Ron soltó una Carcajada. «Si tú supieras que esa muchacha ya la he encontrado -pensó-, pero ni de coña me veo yo con Hermione como Neville y Hana», aunque prefirió callar y sentarse al lado de Neville.
--Neville -le dijo, cuando consiguió dejar de reírse-, algunos muchachos del ED tenemos una misión.
Esto atrajo la atención del otro joven, que de inmediato se enderezó y lo miró expectante.
--¿De qué se trata?
--Tenemos que vigilar a Malfoi y a Snape -explicó Ron-. Harry cree que andan en algo raro.
--¿A Snape? -se rugorizó Neville. Todavía sentía un profundo temor ante la mención de ese nombre-.
--Sí Neville, a Snape. Ya sé que no te gusta estar cerca de él, pero tenemos que averiguar qué se trae.
--Pues entonces vamos -dijo Neville, emocionado ante la perspectiva de algo de acción.
Por su parte, cuando Hermione entró en el dormitorio de las chicas de quinto año, se encontró a Jini y a Luna conversando.
--Chicas, ¿qué hacen? -preguntó Hermione-.
--Aquí, chismiando un poquito -dijo Jini-. Luna haciéndome el cuento de cómo le va con su novio.
--¿Sigues con Brayan? -le dijo Hermione a la otra chica-.
--Sí mija, ya llevamos casi séis meses. -dijo Luna contenta-.
--Pues me alegro por ti. -La felicitó Hermione. Acto seguido les dijo-. Muchachas, voy a necesitar su ayuda en algo.
--¿Qué pasa? -se interesó Jini.
--Tenemos que vigilar al profesor Snape y a Malfoi, Harry piensa que están haciendo algo malo.
--¿Pero algo como qué? -dijo Luna-.
--Eso es lo que tenemos que averiguar.
--¿Y cuál es el plan? -preguntó Jini-.
--Todavía no lo sé. Primero tenenmos que reunirnos con Ron y Neville en la sala común.
--Pues ya estamos tardando -opinó Luna, saltando alegremente de su posición, al lado de la cama de Jini.
Poco después, se encontraron en un rincón de la sala común, y como siempre Hermione tomó la palabra.
--Bien, ya todos sabemos por qué estamos aquí. Harry cree que Malfoi y Snape están en algo raro, y aunque no tiene muchas bases, por lo general no se equivoca en este tipo de cosas.
--Me parece que lo primero es intentar averiguar en qué lugar del castillo están -dijo Ron, sacando el mapa del merodiador y buscando las etiquetas que les correspondían a cada uno-. Mira, Hermione, aquí dice que Snape está en su despacho, pero el nombre de Malfoi no se ve por ningún lado, justo como dice Harry.
Hermione cogió el pergamino, y le hechó una rápida ojeada, solo para darse cuenta de que Ron estaba en lo cierto.
--¿Y bien? -preguntó Jini anciosa-.
--Lo mejor que podemos hacer es que algunos de nosotros vigilen el despacho de Snape, y el resto vaya hacia el pasillo de la sala de los Menesteres.
--¿Por qué hacia allí? -preguntó Neville interesado-.
--Harry dice que ha visto a Malfoi durante el curso demasiado tiempo por allí, y que ha estado tramando algo. -comentó Ron-. Incluso, él cree que Malfoi tiene algo que ver con lo que le pasó a Kati, y con mi envenenamiento hace 2 meces, pero piensa que si su nombre no aparece en el mapa es porque está dentro de la sala. Ha podido comprobar que esto se cumple así, y por eso tiene tantas sospechas.
--Bueno, -intervino Luna-, entonces ¿a qué estamos esperando?
--Tenemos que dividir el trabajo -habló Jini-. ¿Qué les parece si Hermione y yo vigilamos a Snape y ustedes tres,...
--Jini, -la interrumpió Hermione-, tú, Neville y Ron deben ir al pasillo de la sala de los Menesteres, mientras, yo y Luna esperaremos fuera de la oficina de Snape. Si acaso nos llega a sorprender, puedo decirle que solo estábamos esperando el momento propicio para consultarle algo relacionado con las clases.
Jini se encogió de hombros.
--Como quieras.
--Si ocurre cualquier cosa importante, recuerden que tenemos que avisarnos a través de los galeones falsos -dijo Hermione, completamente lista para salir-. Ronald, llévate tú el mapa del Merodiador, lo necesitarás más que nosotras si tienes que averiguar en qué lugar está alguien dentro de la escuela. Ahora, ha llegado la hora de que tomemos el Felix felicis.
--¿Cómo? -preguntó Luna interesada-.
--Harry Nos los dio para que no nos pasara nada malo. -intervino Ron, sacando de su bolsillo la botellita con la poción-. Tú primero, Hermione.
Hermione se tomó un sorbo de la poción, y luego se la pasó a Jini que hizo lo propio. Le siguió Luna, y por último Neville y Ron.
--Ahora Ron, llévala contigo, por si alguien más la necesita -dijo Hermione, aclarándose la garganta-. Chicos tengan cuidado. Vamos, Luna, tenemos trabajo que hacer -pasó su brazo por los hombros de la rubia antes de dirigirse hacia el exterior del salón.
--Cuídate tú también -le dijo Ron antes que se marchara-. Bueno, erm, creo que nosotros también deberíamos ponernos en camino.
--Para luego es tarde –estuvo de acuerdo Neville.
Los tres jóvenes tomaron el camino que los llevaba a la sala de los Menesteres, y una vez allí se sentaron en el suelo, a esperar.
--¿Crees que Harry tenga razón? -le preguntó Jini a Ron.
--No lo sé, Jinita, pero tu noviecito no suele equivocarse cuando dice algo así.
--Pero ya llevamos más de media hora esperando y no pasa nada.
--Tranquila, Jini, tranquila -habló Neville sonriente-. Pasiencia es la palabra de orden.
Quince minutos después, los tres estaban a punto de quedarse dormidos de puro aburimiento, cuando algo sucedió. La puerta de la sala de los Menesteres se abrió, y frente a ellos apareció Draco Malfoi, y unos metros más atrás, una veintena de encapuchados. El rubio de Slitherin sostenía en su mano derecha un artilugio conocido como mano de la gloria, y se sorprendió al encontrarse de frente con los chicos.
Como impulsados por un resorte, Ron, Jini y Neville se pusieron de pie y sacaron sus varitas, pero antes de que tuvieran tiempo de reaccionar, Malfoi dejó caer algo en el suelo y un espeso humo cubrió todo el área, llevándose la poca claridad que había. Los chicos oyeron cómo la puerta se cerraba, y escucharon a Malfoi dándole intstrucciones a los encapuchados de que lo siguieran, pues evidentemente su artilugio le permitía ver en la oscuridad. Intentaron aproximarse para ver más detalles, pero tropezaron entre ellos mientras trastiaban su camino en lo oscuro.
--¡No veo nada! -chilló Neville-. Iluminen con la varita, ¡rápido!
--“¡Lumus”!
--“¡Lumus máxima”!
--“¡Lumus sole”!
Ron, Neville y Jini intentaban con estos echizos alumbrar su camino, mientras iban siguiendo a Malfoi y sus acompañantes, guiados solo por lo que podían escuchar. Pero para cuando arribaron a un pasillo con claridad, Malfoi y los encapuchados no se veían por ningún lado.
--¡Harry tenía razón! -Gritó Neville orrorizado-. Esos, esos eran mortífagos.
--Yo conté más de veinte -dijo Ron, algo aturdido.
--¡Tenemos que avisarle a los profesores! -dijo Jini-, ¡Urgente!
Sin esperar respuesta, tomó la mano de cada uno de sus acompañantes, y echó a correr en busca de ayuda. No pasó demasiado tiempo antes de que se encontrara con los profesores Flitwic, Sprout y una enfadada MCGonagall, pero para su sorpresa también venían con ellos Ninfadora Tonhs, Kingsley Shaketbol, Remus Lupin y Bill Weasley. Precisamente fue este el primero en hablar.
--Ron, Jini, ¿eran ustedes los del alboroto?
Pero la profesora MCGonagall los regañó fuertemente.
--¡Cómo se les ocurre armar tal barullo! Este es un orario para estar tranquilos en la sala co,...
--¡Profesora, no hay tiempo! ¡Hay mortífagos en la escuela! -Todos miraron sorprendidos a Neville. Los profesores por el significado de lo que le estaba diciendo, y los compañeros de él por haberse atrevido a interrumpir a la profesora Minerva MCGonagall.
--Neville, ¿Estás seguro de lo que estás diciendo? -preguntó preocupado Remus Lupin.
--Sí, profesor. Eran más de veinte encapuchados, e iban con Malfoi.
--Muy bien –dijo la profesora Sprout, gracias por la información, pero ahora tienen que irse a sus respectivas salas comunes.
--pero profeso,...
--Comenzó a protestar Ron, pero el mayor de sus hermanos lo interrumpió.
--Jini y Ron, sin chistar. A la sala común, ¡Ya! -dijo Bill, angustiado ante la posibilidad de que le ocuriera algo a sus hermanos pequeños-. De hecho no se preocupen profesores, yo me aseguraré de que regresen a su sala común y no puedan salir.
--Correcto Wilian Weasley -dijo el profesor Flitwic-. Nosotros mientras tanto deberíamos preparar el plan de búsqueda.
--Profesores, -recuerden que somos nosotros quienes vimos a los mortífagos –intervino Jini-, y ahora les hemos avisado. Además, todavía no saben qué dirección tomaron, y como dijo Ron, son muchos los que andan con Malfoi.
--Creo que los jóvenes tienen razón -dijo Remus-, todavía no estamos seguros de que sean mortífagos, y si lo fueran, necesitamos encontrarlos lo antes posible.
--¿Hacia qué dirección debemos ir? -preguntó la profesora MCGonagall.
--Sígannos -le dijo Jini, y empezó a caminar hacia el lugar donde había visto por última vez a los encapuchados, franqueada por Ron y Neville, y seguida de cerca por los profesores y miembros de la orden.
--¿Es muy lejos de aquí? –quiso saber Kingsley.
--La última vez que los vimos fue en el pasillo siguiente. Creemos que fueron hacia el oeste.
--¿Pero hacia ese lado está la torre de Astronomía, no? -preguntó Lupin-.
--Efectivamente profesor -respondió Ron-.
--Pues entonces cortemos camino. Hay un pequeño recodo justo detrás de este cuadro -señaló a la representación de un dinosaurio de la prehistoria-, y nos lleva justo hasta allí.
Sin decir una palabra la comitiva siguió ahora a Lupin, a través del extrecho pasadizo. Las paredes estaban bastante húmedas, y el polvo abundaba en toda la estancia. Neville no pudo evitar estornudar, aunque intentó que no se escuchara. Pronto llegaron al otro lado y de inmediato escucharon unas voces hablando. Cuando todos salieron del pasadizo, se pucieron en una fila ordenada, y hicieron silencio listos para prestar atención a lo que estaban hablando.
--Gibbon, tú irás a la cima de la torre. -se escuchó una voz baja y gruesa-. Es muy importante que no falles. De eso depende el éxito de la misión.
--Tranquilo, Amicus. No habrá problemas con eso.
--Bien, perfecto. -volvió a hablar el tal Amicus-. Nosotros te esperaremos al pie de la torre. Vamos.
Se olló una serie de pasos que se acercaban en su dirección, y los miembros de la comitiva se prepararon para convatir.
--Muy bien -se olló la voz de Bill en un suzurro-, ustedes dos, no se les ocurra salir detrás de mí, y cuando yo lo diga, corran por sus vidas –comentó dirigiéndose a Ron y Jini. Se puso delante de ellos y Neville para protegerlos de los echizos.
--Sí, ya nos fuimos corriendo como mariquitas -ironizó Ron, aunque Bil no lo olló.
--¡Abajo! –Chillaron Lupin y Tonhs a la vez, a tiempo para esquivar una lluvia de echizos que caía hacia ellos. Los mortífagos habían llegado al pasillo en que se encontraban, y corrían directamente hacia ellos. Al parecer los habían escuchado hablar.
--“¡Stupefy”!
--¡”Desmayus”!
--“¡Impedimenta”!
--“¡Avada kedavra”!
--“¡Petríficus totalus”!
--“¡Crucio”!
--“¡Desmayus”!
--“¡Stupefy”!
--“¡Reducto”!
Los ases de luz volaban a través de todo el pasillo, mientras que los miembros de ambos bandos se iban desplegando en un amplio arco. Aunque los mortífagos eran más, sus contrincantes tenían un alto nivel de convate mágico, y contaban entre ellos con 2 aurores recién graduados. Mientras tanto, Ron, Jini y Neville no se habían quedado con los brazos cruzados. Los dos primeros habían sacado sus varitas y se habían unido a la lucha que libraban los integrantes de la Orden del Fénix, mientras que Neville se puso a escribir algo en su galeón falso, de manera que avizaba a todos los integrantes del ejército de Dumbledore de lo que estaba ocurriendo. Acto seguido, sacó su varita también y se metió en el combate. Pronto Bill Weasley tuvo que dejar de intentar proteger a sus hermanos, puesto que la proporción era tan desvalanciada que sí se descuidaba podía sufrir consecuencias. Además, cuando vio en acción a Ron y Jini pensó que estaban preparados para luchar. Así era, los 2 pelirrojos aparecieron de la nada y soltaron una lluvia de echizos menores sobre los mortífagos, que no los vieron venir. El aturdidor de Ron puso fuera de circulación a uno de ellos, y el maleficio de moco de murciélago de Jini le dejó servido en bandeja de plata a Kingsley a otro de ellos. En esto pasaron cerca de diez minutos, sin demaciados avances de ninguna de las 2 partes.
--Filius –se olló tras ellos la voz de Minerva MCGonagall-, necesito que busques a Severus. Su ayuda no nos vendría nada mal. Yo te protegeré.
Flitwic salió a cumplir la orden, y la profesora atacó con más aínco todavía. Por suerte hasta entonces, los integrantes de la orden del fénix no habían sufrido ningún daño, pero no sería así por mucho tiempo. Cinco minutos después, Uno de los echizos de los mortífagos lanzó por el aire a Bill Weasley, haciendo que este se golpeara en la cabeza y quedara medio inconciente. Desafortunadamente para él, sus compañeros, incluyendo a sus hermanos, estaban demasiado ocupados intentando detener a uno de los mortífagos que corría hacia la torre de astronomía, cosa que finalmente no pudieron hacer, pero no vieron lo que le ocurrió a Bill, ni tampoco cuando uno de los encapuchados se agachaba frente a él, con una sonrisa maligna en la boca. De inmediato se inclinó sobre el rostro del mayor de los hijos Weasley, y comenzó a morderlo con fuerza en la cara. Sabe dios lo que hubiera pasado de no haber sido porque uno de los integrantes de la orden acudió en su auxilio.
--¡Impedimenta!
El encapuchado salió disparado hacia atrás, pero se puso nuevamente de pie, y giró para apuntar con la varita a su agresor.
--Saludos, Fendrir Greivack. Veo que no has cambiado mucho tus costumbres.
--Pero si mira quien es, se trata de Remus Lupin, uno de los primeros que convertí en hombrelobo. ¿Cómo te va con esas pociones en luna llena?
El echizo que salió de la varita de Lupin tuvo tal fortaleza que extremeció el techo del pasillo, y fue como una especie de remolino de viento que alzó por los aires a Fendrid y lo hizo girar a gran velocidad, estrellándolo contra las paredes y haciéndolo rabiar de dolor.
--Eres un cerdo que no merece la pena vivir, has hecho daño a tantas y tantas personas. Si te mato ahora, nadie te echará de menos.
Pero en ese momento, otro mortífago lo atacó y Remus tuvo que responder, por lo que el efecto del conjuro de Greivack se terminó. Aún así, el hombrelobo calló al suelo y se golpeó fuertemente, con lo cual quedó aturdido por varios minutos. Uno de sus compañeros le pegó una patada que lo lanzó varios metros hacia atrás, y se unió al combate personal que mantenía Lupin con el otro mortífago. Ahora el exprofesor estaba peleando con 2 adversarios, pero no podía pedir ayuda a ninguno de sus compañeros, puesto que se encontraban en una situación idéntica. Sin embargo fue Neville quien llegó y ayudó al profesor, dándole a este el tiempo suficiente para mover al inconciente Bill Weasley hacia un lugar relativamente seguro. Cuando volvió al combate, Neville se las había arreglado para desarmar a uno de sus contrincantes, pero el otro le dio en medio del estómago con una maldición. Neville gritó mientras salía disparado por el aire cerca de unos diez metros, pero Lupin tomó venganza de lo que le hizo al muchacho, y usó la maldición cruciatus sobre el atacante. El encapuchado se extremeció de dolor, y poco tiempo después cayó desmayado al suelo.
Por fin llegaron los refuerzos. Chicos y chicas de Griffindor, Hufflepuff y Ravenclaw, llegaron a toda velocidad para unirse al combate. Los profesores se hubieran orrorizado de haber estado en otra situación, pero lo cierto es que estaban en tal minoría que prácticamente solo estaban a la defensa. En cambio, con la llegada de los jóvenes la proporción era uno a uno. Dean Tomas, Seamus Finigan, Parvaty Pattil y Lavender Brown representaban a la casa del león; Hana Abbot, Ernie Macmillan y Susan Bones eran los tejones que habían acudido al llamado, y por las águilas estaban Padma Pattil, Terri Boot, Michael Corner, Antoni Golsteins, y Cho Cham. Eso sí, Ron se aseguró que cada miembro del ejército de Dumbledore bebiera un saludable sorbo del felix felices, antes de entrar en batalla.
Ahora el combate era mucho más violento, y las paredes del pasillo comenzaron a sufrir las consecuencias. Ron y Jini peleaban uno junto al otro, y hasta ahora habían corrido con bastante suerte, y habían logrado aturdir a 4 mortífagos. Por supuesto, solo conseguían con esto sacarlos durante varios minutos, pero después se volvían a incorporar a la lucha. Kingsley había estado todo el tiempo haciéndole frente a los que él consideraba los más peligrosos del grupo, pues les pareció reconocerlos como los hermanos Karrows, dos de los mortífagos más buscados por el ministerio. En su duelo personal, si bien no había podido dejar fuera de combate a ninguno de los 2, los había mantenido entretenidos con él y no les dejaba que participaran en otra acción.
Ninfadora Tonhs estaba teniendo una labor muy destacada en la batalla. Ella sí que consiguió dejar fuera de circulación a su primer adversario, aunque el segundo era mucho más fuerte. Había tenido que esquivar varias veces la maldición asesina, algo que con sus habilidades de auror no era tan complicado. Ella era la más cercana que estaba a la torre de Astronomía, y cuando el mortífago que había subido volvió a la lucha, por supuesto tuvo que encargarse ella de él. Ahora, enfrentándose a los dos sus reacciones eran mucho más lentas, y en un descuido el segundo mortífago consiguió desarmarla. Sin tiempo para lamentaciones, Ninfadora Tonhs se lanzó al zuelo para esquivar una nueva maldición asesina, pero el que sí no la pudo esquivar fue el mortífago que la había desarmado. Lo golpeó en medio del pecho, matándolo en el acto. Tonhs aprovechó la turbación de su compañero para recuperar su varita, y para cuando este reaccionó ya ella estaba en condiciones de hacerle frente otra véz. Las ostilidades se reanudaron, a tiempo para que otra persona pasara corriendo al lado de Tonhs hacia la torre, persona que reconoció con el rabillo del ojo como Draco Malfoi.
Por su parte, Filius Flitwic corrió a toda prisa hacia la oficina de Snape, con el fin de avisarle para que se uniera a la lucha.Tan aturdido iba que no se percató de que casi atropella a 2 estudiantes que estaban sentadas en la escalera, conversando en baja voz. Cuando ellas le preguntaron qué ocurría, murmuró algo de que necesitaban a Snape para convatir a los mortífagos, y siguió corriendo hacia la oficina del profesor.
Severus Snape había tenido un día normal, con las acostumbradas clases de Defensa contra las Artes Oscuras, los habituales intercambios con estudiantes mediocres, y se hallaba muy cansado. El cansancio de la semana se le había acumulado, y se disponía a dormir cuando la puerta de su despacho se abrió violentamente. Severus alzó su varita, dispuesto a rendir combate a quien tuviera semejante atrevimiento, pero se sorprendió al ver a su compañero Flitwic.
--Severus, corre. Hay mortífagos en la escuela. Necesitamos tu ayuda para convatirlos -dijo Filius, casi sin aliento por la carrera que tuvo que pegarse.
--¿cómo? -preguntó asombrado Snape-. Repite eso que acabas de decir.
--Severus, ¡no hay tiempo! ¡Esto es urgente! -Chilló Flitwic, exhasperado-.
--¿Estás diciendo que los mortífagos han entrado a la escuela y están convatiendo a los demás?
--¡Acaso estás sordo! -volvió a gritar Flitwic-. ¡Ya deberíamos estar de camino a la Torre de Astronomía! ¡No debemos retrazarnos Seve,...!
--¡Stupefi! -pronunció Severus Snape sin ninguna emoción, y el profesor de encantamientos salió disparado por el aire, golpeándose duramente en la cabeza,para luego caer desmayado al suelo. No se detuvo a comprobar si se había dado algún golpe, si no que salió de su oficina corriendo, aún a más velocidad que la que utilizó Flitwic para ir a avisarle. Sin embargo, él sí se detuvo al encontrarse frente a frente con Hermione Granger y Luna Lovegood.
--¿Granger, Lovegood, puedo saber qué diablos hacen fuera de la sala común a estas horas? -preguntó,con su más que acostumbrado tono de regaño.
Fue Hermione la que sacó el valor suficiente para responder.
--Profesor, creo que hay una batalla desarrollándose allá arriba.
--Muchas gracias por su aporte, Granger, pero no me dices nada nuevo. Voy a unirme a la batalla ahora mismo. Creo que necesitan mi ayuda.
--Así es. -dijo Luna-. Por eso enviaron a el profesor Flitwic a buscarlo.
--Nosotras, nosotras iremos con usted -sugirió Hermione, aunque sabía que no tendría éxito.
--No me haga reír señorita Granger. La creía más inteligente a usted, pero veo que el aprenderse tantos libros no le ha servido de nada. Allá arriba solo serían un estorvo. En cambio, yo tengo una misión para ustedes que puede ser útil.
--¿De qué se trata? -preguntó Luna interesada.
--Necesito que cuiden el sueño del profesor Flitwic. -dijo Snape lentamente. Hermione le echó una mirada calculadora, y él añadió-. En el combate le dieron con un echizo que causa heridas internas, pero afortunadamente tenía en mi despacho una poción que alivia sus consecuencias. Sería muy apropiado que tanto Lovegood como usted Granger se encargaran de vigilarlo hasta que despierte, y cuando lo haga, ayudarlo en lo que sea necesario.
--De acuerdo, señor-dijo Hermione, aún con una mirada dudosa-. Iremos a cuidar al profesor.
Tanto Luna como Hermione se dirigieron a la oficina del profesor Snape, mientras este las miraba alejarse. Suspiró profundamente, y pensó,... “Por suerte me hicieron caso, si no,...”
Severus reanudó su camino, acercándose a la batalla.
En el combate, todo continuaba bastante igualado en cuanto a cantidad, aunque en lo que se refiere a los duelistas los mortífagos llevaban clara ventaja, ya que más de la mitad de sus rivales, no pasaban de los 16 años. Sin embargo, los jóvenes magos estaban dando una gran demostración, particularmente Lavender Brown, Dean Tomas y Parvaty Pattil. Por su parte, Hanna Abbot había conseguido aliviar el dolor del vientre de su novio Neville Lombothom, gracias a un contramaleficio que había aprendido de su madre. Ambos se abrazaron y besaron profundamente antes de reincorporarse a la batalla.
Los profesores no daban a vasto, entre el atacar a los mortífagos y el intentar defender a tantos estudiantes que se les habían unido. La profesora Sprout, trataba de intersectar cada maldición que iba dirigida a algún estudiante, mientras que Minerva utilizaba echizos de gran potencia para crear brachas entre los mortífagos. Remus Lupin continuaba venciendo a enemigos, pero Kinsley Shaketbol y Ninfadora Tonhs no se habían podido deshacer de sus contrincantes. Sin embargo, algo extraño ocurrió. Como si estuvieran sincronizados, los dos adversarios de Kinsley echaron a correr hacia las escaleras que subían a la torre de astronomía, seguidos de cerca por otros 2 mortífagos, entre los cuales Lupin reconoció a Greivack. Se lanzó tras ellos con la esperanza de acabar con semejante individuo, pero cuando llegó a la entrada de la torre salió disparado por el aire hacia atrás. Evidentemente habían puesto algún tipo de barrera mágica, que le impedía pasar. Remus se preguntaba qué se traían los mortífagos con esa torre, y qué estaba sucediendo allá arriba.
--¡Han bloqueado la escalera! –exclamó-. “¡Reducto”! “¡Reducto”!-. No funcionó. Siguió intentando romper la barrera de todas las formas que conocía, pero cuando no pudo hacerlo decidió regresar a la lucha.
Finalmente Snape había llegado. La profesora MCGonagall lo recibió poniéndolo al día con todo lo que había pasado, y Snape se sorprendió al ver tantos estudiantes luchando hombro con hombro con los de la Orden del Fénix.
--Severus, ¿Dónde dejaste a Flitwic?
--El profesor se sintió indispuesto -comentó Snape, mintiendo sin ningún esfuerzo-. Lo dejé al cuidado de las señoritas Granger y Lovegood, ellas estaban conmigo cuando llegó él.
--Bien, Severus, has lo que puedas, pero ve a ver si puedes desbloquear aquella escalera. Hace un rato unos 4 mortífagos hulleron hacia allá y cerraron el camino. Hay que intentar averiguar que se,... ¡Cuidado! -chilló la profesora, apartando a Snape de una maldición asesina que pasó a su lado.
--Gracias, Minerva. No te preocupes, yo me encargaré de todo -dijo Severus, con una mueca de seriedad en su boca.
Severus se dirigió directamente a las escaleras, y atravesó la barrera sin ningún problema. Los demás continuaron luchando, asumiendo que Severus se encargaría de lo que estuvieran haciendo los mortífagos allá arriba.
La batalla era intensa, y constante. Cho Cham y Seamus Finigan, después de haber sido reanimados por Padma Pattil, pues habían sido impactados por dos aturdidores, volvieron a incorporarse a la lucha, ahora con más aínco. Por su parte, Neville Lombothom y Hanna Abbot desarmaron y aturdieron respectivamente a otro encapuchado, quien se disponía a usar la maldición torturadora sobre Ernie Macmillan.
--Gracias chicos. No sé cómo agradecérselos.
--NO hay problemas Ernie -respondió Neville sonriente-, para eso somos ami,... ¡Aaaaaaaahahhhhhh!
Por segunda vez una maldición golpeó a Neville en su estómago, lanzándolo lejos por el aire.
--¡Neville! -gritó Hanna, tratando de ir en su auxilio. Una maldición asesina la hubiera alcanzado, de no ser porque Ernie se tiró encima de ella arrojándola al suelo.
--Tranquila, Hanna, estará bien. Conozco ese echizo y no es nada del otro mundo. Da un poco de dolor pero nada más. Ahora intentaremos llegar hasta él, pero no te despegues de mí. Eso que estuvo a punto de darte era,...
--Lo sé Ernie, era una maldición asesina. Gracias por salvarme.
--No seas tonta. Vamos, ponte de pie.
Los dos se incorporaron otra vez a la lucha, acercándose lentamente al lugar donde yacía Neville.
Pero entonces hubo un estruendo. Un echizo lanzado por uno de los mortífagos provocó una exploción que destruyó buena parte del techo, por lo que todos corrieron para evitar que les callera encima. Justo en ese momento, Cerca de cinco personas salieron corriendo a toda prisa de la torre de astronomía, atravezando el centro del campo de batalla. Tres de ellos se detuvieron para unirse a la lucha, pero los otros 2 continuaron sin parar. Los miembros de la orden, cuando pudieron sacudirse el polvo que los había salpicado, reconocieron a Draco Malfoi y Severus Snape, y se echaron a un lado para dejarlos pasar. Solo cuando una voz muy conocida gritó al doblar por el final del recodo del pasillo “!Está hecho! ¡Hora de largarse! ¡Se acabó, nos vamos todos!” los demás participantes comprendieron que se trataba nada más y nada menos que del profesor Severus Snape.
Como por arte de magia, los mortífagos intentaron dejar sus combates y huir hacia la salida, pero sus contrincantes no se lo iban a poner tan fácil. Casi de inmediato, otra persona descendió a toda velocidad por las escaleras de la torre de Astronomía, pero a esta sí se la reconoció instantáneamente. No era otro qe Harry Potter.

Esta es la reconstrucción de todo lo ocurrido en Hogwarts, la fatídica noche en que Harry acompañó a Albus a buscar el orrocrux. Siempre me dije por qué no se describió en el libro este enfrentamiento, así que me di a la tarea de hacerlo yo. También me tomé la lisencia de adelantar el noviazgo de Neville y Hanna Abbot, que si bien es canónico no ocurrió en su tiempo de Hogwarts, lo cual me parece un desperdicio. Ese mismo año la chica perdió a sus padres, y me parece que es la oportunidad perfecta para crear ese vínculo afectuoso entre ella y el valiente griffindor. Bueno, espero que les haya gustado.

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Última edição por Ronald-Weasley, Feb 8 2022 02:05:17

1156. nahuel-rodrigo ,

nooo amigo te quedó genial, ya que estamos me uno a los que dicen que deverías publicar esto en fanfiction o en algún lado sigue así que están geniales los caps

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1157. goten,

ahora falta sobre ron cuando se alejó de los chicos por culpa del guardapelo!

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1158. hhades ,

jdoer amigo. genial joder, genial!

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1159. matias1912,

hola!
últimamente ando siguiendo un canal de hp, se llama harry potter theory español. recién subieron un video de porqué harry y los de la orden no tomaron el felix felicis en la batalla de hogwarts? es muy interesante como lo explicó, pero yo tengo otra, que pasaría si en una batalla o un partido amistoso de quidditch los 2 bandos, o los 2 equipos se toman dicha poción? a quien le llega la suerte líquida? saludos!

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1160. goten,

a ambos, quedarían empatados!

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1161. julio14,

Hola, yo paso solamente para felicitar al compañero de los capítulos que rellenan y complementan los espacios vacíos que dejan los libros,son geniales.
Si aceptas sugerencias, estaría bueno que relataras detalladamente como era la dictadura ejercida por los mortífagos que trabajaban como profesores en Hogwarts en las reliquias de la muerte.
Excelente trabajo compañero.

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1162. Ronald-Weasley,

Gracias a los amigos por las sugerencias. Desde luego que también me he preguntado por esos espacios que señalan, e incluso cuando escribí estos capis me propuse hacerlo, pero por una razón u otra no los hice. Quisás ahora me anime y vea qué puedo sacar xd.

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1163. unicornioAzul ,

jóvenes, alguien me dió una carpeta de la saga en formato audiolibro, y las he perdido. alguien la tiene? por pura casualidad?

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1164. Ronald-Weasley,

Subiendo hilo para que no quede inactivo.

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1165. rabioso_gurubashy ,

gracias, caasi se muere el hilo

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1166. TophBeifong,

Dios, ¡cómo disfruté los capítulos complementarios! Aunque, sigo pensando que la primera medida sea la expulsión de Hogwarts es demasiado radical, se puede usar si las faltas son repetitivas, pero como de buenas a primeras, honestamente no me parece.
Por cierto, ojalá escribas un capítulo de Harry Potter y las reliquias de la muerte donde describas la situación de Hogwarts durante el régimen de Snape y los hermanos Carrow.
Saludos y feliz sábado.

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1167. Thomas_White,

hola chicos. vengo para decirles si ustedes savin si animales fantásticos2: los crímenes de grindelwald está en audesc?. agradecería su ayuda.

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1168. Aurorita-Dulce-y-Bonita,

sí ta en audesk

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1169. Thomas_White,

aa, algún lado donde la pueda conseguir?

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1170. Ronald-Weasley,

En la carpeta de todo audés.

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